domingo, 27 de marzo de 2022

Parashat 27 Tazria / ¿Quién manda, el cielo o la tierra?

 


y el sacerdote lo mirará, y he aquí, si la infección se ha vuelto blanca, el sacerdote declarará limpio al que tenía la infección; limpio es. 

(Lev. 13:17 LBLA)

¿Quién manda, el cielo o la tierra?

El sacerdote recibió del cielo la autorización para declarar impuro o limpio una persona que tenía la plaga de tsaráat, traducido como lepra. Aunque la Torá muestra todos los detalles para determinar si una persona había sido afectada por esa plaga o no, sólo el sacerdote tenía la autorización para declararla ritualmente limpia o impura. Cuando uno era declarado limpio tenía el derecho de entrar en el campamento y el tabernáculo, y cuando era declarado impuro no podía ni siquiera entrar en el campamento.

Esto nos enseña que el Cielo ha delegado a las autoridades terrenales el derecho de decidir cómo aplicar las instrucciones de la Torá en casos concretos.

Este texto nos enseña que el hombre que cumplía las condiciones de la Torá para ser limpio no era oficialmente limpio hasta que el sacerdote lo declarara limpio.

Supongamos que hay un caso cuando el sacerdote se equivoque y declare ritualmente impuro uno que según las indicaciones de la Torá debería ser declarado ritualmente puro. ¿Tendría el derecho de vivir en el campamento y entrar en el templo? No, la declaración del sacerdote en este caso tiene más peso y las descripciones de la Torá sobre tsaráat no le autorizan a actuar por su propia cuenta y vivir como ritualmente puro sin la declaración del sacerdote.

Esto concuerda con el principio que dice que lo que los líderes autorizados aten (prohíban) en la tierra, será atado (prohibido) en el cielo y lo que los líderes autorizados desaten (permitan) en la tierra, será desatado (permitido) en el cielo (Mat. 16:19; 18:18). Este es el principio del derecho de dictar leyes prácticas a base de las instrucciones de la Torá, entregado a los líderes autorizados.

Si pasamos el mismo principio a la declaración de las lunas nuevas y las fiestas del Eterno entendemos que los rabinos reconocidos en del pueblo judío tienen la facultad de proclamar cuándo hay que celebrar esos días, como está escrito en Levítico 23:2: “Habla a los hijos de Israel y diles: "Las fiestas señaladas del SEÑOR, que vosotros habréis de proclamar como santas convocaciones, son éstas:” (LBLA)

¿Quiénes son “vosotros” en este texto? No son todos los judíos, sino los líderes autorizados para dirigir el pueblo. Ellos tienen la obligación de ponerse de acuerdo y el derecho de decidir cuándo hay que celebrar las lunas nuevas y las fiestas del Eterno. Lo que ellos declaren será respetado en el cielo porque el cielo ha delegado esa autoridad a los líderes de su pueblo.

Si cada uno hiciese lo que bien le pareciera, el pueblo no se reuniría en las mismas fechas y se crearía un desorden desastroso. Los que no respetan las autoridades establecidas en este punto crean división y confusión en el pueblo.

Ketriel Blad.

Parashat 27 Tazria - El tesoro del corazon - Rab Yosef Barel

 


sábado, 26 de marzo de 2022

Parashá 27 Tazría 5780 - Lashon Hara en el tribunal celestial

COMENTARIO PARASHÁ SEMANAL
Parasha 27 Tazría 5744
Levítico 12:1 – 15:33

Lashón Hará en el tribunal celestial

Esta semana estudiamos la porción Tazría (ella concibe), donde por primera vez en toda la Torá se detalla de forma profunda las leyes concernientes a la enfermedad de “Tzrat” que es traducida en nuestras biblias como “lepra”. Leemos en la bendita Torá:

Levítico / Vaikra 13:2: “Cuando un hombre tenga en la piel de su cuerpo una mancha clara, una mancha blanquecina o una mancha brillante, y se convierta en afección de Tzrat en la piel de su cuerpo, será traído al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes”.

Nuestros sabios nos han enseñado que uno de los principales orígenes de la enfermedad de “Tzrat” es la lengua que habla mal de otra persona. A este pecado en el Judaísmo se le conoce como “Lashon Hara” que traducido es “Lengua de Maldad”.

La primera vez que la Torá nos habla de esta enfermedad, es cuando el brazo de Moshé se contamino con Tzrat, según está registrado en Shemot 4:1. La razón por lo cual Moshé recibió está enfermedad, aunque fue tan solo por un instante, fue porque hablo mal del pueblo de Israel, diciendo que ellos no le creerían, antes de siquiera comenzar su misión.

Esta era una señal para Israel a través de Moshé, no solo para que vieran el poder de Hashem a través de los milagros que se realizaban a través de su siervo Moshé, sino que una señal para que desde el inicio de la redención todos se cuidaran de hablar mal del otro, con tal de no ser dañados con esta enfermedad.

También está registrado en la Torá que luego más adelante, mientras el pueblo estaba en el desierto, Myriam hizo “Lashon Hara” contra Moshé su hermano, y el Eterno la disciplino con la enfermedad de Tzrat, según está registrado en el libro de Bemidbar 12:1-10. De aquí entonces aprendemos de nuestros sabios que la enfermedad o las enfermedades que le puedan afectar a una persona tienen su origen en la lengua de maldad que hizo o hace esta persona contra otra o incluso la lengua de maldad que hizo contra sí mismo. Por lo tanto Hashem nos enseñara muchas veces en la Torá, de forma explícita e implícita la gravedad del pecado de Lashon Hará, para que su pueblo sea sano espiritualmente y físicamente, como está escrito:

“Cuídate de una afección de lepra, para que observes diligentemente y hagas conforme a todo lo que los sacerdotes levitas os enseñen; como les he ordenado, así cuidaréis de hacer. Recuerda lo que HaShem tu Dios hizo a Miriam en el camino, cuando salíais de Egipto.” (Devarim 24:8-9)

Definiciones de Lashon Hara

.- Cuando alguien relata información sobre otra persona que lo perjudica a pesar de que aquello sea verdad.

.- Cuando alguien relata información sobre otra persona y el relato es su mayoría es falso, y partes de él son verdad.

.- Cuando alguien le reporta a otro lo que han dicho o hecho contra él. “Esta persona me dijo que tú eras arrogante”

.- Cualquier reporte que no es Lashon Hara pero que da pie al mal comentario. “Mejor no hablemos de él, no te quiero contar lo que hizo”.

.- Relatar a otra persona a través de gestos o muecas lo que hizo tal persona.

.- Inferir un comentario para que comience la Lashon Hara. “David me dijo que no hablaría de ti, porque no quería hacer Lashón Hará”.

.- Hablar mal de uno mismo. “No puedo” “Soy el peor” “Soy malo”.

¿Cuál es el poder de la lengua?

Nosotros no tomamos muy en cuenta cuando leemos que Hashem hizo el universo, y los mundos con el poder de su palabra. Tan solo una “palabra” y todo fue creado, hasta el final de los tiempos. Si el ser humano es creado a la imagen de aquel que hizo todo con el poder de su palabra, él también tendrá la capacidad de crear realidades espirituales que terminaran siendo físicas a través del poder de su boca. (Bereshit 1:2) (Hebreos 11:3)

Entonces tenemos que la lengua puede crear mundos, es decir “realidades” futuras o próximas que no existían antes que las palabras que la persona dijo fueran dichas. Uno puede hablar bien y crear bendiciones, como por ejemplo, cuando bendecimos a nuestros hijos en la cena del Shabat, cuando alabamos a Hashem por todo lo que nos da. Estamos hablando bien y por lo tanto creando bendiciones y realidades que nos beneficiaran. Sin embargo uno puede hablar mal, y crear problemas, caos, y muchos sufrimientos. Respecto de estas situaciones, buenas y malas, esta dicho por el sabio Shlomo:

“Aquel que cuida su boca y su lengua, cuida a su alma de problemas” (Mishle 21:23)

“La muerte y la vida están bajo el poder de la lengua” (Mishle 18:21)

“¿Quién es el hombre que desea la vida, que ama los días para ver el bien? Cuida tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño”. (Tehilim 34:13-14)

Tenemos por lo tanto que hablar bien nos libra de problemas, pero hablar mal nos crea muchos problemas. Hablar bien nos trae la vida, pero hablar mal atrae la muerte. La lengua asegura el bien o el mal, y el hombre que quiera tener días llenos de vida, debe cuidar su manera de hablar, refrenar sus labios para que no pronuncien engaño.

Por tus palabras serás juzgado:

Habitualmente estamos acostumbrados a emitir juicios livianos respecto de cualquier situación o persona, sin pensar antes que cada palabra que sale de nuestra boca, nos acusa, o nos defiende, para el día del juicio final. Nuestro amado Mesías Yeshua dijo:

“Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:37) 

“Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” (Mateo 12:36)

Incluso en la tradición Judía de nuestro pueblo está escrito:

“El hombre será juzgado por todo lo que dice, hasta la expresión más insignificante no será ignorada. Por eso te advierto que aprendas a sentarte a solas tanto como te sea posible, porque el pecado de la lengua es el más severo, como dicen nuestros sabios” (Tosefta Pea 1)

Si cada palabra cuenta a favor de nosotros, cuando hablamos bien, vivimos agradecidos, tenemos fe en el Creador, también cada palabra cuenta en contra de nosotros, cuando hablamos mal de alguien, cuando nos quejamos, cuando nos dañamos nosotros mismos con palabras de desaliento, cuanto más será cuando nos ponemos en la condición de jueces respecto de otra persona.

Nuestro amado Mesías Yeshuá nos enseño diciendo: “No juzguen para no ser juzgados, con la misma medida que miden serán medidos”. Y esta enseñanza de nuestro amado Rabino Yeshuá, tiene mucho que ver con la ley de MIDDA KENEGGED MIDDA - “Medida por Medida”. Cada vez que nosotros juzgamos a alguien del cielo nos juzgaran de la misma forma, si nosotros dijimos, está persona está sufriendo esto por esta y por esta razón, el cielo estará atento para que cuando nosotros estemos en la misma situación no actuemos de la misma forma en la que actuó la persona de la cual hablamos, pues si hacemos lo mismo, la medida que aplicará el cielo contra nosotros, será la misma medida severa que nosotros aplicamos con la persona. De aquí aprendemos que siempre se debe juzgar a la persona para bien y no para mal, con tal de que nosotros recibamos un juicio con misericordia, ya que todo es medida por medida. Quien hace misericordia en el juicios, del cielo lo juzgaran con misericordia, quien es severo en el juicio, del cielo lo juzgaran con la misma severidad.

HaSatan – el acusador en el tribunal celestial

Nos dice el libro de Yob (Job) que en cierta ocasión se presentaron los hijos de Hashem, y en medio de ellos el Diablo para acusar a los hombres. (Job cap 1). Lo cual nos muestra cómo funciona el tribunal celestial, donde el acusador de los hijos de Hashem, anda rodeando el mundo, buscando argumentos para que los hijos de Hashem sean hallados culpables.

Por lo tanto, Hashem tiene un tribunal celestial, donde somos acusados todos los días por el acusador, pero solo cuando tiene algo de que acusarnos, y habitualmente es cuando hemos hecho lashon hará. Pues él sabe cuando hicimos lashon hara respecto de alguna situación que nosotros mismos no fuimos capaces de sobrellevar.

El Bet Din (Casa de Juicio) Celestial espera que HaSatan (él acusador) traiga todas las acusaciones contrarias a los hijos de Hashem. Lo paradójico de esto es que el mismo Satán comienza hacer “Lashon Hará” contra nosotros, pues no tiene otro sistema para hablar. Yeshuá nuestro amado Mesías nos dijo: “Cuando habla, de si habla, porque es mentiroso y padre de la mentira” y también le dijo a ciertos religiosos: “vosotros sois hijos de vuestro Padre el diablo”. Esto nos enseña que él Satán solo sabe hablar Lashon Hará, aunque sea verdad lo que esté diciendo, su base, su intención oscura y destructora contra los hijos de Hashem, hace que sus palabras solo sean Lashón Hará.

Hay personas que no saben hablar sentadas a la mesa temas que no sean lashon hara. No se puede compartir el pan sino es hablando mal de una persona, o examinando cualquier situación. Esto nos acerca mucho al carácter del acusador, de HaSatan, quien solo sabe hablar Lashon Hara. Los hijos del Eterno debemos no aprender las técnicas del Diablo, pues si así hiciéramos ya no seriamos hijos de luz, sino que hijos de él.

De acuerdo a la ley de Medida por Medida, la única vía legal por la cual al Satán le es dado el permiso de hacer Lashon Hara en el cielo, es porque nosotros hemos hecho Lashon Hara en la tierra contra alguien. Si en la tierra nosotros hablamos mal del alguien, en el cielo viene HaSatan y habla Lashon Hara contra nosotros, está autorizado, pues todo es medida por medida.

De aquí nace la importancia de rogarle a Hashem piedad por nosotros, reconocer nuestros errores y pecados ante él, pero jamás hacer lashon hara contra nosotros mismos. Pues cuando decimos tales clases de declaraciones, estamos acusándonos anticipadamente, y dando cabida para que el acusador, traiga a la memoria del tribunal celestial dichas palabras, y seamos finalmente hallados culpables.

¿Cuál es el valor de no hablar Lashon Hara?

Cada vez que hablamos lashon Hara le estamos dando el permiso a Satán para que él presente nuestros pecados delante del tribunal celestial. No importa si nuestra lashon hara fue pequeña o grande, Satán traerá delante del tribunal celestial todas nuestras faltas, comenzando por las más grandes, porque como nosotros hicimos lashon Hara acá en la tierra, estamos autorizando a Satán para que se presente en el tribunal celestial y haga lashon hara contra nosotros. Ahora bien pensemos, si dentro del día hacemos 10 veces lashon hará, le estaremos dando en el día, 10 veces permiso al acusador, para que presente nuestros pecados delante del tribunal celestial.

Sin embargo el juicio puede ser menos severo, y el perdón puede estar a la puerta toda vez que en vez de hablar mal de alguien, tuvimos compasión y juzgamos con gran misericordia a la persona. Cada vez que hicimos el bien a una persona evitando hablar mal de esa persona juntamos meritos para las veces que hablamos mal de alguien y el Satán nos acuso, los juicios y edictos contrarios no fueron ejecutados contra nosotros por no hablar mal contra alguna persona. Sin embargo, cuando los meritos se acaban porque fueron más las veces que hicimos lashon hara, que las veces que hablamos bien de alguien, entonces el tribunal celestial, no le queda otra alternativa que autorizar malos designios contra nosotros, toda vez que no fuimos hallados inocentes ¿Entendemos entonces cual es el valor de no hablar Lashon Hara?

¿Cómo vencer en el tribunal celestial?

Tres son las personas que son juzgadas en el tribunal celestial:

El que habla: Si tú hablas mal del alguien, entonces el tribunal autoriza a Satán hablar mal de ti.

El que escucha Lashon Hara: Si tu escuchaste a otro hablar mal de otra persona, entonces el tribunal celestial escuchara las acusaciones que Satán hara contra ti.

El sujeto de Lashon Hara: El tribunal celestial luego de oír las acusaciones, revisa si la persona que es sujeto de habladurías, es merecedora o no de ellas, y ve si merece lo que tiene. Si la persona se cuida todo el tiempo y no habla mal de nadie, se le hará justicia para bien, si la persona habla lashon Hará, se le dará el pago y se oirán las acusaciones que hay contra ella.

Ahora bien, ¿Cómo vencer entonces? Cuando alguien se abstiene de hablar mal, se libra del juicio de medida por medida, por lo cual también del acusador, obteniendo así solo la clemencia celestial debido a su clemencia terrenal. Si somos los sujetos constantes de lashon hara, pero nosotros nunca hacemos lashon hara, seremos hallados inocentes y nuestras vidas no serán revisadas para mal.

Una persona que no habla mal de otras personas, y que sin embargo tiene pecados por los cuales dar cuenta, el tribunal celestial demora su edicto, pues él acusador no está presionando para que el Beit Din haga la sentencia lo antes posible. La persona que no habla mal tiene tiempo para hacer teshuva y reparar lo que ha dañado y de remover los pecados por los cuales sería un sujeto de juicio en el tribunal celestial. Y aunque no haga teshuva, y sea finalmente enjuiciado, si no hizo lashon hará, su sentencia será mucho más liviana respecto de la persona que hizo constantemente lashon hara.

Cuando una persona se abstiene de hacer lashon hara su caso no es revisado por un Beit Din celestial inmediatamente, ni puede ser acusado por Satanás, sino que Hashem mismo revisa su caso y se apiadara de él más de lo que lo hiciera el Beit Din, pues los edictos del Eterno son más blandos, como escribiera el rey David: “Que me juzgue Hashem, y no el hombre” Todo esto a raíz de que no hizo lashon hara. Sin embargo cuando la persona hablo mal, Hashem ya no puede ayudarla y la deja en manos del Beit Din, donde está el acusador, y de donde seguramente será hallada culpable. Por esta razón es que leemos en el libro de Zoar, una frase muy interesante:

“Rabbi Shimon Bar Yojai dijo: Todo lo perdona El Santo Bendito Sea excepto Lashon hara” (Zohar ha Kaddosh Parashat Shelaj 161)

Shavua Tov – Buena Semana.

Parashat 26 Shemini / Comenzando de nuevo


Empezaremos en esta parashat con La inauguración del Tabernáculo que tuvo lugar al comienzo del mes de Nisán (Rashi).  Esta fecha es el año nuevo de los reyes (Rosh HaShaná 2a). En Rosh Jodesh Nisán -la fecha en que Dios le entrega la autoridad a la humanidad- Moisés estableció una jerarquía de autoridad, asignándoles a Aarón y a su familia los ritos del sacerdocio.

Shemini: Significa octavo; La frase “en el octavo día” también es utilizada en referencia al precepto de Milá (circuncisión) (ver Levítico 12:3), demostrando el paralelo entre la inauguración de los Cohanim y la Milá. Milá se lleva a cabo en el octavo día de vida del niño ósea es circuncidado y desde el mismo momento en que se le quita la señal de los deseos mundanos y de la impureza está preparado para santificarse y elevarse. a El octavo día alude a la octava sefirá que se encuentra por encima de la naturaleza y nos enseña que el mismo día en el cual Hashem decidió posar Su Presencia en este mundo la persona debe elevarse y apegarse a los mundos superiores. Esto le enseña a la persona que el día en el cual Hashem descendió para posar Su Presencia entre el pueblo de Israel, ella debe intentar elevarse y apegarse a los mundos superiores. A pesar de que la persona es una creación de carne y hueso, hecha de materia inerte, ella recibió un alma espiritual que pertenece a los mundos más elevados y que le permite crecer y superarse, desconectándose de lo material y de las vanidades mundanas que la rodean, apegándose a los mundos que se encuentran por encima de la naturaleza.

  Eventos que se dan en la inauguración del tabernáculo muy interesantes que son dignos de estudio.

  1) Hashem se llevó las almas de los hijos de Aharón precisamente el día de la inauguración del Tabernáculo, según algunos interpretes dicen: para enseñarnos que debemos aspirar a apegarnos a la santidad, dado que Dios no volverá a alejar Su Presencia del pueblo, sino que lo juzga y castiga con la cualidad de la justicia para que logre expiar sus malos actos permitiendo que la Presencia de Dios siga habitando entre el pueblo. Por eso, el octavo día, con toda su santidad y elevación, fue el momento adecuado para transmitir este mensaje a través de la muerte de los hijos de Aharón 

  2) Esta parashá comienza con la palabra "vaiehí" que es una expresión de dolor y sufrimiento, debido a que el pueblo de Israel pecó con el Becerro de Oro y en consecuencia la Presencia Divina se alejó. 

  3) Esta parashá nos ayuda a entender que la persona tiene la capacidad de elevarse espiritualmente a tal nivel que se le considera como si estuviese en el Mundo Venidero mientras sigue viviendo en este mundo, y esto es posible porque Hashem habita en ella. Por otra parte, este mismo mérito le exige cuidar sus actos sabiendo que deberá rendir cuentas exactas y escrupulosas sobre cada detalle de su comportamiento.

  4) "Y sucedió en el octavo día, que Moshé llamó a Aharón y a sus hijos". De aquí se entiende que hasta ese momento fue Moshé Rabenu quien actuó como Cohén HaGadol y solamente al octavo día llamó a su hermano para asumir esa función. Esto llama la atención, porque si el rol de Cohén HaGadol estaba reservado para Aharón se le debería haber otorgado desde el primer momento. Entonces, ¿por qué Moshé Rabenu sirvió como Cohén HaGadol durante siete días y solamente al octavo día delegó esa tarea a su hermano Aharón?  En estos momentos no hay cohen HaGadol, pero vemos una alusión al cohen HaGadol que descenderá a su pueblo Israel a oficial otra vez en el tabernáculo. EL MASHIJA DESEADO NUESTRO REBE YESHUA.

  5) "Y sucedió, en el octavo día, que Moshé llamó a Aharón y a sus hijos y a los ancianos de Israel. Y dijo a Aharón: 'Toma para ti un becerro –cría macho de las reses- para ofrenda de pecado y un carnero para ofrenda de ascensión, sin defecto, y ofrécelos delante del Eterno'". (Vaikrá 9:1-2) Este texto nos trae una pregunta Porque Aharón tenía que hacer un sacrificio por el si era el Kohen HaGadol, Dice Rashi: "'Toma para ti un becerro' –le ordenó esto con el objeto de informarle que por medio de ese becerro el Santo, Bendito Sea, le concedía expiación por el incidente del Becerro de Oro que había hecho" Debemos explicar que en verdad Aharón no pecó en absoluto con el Becerro de Oro, sino que vio un incidente y temió por las consecuencias que eso podía provocar. Aharón vio que el pueblo asesinó a Jur cuando éste les recriminó por su mal comportamiento y pensó que también lo matarían a él si se les oponía (Sanhedrín 7a). Este temor no era para protegerse a sí mismo, sino para cuidar al pueblo de Israel, porque él sabía que el asesinato de un cohén y profeta del pueblo no puede ser expiado de ninguna forma (Ibíd.). Por eso, debido a su preocupación por el pueblo de Israel, tomó sobre sí mismo la responsabilidad y se comportó como si en verdad deseara cooperar con ellos para salvarlos de un pecado tan grave. Aharón dejó de lado su propio honor para honrar al pueblo de Israel. -  En aquél momento Aharón todavía no era Cohén Gadol, aunque ya estaba destinado a serlo, porque ya se había decretado que el pueblo de Israel vagara cuarenta años por el desierto y que debieran construir el Tabernáculo –donde ofrecerían temporalmente los sacrificios. Por lo tanto, necesitarían un Cohén Gadol. Dios le dijo a Aharón: "Tú dejaste de lado tu honor porque te veías a ti mismo como un ser pequeño e insignificante, en consecuencia, Yo te nombraré Cohén Gadol".

 Aquí podemos entender las virtudes de este hombre y su entrega a su pueblo donde puso su vida en riesgo por su pueblo, a eso se llama humildad y entrega. Aharon allí demuestra que había trabajado en su interior para lograr tener las virtudes necesarias para ser elegido para ese cargo, dice la Guemará en el Tratado de Berajot (32b) dice que cuatro cosas precisan ser reforzadas: los buenos actos, el rezo, el buen comportamiento (derej Eretz) y las enseñanzas de la Torá; porque la Inclinación al Mal lucha contra ellas permanentemente para debilitarlas. Dice la Torá: "Tú has comenzado a mostrarle a Tu siervo" (Devarim 3:24), porque la persona siempre está comenzando de nuevo. Comencemos de nuevo para que igual que Aharón seamos dignos de trabajar en la obra de Hashem.

SHABAT SHALOM

                                                                                        Rabino Yosef Ben Abraham 

                                                                                                Kehilah Beit Haderej

                                                                                                    Maracaibo – Venezuela.

Parashat 26 Shemini - Un sacrificio agradable


Levítico (Vaycra)  9:1- 11:47

Tercera Aliya   9:24-10:11

salió fuego de la presencia de Hashem y consumió el holocausto con las grasas que estaban en el altar. Al ver esto, todos los del pueblo alabaron y se postraron sobre sus rostros” (lev 9:24)

·         El fuego que descendía del cielo era señal de que el Eterno aceptaba el sacrificio hecho por Aaron, también encontramos esta misma circunstancia en (1 Reyes 18:38; 1 crónicas 21:26)

·         El Santo Bendito no acepta korban de cualquier persona, en la escritura encontramos que de los impíos el sacrificio es abominación, algo detestable ante la presencia de Hashem.

Proverbios 21:27el sacrificio de los malvados es abominable, tanto más ofreciéndolo con maldad”

Proverbios 15:8El sacrificio que ofrecen los malvados es abominable para Hashem. La oración de los rectos es su gozo”

·         Cuando tenemos un corazón entregado Hashem, un corazón moldeable por el Eterno, el mismo acepta nuestras oraciones y podemos observar como el fuego del Eterno se manifiesta en nuestras vidas, podemos aprecias Aaron, el profeta Elías, Rey David, con corazón acorde a la personalidad de nuestro Santo Creador, quienes observaron como el Santo Bendito envió respuesta por medio del fuego.

2 crónicas 7:1  Cuando salomón termino de orar, descendió fuego de los cielos y consumió el holocausto y los sacrificios y la gloria de Hashem lleno la casa”

 Para experimentar La Gloria del Eterno en nuestras vidas es fundamental entregarnos y presentarnos por medio de oración, alabanza con un corazón humilde, moldeable y moldeado por su palabra, con obediencia a la verdad de sus mandamientos por medio de los cuales creceremos en santidad. 

Salmo 51:17 los sacrificios del Eterno son el ruaj quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciaras tú, oh Hashem”

Que Adonay nos bendiga…

Shabat Shalom.

lunes, 21 de marzo de 2022

Parasha 26 Shemini 5776 / Cuidando el Pacto


COMENTARIO DE LA PARASHA SEMANAL
Parasha 26 Shemini 5776
Levítico 9:1 – 11:47

Esta semana estudiamos la porción shemini “octavo”, el octavo día de la inauguración de Mishkan, la primera vez en que Aharón en su condición de cohen HaGadol, alzara sus manos para bendecir al pueblo de Israel. Hay entonces una relación entre el día“shemini” “octavo” y la bendición que desciende del cielo a través del Cohen Hagadol celestial. 

¿Qué es el octavo día? En nuestra sagrada Torá hallamos algunas referencias simbólicas a este número: Tenemos por ejemplo: que fueron 8 las personas, las que se refugiaron dentro del arca de Noaj, y accedieron al mundo post diluvio. Por lo que aprendemos que el concepto de “octavo” está relacionado con los nuevos ciclos, o comienzos. Para las personas subieron al arca de Noaj, y luego descendieron de ella, significo un nuevo ciclo, un nuevo comienzo, y no solo para ellos, sino que incluso una oportunidad para toda la raza humana y para toda la creación. Es decir, esas ocho personas son una especie de “tikun” corrección que HaShem dejo como ejemplo de que la base del mundo, y de su perfección está basado en el concepto que está guardado en el “shemini”, en el octavo día. Así que cuando comprendamos su real significado, lo podremos usar como la principal vía de rectificación de nuestras vidas espirituales y físicas.

El octavo día representa por lo tanto, al mundo venidero, o al mundo de la corrección.

También es el día que procede al Shabat, y esto significa que desde el punto de vista de lo que nos enseñan los Rabinos en la Guemara, “que el mundo existirá siete mil años”, cabe hacernos la pregunta: ¿y después que habrá? Un nuevo inicio, un “octavo”, algo que representa el comienzo de algo corregido y por lo tanto, algo tan especial que no sabemos cómo explicar. Ese espacio en la eternidad en el que por fin el hombre será uno con el Creador. Porque no podemos creer, ni pensar, que esta creación humana, nunca llegara a lograr, aquello para lo cual fue creada. Sino que es nuestra verdadera y completa emuna y confianza, que el ser humano finalmente será libre y completo, y podrá llegar a una estatura espiritual perfecta apegado al Creador de todas las cosas. Y si pensamos bien, ese tiempo, aunque no puede llamarse “tiempo”, corresponde justamente al octavo (shemini), al momento espiritual y eterno, que va más allá del mundo venidero. Como está escrito: “y reino mil años”, los cuales aluden al reinado del Mesías Yeshuá en el Shabat del Olam Haba (mundo venidero), pero al final de todo, está escrito: “entregara el reino al Dios y Padre” (1 Cor. 15.), ese momento será, en el octavo (shemini), el día en que todo estará dominado por el Eterno, porque todo lo que debía ser corregido, fue totalmente reparado. 

Tenemos entonces que las bendiciones celestiales finales están reservadas también, al igual que la bendición sacerdotal, para un octavo día. 

“Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y lo bendijo”... (Vayikra - Levitico 9:22)

Por lo que no es casualidad que nuestra porción de la Torá de esta semana, nos hable acerca del octavo día, y en él, sea el día en que HaShem permita dar la primera bendición sacerdotal del Cohen Hagadol Aharón para todo el pueblo de Israel. Por lo que yo postulo entonces que todas las bendiciones dependen del cuidado del shemini u octavo día, como explicare a continuación.

¿A que nos referimos con el cuidado del octavo? Lo sé, solo estoy usando una manera muy especial para introducirme al tema, pero que sin duda, yo creo usted captara mi idea, pues el concepto de “shemini” y el de “bendición” son temas que están relacionados entre sí: 

La Torá nos enseña, que el primer pacto entre Dios y el hombre, con el propósito de comenzar una corrección en el mundo, después que Dios destruyera la tierra con el diluvio, fue el pacto de la circuncisión, y para ellos eligió a un hombre justo: Abraham y a sus descendientes: Itzjak y Iaacov y por lo tanto a todos los hijo de Israel (Génesis 17:1-2).

El pacto de la circuncisión o brit mila, es el único mandamiento, que se puede cumplir solo una vez en la vida, y en el shemini, octavo día. Este mandamiento, que es una orden de HaShem dada al padre del hijo, no puede cumplirse ni en el séptimo, ni en el noveno día, sino que solamente en el octavo día. Por lo que cuando en las escrituras, hallamos que está aludido el concepto de “shemini” “octavo”, está insinuándonos que pongamos atención en el pacto del brit mila.

En otras palabras, para que el pueblo de Israel, pudiera recibir, su primera bendición sacerdotal, de manos del cohen hagadol, tuvo que esperar hasta el octavo día de la inauguración del mishkan, pues la bendición sacerdotal, el comienzo de toda corrección espiritual (eso era el mishkan), tiene como base, aquello que esta encerrado en el octavo día. 

El mishkan representa la vida del ser humano, representa su cuerpo y su alma y todos sus niveles espirituales. El mishkan es el tikun del pecado de la idolatría del becerro de oro, y este solo pudo comenzar a funcionar, una vez que Aharon dio la bendición al pueblo de Israel, cuando llego el octavo día de su inauguración ¿Por qué razón? Porque toda bendición sacerdotal, que emana de los cielos, para que el pueblo de Israel la pueda recibir, deberá tener mucho cuidado de estar sobre la base del pacto del octavo día, que es la circuncisión, y que representa al cuidado de los pecados sexuales. El que cuida esta base, podrá triunfar en toda la Torá. Es decir, si el pueblo de Israel cuida su cuerpo y alma, de la inmoralidad sexual, entonces podrá alcanzar todas las bendiciones que están deparadas en los cielos para ellos, y que descienden ahora en manos del cohen hagadol celestial, conforme al orden del Malkisedec (Ver carta a los Hebreos).

La mitzva del brit mila, implica toda la Torá. Es así como la guematria de la palabra “brit” es 612, al agregar un número por la mitzva en sí misma, suma entonces 613, que es el número de todos de los mandamientos de la torá. Tenemos entonces que el cuidado del brit, el cuidado del pacto sexual, tiene el valor de toda la Torá.

La Tora es llamada un “Pacto”. Nos dice el libro del Zohar: “La Tora es llamada “pacto”, el santo bendito es llamado “Pacto” y la santa señal de la circuncisión es llamada “Pacto”. 

En las cartas del Rabino Shaul de Tarso, hay dos expresiones donde se utiliza la palabra “HUID”, dos cosas de las cuales debemos HUIR siempre. El Rabino Shaul dice: “Huid de la fornicación” que es sin duda el cuidado del pacto de la circuncisión, y dice: “Huid de la idolatría”, pues la idolatría no era sino la excusa de los idolatras para poder cometer actos inmorales en pos de sus ídolos, como lo explican nuestros jajamim (sabios) en varias oportunidades.

Yosef el hijo de Iaacov, descendió a Mitzraim y cuido el su semilla, no derramo se semen en vano, cuando la mujer de potifar lo asedio. Por lo que fue llamado como Yosef HaTzadik (Yosef el Justo). Esto nos enseña que quien tiene el poder de gobernar su cuerpo, es digno de salvar al mundo entero, y admnistrar grandes bendiciones como lo hizo Yosef, que salvo a toda una generación del hambruna que les azotaba. Como vemos el cuidado del pacto, está ligado a la bendición celestial.

La persona que cuida su pacto sexual, podrá administrar las bendiciones más grandes reservadas en los cielos. Un ejemplo claro de esto, es que la Torá nos llame “Reyes y Sacerdotes”, pues el Rey, desde el punto de vista espiritual, es aquel que se gobierna por completo, y por lo tanto, es como un Rey que posee todas las bendiciones dentro de un reino sumamente administrado. Lo mismo es el sacerdote, quien no podía jamás presentarse en estado de impureza, para ministrar al Creador. Una de las impurezas de las cuales podía ser objeto el sacerdote era la emisión de semen, ya sea por haber cohabitado con su esposa, o por haber tenido una polución nocturna. Por lo que una forma de entender la expresión “sacerdotes”, aludiría a la capacidad de Israel de gobernar sus apetitos sexuales, cuidando el pacto de la mila.

Una de las advertencias de la Tora que no tomamos muy en cuenta, en medio de una sociedad tan liberal en los temas de sexualidad como es esta, es la siguiente: “No irán tras sus corazones ni tras sus ojos” (Números 15:39) Tras sus corazones se refiere a la falta de emuna en HaShem, el materialismo y todo aquello que nos distrae del objetivo principal, y “tras sus ojos”, se refiere a la inmoralidad sexual.

La persona debe ser cuidadosa de su pacto, cuidar su familia y matrimonio, y no ir pos de la inmoralidad sexual, sino que huir de ella. Cuando la persona comienza a cuidar su pacto, colocando cercos que impiden la entrada a la inmoralidad sexual, entonces su vida se llena de hermosos sentimientos: seguridad, paz, amor por el prójimo, amor por la Torá y amor por HaShem, y sobre todo experimentara alegría, sabrá que nada le faltará. 

Por otra parte la persona que no cuida su pacto, no puede tener alegría, vive lleno de temores e inseguridades, y carece de amor por sí mismo, por Dios y por el prójimo, no puede ser libre, no por lo menos por medios físicos. 

Pero hay un oportunidad siempre, la tefila, y la verdadera teshuva, son más que todos los sacrificios juntos, y la persona que se acerca HaShem así, no será avergonzada. El retorno es lento, difícil, pero sin duda alguna, la mejor y única mejor decisión que ser humano puede tomar en esta vida. 

Los brazos del del Cohen HaGadol celestial están extendidos, y su especial bendición para el pueblo que cuida el pacto desciende sobre las familias de todo Israel y el mundo que teme a HaShem.

אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780

Parasha 26 Shemini 5780 / Haciendo alardes de piedad


COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL DE LA TORÁ

Parashá n°26 Shemini 5780
Levítico 9:1 – 11:47

HACIENDO ALARDES DE PIEDAD

Shabat Shalom Javerim: 

בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos estudiando esta semana la parashá Shemini (octavo).  En esta oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:

“Y el cerdo, porque su pezuña es hendida y está totalmente separada y no rumia” (Levítico/VaYikra 11:07)

El versículo que comentamos nos trae una enseñanza interesante, la prohibición de comer cerdo, ¿Qué aprendemos de ella? Pues algo muy importante. Si nos fijamos en el versículo, la Torá nos dice primero que el cerdo tiene una señal kasher (apto), pues dice: “porque su pezuña es hendida y está totalmente separada”. Es decir, la torá comienza arrojándonos una característica “kasher” del cerdo. Pero, ¿Por qué la Torá, no dice primero su característica no kasher, y luego nos dice su característica kasher? Es para enseñarnos que muchas veces podemos actuar como el cerdo, mostrándonos a todos en apariencia, como personas “kasher”, aunque por dentro no lo seamos. Nuestro versículo termina diciendo: “y no rumia”, es decir es kasher en apariencia, pero en su boca y en su interior no hay características kasher.

Esto nos recuerda la importancia de ser personas auténticas, tal cual nos mostramos por fuera, debemos ser poder dentro. Esta es una enseñanza de musar (ética), muy importante para nuestra vida, que si practicamos, nos hará persona mas libres y alegres, pues no sentiremos esa carga emocional de mostrarnos siempre como “grandes justos”, cuando en realidad no lo somos. Si no que personas que hacen un esfuerzo sincero por mejorar.

El cerdo se muestra como animal kasher, él en apariencia grita al mundo lo “apto” que es. Sin embargo, el cerdo es impuro en el interior, lo cual nos conecta con la siguiente enseñanza de nuestro amado Mesías Yeshua:

“Cuando, pues, des tzdaka, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des tzdaka, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (Mateo 6:2-4)

Una característica de los que viven como el cerdo, mostrando; “apariencia de piedad”, es que siempre hacen alarde de su piedad. Si dan una tzdaka a alguien, ellos buscan que los demás se enteren, para ser visto de los hombres, y los hombres digan: “que buena es esta persona”, justamente, esa es su recompensa. Pero las personas auténticas, hacen el bien a los demás, y jamás hacen alarde por lo que hacen por otros, es más, cuando tienen la oportunidad de hacerlo, buscan hacerlo en privado y silencio, con tal de que nadie se entere. Eso es lo que nuestro amado Mesías Yeshua nos enseñó: “no sepa tu izquierda, lo que hace tu derecha, tu padre que ve en lo secreto te recompensará en público”

HaShem quiere que sus hijos hagan el bien de forma privada y no hagan alarde de ellas, el profeta dice así: “y que requiere Dios de ti, solo hacer justicia, amar la misericordia y andar humildemente con tu Dios” (Micá 6:8) HaShem quiere las buenas acciones, la justicia, la misericordia, pero al final de todo busca que: “andes humildemente con tu Dios”, es decir, que vivamos una vida con actitud MODESTA, no debemos presumir de “espiritualidad”, pues si así hacemos, eso seria lo menos espiritual que hay.

Hay acciones de bondad que se hacen públicamente, como la tefila en la sinagoga, la asistencia a los que están de duelo, o la visita a los enfermos, pero todas estas buenas acciones, que son muy provechosas para quien las hace, deben hacerse con una conciencia de modestia y humildad, no sintiéndose superiores o indispensables, sino que entendiendo que incluso, estas buenas obras, estaban preparadas de antemano por HaShem, es decir no son nuestras intrínsicamente, sino que HaShem las creo y nos las dio para que andemos en ellas, como está escrito por el rab Shaul:

Porque somos hechura suya, creados en el Mesías Yeshua para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas” (Efesios 2:10)

Nuestro amado Mesías Yeshua llamo la atención sobre estas cosas, cuando dijo:

“Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa” (Mateo 6:16)

Cuando la persona ayuna, debe ser lo más privado posible, idealmente si le preguntan si está ayunando debe cambiar el tema e intentar no responder, para no mostrar a los demás lo que está haciendo. Si una persona esconde a los demás, su piedad, entonces la recompensa que le está reservada por esa acción piadosa, le será dada en público, no solo aquí en esta vida, sino que también en el mundo venidero. Su sejut (merito) es tan grande, que HaShem le protege de grandes juicios, como está escrito: “si un hombre maneja su camino de una manera oculta, Dios lo protegerá de todo perjuicio” (Iov 3:23) Por lo tanto, nos debemos esforzar en que toda búsqueda de HaShem, sea en privado, toda buena acción sea conocida solo por el cielo, y que toda acción que pueda considerarse piadosa sea lo más privada posible.

El cerdo es como aquel Fariseo que en pie oraba consigo mismo diciendo: “oraba para sí de esta manera: «Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos”. Sin embargo, la persona autentica es como el publicano recaudador de impuestos, que oraba sin alzar su vista al cielo, diciendo: “Dios, ten piedad de mi pecador”. Y es que, HaShem justifico primero al sincero y autentico publicano, antes que al orgulloso y altivo religioso que olvidaba ante quien estaba orando. ¿Pues de que puede enorgullecerse el ser humano, si es tan solo una gota de polvo, aun con toda su observancia religiosa, delante de HaShem?, pues como está escrito: “y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas” (Isaias 64:6). HaShem no quiere sacrificio que yo daría, como decía el salmista, sino que: “al corazón contrito y humillado, tu Dios no rechazas”. Y es que de eso se trata la vida amados, en saber, que nuestro honor no es nada, ante la realidad única y eterna que es ÉL, el cual es VERDADERO, todo lo demás se desvanece ante esa realidad. Pues incluso al Mesías Yeshua le dijeron “maestro bueno”, y el respondió: “porque me llamas bueno?, solo hay uno bueno, Dios.” Lo que nos termina de poner en nuestro lugar, que somos polvo, y al polvo volveremos.

Mientras más auténtico seamos, más humildes seremos, porque la verdad que hay dentro de nosotros, nos lleva a la reflexión de que somos lo que somos, y podemos llegar a ser algo mucho mejor, solo gracias y a causa de aquel que nos llamó, para la gloria de su nombre.

Shabat Shalom.

אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780

domingo, 20 de marzo de 2022

Parasha 26 Shemini 5774 / El estudio de la Torá atrae la shejina


COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL
Parashá 26 Sheminí 5774
Levítico 9:1 – 11:47


El estudio de la Torá atrae la Shejina.


Shalom Javer v’ajim, esta semana estudiamos la porción shemini (octavo), donde comenzamos leyendo acerca de la inauguración del Mishkan. Por primera vez el Cohen HaGadol Aharón ofrecerá los korbanot demandados por el Eterno a Israel, la respuesta o señal de aprobación de Hashem la vería todo Israel cuando fuego un fuego divino del mismo trono de Hashem descienda sobre la ofrenda y encienda por primera vez el altar, trayendo consigo la bendita shejina del Eterno morando con su pueblo.

Nos dice la bendita Torá:

“Y Moshé dijo: “Esto es lo que Hashem ha mandado que hagáis”, para que la gloria de Hashem se aparezca a vosotros. Entonces Moshé dijo a Aharón: Acércate al altar y presenta tu ofrenda por el pecado y tu ofrenda de ascensión, para que hagas expiación por ti mismo y por el pueblo; luego presenta la ofrenda por el pueblo, para que puedas hacer expiación por ellos, tal como Hashem ha ordenado.” (Vaikra - Levítico 9:6-7)

Esto nos da pie para nuestro comentario de esta semana, ¿Qué debemos hacer para atraer la presencia divina a nuestras vidas, a nuestras familias y a nuestra comunidad? (Comentarios, basado en el Mishne Torá del Rambam sección de Hiljot Talmud Tora, y enseñanzas del Rab Shaúl de Tarso)

Según leemos, la bendita Torá del Eterno señala que Moshé dijo: “Esto es lo que Hashem ha mandado que hagáis”, lo cual alude al mandamiento de Limud HaTora (Estudio de la Torá). Significa que Moshé está diciendo “esto” es decir: “esta Torá” “está instrucción que les fue mandada” es lo que ustedes deben estudiar, aprender, y enseñar por sus generaciones, con tal de que se les revele o aparezca la gloria de Hashem.

En pocas palabras una persona que da su vida en aras de la Torá, lograra atraer sobre sí la gloria del santo bendito. Cuanto más si toda la comunidad se hace meritoria de la shejina divina a través de la ocupación en el estudio de los mitzvot (mandamientos) de la Torá. De aquí comprendemos que es un mandamiento estudiar Torá, pues quien estudia Torá atrae sobre sí la shejina divina, y apura a llegada del Mesías. ¿Quién está obligado a estudiar Torá?:

Ahora bien, sabemos que hay un mandamiento de estudiar la Torá ¿Quiénes están obligados? Según la halaja (leyes) sobre el estudio de la Tora, Hiljot Talmud Tora, las mujeres están exentas del estudio, (pero no excluidas), los esclavos, y los menores (considerando menores a los que no han superado la edad de Bar Mitzva, lo cual no los exime de no ser enseñados por sus Padres o Maestros). La mujer no está obligada a enseñar a sus hijos Torá según la halaja, sin embargo, visto desde el punto de vista, de que quien no tiene la obligación de estudiar, no tiene la obligación de enseñar. Sin embargo, las escrituras invitan a las mujeres que han nacido de nuevo a ser “Maestras del bien”, como está escrito, respecto de las esposas de los “ancianos” o mujeres con alta madurez espiritual:

“Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien, que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,” (Tito 2:3-4)

Las palabras del Rab Shaúl nos muestran entonces, que si bien a la mujer, no les considerada una obligación del estudio de la Torá, pues ante la comunidad no está autorizada a enseñar, y no es su obligación educar a los hijos en el conocimiento de la Torá, con todo, puede estudiar Torá, sujetándose al esposo, “consultando con él en su casa” (como escribiera Pablo), para que habiendo alcanzado madurez espiritual, tenga la capacidad de enseñar a las más jóvenes. Esto nos muestras que en medio de las comunidades, deben existir mujeres más preparadas que otras, siendo las ancianas a las que más se les demanda responsabilidad con tal de tener instrucción para las más jóvenes.

Otra forma de aplicar está halaja del Rab Shaúl, es que en realidad “ancianas” en un titulo, y no una característica. No se refiere a la edad de la mujer, sino que a su sabiduría, lo cual la convierte en una persona de experiencia frente a las jóvenes, inexpertas y faltas de sabiduría. Obligando a la mujer de sabiduría a ser instructora de las más jóvenes. Lo cual nos da como resultado, la necesidad imperiosa, de que las mujeres también se instruyan para poder instruir a otras mujeres. Aunque cabe señalar, como veremos, que en un orden de prioridades es el varón quien debe instruir a su esposa primero, y segundo, la esposa estará preparada para instruir a las mujeres más jóvenes o inexpertas. Como está escrito:

“Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación” (1Corintios 14:34-35)

Por otra parte, respecto del varón: La Torá lo obliga a estudiar, para enseñarle a sus hijos, a sus nietos, y a sus discípulos. Como está escrito:

"Han de enseñarlas (La Tora) a sus hijos, para que hablen sobre ellas" (Debarim 11:19)

Aquí la expresión “sus hijos”, corresponde según la Hiljot Talmud Tora (leyes sobre el estudio de la Torá), a los hijos de la persona, sus nietos y sus discípulos. Como está escrito:

“Las enseñaras a tus hijos y a los hijos de tus hijos” (Devarim 4:9)

El sabio de Israel, según estas mismas leyes está también obligado a enseñar a todo hijo de Israel. Pues los discípulos son considerados como “hijos”, pues está escrito: “las enseñaras a tus hijos”, sin distinción, los discípulos son hijos de su instructor de Torá, de ahí la obligación de los sabios de enseñar no solo a sus propios hijos o nietos, sino que a tod o hijos de Israel, como está escrito:

“Y salieron los hijos de los profetas” (2Reyes 2:3)

El verso cita a los “hijos” de los profetas, en un sentido alegórico, pues no eran sus hijos de sangre, pero si hijos de instrucción, pues pertenecían a de los profetas.

Por lo cual entonces es una bonita mitzva la de instruir a los hijos (hijos, nietos, discípulos)

¿Cuándo deberíamos comenzar a enseñar Torá a nuestros hijos? Hiljot Talmud Tora, nos dice que desde que comienza hablar el pequeño, se le debe instruir respecto de las palabras del “Shema Israel” (Debarim 6:4) y del pasaje de la Tora donde dice: “Moshé ordeno la Tora” (Devarim 33:4), después a de enseñarle poco a poco, todo según la capacidad del niño, y después a de llevarlo a lo de un maestro de Torá pagando por su instrucción.

El varón debe estudiar toda su vida la Torá, hasta el día de su muerte, pues está escrito:

“No se apartara de tu corazón en todos los días de tu vida” (Devarim 4:9)

Pues si no lo hiciera así, se olvidaría de lo aprendido.

La relación de un (More) Maestro y su Talmid (alumno):

Está escrito en la Mishna del Pirkei Avot (cap 6):

“Yehoshúa ben Perajiá dice: Procúrate un Rab, adquiérete un amigo y juzga a toda persona benévolamente”

Para estudiar Torá, la persona debe tener una relación con su Maestro, pero antes la persona debe tener un Maestro. El estudio autodidacta es bueno, pero no se compara al nivel de estudio logrado entre dos o más personas a través de los labios de un More o un Rab.

Esto no es ninguna novedad, nuestro amado Mesías Yeshuá, nuestro gran y santo Maestro, nos mostró como él eligió tener seguidores, 70 discípulos, 12 discípulos cercanos, y finalmente 3 discípulos más cercanos. Lo cual nos revela la importancia de tomar el manto de quien nos instruye en la bendita Torá, y lograr esa relación personal profunda con él, tanto más cerca mucho mejor, pues así recibimos enseñanzas que nos hacen parecernos mucho más a quien nos instruye.

La relación entre discípulo y maestro, según nos revela la Torá, es como la que debe existir entre un hijo y un Padre. Es muy especial está bonita comunión entre dos personas. El Padre o Maestro es un guía y un instructor, pero también es un ser humano que necesita corregir sus errores, y por lo cual necesitara de otro mayor que él, para que lo instruya en las sendas de la Torá. El alumno o hijo debe saber que su Maestro o Padre tiene una misión dada por el cielo de enseñarle Torá, por lo cual ha de respetarlo a pesar de sus errores y admirarlo pues es a él a quien Hashem a puesto como en su representación para transmitirle palabras de vida Eterna. 

Esta relación entre maestro y discípulo en la comunidad atrae la presencia divina, y es clave a la hora de ofrecer el “korban” comunitario. ¿Cómo podría Hashem visitarnos si no deseamos ser enseñados, y si no deseamos estudiar la bendita Torá? 

El maestro enseña con los ejemplos y con sus enseñanzas, no solo con las palabras, pues nuestro amado Mesías Yeshuá enseño diciendo: “Ejemplo os he dado”


Por otra parte, hallamos en las enseñanzas de Yeshuá que un discípulo no es superior a su Maestro, con todo si llegara a algo mejor, llegara a ser como su Maestro. Como esta escrito:

“El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzeb, ¿cuánto más a los de su casa? (Mateo 10:24-25)

Rambam nos dice: “así como un hombre honre y respete a su Padre, es igualmente su deber respetar y honrar a su maestro, y aún a su maestro más que a su Padre, porque el Padre lo trae a la vida de este mundo, pero el maestro, al enseñarle sabiduría, lo lleva a la vida del mundo venidero”

En la Mishna de Pirkei Avot, está escrito: “Respeta a tu maestro como a tu Señor” (Avot 4:15)- Con todo, me atrevo a decir que si el Padre es el Maestro de Torá de la persona, pues mucho mejor, doble honra es la que le ha sido conferida desde el cielo.



Por otra parte el Maestro debe respetar y amar mucho a sus discípulos como a hijos de sangre, cuidarlo, tenerles paciencia, enseñarles una y otra vez, pues de asuntos de Torá se trata. Sin embargo debe ser riguroso con los que por causa de la ociosidad no han avanzado en sus estudios.

Está escrito en la Mishna Pirkei Avot: “Que tu honra a tus discípulos te sea tan cara como la tuya propia” (Avot 4:15)

¿Cómo se debe estudiar Torá?:

Según las leyes del estudio de la Torá, todo varón del pueblo de Hashem está obligado a estudiar, sea pobre o rico, joven o anciano, el joven o el casado con hijos, todos deben fijarse un tiempo para el estudio de la Torá, de día y de noche como está escrito:

"Pensarás en ello [en la Torá] de día y de noche…" (Yehoshua 1:8)

Es necesario entonces determinar un tanto de estudio de Torá por el día, y un tanto de estudio de Torá por la noche, pues como dice el pasaje: “Entonces te irá bien en todo lo que emprendas”, a pesar de la recomendación divina de Hashem de estudiar de día, lo cual debemos cumplir si queremos lograr crecimiento y existo en nuestra vida en general, debemos señalar que en las leyes del estudio de la Torá, está dicho:

“Pese al precepto de estudiar de día y de noche, la mayor parte de la sabiduría solo se aprende de noche.- Si uno estudia la Torá por la noche, un rayo de gracia ilumina su rostro de día”.-

Y También está escrito: “El que estudia en voz alta, conservara lo estudiado, pero el que estudia en voz baja pronto olvida”

El sabio Rambam llego escribir respecto del precepto del estudio de la Torá:

“No hay entre todos los preceptos ninguno comparable al de estudiar Torá; por el contrario, el estudio de la Torá pesa tanto como todos los demás preceptos juntos, pues el estudio conduce a la acción, de manera que el estudio precede a la acción en todo sentido”.

Ahora bien que sucede si en el momento y día del estudio de Torá, sucede algo que pueda entorpecer o sacarnos del estudio de la Torá, pues se trata de cumplir otro precepto de la Torá, como ayudar a un prójimo que está en necesidad, las leyes del estudio de la Tora nos señalan lo siguiente:

“Si alguien debe optar entre el cumplimiento de otro precepto, y el estudio de la Torá, obrará así: Si el precepto puede ser cumplido por otro, no ha de interrumpir su estudio, de lo contrario, ha de cumplir el precepto y retornar al estudio”

¿Cómo atraer la shejina entonces?

La expresión que hallamos en la Parashá Hashavua (porción de la semana): “Esto es lo que Hashem les ha mandado” nos revela que Moshé instruyo a su hermano Aharón, y sus hijos, antes de iniciar el servicio en el Mishkan, es decir: estudiaron Torá, se interiorizaron de todas las leyes necesarias y pudieron actuar con mucho profesionalismo en el servicio a Hashem. Toda persona que dedica su vida al estudio de la Torá, terminara convirtiendo su alma y logrando perfección en sus caminos, como está escrito:

“La Torá de Hashem es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Hashem es fiel, que hace sabio al sencillo” (Tehilim 19:7)

El estudio de la Torá atrae la shejina del Eterno a una persona, porque la persona a través del estudio de los mandamientos, logra una conexión más profunda con el creador. Es un proceso gradual de “conversión”. La persona no lograra dominar de un día para otro todas las normas y exigencias de la Torá, pero a lo largo de los años comprobara que mientras no abandone el estudio de los mandamientos, su vida ira tomando un color más perfecto, su alma será renovada, como si hubiera nacido de nuevo, dejando atrás al viejo hombre y a la vieja mujer.

Leemos en las leyes del estudio de la Torá:

El pueblo de Israel ha sido coronado con tres coronas: la de la Torá, la del sacerdocio y la de la realeza. Aarón mereció la corona del sacerdocio, como está escrito: “será para él y para su simiente después de él, un pacto de sacerdocio Eterno” (Bemidbar 25:13). David mereció la corona de la realeza, como está escrito: “Su simiente será para la eternidad, y su trono, como el sol ante mí” (Salmos 89:36-37). La corona de la Torá en cambio, permanece a disposición de todo hijo de Israel, como está escrito: “Moisés nos ordeno la Torá, heredad de la congregación de Iaacov” (Devarim 33:4) es decir el que quiere, viene y la toma.


אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780