Moed - Un tiempo designado
Shalom Javerim:
בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos
estudiando esta semana la parashá “BaMidbar” (En el desierto). En esta oportunidad me gustaría que pudiésemos
comentar el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:
“Dios hablo a Moisés en el desierto de
Sinaí, en la tienda del
encuentro” (Bemidbar / Números 1:1) (Versión RV 1960)
וַיְדַבֵּ֨ר יְהוָ֧ה אֶל־מֹשֶׁ֛ה בְּמִדְבַּ֥ר סִינַ֖י בְּאֹ֣הֶל מֹועֵ֑ד
La porción de esta semana nos trae una palabra muy especial, la palabra
hebrea “Moed” (מֹועֵ֑ד)
que marcamos en amarillo en el versículo a comentar, a través de la cual
podremos hacer una bonita reflexión.
Nos dice la Torá que HaShem le hablo a Moshé en el “Ohel Moed”
(Tienda del encuentro) –. Pero la traducción de la palabra “Moed”, no es
precisamente un “encuentro”. Ya que un encuentro, puede ser algo fortuito, lo
que aleja del real sentido de la palabra מֹועֵ֑ד, que es una: CITA
DESINGADA.
El comentarista Rashi dice que מֹועֵ֑ד
corresponde a: fijar un lugar o un tiempo designado para un propósito
especifico, y por lo mismo, “encuentro”, no es la traducción más cercana para
nuestra palabra. El arca (aharon hakodesh), tenía la misión de servir de lugar
designado para la cita entre HaShem y Moshé.
Cuando el eterno habla acerca de sus festividades, y lo
digo porque son suyas, que dio a su pueblo Israel para guardarlas, en el libro
de Levítico cap. 23:1. Para referirse a ellas, siempre usa la palabra “moed”.
דַּבֵּ֞ר אֶל־בְּנֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ וְאָמַרְתָּ֣ אֲלֵהֶ֔ם מֹועֲדֵ֣י יְהוָ֔ה אֲשֶׁר
Lo cual quiere decir, que las “moadim” – son las citaciones designadas
de HaShem – tiempos precisos en el horario y calendario espiritual de la Torá, donde
él se reúne con su pueblo de una forma especial, dejando todos sus otros
asuntos de lado, para tener una cita con nosotros su pueblo. Esto nos revela
que a través de las “moadim” de la Torá, HaShem tendrá una cita especial con
nosotros ya sea en Shabat, cada semana, o en las demás festividades, a través de
cada una logrará un trabajo particular en nosotros, en Israel, y en el mundo
entero, llevándonos finalmente a la redención completa en aras del Mesías
Yeshua, amen.
Lo mismo sucedía con Moshé. HaShem no hablaba con él en cualquier
lugar del campamento de Israel, sino que solo lo hacia en un lugar designado particularmente,
el aharon hakodesh (el arca santa).
Asimismo, no cualquier día del año se presentaba delante de él, en
el lugar kodesh hakodashim (santo de los santos), el sumo sacerdote, sino que
solo una vez al año, podía ingresar, ya que ese era el tiempo designado para
hacerlo.
Todo esto nos revela algo del carácter de HaShem, y es que él es un
Dios de orden y no de confusión, como dijera el Rab Shaul (1.Cor. 14:33), y un
Dios ordenado, que tiene una cita designada para cada cosa y un tiempo
establecido para la humanidad, por lo que no podemos subestimar el plan divino,
todo está perfectamente controlado por él, y nada se le ha ido de las manos
jamás. Y Si esto es así para la humanidad, lo es con mucha más fuerza para
Israel, pues con nosotros, su pueblo, HaShem tiene tiempos designados
específicos, de los cuales nosotros debemos sacar provecho. Como ya hemos
dicho, shabat y todas las festividades descritas en la Torá.
Pero aún más allá, y aquí me quiero detener, también cada uno de
nosotros tiene un tiempo designado por Dios, como lo tenía Moshé para hablar
con él y que él hable con nosotros.
Si vamos al análisis general, cada persona tiene un día, y una hora,
en la que debe oír el llamado de HaShem, como esta escrito: “Si oyeres hoy su voz, no
endurezcáis vuestros corazones”. Es decir, hay un “hoy” – y por lo tanto
una época, en la cual HaShem llama a la persona a la teshuvá, a una vida de
Torá y espiritualidad. Si la persona, no lo logra ver las alusiones de HaShem,
y endurece su corazón en ese tiempo, que es el “moed” individual para su vida,
¿podrá acercase después a HaShem, cuando ya no sea su tiempo? Todo parece
indicar, que siempre hay una oportunidad, pero nada asegura, que al rehusar
creer en él, y no volverse a Dios, cuando HaShem mismo está gestionando la
llamada, se produzca una segunda oportunidad. Pues HOY es el tiempo, es ahora cuando
él sigue llamando, ¿Y quien tiene asegurado el mañana?
Veamos que es lo que paso con nuestro amado Mesías Yeshua, y su
visitación a su pueblo Israel, que sin duda alguna, un tiempo designado por
HaShem, como está escrito:
“Pero cuando
vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer,
nacido bajo la ley” (Gálatas 4:4)
Sobre este mismo tiempo de visitación que recibió Israel, por medio
de Yeshua nuestro Mesías, él dijo lo siguiente:
“Y cuando llegó cerca y vio la ciudad, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh si tú hubieras conocido,
siquiera en este día, lo conducente a la paz! Pero ahora está
encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos
levantarán torres de asedio contra ti, y te rodearán por todos lados, y te
arrasarán con tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra,
por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación. (Lucas 19:41-44)
¿Qué hubiese pasado si Israel hubiese entendido su “moed”, el
tiempo designado para su visitación? Sin duda la redención final hubiese
llegado, y no estaríamos aún en el exilio. Si hubiesen conocido “su día”, su
tiempo designado, la historia de la humanidad sería otra.
De hecho, este es un LAMENTO del Mesías respecto de nosotros su
pueblo. Y ese lamento, tiene como argumento principal, que no supimos discernir
el “moed” de HaShem, en visita de nuestro santo Mesías Yeshua.
Actualmente estamos viviendo también un “tiempo designado” por
HaShem, para tratar con toda la humanidad, pero: ¿Lo estamos entendiendo realmente
cómo debemos?. El coronavirus, no es solo una enfermedad pandémica, sino que es
un tiempo designado por el tribunal celestial para que el pueblo de HaShem
despierte espiritualmente, y reflexione sobre sus caminos y conducta. Para que
toda la humanidad se detenga y comprenda realmente lo que somos: seres humanos,
que no somos dueños de nada. Lo único que nos pertenece es el tiempo ahora,
el hoy, que se nos ha dado, para buscar a HaShem, y es sobre esto que debemos
reflexionar, como está escrito:
“Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado.
Ciertamente en la inundación de muchas aguas, Éstas no llegarán a él” (Tehilim
32:6)
“porque dice: En
tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido: ¡He
aquí ahora el tiempo aceptable! ¡He aquí ahora el día de salvación!” (2Co 6:2)
¿Cuál es este tiempo del que hablan estos versículos? Este tiempo
es ahora, es hoy, pues mientras se pueda oír, y mientras la persona pueda
buscar a HaShem, será el tiempo propicio para hacerlo. Pero la persona no puede
confiarse, diciendo: “mañana lo haré”, porque incluso el verdadero
arrepentimiento, solo es concedido al hombre desde el cielo, por lo que nada
esta totalmente en nuestras manos. Aún así, la persona debe hoy y ahora, desear
con su alma completa retornar a su creador, mejorar como individuo, y desear
andar en la senda del bien, pues no sabe cuando llegara “su tiempo designado,
solo para él”, en el que se presentara a travesando las puertas de la muerte
delante del Creador.
Hoy es tiempo de buscar a HaShem, y no dejarse endurecer por el
engaño del pecado:
“Antes bien, exhortaos los unos a los otros cada día, en tanto se dice: Hoy;
para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado” (Hebreos
3:13)
Como vemos, la mayoría de los tópicos de esta vida están supeditados
a un moed, una cita designada por HaShem, con alguien en particular: La
humanidad, Israel, cada hijo de HaShem de forma individualmente hablando y cada
persona del mundo, tendrá su momento frente al rey de toda la tierra.
“¡Buscad a YHVH mientras puede ser hallado! ¡Invocadlo, mientras
está cerca! ¡Deje el malo su camino, Y el inicuo sus pensamientos, Y conviértase
a YHVH, que se apiadará de él; A nuestro Dios, que es grande en perdonar! (Isaías
55:7)
אברהם בן יעקב
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