sábado, 23 de abril de 2022

Mateo 4:19 / Palabras del Mesias Yeshua / דברי ישוע המשיח

 


 הַבְּשׂוֹרָה עַל־פִּי מַתָּי

La buena noticia, según Mateo:

Palabras de Yeshua:

Mateo 4:19

   וַיֹּאמֶר אֲלֵיהֶם לְכוּ אַחֲרָי וַאֲשִׂימְכֶם לְדַיְּגֵי אֲנָשִׁים׃

“Y Les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.”

Comentarios:

Es indudable que en estas palabras vemos reflejada la pasión del Mesías por el hombre. Yeshúa no tuvo una actitud pasiva respecto del estado espiritual del ser humano, él quería salvar a los hombres, él quería hacernos sentir, amados, únicos e imprescindibles para Di-s. Tanto así, que estuvo dispuesto a morir por ese ideal.

Di-s ama al hombre, a todos los hombres. Ningún hombre nace malo, todos somos potencialmente un justo o un malvado. Y es por eso que a pesar de la maldad que puede haber en nuestros corazones, Yeshúa sabe que al ser creación de HaShem tenemos la oportunidad de cambiar. Pues él enseño diciendo: “el que viene a mí, no le echo fuera”.

Las palabras “venid en pos de mí”, revelan el proceso que experimenta un alumno verdadero del Mesías cuando se apega a su maestro. Llegar a ser uno con el Mesías, es más que creer en él, es estar dispuestos a ser como él, negarse como él se negó. Vivir como él es sufrir como él, y luego dar gloria a Di-s por ello. ¿Quién da alabanzas a Dios por sus problemas?...

El alumno de Yeshúa que acepta el designio divino, tal y como está para su vida, dispuesto a no dejar la senda del Mesías a pesar de sus pruebas, podrá realmente “ir en pos de él”, para avanzar a la segunda etapa: “os haré pescadores de hombres”.

Ser pescador de hombres es ser un colaborador de Di-s, bendito es él. Es alguien que sabe el valor de un alma, que valora el trabajo en el reino de HaShem, que es parte de sus prioridades en la vida. Quien vive así, no puede tener otra vida, que no sea sirviendo a los demás, porque en ello encuentra todo su propósito.

¿Cuántos pescadores de hombres hay hoy en día? Personas que están dispuestas a crecer, a ser mejores seres humanos, mejores padres, mejores esposos, mejores hermanos, mejores amigos, transformarse ellos mismos primero en pos y aras del Mesías Yeshúa, para luego salir a impactar vidas, con el mensaje transformador de las buenas noticias de la Torá.

Tenemos muchos que llevan su propio honor y sus ministerios para ser vistos de los muchos. Pero, amor al ser humano, pagar el precio, vivir la humillación, hacer el trabajo duro, pasar frio y hambre, ¿Cuántos están dispuestos a vivir algo así? ¿Por amor al Mesías Yeshúa, somos capaces de mirar en menos nuestra carrera en este mundo, para ser un pescador de hombres?

Pensemos en esto, ¿Cuántas horas del día, cuantos días de la semana, ocupo para salvar a otros? Quizás, la salvación no esté en salir a predicar al otro lado del mundo, pero si está en gesto muy bien intencionado, una bonita palabra al desvalido, una oración por quien tu sabes que necesita, o un “Di-s te ama” fortuito por ahí de camino mientras haces tus labores diarias. Di-s ama al hombre, y ese amor, en sí mismo es la salvación que todo ser humano necesita. ¿Pero cómo hacemos para difundir su amor? Cada vez que alguien elige entregar el amor de Di-s, se convierte en un pescador de hombres, en la caña que Dios usa, dispuesta y lista para salvar vidas.

“Bendito sea Yeshua el Mesías, por sus palabras*.

אברהם בן יעקב

Mateo 4:17 / Palabras del Mesias Yeshua / דברי ישוע המשיח


 הַבְּשׂוֹרָה עַל־פִּי מַתָּי

La buena noticia, según Mateo:

Palabras de Yeshua:

Mateo 4:17

   מִן־הָעֵת הַהִיא הֵחֵל יֵשׁוּעַ לִקְרֹא קָרוֹא וְאָמוֹר שׁוּבוּ כִּי מַלְכוּת הַשָׁמַיִם קָרְבָה לָבוֹא׃

“Desde entonces comenzó Yeshúa a predicar y decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”

Comentarios:

Estas son según Mateo, las primeras palabras con las que Yeshúa inició su ministerio. La primera predicación del bendito Mesías Yeshúa, fue un llamado a la teshuvá (retorno).

Pero para introducirnos a la primera predicación del santo maestro, Mateo nos comenta el cumplimiento de la profecía del profeta Yeshayá/Isaías 9:1-2. Para Mateo el hecho de que Yeshúa hubiese decidido habitar en en la tierra de en Cafarnaum, era un cumplimiento fiel de la profecía, y antes de mencionar las poderosas palabras de la primera predicación de Yeshúa, nos cita: “El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz, Y a los asentados en región y sombra de muerte, Una luz les amaneció”. Para luego citarnos las palabras más conocidas del Mesías:

וְאָמוֹר שׁוּבוּ כִּי מַלְכוּת הַשָׁמַיִם קָרְבָה לָבוֹא׃

¡Veamar shuvu ki maljut hashamaim karbá labó!

“diciéndoles retornen porque el reino de cielos se acercó”

Un pueblo asentado en tinieblas vio gran luz, solo porque le fueron dichas palabras de “retorno”. Esa es la primera expresión de la buena noticia, “el retorno a Dios”. Pues es en si misma una buena noticia, que HaShem le permita oír a una persona su llamado de atención, pues de otro modo, solo queda la indiferencia de HaShem con la persona. ¡Y no hay nada más terrible que HaShem te desconozca!. Por el contrario, a pesar de que habitaban en una inmensa tiniebla, de pronto vino a vivir entre ellos la luz de HaShem, llamándoles al retorno a Dios.

La primera palabra que uso nuestro amado Mesías en su predicación fue: “shuvu” (retornen). En hebreo תשובה, teshuva es literalmente retorno. Y como podemos ver, para poder vivir y disfrutar del reino de los cielos, la teshuvá es FUNDAMENTAL. Sin ella, no se puede vivir en luz, y no se podría jamás participar de los bienes del reino de los cielos que se ha acercado.

Pero Yeshua nos dice: ¡“retornen”! y esa expresión tiene un porqué, y es que según Yeshúa: “el reino de los cielos se acercó”. Es decir: “Dios acerco su reino celestial, y él les invita a subir a él, a pesar de que son un pueblo que habita en densa oscuridad” Si ustedes retornan a Dios, a la Torá que han abandonado, podrían beneficiarse de una vida gobernada por el reino de los cielos, que es lo opuesto a la densa oscuridad en la que viven, sino que es la luz intensa de la verdad.

Cuando la persona retorna a Dios para cumplir sus mandamientos, con la fe en Yeshúa como el Mesías de Israel, logra primero: “el perdón de sus pecados”, como una gracia de Dios, sin merito alguno, le dan el regalo de la salvación. Y una vez limpio, le entregan una Torá de vida, que le ayudará a formar su ser interno y externo, moldeando en él un varón perfecto, que busca llegar a la estatura del Mesías. En simples palabras, la teshuvá acerca a la persona al reino de los cielos, donde Yeshúa es el rey, y los mandamientos las reglas que rigen ese gobierno celestial. Pero no solo es esto, ¡lo cual ya lo es todo! sino que como está escrito: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman”. .

“Bendito sea Yeshua el Mesías, por sus palabras*.

אברהם בן יעקב

Mateo 4:10 / Palabras del Mesias Yeshua / דברי ישוע המשיח

  


הַבְּשׂוֹרָה עַל־פִּי מַתָּי

La buena noticia, según Mateo:

Palabras de Yeshua:

Mateo 4:10

   וַיֹּאמֶר אֵלָיו יֵשׁוּעַ סוּר מִמֶּנִּי הַשָּׂטָן כִּי כָתוּב לַיהוָֹה אֱלֹהֶיךָ תִּשְׁתַּחֲוֶה וְאוֹתוֹ לְבַדּוֹ תַּעֲבֹד׃

“Pero Yeshúa le dice: Vete, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás”

El pasaje que nuestro bendito Mesías Yeshua está citando es parte de la sagrada Torá en la porción semanal llamada “vaetjanan”, para ser exactos en Devarim/Deuteronomio capítulo 6 versículo 13.

Con estas palabras, Yeshua nos trae una verdad elemental para todo aquél que desee ser feliz en este mundo. Y esa verdad se llama: “servir a Dios”. Pero para lograr “servir a Dios”, la persona debe primero ser llevada, tal cual Yeshua fue llevado, a la tentación del monte alto, de los honores y el poder y solo cuando logre resistirlos y esquivarlos podrá lograr ser meritorio de servir a Dios con verdad.

El ser humano tiene dentro de sí un “satan”. (en hebreo: שָּׂטָן satan). Pues “satan” es una palabra hebrea que quiere decir: “adversario”. Y ese adversario que nos invita a servirnos a nosotros, antes que a cualquier persona, a nosotros antes que a Dios, es la “inclinación al mal”, ella es nuestro enemigo acérrimo. En realidad, es el enemigo numero uno del ser humano y tiene muchos nombres: “ego”, “mala inclinación”, y su propósito es ponernos un montón de barreras, solo para que las pasemos, y nuestro servicio a Dios sea verdadero. Sin estas barreras y pruebas que nos pone a diario el “satan” que llevamos dentro, no podríamos desarrollar el ser interno preparado para servir a Dios en verdad. Ya que todo servicio a Dios, que carece del triunfo sobre la mala inclinación, no puede ser un servicio a Dios verdadero. Dicho servicio es más bien, una de las tantas mentiras del mismo satán que aún vive sin límites dentro del ser humano.

La inclinación al mal, nació con nosotros para mostrarnos y hacernos creer la mentira del egoísmo. Aquella idea que subyace dentro nuestro que nos dice: “todo esto es para ti, si tan solo me sirves”. Así piensa el ser humano promedio de baja espiritualidad, que en promedio no tiene la capacidad de servir a nadie más que a si mismo.

Pero la persona que logra descubrir que las palabras: “todo esto te daré, si me sirves”, son en realidad una mentira de la mala inclinación que vive en él, podrá recién ser meritorio de comenzar el “servicio a Dios”, y con ello: el servicio a la creación de Dios: “el prójimo”.

Nuestro Santo Mesías Yeshua, logro superar la tentación del poder y de los honores, remitiéndose a esta sentencia: “al Eterno tu Dios adoraras y a él solo servirás”. Mostrándonos toda una vida de obediencia al Padre y de servicio al prójimo, rechazando el honor de los hombres, y la gloria de este mundo, por la gloria que viene de Dios.

Esto es por tanto el centro de la vida, y centro de toda la escritura: “servir a Dios”, sirviendo a los demás, con amor entrañable, haciendo el bien, buscando el bien del otro, temiendo a HaShem y guardando sus mandamientos. Anulando la mala inclinación, que susurra en nuestras conciencias siempre las palabras mentirosas: “Todo esto te daré, si me sirves”, para vivir en carne propia y con felicidad abundante la sentencia de las palabras de nuestro bendito Mesías Yeshua: “Al Eterno tu Dios adoraras, y a él servirás”.

“Bendito sea Yeshua el Mesías, por sus palabras*.

אברהם בן יעקב

Mateo 4:7 / Palabras del Mesías Yeshua / דברי ישוע המשיח

  


הַבְּשׂוֹרָה עַל־פִּי מַתָּי

La buena noticia, según Mateo:

Palabras de Yeshua:

Mateo 4:7

  וַיֹּאמֶר אֵלָיו יֵשׁוּעַ וְעוֹד כָּתוּב לֹא תְנַסֶּה אֵת יְהוָֹה אֱלֹהֶיךָ׃

“Yeshua le dijo: También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios”.

El pasaje que nuestro bendito Rabino Yeshua está citando es parte de la sagrada Torá en la porción semanal llamada “vaetjanan”, para ser exactos en Devarim/Deuteronomio capitulo 6 versículo 16.

¿Qué es tentar a Dios? Según el contexto donde Yeshua cita estas palabras, es ponerse en una situación de riesgo provocando a Dios para que él reaccione. El pasaje de la Torá dice: “como lo tentasteis en Maasá”, que fue la ocasión en que los israelitas se quejaron con Moshé y con HaShem por agua. ¿Cuál fue la provocación? Que ellos sabían, o en realidad, debiesen haberlo sabido, luego de ver la mano de HaShem que los acompañaba después de haber salido de Egipto, que el Eterno no los dejaría morir de sed, solo debían confiar en él, y no quejarse. Por lo que ellos se pusieron en una posición de riesgo, ante el Eterno, por el solo hecho de quejarse ante él, así lo tentaron y lo provocaron.

¿Pero y en el caso de Yeshua? Poner su vida en peligro, aún cuando, las mismas escrituras decían: “a sus ángeles enviara con respecto a ti” (Tehilim/Salmos 91:12), era tentar a Dios, e invalidar su Torá.

Yeshua con esta respuesta, nos está enseñando la importancia de ser cuidadosos todo el tiempo. No nos confiemos ni siquiera de nosotros mismos, diciendo: “yo no haría eso, o no caería de tal forma”. No nos pongamos en una situación de riesgo nunca, respecto de algún pecado, o respecto de cualquier situación que pueda dañar nuestra integridad espiritual o física incluso.

¿Cuántas veces visitamos a personas en lugares que no son nuestro habitad espiritual normal? Nos ponemos en riesgos espirituales de forma gratuita. Esto es lo que Yeshua quiere que aprendamos. Sus palabras nos invitan a ser personas precavidas, cuidadosas con nuestras opiniones, comentarios, actitudes, reacciones, pues no sabemos, cuando podemos llegar a caer preso de ellas por no proceder de la manera adecuada.

Yeshua es el ejemplo de la prudencia, que como está escrito: “quien, cuando era maldecido, no replicaba con una maldición; padeciendo, no amenazaba, sino se encomendaba al que juzga justamente”. Debemos, por tanto, ser imitadores de la ética de Yeshua, y tratar de andar como él anduvo. No pongamos en peligro nuestra integridad espiritual porque creamos que somos capaces de soportar, las pruebas y tentaciones, cuidémonos, ya que arriesgarnos es también tentar a Dios.

Y por último, cuanto más, no pongamos en riesgo nuestra integridad física, practicando deportes extremos, llevando nuestro físico al límite, o no respetando, como lo es hoy, el orden impuesto por las autoridades de nuestros países, que nos han solicitado guardar cuarentena a causa de la pandemia que azota el mundo.

*Bendito sea Yeshua el Mesías, por sus palabras*.

אברהם בן יעקב

Mateo 4:4 / Palabras del Mesías Yeshua / דברי ישוע המשיח

 


 הַבְּשׂוֹרָה עַל־פִּי מַתָּי

La buena noticia, según Mateo:

Palabras de Yeshua:

Mateo 4:4

 וַיַּעַן וַיֹּאמַר הֵן כָּתוּב לֹא עַל־הַלֶּחֶם לְבַדּוֹ יִחְיֶה הָאָדָם כִּי עַל־כָּל־מוֹצָא פִי־יְהוָֹה׃

“Pero Él, respondiendo, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

Comentarios:

El pasaje que nuestro bendito Rabino Yeshua está citando es parte de la sagrada Torá en la porción semanal llamada Ekev, del libro de Devarim/Deuteronomio capítulo 8 versículo 3, para ser exactos.  Y es justamente un versículo donde se alude directamente al tema del padecimiento del hambre. La Tora nos dice: “Por eso te afligió y te dejó padecer hambre”. Lo que nos conecta con el contexto real en el que está situado Yeshúa cuando cita estas escrituras, según lo que nos dice Mateo al comienzo del relato: Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.

 

Por lo que es en el contexto del padecimiento del hambre, es cuando Yeshua nos trae estas palabras, luego de ser tentado por el Satán. Y a pesar de tener hambre, dio un paso más y sentencio al Satán, con las escrituras: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Hashem”. Y esta respuesta nos remonta a la siguiente reflexión:

 

Nuestro amado Mesías Yeshua, usa las palabras de la Torá, para explicar la necesidad HUMANA de la palabra de Dios. El versículo de la Torá y las palabras del Mesías citan en hebreo la palabra (הָאָדָם) “hombre/adam”, no dice al judío o al hijo de Dios, sino que dice “hombre/adam”. Por lo que es toda la raza humana la que necesita comer la palabra de Dios, como un alimento espiritual diario.

 

El ser humano tiene la necesidad de comer a diario a lo menos tres comidas diarias, pero; ¿y qué pasa con la necesidad diaria del alimento espiritual? El hambre representa la mayor de las necesidades humanas, y es a través de ella, que HaShem tratará con la humanidad. Pues cuando el corazón se siente cómodo con sus distracciones estará lejos de palabra de Dios, y cuando el estómago está lleno, entones el ser humano tiende a olvidar la providencia divina, por lo que, al crear la hambruna, HaShem está provocando que las personas vuelvan sus ojos y atención a él, para finalmente salvarlas con la palabra de Dios.

 

Todos a diario comemos y nos alimentamos. Hoy más que nunca estamos tomando conciencia de lo importante que es la comida en nuestras vidas, pues quizás para muchos, es la primera vez que enfrentamos una pandemia que amenaza poner al mundo en una catástrofe de hambruna, por la inestabilidad económica mundial. Pero el ser humano por lo general, no se ha propuesto alimentarse espiritualmente, y por lo tanto a prescindido de la palabra de Dios. 

 

Yeshúa nos invita a comer la palabra de Dios, porque en realidad no solo de pan físico se vive. Debe existir un equilibrio, de ahí que este escrito: “no tan solo”, pero el ser humano, como raza humana, a estado en el otro extremo, y ahora es necesario llenar la tierra de hambre, para pronto llenarla de hambre de la palabra de Dios.

*Bendito sea Yeshua el Mesías, por sus palabras*.

אברהם בן יעקב

Mateo 3:15 / Palabras de Yeshua / דברי ישוע המשיח

  


הַבְּשׂוֹרָה עַל־פִּי מַתָּי

La buena noticia, según Mateo:

Palabras de Yeshua:

Mateo: 3:15:

וַיַּעַן יֵשׁוּעַ וַיֹּאמֶר אֵלָיו הַנִּיחָה לִּי כִּי כֵן נָאֲוָה לִשְׁנֵינוּ לְמַלֵּא כָּל־הַצְּדָקָה וַיַּנַּח לוֹ

“Pero respondiendo Yeshúa, le dijo: Deja ahora, porque así nos es conveniente cumplir toda justicia, Entonces lo dejó”.

Comentario:

Estas son las primeras palabras de Yeshua en el inicio de su servicio a HaShem. Y no son menos importantes que todas las enseñanzas que nos diera más adelante, pues en ellas, vemos una inmensa carga del sentido de la responsabilidad.

El tema central aquí es el honor de Yeshua. Luego del cuestionamiento de Iojanan, sobre si él siendo menor que Yeshúa, debía o no sumergirlo en las aguas, pues no era digno de ni siquiera desatar las correas del calzado de sus pies; ¿Cómo podía entonces sumergirlo en las aguas para iniciar su ministerio? Se cuestionaba Iojanan. Pero la verdad es que ¿Quién es digno de hacerlo? Era evidente entonces que no podía sumergirlo, por lo que su cuestionamiento inicial era totalmente válido. Pero Yeshúa lo anula con una respuesta cargada de verdad: “Deja ahora, porque así nos es conveniente cumplir toda justicia”. Es decir, en otras palabras: “Mi honor es nada en comparación a la justicia que debo cumplir”.

La respuesta de nuestro bendito Yeshua nos revela su inmensa humildad y apego a lo que es realmente importante ¿y qué era eso tan importante? Sin dunda alguna para él, no era ni su persona, ni su honor, sino lo que él venia hacer; su servicio a HaShem. Y es en virtud del servicio a HaShem, que a Yeshua no le importo dejar su honor de lado, para cumplir así toda justicia. Aun cuando él era el elegido de HaShem, dejo su honor, mostro una gran humildad, porque el objetivo final era superior: “cumplir así toda justicia”. Es decir, comenzar su servicio al Eterno.

Yeshua por lo tanto comienza su ministerio mostrándonos un hermoso ejemplo, pues si él entrego su honor por amor al ministerio, ¿Cuánto más nosotros debemos dejar de buscar el honor de los demás y dedicarnos sin importar cualquier circunstancia solo al servicio de HaShem?

El siervo de HaShem debe estar dispuesto a ser puesto en duda, a recibir de sus propios amigos y hermanos muchas veces el menosprecio. Pero su honor lo debe tener en muy poco. Lo que realmente le debe importar es el servicio al Eterno que le fue encomendado. No debe temer por su honor, y no debe buscar el honor de las personas.

Cuando todos lo elogien, debe pensar que solo es polvo de la tierra, y que solo hace la misión, que le fue encomendada, con los dones que HaShem le presto, ya que nada es intrínsecamente de él. El menosprecio y las habladurías de las personas no debe ser un motivo para dejar de servir al Eterno, ni prestar en servicio sus dones a la comunidad de Yeshua. Pues su honor, no es nada, ya que al final de nuestros días, todos llegaremos al mismo lugar; cubiertos de polvo, esperando la resurrección.

*Bendito sea Yeshua el Mesías, por sus palabras*.

אברהם בן יעקב

Mateo 5:3 / דברי ישוע המשיח / Palabras del Mesías Yeshua

 


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 הַבְּשׂוֹרָה עַל־פִּי מַתָּי

La buena noticia, según Mateo:

Palabras de Yeshua:

Mateo 5:03

 אַשְׁרֵי עֲנִיֵּי הָרוּחַ כִּי לָהֶם מַלְכוּת הַשָׁמָיִם׃

“Felices los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”

Las felicidades del hombre, el sermón del monte como muchos lo conocen, es simbólicamente hablando: “el Monte Sinaí de la Torá de Yeshúa”. Pues aquí comienzan todas las enseñanzas del Mesías relativas al comportamiento y a los mandamientos de la Torá.

Según lo documentado por Mateo, y los demás escritores de los evangelios. Nuestro Mesías comenzó su predicación con estas palabras acerca de la cualidad más importante y difícil de alcanzar; la Humildad.

Parafraseando a Yeshúa, él nos transmitió que “son felices, los pobres en espíritu, los humildes, ya que ellos son dueños del reino de los cielos”. ¿Qué significa esto?

En contraposición a lo que sistema del mundo nos quiere imponer, respecto de que debemos ser competitivos en cada área de nuestra vida, en el trabajo, en la familia, como si existiera una competencia sobre quien tiene la “mejor” familia, o sobre quien tiene o quien deja de tener bienes materiales, o a veces incluso la competitividad en el contexto religioso; quien es el que más brilla sobre los demás, quien es el que sabe más o quien es el que manda y quien es el que obedece. Quien busca todas estas cosas, se causa un daño muchas veces irreparable, que trae como resultado la altivez de espíritu, el ego, y la destrucción emocional, consecuencias que sin duda son una muestra de la inmadurez y el infantilismo que nos domina, y que revela cuan perdidos estamos del objetivo principal de la vida.

Yeshua irrumpe con esta verdad: “los humildes son los dueños del reino de los cielos”. Y es que los humildes se caracterizan por no buscar el honor, no les interesa competir con sus similares, ni les afecta ser llamados “pequeños”. Yeshua enseño diciendo: “de cierto les digo: el más pequeño entre vosotros es el más grande en el reino de los cielos”. Y es que esta la verdad que el Mesías nos está transmitiendo y que él espera que la hagamos nuestra para ser felices verdaderamente, la auténtica cualidad de la humildad es la posesión de la grandeza.

La clave para conseguir esto está en el ejemplo que nos dio nuestro santo Mesías Yeshua quien se “despojo de si mismo”, según nos explica el apóstol Pablo: “se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; quien no estimo ser igual a Di-s, como cosa a la que aferrarse”.

Lo cual significa que Yeshua no estimo el valor de ser rey de Israel, con tal de obedecer a su Padre, incluso si esto implicaba llegar a la muerte de un madero, hasta perderlo todo, para finalmente ganarlo todo, como lo dice el apóstol Pablo seguidamente: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre”. Mostrándonos con ejemplo de su vida esta inmensa verdad: “Los humildes, son los dueños del reino de los cielos”, a tal punto que a él le fue concedido el lugar ser el rey del reino de los cielos y prontamente coronado como el Mesías Rey de Israel. Todo esto gracias a su humildad y obediencia.

Solo si vencemos la sed de gloria que nos consume, que nos domina para ser vistos de los demás y de ser mimados por todos, podremos elevarnos de nuestra infancia a una madurez más plena, que nos hará libres y felices. Pues ya sabemos que de los pobres en espíritu es reino de los cielos.

“Bendito sea Yeshua el Mesías, por sus palabras*.

אברהם בן יעקב
http://toraetzjaim.blogspot.com/

lunes, 18 de abril de 2022

Parashat 29 Ajarei Mot - ¿Quién puede entrar en el lugar santísimo?

 


Dijo el SEÑOR a Moisés: Di a tu hermano Aarón que no en todo tiempo entre en el lugar santo detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, no sea que muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio… Se vestirá con la túnica sagrada de lino, y los calzoncillos de lino estarán sobre sus carnes, y se ceñirá con el cinturón de lino y se cubrirá con la tiara de lino (estas son vestiduras sagradas). Lavará, pues, su cuerpo con agua y se vestirá con ellas. 

(Lev. 16:2, 4 LBLA)

¿Quién puede entrar en el lugar santísimo?

Sólo en una día al año el sumo sacerdote terrenal podía entrar en el lugar santísimo en el tabernáculo, ese día es llamado yom hakipurim o yom kipur, que significa “el día de las expiaciones” o “día de expiación”. Ese día cae en el décimo día del séptimo mes bíblico. Ese día es el más sagrado de todos los días del año. Todo el pueblo está obligado a ayunar en señal de arrepentimiento y petición de perdón por los pecados cometidos contra el Eterno. En ese día son perdonados todos los pecados que toda la nación ha cometido contra el Eterno durante todo el año. Es un día sumamente crítico. Si el sumo sacerdote fallaba en su misión, el pueblo no podía obtener el perdón de sus pecados y esto traería muy graves consecuencias sobre toda la nación.

Ahora, todo el culto terrenal es una réplica del culto celestial. La carta a los Hebreos describe en detalle todo el cumplimiento celestial mesiánico de este servicio y muestra cómo el Mesías entró en el lugar santísimo en el cielo con su propia sangre una vez por todas y produjo una expiación y purificación eternas para los que están destinados para la vida eterna y un ministerio sacerdotal en el tabernáculo celestial.

Si no vemos que hay dos dimensiones, una celestial y otra terrenal, no vamos a entender ni el culto terrenal ni el culto celestial. El Mesías murió y resucitó para oficiar en el culto celestial, no en el culto terrenal. Todo el culto terrenal es una sombra del celestial, pero la sombra no es un sustituto de lo celestial ni lo celestial elimina la sombra terrenal. Todo lo contrario, hay una armonía perfecta entre los dos cultos y pueden convivir sin conflictos.

Al estudiar los detalles del servicio de yom hakipurim podemos aprender muchísimo del ministerio celestial del Sumo Sacerdote según el orden de Malki-Tsedek, que es el servicio eterno basado sobre la vida de la resurrección, la vida indestructible.

En yom kipur el sumo sacerdote terrenal tenía que quitarse su ropa sumo sacerdotal que usaba para el ministerio diario y vestirse con ropa de lino para poder entrar en el lugar santísimo. Eso constituye una sombra de la muerte y resurrección del Mesías. El sumo sacerdote tenía que desnudarse, figura de la muerte del Mesías, y luego se vestía de una ropa nueva de lino que habla del cuerpo y ministerio de la resurrección del Mesías.

El lino no es solamente la vestidura de todos los sacerdotes sino también de los ángeles lo cual muestra que es una ropa celestial (Eze. 9:2,3,11; 10:2,6,7; 40:3; Dan. 10:5; 12:6,7; Rev. 15:6; 19:14).

La relación entre yom kipur y el Mesías vemos también en el hecho de que el lino estaba presente todo el tiempo en el proceso de su muerte y resurrección (Mat. 27:59; Mar. 15:46; Luc. 23:53; 24:12; Juan 19:40; 20:5-7). El lino fino es también la ropa de la resurrección de los santos (Rev. 19:8).

Por medio del Mesías tenemos acceso al trono celestial que está en el lugar santísimo en el cielo. En Hebreos 4:14-16 está escrito: “Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que trascendió los cielos, Yeshúa, el Hijo de Dios, retengamos nuestra fe. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotrospero sin pecado. Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.” (LBLA revisada)

Shavua tov,

Ketriel

Parasha 29 Ajarei Mot 5779 - La prohibición de comer sangre y la sangre del Mesias Yeshua




Parashá 29 Ajarei Mot 5779 
COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL DE LATORÁ
Parashá 29 Ajarei mot / Levítico 16:1 – 18:30

Shalom Javerim:

בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo, estamos estudiando la Parashá semanal, que nos corresponde esta semana; Ajarei Mot – “después de la muerte”- La cual es sumamente importante ya que la leemos en el día de Yom kipur, pues trata acerca del servicio que realizaba el Cohen Hagadol (Sumo sacerdote) en Yom Kipur (el día del perdón). Entre otros muchos temas, también nos recuerda acerca, de las relaciones sexuales prohibidas y del mandamiento de no comer sangre, del cual me gustaría compartirles ahora.

Nos dice la bendita Torá:

"Si cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que residen entre ellos, come sangre, yo pondré mi rostro contra esa persona que coma sangre, y la cortaré de entre su pueblo. "Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas; porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace expiación." Por tanto, dije a los hijos de Israel: "Ninguna persona entre vosotros comerá sangre; tampoco comerá sangre ningún forastero que reside entre vosotros." Y cuando algún hombre de los hijos de Israel o de los forasteros que residen entre ellos, que al cazar capture un animal o un ave que sea permitido comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. Porque en cuanto a la vida de toda carne, su sangre es su vida. Por tanto, dije a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la coma será exterminado” (Vayikra / Levítico 17:10)

Antiguamente los gentiles paganos tenían la costumbre de sacrificar a los demonios y beber la sangre de esos sacrificios, pues así podían obtener la fuerza espiritual de los demonios a los que les ofrecían sus sacrificios y finalmente predecir al futuro, pues lograban una unión espiritual con estos espíritus impuros a través de la sangre que bebían. Como está escrito también en la Torá:

“No comas cosa con su sangre, ni hagas uso de augurios o encantamientos” (Levítico 19:26)”.

También recuerdo las palabras de Shaúl de Tarso:

“No podéis beber la copa del Señor y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios (1 Corintios 10:21)

La expresión: “La copa de los demonios” podría ser una clara referencia al culto pagano de los gentiles, que bebían sangre para conectar con demonios que les permitieran augurios y encantamientos. Distinto es participar de la copa del Señor. Como veremos en este comentario más adelante.

Por esta razón es que antes de tratar el tema de la prohibición de comer sangre, la Torá nos habla acerca de la prohibición de ofrecer una ofrenda de sacrificio a HaShem, fuera del lugar escogido por el eterno, es decir fuera de la tienda de reunión o Mishkan. Para así dejar en claro que, tanto los sacrificios y el uso de la sangre de estos animales, tendrán un objetivo elevado y además reglamentado por la Torá desde ese momento en adelante.

Hubo antes de la entrega de la Torá y de la construcción del Mishkan la costumbre de ofrecer sacrificios a HaShem, donde la persona quisiera. Tales lugares eran conocidos como “bamá” (במה). Sin embargo, después que el tabernáculo fue construido tales bamot, fueron prohibidas. Y así solo estaba permitido hacer un sacrificio en el lugar determinado por la Torá.

¿Por qué nos está prohibido comer la sangre de un animal?

1.- Si la persona ofrecía un “korban” (ofrenda) a Di-s, no podía beber la sangre del animal. La razón que nos da la torá es: “porque la vida de la carne está en la sangre, y yo la he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas” decir – no puedes obtener provecho de la sangre la cual te sirves para la expiación de tus pecados.

2.- Pero, aun así, cuando captures un animal o ave permitido para comer, (es importante aquí resaltar el hecho de que la Torá te habla de animales permitidos para el consumo humano, no considera la posibilidad de otros animales no aptos para el consumo humano – cae de cajón esto, para mencionar que toda vez que en las escrituras se mencione el tema de “poder comer algo” se refiere solo a alimentos permitidos por la Torá.), tampoco podrás comer su sangre. Con lo cual queda claro, que la prohibición, de comer la sangre, no es solo porque la sangre sirva para la expiación del pecado, sino que en este caso el motivo de la prohibición radica en que el alma, del ser que ha sido muerto está en la sangre del animal, por lo cual te está prohibido comer su sangre.

¿Cuál es la importancia de este mandamiento?

La Torá nos dice literalmente: “Yo (Di-s) pondré mi rostro contra aquella persona que coma sangre”. Lo cual quiere decir que HaShem se ocupara personalmente de castigar a esa persona, dejando de lado otros asuntos, como para decirlo de alguna manera que lo podamos entender. Por lo que aprendemos que es un mandamiento muy importante.

En el libro de los Hechos de los emisarios del Mesías Yeshúa, leemos que una de los mandamientos que se les escribía a los gentiles que comenzaban en el camino de la Torá a través de la fe en nuestro Mesías Yeshúa fue la prohibición de comer la sangre de los animales. Leemos:

“Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito, habiendo decidido que deben abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, DE SANGRE, de lo estrangulado y de fornicación” (Hechos 21:25)

Lo cual nos confirma que es un mandamiento importante y base, para el comienzo de la fe en Yeshúa y la observancia de la Torá.

Es importante para aplicar el mandamiento de “no comer sangre” que corresponde al mandamiento negativo número 184, estudiar y aprender las leyes relativas al consumo de carne, y la sangre que contiene la carne. Para lo cual debemos estudiar el compendio de halajot (leyes) del Shuljan Aruj – que les comparto en el siguiente enlace: http://www.shuljanaruj.com/kosher17.asp

También cabe mencionar que no están prohibidas las transfusiones de sangre, ni insinuada su prohibición en las escrituras. Es más, se podría inferir de algunos versículos de las escrituras, que se alienta a dar la vida por otros. Como está escrito: “Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos” y como la vida está contenida en la sangre, en el caso de ayudar a un enfermo a través de la transfusión de sangre estaríamos haciendo un bien, que, desde el punto de vista de este versículo, sería una gran muestra de amor. Tenemos el más claro ejemplo del amor divino, Di-s bendito es él, nos dio a Yeshúa, el hijo de Dios, el cual derramo su sangre por amor a nosotros, a fin de obtener la vida y el perdón de nuestros pecados.

La esencia del animal está contenida en su sangre nos explican los cabalistas, por lo cual, cuando la persona bebía esa sangre se unía a esa esencia animal. Nos dice el comentario del sefer hajinuj que el hombre al ingerir sangre animal permitiría que las características groseras, burdas y animalescas formen parte del alma del hombre que ingiere la sangre. También se nos enseña que al comer la sangre de un animal o de un ser humano, lo que se haría en términos de Torá, es comer el alma que está contenida en esa sangre. Es como si hubiese una especie de canibalismo en el sentido literal y espiritual, un alma comiendo a otra alma. Lo cual al examinarlo es mucho más grave y profundo aún.

Ahora para terminar, leamos el siguiente pasaje:

“Entonces Yeshúa les dijo: En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. (Juan / Yojanan 6:53-56)

Las palabras de nuestro Mesías Yeshúa son claramente una metáfora que alude a esta fuerza espiritual que hay en la sangre, y que permite la UNIÓN espiritual de dos entes separados. Por esta razón, es que al ser limpiados por la sangre del Mesías Yeshúa, tenemos parte con él, y somos una verdadera unidad con el alma del Mesías, compartiendo parte de su naturaleza divina si nos esforzamos. (2 Pedro 1:3). Ya hemos sido limpiados, y hemos sido acercados, a la fuente Eterna, por la fuerza de la sangre del Mesías Yeshúa. Ahora usemos esta sangre y fuerza para mantenernos unidos y cercanos a él. Y vencer las artimañas del ego y del diablo que operan en el mundo de las tinieblas, pues la sangre del Mesías Yeshúa si tiene poder.

En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia (Efesios 1:7) - / Pero ahora en el Mesías Yeshúa, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre del Mesías. (Efesios 2:13)