COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL DE LA TORÁ
Parashá n°2 Noaj 5774
Génesis 6:9 – 11:32
Noaj y la Halaja que lo hizo heredar el mundo venidero
La porción Noaj (descanso) es la segunda porción del ciclo anual de la Torá, y en ella se relata esencialmente lo que sucedió al mundo antiguo que fue destruido por el gran mabul (diluvio) que vino sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. La porción de esta semana nos narra este episodio hablándonos primero acerca de la persona de Noaj y su conducta. Nos dice la bendita Torá:
“Esta estos son los descendientes de Noaj: Noaj era hombre virtuoso y perfecto entre sus contemporáneos, Noaj caminaba con Dios.” (Bereshit – Noaj 6:9)
Noaj (Noe), el fue un gran Justo respecto de la generación en la cual vivió. Más allá de las discusiones Rabínicas o de los comentarios que nos muestran algunos Midrash sobre la Justicia de Noaj, en relación a la Justicia de nuestro Padre Abraham, ambos son considerados por Hashem como grandes Justos.
De Noaj es Hashem mismo quien da testimonio de su conducta de Noaj, señalándolo un hombre virtuoso (Génesis 7:1). Por lo cual, no es solo que haya sido visto justo respecto de la generación perversa donde vivió, sino que efectivamente lo era, pues la Tora y Hashem lo declaran, dando testimonio doble: Cuanto más si la generación donde vivía era inmensamente perversa: pues entonces ser integro en medio de esa sociedad era un inmenso reto a la supervivencia espiritual.
Sobre Noaj hay algunos Midrash de carácter Hagadicos (Ilustraciones) que nos intent an comunicar cuan Justo era:
Por ejemplo aquel que señala que Noaj nació con circuncisión, según Hashem le había profetizado a Adam: “Con el nacimiento de un joven circuncidado se levantara la maldición impuesta sobre la tierra después de tu pecado”. O también aquel Misdrash que indica que Noaj amaba a sus Padres y a sus abuelos, pues se hizo cargo de sostener a sus antepasados que aun vivían.
Esta porción comienza diciendo: “Estos son los descendientes de Noaj”, pero inmediatamente nos habla acerca de la condición espiritual elevada de Noaj “: Noaj era hombre virtuoso y perfecto entre sus contemporáneos, Noaj caminaba con Dios”, y no nos menciona a sus descendientes como seria la lógica gramatical dentro del verso, los cuales son nombrados recién en el verso siguiente. Esto nos muestra que en realidad el legado y la descendencia de un hombre son sus actos de bien. Pues su descendencia puede no ser eterna, y de hecho, que todos algún día perecerán, pero las obras de bien que son fruto de una vida obediente a Hashem, permanecen para siempre. Tan verdad es esto, que miles de años después, cada año, hablamos acerca de la conducta de este gran Justo. El cumplimiento de la Torá trae consecuencias Eternas en el mundo.
El verso nos señala que Noaj era: Virtuoso, perfecto, caminaba con Elohim. Tres cualidades que la Torá está haciendo destacar, no por casualidad, sino que para mostrarnos que la vida de Noaj estará signada de tríos, a saber:
Noaj fue el tercero de tres Justos: Hanok, Metushalej, Noaj.
Noaj fue una de las personas que seguro la existencia del mundo; Adam, Noaj, Abraham. Noaj fue padre de tres hijos: Shem, Jam, Iafet.
Noaj vivió en tres mundos: El mundo anterior al mabul, el mundo arrasado por el diluvio, el mundo después del diluvio.
Noaj esta mencionado En Iejezkel (Ezequiel) cap. 14:14. Tres virtuosos que tienen en común haber vivenciado tres mundos en sus respectivas vidas: El profeta Daniel vio el templo en pie, vio el templo destruido, y verá el tercer templo nuevamente en pie. Y similarmente Iov (Job) vio su casa en pie, vio su casa destruida, y vio su casa nuevamente reconstruida (como se relata al final del libro)
Nos dice el verso en análisis que Noaj “Caminaba” con Dios. La palabra hebrea detrás de la palabra “Caminaba” es la palabra “Halaj” de aquí viene la palabra “Halaja”. Dicha palabra es la que se usa usualmente en el Judaísmo para referirse a la interpretación Legal de la Tora que hacen los sabios Rabinos de nuestros Pueblo respecto de las distintas materias legales e interpretativas de la Torá de Moshé. Los Rabinos a través de la “Halaja” (camino- andar) nos muestra la manera en la que uno debe caminar o andar por los senderos de la obediencia de la Torá. ¿Es casualidad que esta palabra este aquí justamente en este pasaje de la Torá? Ya hemos sabido que ninguna letra de la Torá está puesta al azar, es más creemos, como lo dice un Midrash, que Hashem le dicto la Torá a Moshé, letra por letra, reglón tras reglón, por lo cual, cuando leemos que Noaj “Caminaba” o “Andaba”, podemos deducir que Noaj buscaba vivir según “el camino” de la Torá que le había fijado sus antepasados. Esta interpretación va contra la idea de muchos que nada bueno puede haber en la Halaja fijada por los Rabinos y Sabios de nuestro pueblo. Dicha postura no se basa en la Torá, la cual nos ordena obedecer a nuestros Jueces, ¿Y quién es un Juez? Un sabio letrado en la legalidad de las letras de la Torá que designa a pueblo lo que este debe hacer.
La halaja que Noé guardaba era la de sus Padres, ¿Cómo lo sabemos? El Bisabuelo de Noaj fue Hanok (Enoc), de quien leemos en la Torá que caminaba con Hashem y que Di.s se lo llevo para no ver muerte (Génesis 5:22-24). Este gran profeta de Dios, tuvo una intimidad con el Eterno tan elevada que Hashem no le permitió ver la muerte y lo llevo con él al cielo, como está escrito en la carta a los Hebreos (Hebreos 11:5).
El abuelo de Noaj fue un gran Justo, de él está escrito en la Torá, que fue el hombre que vivió más años en la historia de la humanidad. Su nombre era Metushelaj (Matusalén). Según un Midrash, al igual que Noaj, predicada a los de su generación diciéndoles que hicieran teshuva (arrepentimiento-retorno). Como era un gran justo, Hashem espero y no trajo el mabul hasta después del séptimo día de duelo por su muerte. El nombre “Metushelaj” ( לשותמ) significa “A su muerte enviara” La pregunta es: ¿A quién enviara? Algunos dicen que se refiere al diluvio que Hashem enviaría, y no estaría mal dicha interpretación, pero si vamos más allá, descubriremos que está hablando de Noaj que es un tipo del Mesías.
Una de las misiones del Mesías es ingresarnos al Olam Haba (mundo venidero), esa fue la misión de Noaj, él ingreso a la humanidad al mundo venidero de ese entonces, y desde ese momento toda la humanidad tiene a un gran Justo por Padre. Así que el nombre de Metushelaj en realidad nos direciona a una profecía mesiánica, mostrándonos que al igual que Noaj, el enviado de Hashem, el Mesías, nos ingresara al mundo venidero.
(Asombrosamente esta Genealogía detallada en el cap. 5 de Génesis, nos muestra al Mesías. Si usted busca cada nombre principal mencionado en el hebreo, más su correspondiente significado literal, llegara a la siguiente frase en el orden que corresponde desde Adam hasta Noaj: “hombre, sustituto, mortal, bajo, y a su muerte, descanso” Dichos significados nos muestra en plan de Dios a través de la muerte del Mesías, quien es el hombre que sustituto que bajo de Dios, mortal y con su muerte nos trajo el descanso).
Ahora bien, ¿Cómo hizo Noaj todo esto?, ya lo hemos dicho, guardando la halaja de sus Padres, el mismo camino de obediencia de Hanok y Metushelaj. Alguien se preguntara, ¿De que halaja se está hablando si la Torá no había sido dada aún? Es cierto que la Torá no había sido dada aún, pero Hashem, como el gran Maestro de la Torá que es, dio a sus Justos de las distintas generaciones y épocas del mundo antiguo, algunos mandamientos de la misma, a fin de que ellos pudiesen transmitir a modo de halaja estas acciones de la Torá a sus descendientes, y ellos hicieran los mandamientos que eran agradables al Eterno. Y lo sabemos, gracias a que la misma Torá nos informa acerca de que Noaj sabia, cuáles eran los animales puros y los animales impuros (Génesis 7:2). Fue Hashem quien le había revelado a los hombres justos como Noaj los mandamientos de la Torá relacionados con esta materia, aun cuando no comían carne, pues la pureza o impureza de los animales no estaba relacionada con si eran aptos o no aptos para la comida, sino que aptos o no aptos para los sacrificio de ofrenda que se le brindaba a Hashem. Como está documentado en varias partes de la Torá que los hombres ofrecían sacrificios al Eterno, aun antes de la entrega de la Torá. Por esta misma razón leeremos en un futuro cercano en las próximas porciones semanales, que Abraham era integro guardador de los mandamientos y preceptos de Dios (Génesis 26:5) aun cuando estos no habían sido entregados oficialmente a Israel.
Esta es una muestra de que la única manera de sobrevivir espiritualmente a una generación tan perversa como la de Noaj, que es igual a la de hoy, es imitando la conducta de nuestros Padres espirituales, Maestros de la Torá, y cuanto más la vida de nuestro amado Mesías Yeshua.
¿Quién es el Rabino de Rabinos que nos dicta y sanja las distintas halajot (Caminos de la Torá por seguir)? Sin duda es nuestro Rabino Yeshuá. Y esto va para quienes no sepan que hacer respecto de muchos asuntos de la Torá o materias polémicas que se debaten hasta el día de hoy, si Yeshuá lo aclara, para nosotros el tema está cerrado, para nosotros el tema está zanjado, y esa es la conducta que debemos seguir.
¿Cómo actuaremos frente a una generación perversa como esta? Con las enseñanzas de nuestro amado Mesías y Maestro Yeshuá. Toda otra opinión del Judaísmo, es secundaria cuando Yeshuá aclara que se debe hacer.
Por ejemplo respecto de los pecados que se cometieron en la generación perversa de Noaj y que hoy se comenten en la nuestra ¿Cómo aplicaríamos la halaja de Yeshuá? Veamos:
El primer pecado de la generación Noajida fue la idolatría. Tanto así, que se abandonaron de su Hacedor supremo valiéndose de la hechicería. Como ejecutores de la Halaja del Mesías Yeshuá, no mezclamos nuestras vidas con ningún tipo de ocultismo, o misticismo lejano de la Torá. No idolatramos al dinero, a nuestros hijos, a nuestras esposas, a nadie ni a nada que nos pueda separar de nuestro amor profundo por Hashem, como lo enseñara nuestro amado Mesías Yeshuá:
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24)
¿Tiene que ver este pasaje con la idolatría? Claro que sí, según el Rab Shaul, quien recibió su ministerio del Mesías Yeshuá, y por lo cual también distintas Halajot sobre diversas materias, a fin de hacer crecer a la congregación de Yeshuá, enseño diciendo:
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría” (Colosenses 3:5)
Esta misma prohibición de idolatrar, que es un mandamiento universal en la fe Judía (para todas las naciones), recibe honorablemente el titulo de ley Noajida, haciendo honor al Justo Noaj, relacionando así el porqué Hashem decidió destruir a esa perversa generación. Como vemos, el egoísmo, la falta de amor por el otro, fue el gran pecado de esa generación.
Las palabras de nuestro amado Mesías Yeshuá toman mucha más fuerza: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca” (Mateo 24:37-38)
A la generación perversa de Noaj se les había enseñado acerca de las leyes universales que les correspondía respetar como individuos: No idolatrar, No idolatrar, no adulterar, establecer cortes de Justicia, no comer carne de animales mientras tenían vida, no blasfemar, pero a pesar de esto ellos decidieron seguir en sus caminos de maldad y no obedecer a los mandamientos del Eterno, a pesar de esto nos dice la enseñanza Judía que Hashem les hubiera esperado con paciencia, si no hubiese sido por el pecado de NO ROBAR.
En el tratado Sanhedrín 108ª está escrito: “La generación del diluvio cometió todas las transgresiones del mundo. Sin embargo, fueron ajusticiados solo cuando comenzaron a robarse unos a otros; como señala el versículo de la Torá:
“La tierra se colmo de robos a causa de ellos. Los eliminare de la tierra” (Bereshit –Génesis 6:13)
¿Por qué es que el pecado del Robo fue la causa del veredicto final de destrucción para esa generación, y no los otros pecados de inmoralidad sexual, idolatría, corrupción? El robo forma parte de lo más básico que todo ser humano puede considerar para vivir en una generación civilizada. Algunos podrían cuestionar si es posible adulterar, o buscar justificaciones para la muerte de otro, pero nadie podría excusarse con el pecado del Robo. El concepto de que la propiedad ajena no puede robada forma parte del sentido común, y esta generación había perdido todo respeto por sus semejantes.
¿Cómo es posible que por un solo pecado la Humanidad podría haberse salvado, y que por un solo pecado más la humanidad fue destruida? Nos dicen los sabios en el Talmud:
“Siempre la persona debe verse a sí misma como si tuviera la mitad de meritos y la mitad de faltas. Realizando un solo merito, desnivela todos los actos hacia el lado meritorio. Pero si comete una falta provoca exactamente lo contrario. El mundo es juzgado de acuerdo a la mayoría. Por tal razón, realizando un solo acto meritorio, desnivela a todos sus actos y los actos del mundo entero hacia el lado meritorio. Pero si comete una falta provoca exactamente lo contrario” (Talmud Tratado Kidushin 40b)
¿Sabía usted que un fuego puede encender millares de fuegos, sin sufrir ninguna disminución de su luz? Del mismo modo sucede con la Torá y los preceptos. Por ejemplo, un individuo desea ayuda a una persona necesitada, de inmediato su inclinación al mal le dira: “No lo hagas, puedes ayudar mejor a uno de tus hijos, no lo hagas a ese desconocido”. Sin embargo el instito bueno le dice;
“Cumple el precepto, haz lo que está escrito”. Por esta misma razón el sabio Shlomo (Salomon) escribió:
“La vela es el precepto, y la Torá la luz” (Proverbios 6:23)
Un precepto de la Torá cumplido enciende muchas velas y nada de su luz mermara. El cumplimiento de la Torá es similar, cuando uno hace un precepto por más pequeño que sea, uno esta sumando a la balanza de los meritos, a la Halaja del Mesías Yeshuá, y con ellos está permitiendo que un pecado menos exista y un Justo más se levante.
Ese fue el contexto en el que Noaj aplico la Halaja de sus Padres, el eligió cumplir ese precepto que otros no cumplían, y fue considerado un hombre Justo, virtuoso, que andaba con Elohim. Similar es el contexto en el cual hoy vivimos nosotros; una generación con adulterio, asesinatos, robos, corrupción, etc. ¿Qué elegiremos? Si nosotros elegimos cumplir ese precepto que otros no cumplen, nos veremos encendidos en los mandamientos de la Torá, contagiando a otros con el fuego de su esplendo, provocando que este mundo haga retorno a su Creador para que del cielo, nos envíen pronto al Mesías.
“Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe” (Hebreos 11:7)
Solo el poder de la Fe, podrá hacer que actuemos como lo hizo Noaj, pues acerca de cosas que aún no vemos, que se nos dicen que sucederán en un futuro cercano, la venida del Mesías, y la redención final; debemos actuar rápidamente para recuperar el tiempo perdido, y hacer que nuestras vidas espirituales sean halladas dignas de escapar del último juicio que ha de venir sobre el mundo entero.
Shavua Tov (Buena Semana)
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