domingo, 16 de agosto de 2015

El tribunal celestial


En la porción de esta semana Hashem nos ordena a establecer Jueces (םיטפש - shoftim) y policías (םירטש - shotrim). Dos funciones que nos revelan el carácter legislativo y punitivo de Hashem, que opera en los cielos. Sí en los cielos; Es decir, si la voluntad de Hashem es manifestar su Justicia a través de Jueces y Policías en medio de la tierra santa de Israel, es justamente debido a que en el cielo también hay todo un sistema Judicial, una corte de Justica compuesta por Jueces y Policías: Toda la realidad física plasmada en la Torá, es un reflejo de la realidad espiritual celestial. 

Nos dice la bendita Torá: 

“Establecerás jueces y escribas para tus tribus en cada una de las ciudades que Adonai te da; ellos juzgarán al pueblo con juicios justos” (Devarim – Deuteronomio 16:18) 

Podríamos citar lo que Hashem le dijo a Moshé: “Conforme al modelo que yo te mostrare” (Ex 25:40) (Hebreos 8:5) Hay un modelo celestial que Hashem le revelo a Moshé, no solo de los asuntos concernientes al Tabernáculo (aunque ese es el contexto del versículo), sino que también respecto a la forma legal de aplicar las normas de la Torá a todo los habitantes del pueblo de Israel. Este modelo está basado en lo que leemos en esta parashat (porción) Jueces y Policías. 

La voluntad del Creador mostrada desde el principio de la creación en la Torá nos enseña que Hashem, bendito sea, quiere que todas las personas en cada nación estén sujetas a un orden Judicial establecido por cortes de Justicia que legislen contra las injusticias, velen por el orden de la nación, aseguren la equidad y el respeto entre todo habitante. Todo este sistema legal, es ejecutado por Policías que cuidan que las leyes de la nación sean respetadas por sus habitantes. Cuando un ciudadano no respeta las leyes de su país, entonces el poder Judicial cae sobre él, y ordena a los policías que son los encargados de ejecutar el juicio justo que hubiere determinado la corte de justicia de esa nación poner la ejecución sobre ese hombre. Uno de los principios universales de la Torá que las naciones no judía deben cumplir es el establecimiento de Cortes de Justicia.

Había tres tipos de tribunales en Israel, con 3 jueces, 23 jueces y 71 jueces.

Las ciudades con menos de 120 habitantes tenían un tribunal, un Beit Din, de tres jueces. Las ciudades con más de 120 habitantes tenían un Beit Din de 23 jueces, llamado “pequeño sanedrín”. Las cortes de tres jueces sólo podían dictar sentencias sobre asuntos monetarios. Para dar una sentencia de vida o muerte hacía falta un tribunal de 23 jueces. En Yerushalayim había tres tribunales, dos de 23 jueces y uno de 71, en el cual el sumo sacerdote era el líder principal. Este último fue llamado el “gran sanedrín”. Los hombres del gran sanedrín se reunían en un lugar designado para ellos en el templo

En Mateo 23:23b está escrito:

“lo más importante de la Torá: la justicia, la misericordia y la fidelidad (o fe)”

Lo más importante de la Torá es la aplicación de la Justicia, esto es la buena conducta de la Torá basada en la obediencia a las autoridades impuestas por Hashem, los Jueces (sabios de la Torá) y los Oficiales (Personas con la autoridad de los Jueces, para hacer cumplir los dictamines legales de las Torá)

Hashem es el Juez del tribunal celestial, el presidente del Beit Din Celestial, nos lo dice la escritura en repetidas ocasiones:

¡Tú eres el juez de toda la tierra! ¡Tú no puedes matar a los que hacen lo bueno junto con los que hacen lo malo! ¡Tú eres un Dios justo!” (Gen 18:25 TLA)

“Que Adonai, el gran Juez, dicte hoy su sentencia en esta contienda entre israelitas y amonitas” (Jueces 11:27)

“Dios es un juez justo, un Dios que en todo tiempo manifiesta su enojo“. (NVI) (Salmos 7:11)

“El cielo proclama la justicia divina: ¡Dios mismo es el juez!” (NVI) (Salmos 50:6)

“Sino que es Dios el que juzga: a unos humilla y a otros exalta.” (NVI) (Salmos 75:7) “Elohim preside en la gran asamblea, en medio de los jueces juzga ¿Hasta cuándo

juzgarán ustedes injustamente, mostrando favoritismo con el malvado?” (Salmos 82:1- 2)

“Levántate, Juez de la tierra, y dales su merecido a los soberbios.” (NVI) (Salmos 94:2) “Porque YHVH es nuestro juez, YHVH es nuestro legislador, YHVH á es nuestro Rey; él mismo nos salvará”. (Isaías 33:22) (RVR60)

“Llegará el estruendo hasta el fin de la tierra, porque YHVH tiene juicio contra las naciones; él es el Juez de toda carne; entregará los impíos a espada, dice YHVH”. (Jeremías 25:31) (RVR60)

“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. (2 Timoteo 4:8) (RVR60)

“a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,” (Hebreos 12:23) (RVR60)

Por otra parte además tenemos la manera en la que procede el Juez justo de toda la tierra: Hashem tiene Jueces celestiales, con los cuales el consulta y legisla. Él nada hace sin antes consultar y tomar consejo, con los seres celestiales que ha creado, y que forman parte de su Beit Din celestial. Tenemos los siguientes ejemplos:

“Entonces dijo Elohim: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza. Ellos gobernarán los peces del mar, las aves del cielo, el ganado, toda la tierra, y todo lo que se arrastra por el suelo”. Y Elohim creó al hombre a su imagen, a imagen de Elohim lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:26-27)

“Y dijo: El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre” (Génesis 3:22) 

“Será mejor que bajemos a confundir su idioma, para que ya no se entiendan entre ellos mismos.” (Génesis 11:7)

“Entonces oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?” (Isaías 6:8)

Y Hashem tiene ejecutores de sus designios (policías) que aplican las consecuencias buenas o malas para quienes cumplen o transgreden sus leyes, tenemos los siguientes ejemplos:

“Por lo tanto, oiga usted la palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono con todo el ejército del cielo alrededor de él, a su derecha y a su izquierda. Y el Señor dijo: “¿Quién seducirá a Acab para que ataque a Ramot de Galaad y vaya a morir allí?” Uno sugería una cosa, y otro sugería otra. Por último, un espíritu se adelantó, se puso delante del Señor y dijo: “Yo lo seduciré.” “¿Por qué medios?”, preguntó el Señor. Y aquel espíritu respondió: “Saldré y seré un espíritu mentiroso en la boca de todos sus profetas.” Entonces el Señor ordenó: “Ve y hazlo así, que tendrás éxito en seducirlo.” Así que ahora el Señor ha puesto un espíritu mentiroso en la boca de todos esos profetas de Su Majestad. El Señor ha decretado para usted la calamidad” (1 Reyes 22:19-23)

“Y dijo YHVH a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a YHVH, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. Y YHVH dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satanás a YHVH, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.

Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo YHVH a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de YHVH” (Iob - Job 1:7-8) 

Como hemos podido apreciar en los pasajes que pusimos, que Hashem tiene un consejo del cual él es el presidente, de los cuales se vale para consultar en la toma de decisiones respecto de asuntos y sucesos terrenales. Y además tiene ejecutores de los designios casa de justicia celestial, como vimos uno de los mayores ejecutores de sus designios es “el adversario” (HaSatan). No se trata de un enemigo de Hashem por naturaleza, como si Dios pudiese tener un enemigo, él santo bendito no tiene nada fuera de su control, sino que de un ser que ha sido creado para ejecutar las sentencias divinas relacionadas con pruebas a los siervos de Hashem, las destrucciones, robar, matar destruir como lo digiera nuestro amado Yeshuá. Actúa como un policía ejecutor, que dentro de los márgenes permitidos por Dios, se desenvuelve según le está permitido.

Nosotros estamos constantemente realizando acciones que son juzgadas por el cielo. Los jueces celestiales, junto al Juez justo de toda la tierra actuaran a favor nuestro siempre y cuando nosotros hubiéramos sido justos en nuestros juicios a nuestros semejantes, tenemos el siguiente ejemplo dado por Yeshuá nuestro Mesías:

“Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante (Mateo 5:25-26) 

Cuando no actuamos con misericordia, con humildad frente a la persona que a sido nuestro adversario en alguna situación ocurrirá que desde el cielo se emitirá una sentencia; Nos entregaran al juez y el juez al policía, y no saldremos de ese castigo (cárcel) hasta haber pagado lo que debíamos haber arreglado antes de ser castigados. 

Otras palabras de Yeshuá nos enseñan que para recibir misericordia uno debe ser misericordioso, que con la misma intensidad negativa con la que medimos a los demás, así con esa misma intensidad negativa nos medirán desde el cielo o desde la tierra, que para poder juzgar a nuestro hermano, quitar la paja de su ojo, debemos primer o quitar la viga que está en el nuestro, que para lanzar la piedra debemos no haber pecado respecto al pecado que queremos juzgar, o como se enseñara en la tradición de nuestro pueblo Israel: “No juzgues si primero no estás en el lugar de tu hermano”, y como nadie es capaz de estar en las mismas circunstancias de su hermano, ¿Qué hermano es capaz de juzgar a su hermano? 

En la tradición de nuestro pueblo Israel, se nos cuenta que ni en el cielo se atreven a juzgar un alma ¿Qué quiere decir esto? Que en realidad cuando leguemos al tribunal celestial, se nos juzgara de la siguiente forma: “¿Qué es lo que piensas sobre alguien que actuó así y así?”. Luego de escuchar su veredicto, se le mostrará que estos actos y circunstancias son iguales a los propios. Resulta entonces que, es el mismo individuo quien juzga sus propias conductas y defectos.

Ante esto podríamos pensar entonces que no se puede juzgar. ¡De ninguna manera!, la Torá nos EXIGE poner JUECES y POLICÍAS. El punto radica en que el Juez es un hombre prepa rado puesto por Hashem, un rabino, un maestro de la Torá, una persona llena del testimonio celestial, capaz de poder resolver los asuntos espirituales de los cuales se le pedirá actúa en base a su experticia. Es una persona capaz de establecer Halaja purá dentro de los márgenes de la Torá, con tal capacidad que lo que él hace en la tierra será respaldado por el cielo:

“De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo (Mateo 18:18).

Es decir ustedes como Jueces de la Kahal de Yeshuá, tienen la autoridad legal para resolver asuntos en la tierra que serán atados en el cielo. De aquí vemos que el cielo mismo está sujeto a las decisiones de los Jueces cuando ellos dictaminan de acuerdo a la Tora de Hashem.

¿Recuerdan la ocasión en que Shaul de Tarso, decidió entregar a Satanás a una persona que se había acostado con la esposa de su Padre? Ese es el vivo ejemplo de un Juez, respaldado por el cielo. Shaul es el Juez con el respaldo de Hashem, y Satanás el policía ejecutor que actuara en base a lo que el cielo y el juez terrenal están decretando.

El cielo tiene un Juez que preside el consejo de jueces celestiales, ellos decretan y los ángeles ejecutores actúan de acuerdo a lo resuelto. Si uno de nosotros actuara con soberbia ante esos designios no haría más que hundirnos en una cárcel perpetua. Hashem a pues Jueces y Policías para que los obedezcamos:

"Y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y preguntarás; y ellos te enseñarán la sentencia del juicio. Y harás según la sentencia que te indiquen los del lugar que YHVH escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifiesten. Según la ley que te enseñen, y según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren. Y el hombre que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de YHVH tu Dios, o al juez, el tal morirá; y quitarás el mal de en medio de Israel. Y todo el pueblo oirá, y temerá, y no se ensoberbecerá (Deuteronomio 17:10-13)

De aquí comprendemos Judaicamente hablando que los Rabinos o Maestros de Torá (Jueces) tienen la facultad de dictaminar halajot, (Leyes) pro-cumplimiento de la Torá, que si no obedecemos, nos constituimos en rebeldes contra el cielo, por ser autoridades puestas por Hashem. La porción Shoftim se lee el mes de Elul, el mes de la Teshuva, donde nos preparamos durante 30 días de introspección, análisis espiritual, para llegar al día de más solemnidad del año. Él día donde el juez de la tierra se sienta en su otro de Justicia para juzgar a Israel y al mundo, que seamos hallados dignos de no ser sentenciados en contra, que seamos hallados inocentes, que la misericordia de Hashem nos acompañe, y que los trece atributos de su amor no se borren de su memoria aquel día que revisara nuestras acciones.

Shavua Tov (Buena Semana)