sábado, 2 de abril de 2022

Parashat 27 Tazría / Concibió


Trataremos de traer luz a través de dos eventos escritos en esta Parashat tomando interpretaciones de los sabios de nuestro pueblo para enriquecer nuestra vida diaria, el primero cuando la mujer da a luz un hijo varón y segundo la aparición de la afección de lepra.

Primero.

"Y le dijo el Eterno a Moisés: "Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando una mujer conciba y dé a luz a un varón, será impura durante un período de siete días, como durante los días de su flujo menstrual será impura. Y al octavo día será circuncidado el prepucio (del niño) y ella permanecerá durante treinta y tres días purificándose de su sangre. No tocará nada sagrado y no entrará al santuario hasta que se cumplan los días de su purificación. Si ella da a luz a una niña será impura durante dos semanas, como durante su período de menstruación y sesenta y seis días permanecerá purificándose de su sangre" (Vaikrá 12:1-5).

Cuando la mujer da a luz a un varón, queda impurificada durante siete días y al octavo se celebra la ceremonia del Brit Milá con gran alegría. Los siete días de impureza aluden a los setenta años de vida que le fueron otorgados como tiempo de vida, mientras que cada año más que se vive se considera un agregado y un regalo especial que recibe la persona. Esto representa al octavo día que viene después de siete días de impureza y que es un número que se encuentra por encima de la naturaleza. Esto nos enseña que la persona debe vivir sus setenta años con pureza y santidad y además ser meritorio del octavo día, es decir, vivir por muchos años más de lo natural (Maharal Jidushei Agadot Nedarim 31b). Se debe organizar la ceremonia del brit milá, cuyo propósito es quitar el prepucio que representa a los deseos mundanos que molestan a la persona y que no la dejan servir a Dios como se debe. Cuando la persona quita el prepucio al octavo día y se esfuerza por alejar a los deseos materiales durante toda su vida, entonces se hace meritorio de que Dios le dé una buena y larga vida sobre la tierra.

Otro punto que debemos resaltar es que los días básicos de impureza que indica la Torá para el nacimiento de una niña o de un varón, juntos suman veintiuno, que es el valor numérico del Nombre de Dios E-heié.

Los libros de Kabalá explican que cada Nombre de Hashem expresa cierta creación que recibió ese nombre. Por ejemplo, el Nombre Sha-dai surgió cuando Hashem completó la creación del mundo y le dijo a Su mundo "dai" (suficiente). Pero el Nombre E-heié es el Nombre principal de Dios y expresa la presencia permanente de Dios en el mundo. (La traducción literal de este Nombre es "Seré"). Antes de que Hashem creara el mundo solamente existía este Nombre y no había nadie más que Dios. De acuerdo con las diferentes cosas que Dios fue creando, se fueron formando también sus diversos Nombres, los cuales describen a Sus creaciones.

Segundo.

La enfermedad de la Lepra

"El Eterno habló a Moshé y a Aharón para decir: si una persona tuviese en la piel de su carne una mancha clara, una mancha blanquecina o una mancha brillante y se convirtiese en afección de lepra en la piel de su carne, deberá ser llevada ante Aharón el Cohén o a uno de sus hijos, los Cohanim” (Vaikrá 13:1-2)

Sabemos que la afección de la lepra aparece como consecuencia del pecado de Lashón hará (Arajin 15b). Como dice la Torá (Bamidbar 12:1-10), Miriam, la hermana de Moshé, se vio afectada con lepra por hablar Lashón hará de su hermano cuando éste se separó de su esposa Tzipora. Miriam tenía intenciones puras y no quiso decir palabras ofensivas. Pero de todas maneras fue castigada. Con más razón es castigado quien habla de manera ofensiva y con mala intención.

Esta enfermedad no aparece directamente sobre el cuerpo de la persona. Primero se ven manchas sobre las paredes de la casa y si la persona no corrige sus malos actos las manchas se extienden sobre los utensilios que hay dentro de la casa. Si esto tampoco logra despertarla para arrepentirse, entonces las manchas pasan a su ropa y finalmente a su piel y a su cuerpo (Rambam Tumat Tzaraat 16:10). Este avance paulatino nos enseña que Dios conduce con misericordia a Sus creaciones. Él no se apura a castigar a sus hijos, sino que primero trata de despertarlos con cosas alejadas, para no provocarles daño. Pero si no se presta atención a Sus advertencias, entonces la afección de la lepra sigue acercándose cada vez más. Dios es paciente y misericordioso y no se apura a castigar a los pecadores. Por el contrario, siempre busca abrirles una nueva puerta por la que puedan salir, despertándoles pensamientos que los lleven al arrepentimiento y a corregir sus malos actos.

La enfermedad de lepra nos enseña algo muy importante. Al principio ésta aparece sobre las paredes de la casa, como manchas pequeñas. Pero cuando la persona no reacciona a las señales que Dios le da, puede llegar a ser alejada totalmente del campamento durante un largo período de tiempo hasta que se arrepienta totalmente de sus malos actos. Podemos concluir que cuando la persona no recapacita sobre su accionar puede seguir cayendo más y más bajo. A veces la persona comete una pequeña transgresión. Si no la corrige rápidamente puede acostumbrarse a ser un transgresor y seguir bajando hasta terminar sumergido en un pozo profundo.

Por eso la persona debe revisar y recapacitar acerca de sus actos cada día y apurarse a corregir los errores que cometió en ese día, para que esos pecados no se arraiguen y no se vuelvan parte de su personalidad.

Existe una interesante conexión que explica la yuxtaposición de las parashiot Sheminí y Tazría. Si prestamos atención veremos que la última letra de la palabra Sheminí y la primera letra de la palabra Tazría forman iud-taf, que tiene el mismo valor numérico que la palabra "Kadósh" (santo). La primera y última letra de la palabra "Tazría" forman "et" (momento), de lo cual se aprende que la persona debe fijar momentos de estudio de Torá para santificarse y alejarse del pecado. Cuando la persona fija tiempos para acercarse a Dios y los dedica por completo a esta meta, tiene el mérito de elevarse y santificarse y recibe una ayuda especial del Cielo para no caer en el pecado, ni siquiera en el grave pecado de Lashón hará.

Cuando la boca está ocupada en el estudio de la Torá, no tiene tiempo para tonterías que siempre terminan llevando a hablar Lashón hará. De esta forma la ganancia es doble: la persona se acerca a Dios y también conserva su santidad al no hablar Lashón hará.

También podríamos formular una pregunta: ¿Por qué hashem escogió la lepra y no escogió otro castigo?

Cuando hay pecados ocultos hashem termina castigándoles públicamente Ivrim 4:13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

Cuando alguien habla lashon hará lo hace así (susurrando que nadie escuche) hablando de boca a oído Hashem lo castigará en público con lepra u. Otra enfermedad. Ojo cuidado con la boca.

Eclesiastés 12:14 Porque Hashem traerá toda obra a juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta, buena o mala.

Hiller 8:17 Porque no hay cosa oculta, que no haya de ser manifestada; ni cosa escondida, que no haya de ser entendida, y de venir a luz.

Matityah 10:26 Así que no les temáis, porque nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse.

Matityah 12:36-37 Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Miqueas 6:13 Por eso yo también {te} haré enfermar, hiriéndote, asolándote por tus pecados.

Hiller 12:3 Porque lo que han hablado en la oscuridad, será oído en la luz [del día], y lo que hayan susurrado a puertas cerradas, será proclamado en las azoteas

Rabino: Yosef Ben Abraham

Kehilah Beit Haderej

Maracaibo - Venezuela

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