sábado, 26 de marzo de 2022

Parashá 27 Tazría 5780 - Lashon Hara en el tribunal celestial

COMENTARIO PARASHÁ SEMANAL
Parasha 27 Tazría 5744
Levítico 12:1 – 15:33

Lashón Hará en el tribunal celestial

Esta semana estudiamos la porción Tazría (ella concibe), donde por primera vez en toda la Torá se detalla de forma profunda las leyes concernientes a la enfermedad de “Tzrat” que es traducida en nuestras biblias como “lepra”. Leemos en la bendita Torá:

Levítico / Vaikra 13:2: “Cuando un hombre tenga en la piel de su cuerpo una mancha clara, una mancha blanquecina o una mancha brillante, y se convierta en afección de Tzrat en la piel de su cuerpo, será traído al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes”.

Nuestros sabios nos han enseñado que uno de los principales orígenes de la enfermedad de “Tzrat” es la lengua que habla mal de otra persona. A este pecado en el Judaísmo se le conoce como “Lashon Hara” que traducido es “Lengua de Maldad”.

La primera vez que la Torá nos habla de esta enfermedad, es cuando el brazo de Moshé se contamino con Tzrat, según está registrado en Shemot 4:1. La razón por lo cual Moshé recibió está enfermedad, aunque fue tan solo por un instante, fue porque hablo mal del pueblo de Israel, diciendo que ellos no le creerían, antes de siquiera comenzar su misión.

Esta era una señal para Israel a través de Moshé, no solo para que vieran el poder de Hashem a través de los milagros que se realizaban a través de su siervo Moshé, sino que una señal para que desde el inicio de la redención todos se cuidaran de hablar mal del otro, con tal de no ser dañados con esta enfermedad.

También está registrado en la Torá que luego más adelante, mientras el pueblo estaba en el desierto, Myriam hizo “Lashon Hara” contra Moshé su hermano, y el Eterno la disciplino con la enfermedad de Tzrat, según está registrado en el libro de Bemidbar 12:1-10. De aquí entonces aprendemos de nuestros sabios que la enfermedad o las enfermedades que le puedan afectar a una persona tienen su origen en la lengua de maldad que hizo o hace esta persona contra otra o incluso la lengua de maldad que hizo contra sí mismo. Por lo tanto Hashem nos enseñara muchas veces en la Torá, de forma explícita e implícita la gravedad del pecado de Lashon Hará, para que su pueblo sea sano espiritualmente y físicamente, como está escrito:

“Cuídate de una afección de lepra, para que observes diligentemente y hagas conforme a todo lo que los sacerdotes levitas os enseñen; como les he ordenado, así cuidaréis de hacer. Recuerda lo que HaShem tu Dios hizo a Miriam en el camino, cuando salíais de Egipto.” (Devarim 24:8-9)

Definiciones de Lashon Hara

.- Cuando alguien relata información sobre otra persona que lo perjudica a pesar de que aquello sea verdad.

.- Cuando alguien relata información sobre otra persona y el relato es su mayoría es falso, y partes de él son verdad.

.- Cuando alguien le reporta a otro lo que han dicho o hecho contra él. “Esta persona me dijo que tú eras arrogante”

.- Cualquier reporte que no es Lashon Hara pero que da pie al mal comentario. “Mejor no hablemos de él, no te quiero contar lo que hizo”.

.- Relatar a otra persona a través de gestos o muecas lo que hizo tal persona.

.- Inferir un comentario para que comience la Lashon Hara. “David me dijo que no hablaría de ti, porque no quería hacer Lashón Hará”.

.- Hablar mal de uno mismo. “No puedo” “Soy el peor” “Soy malo”.

¿Cuál es el poder de la lengua?

Nosotros no tomamos muy en cuenta cuando leemos que Hashem hizo el universo, y los mundos con el poder de su palabra. Tan solo una “palabra” y todo fue creado, hasta el final de los tiempos. Si el ser humano es creado a la imagen de aquel que hizo todo con el poder de su palabra, él también tendrá la capacidad de crear realidades espirituales que terminaran siendo físicas a través del poder de su boca. (Bereshit 1:2) (Hebreos 11:3)

Entonces tenemos que la lengua puede crear mundos, es decir “realidades” futuras o próximas que no existían antes que las palabras que la persona dijo fueran dichas. Uno puede hablar bien y crear bendiciones, como por ejemplo, cuando bendecimos a nuestros hijos en la cena del Shabat, cuando alabamos a Hashem por todo lo que nos da. Estamos hablando bien y por lo tanto creando bendiciones y realidades que nos beneficiaran. Sin embargo uno puede hablar mal, y crear problemas, caos, y muchos sufrimientos. Respecto de estas situaciones, buenas y malas, esta dicho por el sabio Shlomo:

“Aquel que cuida su boca y su lengua, cuida a su alma de problemas” (Mishle 21:23)

“La muerte y la vida están bajo el poder de la lengua” (Mishle 18:21)

“¿Quién es el hombre que desea la vida, que ama los días para ver el bien? Cuida tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño”. (Tehilim 34:13-14)

Tenemos por lo tanto que hablar bien nos libra de problemas, pero hablar mal nos crea muchos problemas. Hablar bien nos trae la vida, pero hablar mal atrae la muerte. La lengua asegura el bien o el mal, y el hombre que quiera tener días llenos de vida, debe cuidar su manera de hablar, refrenar sus labios para que no pronuncien engaño.

Por tus palabras serás juzgado:

Habitualmente estamos acostumbrados a emitir juicios livianos respecto de cualquier situación o persona, sin pensar antes que cada palabra que sale de nuestra boca, nos acusa, o nos defiende, para el día del juicio final. Nuestro amado Mesías Yeshua dijo:

“Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:37) 

“Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio” (Mateo 12:36)

Incluso en la tradición Judía de nuestro pueblo está escrito:

“El hombre será juzgado por todo lo que dice, hasta la expresión más insignificante no será ignorada. Por eso te advierto que aprendas a sentarte a solas tanto como te sea posible, porque el pecado de la lengua es el más severo, como dicen nuestros sabios” (Tosefta Pea 1)

Si cada palabra cuenta a favor de nosotros, cuando hablamos bien, vivimos agradecidos, tenemos fe en el Creador, también cada palabra cuenta en contra de nosotros, cuando hablamos mal de alguien, cuando nos quejamos, cuando nos dañamos nosotros mismos con palabras de desaliento, cuanto más será cuando nos ponemos en la condición de jueces respecto de otra persona.

Nuestro amado Mesías Yeshuá nos enseño diciendo: “No juzguen para no ser juzgados, con la misma medida que miden serán medidos”. Y esta enseñanza de nuestro amado Rabino Yeshuá, tiene mucho que ver con la ley de MIDDA KENEGGED MIDDA - “Medida por Medida”. Cada vez que nosotros juzgamos a alguien del cielo nos juzgaran de la misma forma, si nosotros dijimos, está persona está sufriendo esto por esta y por esta razón, el cielo estará atento para que cuando nosotros estemos en la misma situación no actuemos de la misma forma en la que actuó la persona de la cual hablamos, pues si hacemos lo mismo, la medida que aplicará el cielo contra nosotros, será la misma medida severa que nosotros aplicamos con la persona. De aquí aprendemos que siempre se debe juzgar a la persona para bien y no para mal, con tal de que nosotros recibamos un juicio con misericordia, ya que todo es medida por medida. Quien hace misericordia en el juicios, del cielo lo juzgaran con misericordia, quien es severo en el juicio, del cielo lo juzgaran con la misma severidad.

HaSatan – el acusador en el tribunal celestial

Nos dice el libro de Yob (Job) que en cierta ocasión se presentaron los hijos de Hashem, y en medio de ellos el Diablo para acusar a los hombres. (Job cap 1). Lo cual nos muestra cómo funciona el tribunal celestial, donde el acusador de los hijos de Hashem, anda rodeando el mundo, buscando argumentos para que los hijos de Hashem sean hallados culpables.

Por lo tanto, Hashem tiene un tribunal celestial, donde somos acusados todos los días por el acusador, pero solo cuando tiene algo de que acusarnos, y habitualmente es cuando hemos hecho lashon hará. Pues él sabe cuando hicimos lashon hara respecto de alguna situación que nosotros mismos no fuimos capaces de sobrellevar.

El Bet Din (Casa de Juicio) Celestial espera que HaSatan (él acusador) traiga todas las acusaciones contrarias a los hijos de Hashem. Lo paradójico de esto es que el mismo Satán comienza hacer “Lashon Hará” contra nosotros, pues no tiene otro sistema para hablar. Yeshuá nuestro amado Mesías nos dijo: “Cuando habla, de si habla, porque es mentiroso y padre de la mentira” y también le dijo a ciertos religiosos: “vosotros sois hijos de vuestro Padre el diablo”. Esto nos enseña que él Satán solo sabe hablar Lashon Hará, aunque sea verdad lo que esté diciendo, su base, su intención oscura y destructora contra los hijos de Hashem, hace que sus palabras solo sean Lashón Hará.

Hay personas que no saben hablar sentadas a la mesa temas que no sean lashon hara. No se puede compartir el pan sino es hablando mal de una persona, o examinando cualquier situación. Esto nos acerca mucho al carácter del acusador, de HaSatan, quien solo sabe hablar Lashon Hara. Los hijos del Eterno debemos no aprender las técnicas del Diablo, pues si así hiciéramos ya no seriamos hijos de luz, sino que hijos de él.

De acuerdo a la ley de Medida por Medida, la única vía legal por la cual al Satán le es dado el permiso de hacer Lashon Hara en el cielo, es porque nosotros hemos hecho Lashon Hara en la tierra contra alguien. Si en la tierra nosotros hablamos mal del alguien, en el cielo viene HaSatan y habla Lashon Hara contra nosotros, está autorizado, pues todo es medida por medida.

De aquí nace la importancia de rogarle a Hashem piedad por nosotros, reconocer nuestros errores y pecados ante él, pero jamás hacer lashon hara contra nosotros mismos. Pues cuando decimos tales clases de declaraciones, estamos acusándonos anticipadamente, y dando cabida para que el acusador, traiga a la memoria del tribunal celestial dichas palabras, y seamos finalmente hallados culpables.

¿Cuál es el valor de no hablar Lashon Hara?

Cada vez que hablamos lashon Hara le estamos dando el permiso a Satán para que él presente nuestros pecados delante del tribunal celestial. No importa si nuestra lashon hara fue pequeña o grande, Satán traerá delante del tribunal celestial todas nuestras faltas, comenzando por las más grandes, porque como nosotros hicimos lashon Hara acá en la tierra, estamos autorizando a Satán para que se presente en el tribunal celestial y haga lashon hara contra nosotros. Ahora bien pensemos, si dentro del día hacemos 10 veces lashon hará, le estaremos dando en el día, 10 veces permiso al acusador, para que presente nuestros pecados delante del tribunal celestial.

Sin embargo el juicio puede ser menos severo, y el perdón puede estar a la puerta toda vez que en vez de hablar mal de alguien, tuvimos compasión y juzgamos con gran misericordia a la persona. Cada vez que hicimos el bien a una persona evitando hablar mal de esa persona juntamos meritos para las veces que hablamos mal de alguien y el Satán nos acuso, los juicios y edictos contrarios no fueron ejecutados contra nosotros por no hablar mal contra alguna persona. Sin embargo, cuando los meritos se acaban porque fueron más las veces que hicimos lashon hara, que las veces que hablamos bien de alguien, entonces el tribunal celestial, no le queda otra alternativa que autorizar malos designios contra nosotros, toda vez que no fuimos hallados inocentes ¿Entendemos entonces cual es el valor de no hablar Lashon Hara?

¿Cómo vencer en el tribunal celestial?

Tres son las personas que son juzgadas en el tribunal celestial:

El que habla: Si tú hablas mal del alguien, entonces el tribunal autoriza a Satán hablar mal de ti.

El que escucha Lashon Hara: Si tu escuchaste a otro hablar mal de otra persona, entonces el tribunal celestial escuchara las acusaciones que Satán hara contra ti.

El sujeto de Lashon Hara: El tribunal celestial luego de oír las acusaciones, revisa si la persona que es sujeto de habladurías, es merecedora o no de ellas, y ve si merece lo que tiene. Si la persona se cuida todo el tiempo y no habla mal de nadie, se le hará justicia para bien, si la persona habla lashon Hará, se le dará el pago y se oirán las acusaciones que hay contra ella.

Ahora bien, ¿Cómo vencer entonces? Cuando alguien se abstiene de hablar mal, se libra del juicio de medida por medida, por lo cual también del acusador, obteniendo así solo la clemencia celestial debido a su clemencia terrenal. Si somos los sujetos constantes de lashon hara, pero nosotros nunca hacemos lashon hara, seremos hallados inocentes y nuestras vidas no serán revisadas para mal.

Una persona que no habla mal de otras personas, y que sin embargo tiene pecados por los cuales dar cuenta, el tribunal celestial demora su edicto, pues él acusador no está presionando para que el Beit Din haga la sentencia lo antes posible. La persona que no habla mal tiene tiempo para hacer teshuva y reparar lo que ha dañado y de remover los pecados por los cuales sería un sujeto de juicio en el tribunal celestial. Y aunque no haga teshuva, y sea finalmente enjuiciado, si no hizo lashon hará, su sentencia será mucho más liviana respecto de la persona que hizo constantemente lashon hara.

Cuando una persona se abstiene de hacer lashon hara su caso no es revisado por un Beit Din celestial inmediatamente, ni puede ser acusado por Satanás, sino que Hashem mismo revisa su caso y se apiadara de él más de lo que lo hiciera el Beit Din, pues los edictos del Eterno son más blandos, como escribiera el rey David: “Que me juzgue Hashem, y no el hombre” Todo esto a raíz de que no hizo lashon hara. Sin embargo cuando la persona hablo mal, Hashem ya no puede ayudarla y la deja en manos del Beit Din, donde está el acusador, y de donde seguramente será hallada culpable. Por esta razón es que leemos en el libro de Zoar, una frase muy interesante:

“Rabbi Shimon Bar Yojai dijo: Todo lo perdona El Santo Bendito Sea excepto Lashon hara” (Zohar ha Kaddosh Parashat Shelaj 161)

Shavua Tov – Buena Semana.

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