lunes, 21 de marzo de 2022

Parasha 26 Shemini 5776 / Cuidando el Pacto


COMENTARIO DE LA PARASHA SEMANAL
Parasha 26 Shemini 5776
Levítico 9:1 – 11:47

Esta semana estudiamos la porción shemini “octavo”, el octavo día de la inauguración de Mishkan, la primera vez en que Aharón en su condición de cohen HaGadol, alzara sus manos para bendecir al pueblo de Israel. Hay entonces una relación entre el día“shemini” “octavo” y la bendición que desciende del cielo a través del Cohen Hagadol celestial. 

¿Qué es el octavo día? En nuestra sagrada Torá hallamos algunas referencias simbólicas a este número: Tenemos por ejemplo: que fueron 8 las personas, las que se refugiaron dentro del arca de Noaj, y accedieron al mundo post diluvio. Por lo que aprendemos que el concepto de “octavo” está relacionado con los nuevos ciclos, o comienzos. Para las personas subieron al arca de Noaj, y luego descendieron de ella, significo un nuevo ciclo, un nuevo comienzo, y no solo para ellos, sino que incluso una oportunidad para toda la raza humana y para toda la creación. Es decir, esas ocho personas son una especie de “tikun” corrección que HaShem dejo como ejemplo de que la base del mundo, y de su perfección está basado en el concepto que está guardado en el “shemini”, en el octavo día. Así que cuando comprendamos su real significado, lo podremos usar como la principal vía de rectificación de nuestras vidas espirituales y físicas.

El octavo día representa por lo tanto, al mundo venidero, o al mundo de la corrección.

También es el día que procede al Shabat, y esto significa que desde el punto de vista de lo que nos enseñan los Rabinos en la Guemara, “que el mundo existirá siete mil años”, cabe hacernos la pregunta: ¿y después que habrá? Un nuevo inicio, un “octavo”, algo que representa el comienzo de algo corregido y por lo tanto, algo tan especial que no sabemos cómo explicar. Ese espacio en la eternidad en el que por fin el hombre será uno con el Creador. Porque no podemos creer, ni pensar, que esta creación humana, nunca llegara a lograr, aquello para lo cual fue creada. Sino que es nuestra verdadera y completa emuna y confianza, que el ser humano finalmente será libre y completo, y podrá llegar a una estatura espiritual perfecta apegado al Creador de todas las cosas. Y si pensamos bien, ese tiempo, aunque no puede llamarse “tiempo”, corresponde justamente al octavo (shemini), al momento espiritual y eterno, que va más allá del mundo venidero. Como está escrito: “y reino mil años”, los cuales aluden al reinado del Mesías Yeshuá en el Shabat del Olam Haba (mundo venidero), pero al final de todo, está escrito: “entregara el reino al Dios y Padre” (1 Cor. 15.), ese momento será, en el octavo (shemini), el día en que todo estará dominado por el Eterno, porque todo lo que debía ser corregido, fue totalmente reparado. 

Tenemos entonces que las bendiciones celestiales finales están reservadas también, al igual que la bendición sacerdotal, para un octavo día. 

“Después alzó Aarón sus manos hacia el pueblo y lo bendijo”... (Vayikra - Levitico 9:22)

Por lo que no es casualidad que nuestra porción de la Torá de esta semana, nos hable acerca del octavo día, y en él, sea el día en que HaShem permita dar la primera bendición sacerdotal del Cohen Hagadol Aharón para todo el pueblo de Israel. Por lo que yo postulo entonces que todas las bendiciones dependen del cuidado del shemini u octavo día, como explicare a continuación.

¿A que nos referimos con el cuidado del octavo? Lo sé, solo estoy usando una manera muy especial para introducirme al tema, pero que sin duda, yo creo usted captara mi idea, pues el concepto de “shemini” y el de “bendición” son temas que están relacionados entre sí: 

La Torá nos enseña, que el primer pacto entre Dios y el hombre, con el propósito de comenzar una corrección en el mundo, después que Dios destruyera la tierra con el diluvio, fue el pacto de la circuncisión, y para ellos eligió a un hombre justo: Abraham y a sus descendientes: Itzjak y Iaacov y por lo tanto a todos los hijo de Israel (Génesis 17:1-2).

El pacto de la circuncisión o brit mila, es el único mandamiento, que se puede cumplir solo una vez en la vida, y en el shemini, octavo día. Este mandamiento, que es una orden de HaShem dada al padre del hijo, no puede cumplirse ni en el séptimo, ni en el noveno día, sino que solamente en el octavo día. Por lo que cuando en las escrituras, hallamos que está aludido el concepto de “shemini” “octavo”, está insinuándonos que pongamos atención en el pacto del brit mila.

En otras palabras, para que el pueblo de Israel, pudiera recibir, su primera bendición sacerdotal, de manos del cohen hagadol, tuvo que esperar hasta el octavo día de la inauguración del mishkan, pues la bendición sacerdotal, el comienzo de toda corrección espiritual (eso era el mishkan), tiene como base, aquello que esta encerrado en el octavo día. 

El mishkan representa la vida del ser humano, representa su cuerpo y su alma y todos sus niveles espirituales. El mishkan es el tikun del pecado de la idolatría del becerro de oro, y este solo pudo comenzar a funcionar, una vez que Aharon dio la bendición al pueblo de Israel, cuando llego el octavo día de su inauguración ¿Por qué razón? Porque toda bendición sacerdotal, que emana de los cielos, para que el pueblo de Israel la pueda recibir, deberá tener mucho cuidado de estar sobre la base del pacto del octavo día, que es la circuncisión, y que representa al cuidado de los pecados sexuales. El que cuida esta base, podrá triunfar en toda la Torá. Es decir, si el pueblo de Israel cuida su cuerpo y alma, de la inmoralidad sexual, entonces podrá alcanzar todas las bendiciones que están deparadas en los cielos para ellos, y que descienden ahora en manos del cohen hagadol celestial, conforme al orden del Malkisedec (Ver carta a los Hebreos).

La mitzva del brit mila, implica toda la Torá. Es así como la guematria de la palabra “brit” es 612, al agregar un número por la mitzva en sí misma, suma entonces 613, que es el número de todos de los mandamientos de la torá. Tenemos entonces que el cuidado del brit, el cuidado del pacto sexual, tiene el valor de toda la Torá.

La Tora es llamada un “Pacto”. Nos dice el libro del Zohar: “La Tora es llamada “pacto”, el santo bendito es llamado “Pacto” y la santa señal de la circuncisión es llamada “Pacto”. 

En las cartas del Rabino Shaul de Tarso, hay dos expresiones donde se utiliza la palabra “HUID”, dos cosas de las cuales debemos HUIR siempre. El Rabino Shaul dice: “Huid de la fornicación” que es sin duda el cuidado del pacto de la circuncisión, y dice: “Huid de la idolatría”, pues la idolatría no era sino la excusa de los idolatras para poder cometer actos inmorales en pos de sus ídolos, como lo explican nuestros jajamim (sabios) en varias oportunidades.

Yosef el hijo de Iaacov, descendió a Mitzraim y cuido el su semilla, no derramo se semen en vano, cuando la mujer de potifar lo asedio. Por lo que fue llamado como Yosef HaTzadik (Yosef el Justo). Esto nos enseña que quien tiene el poder de gobernar su cuerpo, es digno de salvar al mundo entero, y admnistrar grandes bendiciones como lo hizo Yosef, que salvo a toda una generación del hambruna que les azotaba. Como vemos el cuidado del pacto, está ligado a la bendición celestial.

La persona que cuida su pacto sexual, podrá administrar las bendiciones más grandes reservadas en los cielos. Un ejemplo claro de esto, es que la Torá nos llame “Reyes y Sacerdotes”, pues el Rey, desde el punto de vista espiritual, es aquel que se gobierna por completo, y por lo tanto, es como un Rey que posee todas las bendiciones dentro de un reino sumamente administrado. Lo mismo es el sacerdote, quien no podía jamás presentarse en estado de impureza, para ministrar al Creador. Una de las impurezas de las cuales podía ser objeto el sacerdote era la emisión de semen, ya sea por haber cohabitado con su esposa, o por haber tenido una polución nocturna. Por lo que una forma de entender la expresión “sacerdotes”, aludiría a la capacidad de Israel de gobernar sus apetitos sexuales, cuidando el pacto de la mila.

Una de las advertencias de la Tora que no tomamos muy en cuenta, en medio de una sociedad tan liberal en los temas de sexualidad como es esta, es la siguiente: “No irán tras sus corazones ni tras sus ojos” (Números 15:39) Tras sus corazones se refiere a la falta de emuna en HaShem, el materialismo y todo aquello que nos distrae del objetivo principal, y “tras sus ojos”, se refiere a la inmoralidad sexual.

La persona debe ser cuidadosa de su pacto, cuidar su familia y matrimonio, y no ir pos de la inmoralidad sexual, sino que huir de ella. Cuando la persona comienza a cuidar su pacto, colocando cercos que impiden la entrada a la inmoralidad sexual, entonces su vida se llena de hermosos sentimientos: seguridad, paz, amor por el prójimo, amor por la Torá y amor por HaShem, y sobre todo experimentara alegría, sabrá que nada le faltará. 

Por otra parte la persona que no cuida su pacto, no puede tener alegría, vive lleno de temores e inseguridades, y carece de amor por sí mismo, por Dios y por el prójimo, no puede ser libre, no por lo menos por medios físicos. 

Pero hay un oportunidad siempre, la tefila, y la verdadera teshuva, son más que todos los sacrificios juntos, y la persona que se acerca HaShem así, no será avergonzada. El retorno es lento, difícil, pero sin duda alguna, la mejor y única mejor decisión que ser humano puede tomar en esta vida. 

Los brazos del del Cohen HaGadol celestial están extendidos, y su especial bendición para el pueblo que cuida el pacto desciende sobre las familias de todo Israel y el mundo que teme a HaShem.

אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780

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