COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL DE LA TORÁ
Parashá n°26 Shemini 5780
Levítico 9:1 – 11:47
HACIENDO
ALARDES DE PIEDAD
Shabat Shalom Javerim:
בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos
estudiando esta semana la parashá Shemini (octavo). En esta
oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de
nuestra bendita Torá:
“Y el cerdo, porque su pezuña
es hendida y está totalmente separada y no rumia” (Levítico/VaYikra 11:07)
El versículo que comentamos nos trae una enseñanza
interesante, la prohibición de comer cerdo, ¿Qué aprendemos de ella? Pues algo
muy importante. Si nos fijamos en el versículo, la Torá nos dice primero que el
cerdo tiene una señal kasher (apto), pues dice: “porque su pezuña es hendida
y está totalmente separada”. Es decir, la torá comienza arrojándonos una característica
“kasher” del cerdo. Pero, ¿Por qué la Torá, no dice primero su característica no
kasher, y luego nos dice su característica kasher? Es para enseñarnos que
muchas veces podemos actuar como el cerdo, mostrándonos a todos en apariencia,
como personas “kasher”, aunque por dentro no lo seamos. Nuestro versículo termina
diciendo: “y no rumia”, es decir es kasher en apariencia, pero en su
boca y en su interior no hay características kasher.
Esto nos recuerda la importancia de ser personas auténticas,
tal cual nos mostramos por fuera, debemos ser poder dentro. Esta es una enseñanza
de musar (ética), muy importante para nuestra vida, que si practicamos, nos hará
persona mas libres y alegres, pues no sentiremos esa carga emocional de
mostrarnos siempre como “grandes justos”, cuando en realidad no lo somos. Si no
que personas que hacen un esfuerzo sincero por mejorar.
El cerdo se muestra como
animal kasher, él en apariencia grita al mundo lo “apto” que es. Sin embargo,
el cerdo es impuro en el interior, lo cual nos conecta con la siguiente
enseñanza de nuestro amado Mesías Yeshua:
“Cuando, pues, des tzdaka, no
hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas
y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya
tienen su recompensa. Mas cuando tú des tzdaka, no sepa tu izquierda lo que
hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo
secreto te recompensará en público. (Mateo 6:2-4)
Una característica de los que
viven como el cerdo, mostrando; “apariencia de piedad”, es que siempre hacen
alarde de su piedad. Si dan una tzdaka a alguien, ellos buscan que los demás se
enteren, para ser visto de los hombres, y los hombres digan: “que buena es esta
persona”, justamente, esa es su recompensa. Pero las personas auténticas, hacen
el bien a los demás, y jamás hacen alarde por lo que hacen por otros, es más,
cuando tienen la oportunidad de hacerlo, buscan hacerlo en privado y silencio,
con tal de que nadie se entere. Eso es lo que nuestro amado Mesías Yeshua nos enseñó:
“no sepa tu izquierda, lo que hace tu derecha, tu padre que ve en lo secreto
te recompensará en público”
HaShem quiere que sus hijos
hagan el bien de forma privada y no hagan alarde de ellas, el profeta dice así:
“y que requiere Dios de ti, solo hacer justicia, amar la misericordia y
andar humildemente con tu Dios” (Micá 6:8) HaShem quiere las buenas acciones,
la justicia, la misericordia, pero al final de todo busca que: “andes humildemente
con tu Dios”, es decir, que vivamos una vida con actitud MODESTA, no
debemos presumir de “espiritualidad”, pues si así hacemos, eso seria lo menos
espiritual que hay.
Hay acciones de bondad que se
hacen públicamente, como la tefila en la sinagoga, la asistencia a los que están
de duelo, o la visita a los enfermos, pero todas estas buenas acciones, que son
muy provechosas para quien las hace, deben hacerse con una conciencia de
modestia y humildad, no sintiéndose superiores o indispensables, sino que entendiendo
que incluso, estas buenas obras, estaban preparadas de antemano por HaShem, es
decir no son nuestras intrínsicamente, sino que HaShem las creo y nos las dio
para que andemos en ellas, como está escrito por el rab Shaul:
“Porque somos hechura suya,
creados en el Mesías Yeshua para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para
que anduviéramos en ellas” (Efesios 2:10)
Nuestro amado Mesías Yeshua
llamo la atención sobre estas cosas, cuando dijo:
“Y cuando ayunéis, no pongáis
cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran sus rostros para
mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido
su recompensa” (Mateo 6:16)
Cuando la persona ayuna, debe
ser lo más privado posible, idealmente si le preguntan si está ayunando debe cambiar
el tema e intentar no responder, para no mostrar a los demás lo que está
haciendo. Si una persona esconde a los demás, su piedad, entonces la recompensa
que le está reservada por esa acción piadosa, le será dada en público, no solo aquí
en esta vida, sino que también en el mundo venidero. Su sejut (merito) es tan
grande, que HaShem le protege de grandes juicios, como está escrito: “si un
hombre maneja su camino de una manera oculta, Dios lo protegerá de todo perjuicio”
(Iov 3:23) Por lo tanto, nos debemos esforzar en que toda búsqueda de
HaShem, sea en privado, toda buena acción sea conocida solo por el cielo, y que
toda acción que pueda considerarse piadosa sea lo más privada posible.
El cerdo es como aquel Fariseo
que en pie oraba consigo mismo diciendo: “oraba para sí de esta
manera: «Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres:
estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos”.
Sin embargo, la persona autentica es como el publicano recaudador de
impuestos, que oraba sin alzar su vista al cielo, diciendo: “Dios, ten
piedad de mi pecador”. Y es que, HaShem justifico primero al sincero y
autentico publicano, antes que al orgulloso y altivo religioso que olvidaba
ante quien estaba orando. ¿Pues de que puede enorgullecerse el ser humano, si
es tan solo una gota de polvo, aun con toda su observancia religiosa, delante
de HaShem?, pues como está escrito: “y como trapo de inmundicia todas
nuestras obras justas” (Isaias 64:6). HaShem no quiere sacrificio
que yo daría, como decía el salmista, sino que: “al corazón contrito y
humillado, tu Dios no rechazas”. Y es que de eso se trata la vida amados,
en saber, que nuestro honor no es nada, ante la realidad única y eterna que es
ÉL, el cual es VERDADERO, todo lo demás se desvanece ante esa realidad. Pues incluso
al Mesías Yeshua le dijeron “maestro bueno”, y el respondió: “porque me llamas
bueno?, solo hay uno bueno, Dios.” Lo que nos termina de poner en nuestro lugar,
que somos polvo, y al polvo volveremos.
Mientras más auténtico seamos,
más humildes seremos, porque la verdad que hay dentro de nosotros, nos lleva a
la reflexión de que somos lo que somos, y podemos llegar a ser algo mucho mejor,
solo gracias y a causa de aquel que nos llamó, para la gloria de su nombre.
Shabat Shalom.
אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780
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