viernes, 23 de septiembre de 2022

Parasha 51 Nitsavim 5774 / La Torá en la boca y en el corazón

COMENTARIO DE LA PARASHA SEMANAL
Parashá 51 Nitsavim 5774
Deuteronomio 29:10 (9) – 30:20

Para hablar de la práctica de la Torá, sin duda lo primero que debe existir en todos nosotros es la “Teoría” por decirlo de algún modo. Me refiero al ESTUDIO de la Torá. Sin estudio del Manual de Vida que es la Torá, no se puede practicarla bien. Y sin práctica, el estudio se transforma en mero conocimiento. Aquí entonces la importancia del equilibrio entre el estudio y la práctica de la Torá. Las dos cosas van de la mano, y no deben separarse, para que nuestra labor y esfuerzo no sea estéril.

En la parasha (porción) “Nitzavim” que se encuentra al final del libro de Devarim (Deuteronomio), hallamos un cuestionamiento de Israel hacia el estudio y la práctica de la Torá:

“Porque esta mitzvah que yo te estoy dando hoy no es muy dura para ti, no está fuera de tu alcance. No está en el cielo, para que necesites preguntar: '¿Quién irá al cielo por nosotros, la traerá a nosotros y nos la haga oír, para que podamos obedecer? Asimismo, no está del otro lado del mar, para que necesites preguntar:

'¿Quién cruzará el mar por nosotros, la traerá a nosotros y nos la haga oír, para que podamos obedecerla?” (Devarim 30:11-13)

El pueblo de Israel le pregunto a Moshe: “Haz dicho la Tora no está en el cielo, ni más allá del mar” ¿Dónde está? ¿Quién nos la enseñara? La escusa más repetitiva que existe para no estudiar la Torá (Me refiero a todo el comprendió de Instrucciones Tanaj y Brit Hadasha) es “No tengo la inteligencia suficiente para estudiar la Torá”

Sin embargo una hermosa historia de un Sabio Judío nos cuenta en el Midrash, como es que un pescador se excuso con la misma Frase diciendo no tener inteligencia, cuando era un artesano de redes de pescar. Si tenía inteligencia suficiente para crear redes lo suficientemente buenas y fuertes para sustentar a su familia ¿Por qué pensó que Di.s no lo había dotado de inteligencia para el estudio?

Está escrito en la sagrada Torá:

“Por el contrario, la Torá está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón para que la lleves a la práctica” (Devarim 30:14)

¿Cómo es posible que el verso nos venga asegurar que la Torá está muy próxima? De forma clara y concisa, nos dice Está en Tu Corazón y en Tu Boca. ¿Cómo es posible esto? Troncar el deseo de la inclinación al mal parece algo sencillo ¿Pero cómo lo hacemos? La respuesta radica en la expresión: “Para que la lleves a la práctica”

Los Sabios nos dicen, que el versículo se refiere a la intención más profunda del deseo del corazón de cada hombre. Deseo que se puede activar a través de la Tefila (suplica) y la meditación en nuestros caminos. Por eso es que la Torá está tan próxima, solo es cuestión de despertar ese deseo innato.


Otra explicación en el Midrah dice que Moshé le dijo al pueblo: El pueblo pregunto ¿Dónde está la Torá? Moshé respondió: “Esta muy cerca de ustedes en su boca, cuando la estudian con sus boca, en las tiendas o casas de estudio y cuando la ponen por obra de corazón” Porque si solo aprendemos o estudiamos de la boca hacia fuera, la Torá no estará en el corazón”

En mi opinión hay dos palabras claves en ese verso que si las comprendemos podremos entender cuál es la manera en la que debemos llevar a la práctica las instrucciones de la Torá. El texto nos dice:

“En tu Boca” y “En tu corazón”

Y con esto recordé las palabras del Profeta Ieshayahu (Isaías) que también fueron dichas por nuestro Maestro Santo en Matiyahu (Mateo) 15:7-9:

“Dice, pues, el Hashem: "Este pueblo se me acerca con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor hacia mí fue enseñado por mandato de hombres (Isaías 29.13)

La palabra Hebrea para “boca” es la palabra “PE”, y su mayor connotación la hallamos relacionada con el “Habla”. A su vez la palabra hebrea “PE” tiene su raíz en la palabra Hebrea “Paá” la cual está relacionada en su raíz primaria con: “expandirse”- De este modo: La palabra “Boca” representa lo que es externo, lo que decimos, lo que nos ponemos e incluso lo que hacemos. Si hacemos todo lo que la Torá nos ordena, pero dentro de nosotros no hay una intención verdadera, sincera, sin odios, sin malicias, de acorde a los principios elementales de la Tora: Verdad – Paz y Justicia, nada tendrá valor:

“La antigua tradición judía en el Pirkei Abot, enseña que tres pilares sostienen el mundo: la verdad, la justicia y la paz”

Veamos ejemplos de los que solo con la “boca” (externo) sirven al Creador:

El Escriba que oraba delante de Hashem jactarse de su Justicia a costa de la humildad del publicano:

“Para algunos que se tenían por justos, y menospreciaban a los demás, les contó esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, el otro publicano. "El fariseo oraba de pie consigo mismo, de esta manera: 'Dios, te doy gracias, que no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano. Ayuno dos veces a la semana, y doy el diezmo de todo lo que gano'. "Pero el publicano quedando lejos, ni quería alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho, diciendo: 'Dios, ten compasión de mí, que soy pecador'. Os digo que éste descendió a su casa justificado, pero el otro no. Porque el que se enaltece será humillado; y el que se humilla, será enaltecido" (Lucas 18:9-14)

¿Está mal ayunar dos veces a la semana, dar diezmo, no ser ladrón, adultero, injustos? Claro que no está mal, son mandamientos de la Torá que debemos cumplir, y que este Fariseo cumplía pero solo externamente, su corazón estaba lejos de Hashem.

Otro pasaje que nos habla de esto, son los siguientes versos que hallamos en los profetas, cuando Israel se alejaba de la voluntad de Hashem:

“No me traigáis más vana ofrenda. El incienso me es abominación. Luna nueva, sábado, el convocar asamblea, no los puedo sufrir. Vuestras fiestas solemnes son una iniquidad. Detesto vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes. Me son gravosas, cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis vuestras manos para orar, esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, no os escucharé. Llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos, limpiaos. Quitad de mi vista la iniquidad de vuestras obras. Dejad de hacer lo malo. Aprended a hacer bien. Buscad justicia, restituid al agraviado, defended al huérfano, amparad a la viuda” (Isaías 1:13-14)

La palabra Hebrea para “Corazón” es la palabra “LEBÁB”, y dentro de sus connotaciones hallamos: Voluntad, intención, animo”, asimismo la palabra LEBAB” viene de la palabra Hebrea: “LABÁB”, la cual quiere decir: Encerrar, transportar.

De este modo: La palabra “corazón” representa lo interno, lo que sentimos, lo que tenemos dentro, lo que llevamos siempre, y lo que realmente somos cuando hacemos cada cosa. Cada acción debe ir acompañada de la Buena Intención, de amor, de la voluntad de Hashem, para que las acciones estén siendo bien vistas desde el cielo. Si por el contrario nos llenamos de “buenas intenciones” que no son más que eso, y no hay practica concreta de los mandamientos, formaremos solo parte de una ilusión, de un teatro que nosotros mismo hemos montado, donde los primeros actores somos nosotros.

Un ejemplo claro de alguien que quiere agradar a Hashem solo con “intención” pero sin obras es el siguiente:

¿De qué sirve, mis hermanos, si alguno asegura que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Podrá esta "tal fe" salvarle? Supongan que un hermano o hermana está sin ropa y sin comida para el diario, y alguno le dice: "¡Shalom! ¡Mantente abrigado y come hasta saciarte!," sin darle lo que necesita. ¿De qué le sirve? Así que, la fe sola, si no está acompañada con obras, está muerta, Pero alguien dirá: ¡Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esta fe tuya sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras! (Yaacov 2:14-18)

¿Qué nos enseña el Mashiaj? Veamos:

En cierta ocasión nuestro maestro santo enseño diciendo:

“Mientras Yeshúa decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz, y dijo: "¡Cuán bendita es la madre que te dio a luz, y te amamantó de sus pechos!" Pero El dijo: "¡Mucho más benditos son los que oyen la Tora de Hashem, y la obedecen!" (Hillel/Lucas 11:27-28)

¿Quién es un “Bienaventurado”? Una persona extremadamente dichosa, muy feliz. Podríamos decir que una persona bienaventurada es una persona que ha sido alcanzada por la Tora, es decir alcanzada por la BENDICIÓN DE LA TORÁ.

Ahora bien ¿Quién fue Myriam? La Madre de Yeshua, lo crio, lo vio crecer, lo sustento, le brindo abrigo, cuidado, le dio amor, como dice el mismo texto: “lo amanto”, pero aún con todo lo que Myriam hizo por su hijo Yeshua, no pudo en nada compararse a uno que “Hace la palabra de Elohim”. Esto quiere decir que si aún si fuésemos hermanos o la Madre de Yeshúa, no podríamos garantizar nuestra “bendición” sino pusiéramos la palabra de Hashem por obra. No son nuestros cargos, títulos, ni posiciones religiosas las que nos dan la dicha de ser beneficiados por el mismo cielo, sino la obediencia a la Torá.

Yeshúa como Mashiaj de Israel, está trayendo a la memoria de su auditorio las palabras de la porción Nitzavim (firmes) del libro de Devarim. Nuestro Maestro como el mejor Rabino de su época está enseñando lo que Moshe ya le había dicho al pueblo de Israel, en la Torá:

"¡Mira! Yo te estoy presentando hoy con, en una mano, vida y el bien; y en la otra, muerte y el mal (Devarim/Deuteronomio 30:15)

La vida es la Bienaventuranza que alcanza al obediente a la Torá, al que estudia y se esfuerza por colocar por obra las instrucciones de carácter eterno. Por otra parte la Muerte es la Maldición que alcanza a los que viven en desobediencia delante de Hashem ¿Qué es VIDA? Hacer la Torá ¿Qué es MUERTE? No hacer la Torá.

Si avanzamos por los escritos de los alumnos y discípulos de Yeshua, hallamos una de las enseñanzas más completas respecto de este tema. Yaacov el presidente de la congregación de creyentes de Jerusalem, nos da excelente clase, veamos y analicemos:

“No se engañen a ustedes mismos por sólo oír lo que la Palabra dice, ¡sino háganlo! Porque el que oye la Palabra, pero no hace lo que ella dice, es como alguien que mira su cara en el espejo, se mira a sí mismo, se retira e inmediatamente se le olvida como luce. Pero la persona que mira atentamente la Torá perfecta, la que da libertad, y continúa volviéndose, no en un oidor olvidadizo, sino en un hacedor de las obras requeridas por ella, entonces será bendito en lo que hace. Cualquiera que crea que es un observante religioso, pero no controla su lengua, se engaña a sí mismo, y su observancia cuenta para nada. La observancia religiosa que Elohim el Padre considera pura y sin falta es esta: dar cuidado a los huérfanos y viudas en sus tribulaciones y mantenerse uno mismo sin contaminaciones del mundo. (Yaacov 1:22-27)

De aquí aprendemos cuales son las varas medirán si estamos siendo buenos observantes de la Torá:

1.- La lengua o “Lashon Hara”: Si hay en nosotros este tipo de comportamiento, no estamos practicando la Torá.

2.- El cuidado de los necesitados: Esto involucra a los necesitados espirituales y a los desamparados en cuanto al sustento.

3.- Mantenerse Puro: Esto involucra a la puesta en obra de la Torá Moral: No cometer pecados con nuestros ojos ¿Qué vemos? No cometer pecados con nuestros oídos ¿Qué oímos? No cometer impurezas sexuales, apartarse de todo tipo de consumismo, avaricia, ambición, idolatría, y EGOLATRIA.

Amigos, en cierta ocasión Yeshua enseño diciendo: “Aquel que enseña y HACE los mandamientos de la Torá es considerado en el cielo como GRANDE” y También: “Si vuestra Justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entrareis en el reino de los cielos” No seamos como los que se engañaban asimismo, sino estamos lo haciendo lo correcto, comencemos a hacer lo bueno, volvámonos a Hashem y que su Torá este en nuestra boca y nuestro corazón.

Shalom en el Mesías.

domingo, 4 de septiembre de 2022

Parashat Ki Tetse 5780 - Somos lo que creemos ser - mas que vencedores

 


Parashat 49 Ki Tetsé 5774 - La hermosa mujer gentil

COMENTARIO DE LA PARASHA SEMANAL

Parashá 49 Ki Tetsé

Deuteronomio 21:10 – 25:19


La sección de la Torá de esta semana nos habla de un soldado Israelita que sale a la batalla y halla a una mujer gentil, de la cual se siente atraído por su hermosura. Según un Midrash, era costumbre en la antigüedad enviar mujeres hermosas al campo de batalla del enemigo, con tal de seducir a los soldados y hacerlos caer en la distracción para luego enviar un poderoso contra-ataque. 

Justamente la Torá legisla esta situación; Un soldado Judío atraído por la belleza de una mujer No-Judía que está dentro del botín de guerra: 

La seccion de la Torá de esta semana nos habla de un soldado Israelita que sale a la batalla y halla a una mujer gentil, de la cual se siente atraído por su hermosura. Según un Midrash, era costumbre en la antigüedad enviar mujeres hermosas al campo de batalla del enemigo, con tal de seducir a los soldados y hacerlos caer en la distracción para luego enviar un poderoso contra-ataque. 

Justamente la Torá lesgisla esta situación; En el Judaísmo estas leyes se conocen como: “Iefat Toar” (Mujer Hermosa)/Leyes relativas a la captura de una mujer gentil con quien un soldado judío desea casarse: 

La bendita Torá comienza diciendo: 

“Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Hashem tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos, y vieres entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer, la meterás en tu casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas, y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su padre y a su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y ella será tu mujer. Y si no te agradare, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto la humillaste” (Devarim – Deuteronomio 21:10-13) 

La bendita Torá comienza diciendo: “Ki tetze lamiljama” (Cuando salieres a la guerra) Según Rashi, el texto habla de la guerra opcional (rashut) y no de la guerra por la conquista de la Tierra de Israel, que es obligatoria (joba) 

¿Por qué Rashi trajo esta explicación?: 

a) Porque la palabra “Ki” significa que depende de nuestra elección. 

b) Porque está escrito. “Veshavita shivió” (Y tomaréis cautivos) y sobre la guerra de los siete pueblos dice: “No dejarás a nadie vivo” – es decir; no se pueden tomar prisioneros. 

d) Los Sabios recibieron como tradición. Porque esta escrito. “Ki Tetze” (cuando salieres) – sal de Eretz Israel. Y no en Eretz Israel, que es la guerra obligatoria de los siete reyes. 

Entrando en nuestro tema; ¿Cómo se sentía un soldado Judío después de la guerra? 

Tenia pocas fuerzas físicas. 

Mucha hambre, con ganas de llegar al hogar. Deseo de satisfacer la necesidad sexual. 

Estas necesidades normales de un ser humano, en un soldado que volvia de la guerra se multiplicaban en gran cantidad. Por lo cual, la Torá viene a prevenir y a ordenar el deseo desmedido de este soldado Judío, previene un mal peor, a fin de que no se pervierta el alma del Israelita y sea cortado espiritualmente de su pueblo. La Torá no anima, tampoco prohibe, sino que PERMITE al soldado Judío tomar para si a una mujer no-judía de la cual se sintió fuertemente atraído por su belleza física en el contexto de una guerra. Sin embargo, aquella libertad permisiva tendrá normas que permitirán causar desanimo en el soldado, a fin de que no tome una decisión precipitada, como veremos a continuación: 

El primer sujeto de esta narración de la Torá es el soldado Judío. La Tora comienza diciendo al respecto de él: 

“Cuando salgas a la guerra”, lo cual alude a que en realidad la guerra por lo cual Hashem espera que nos esmeremos por vencer, es aquella que tiene relación con nosotros mismos. Nosotros somos nuestros mayores enemigos, nuestra inclinación al mal, es la batalla interna más tenaz que puede experimentar todo militante del ejercito del Mesías Yeshua. 

Recordemos las palabras del Rab. Shaul de Tarso: “Miserable de mí, ¿Quien me librara de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24) 

Y también el consejo que el mismo diera a su amigo Timoteo:  “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina” (1 Timoteo 4:16) 

Es nuestro EGO, nuestro YO, ese culto que a diario nos brindamos a nosotros mismos, sin importar lo que los demás sientan, o como los demás puedan verse afectados por nuestras decisiones, el ENEMIGO al cual la Torá nos invita a derribar - batallar. 

El ser humano que está vencido por su egocentrismo, por su amor desmedido de si mismo, no tiene espacio para los demás. Menos quedara espacio en su interior para servir a Dios. De este asunto nos viene hablar la Torá cuando nos dice que “Cuando salieres”, es decir: “TÚ soldado Judio” “que estás atraído y dominado por tu “Inclinacion al mal” que buscas tomar por esposa a una mujer que no es de su pueblo ten en consideración las siguientes normas” (Parafraseando). 

El soldado representa al hombre de Hashem dominado por la inclinación al mal, que ha permitido entrar en su casa (corazón) aquello que Dios no acepta ni desea para él. Sin embargo, como cada creyente es un soldado que debe batallar a diario, no puede esquivar está gran batalla, pues esta escrito: 

“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2Timoteo 2:4) 

Y como el soldado no se enreda en los asuntos de esta vida, por más interés que tenga en ellos, así nosotros debemos saber que hemos venido a este mundo a servir a Dios. Todos tenemos nuestros asuntos; Trabajo, familia, estudios, pero nada de estas cosas que son importantes, SON UN FIN EN SI MISMAS, son solo los medios del gran fin, ¿Y cuál es el gran fin? Ser SOLDADOS, cumplidores del servicio que a Hashem prestamos. 

La mujer es la segunda persona de esta narración de la Torá, ella representa lo que deseamos en nuestro deseo interno de satisfacernos. La mujer es nuestra inclinación al mal. Ella representa ese deseo de egoísmo, que nos domina ante la ejecución de los mandamientos. 

¿Qué escoger? ¿La mujer no–Judia para un Judío, o la mujer Israelita para un Judío? La voluntad perfecta de Hashem es que un soldado Judío se una a una mujer Judía. Se nos viene a la memoria las palabras de Shaul de Tarso: “No os unáis en yugo desigual”. Esta escrito en la bendita Torá: 

“No ararás con buey y con asno juntamente” (Devarim - Deuteronomio 22:10)

Ese es el dilema, que un Judío NO debería tener, pero la Torá que es sumamente maravillosa le aparece al Judío en el momento preciso, como un permiso de Hashem, que sin embargo el al mismo tiempo Hashem está desalentando. Y es que en realidad, Hashem no desea que el soldado Judío tome a esa mujer, y pase por experiencias en su vida que lo harán sufrir, ese NO es el camino que Hashem le ha preparado al Judío. Por lo tanto ¿para que sufrir gratis? Sin embargo como la Torá de Hashem es tan grande, toma una actitud sagaz, astuta frente a la inclinación al mal, pues para que la fuerza del Ietzer Hará (Inclinación al mal) se debilite en el interior del Judío, Hashem le dice; “Mira esto te lo permito”…. “pero primero deberas”….. y así, la inclinación al mal, se torna mucho más débil. 

Las leyes Iefat Toar: La Torá nos dice que el soldado Judío, deberá cumplir normas que probaran si su interés en la mujer está basado en algo mucho más importante que la apariencia física. Si él después de estas pruebas siguen interesado en ella, podrá tomarla por su esposa, pues su interés es real. Pero, si despues de este periodo de prueba, él no la acepta por mujer, por haber hallado, que no es lo que su alma realmente desea, entonces la despedirá de su hogar. Estas son las normas que Hashem le demandaba: 

Entrar en la casa del soldado Judío: 

Al respecto del que toma una “Iefat Toar”, se cuestiona Rashi: ¿Dónde la pondrá? El texto hebreo dice “Veiashva” (residirá): 

a) La pondrá fuera de su casa para honrar a “una hija de Israel”. 

b) En la casa donde habita. 

c) Hasta el mediodía fuera de su casa, y después dentro de ella. 

d) Lo contrario a la C. 

La alternativa b), parece ser lo que la Torá solicita: Esto representa el compromiso que la Torá espera de un hombre hacia una mujer. La mujer no-Judía no es una mujer que llega y se va, ella no está ejerciendo la prostitución, ella está sujetándose al futuro dueño de su alma (el soldado) con gran respeto y expectación. Por lo cual, la Torá demandara del soldado Judío también un gran respeto y un gran cuidado de la mujer no-Judía, la tendrá en SU casa, y vivirá junto a ella durante un mes dándole lo necesario como a un prójimo con tal de que su hospedaje sea digno. 

Tambien representa el momento en que permitimos que el Ietzer Hara se siente en nuestra casa, duerma en nuestra cama, como esperando de él algo bueno. Aunque estamos consiente que la imagen de la mujer después de un mes no será la misma, aún así le permitimos entrar y vivir como una más del hogar. ¿No es lo mismo con todo el pecado que alojamos en el corazón, aun cuando sabemos que nada bueno podremos obtener de el, después de un tiempo? 

Rapar su cabeza y cortar sus uñas: 

La Torá nos muestra que la belleza de una mujer y su sensualidad está contenida en su cabello. De aquí se desprende la exigencia Judía Tradicional de que las mujeres casadas estén con su cabello cubierto delante de otros varones todo el tiempo. Para los menos estrictos es bueno, aconsejo yo, que por lo menos mientras están en servicios espirituales (Shabbat, fiestas, etc), por causa de los melajim (mensajeros divinos) (1Corintios cap. 11), cubran su cabello con un velo, como señal de sumisión a sus maridos, y como señal del respeto que les tienen, pues ningún otro varón deberá observara la belleza de sus cabellos, solo sus esposo. Respecto de esto mismo está escrito que la belleza está relacionada con el cabello de una mujer: 

“Aparta tus ojos de delante de mí, Porque ellos me vencieron. Tu cabello es como manada de cabras Que se recuestan en las laderas de Galaad” (Cantar de los Cantares 6:5) 

“Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura (Isaias 3:24) 

Del mismo modo que el cabello representa belleza, las uñas bien cuidadas transmiten sensualidad. Sin embargo Hashem busca que el soldado no vea sensualidad, así que la mujer deberá dejarlas largas y sin cuidado, eso provocara que esas manos delicadas de la mujer hermosa no luzcan como hace un mes y alejaran de la vista del soldado todo aquello que es pasajero. 

El pecado se presenta como algo muy bueno, hermoso, hasta necesario para nuestra inclinación al mal, pero en realidad después de un tiempo se muestra con su real apariencia, sin pinturas, sin maquillaje, y es ahí, donde el cielo espera que nos preguntemos ¿Es esto lo que queremos? 

Cambiar sus vestidos: 

La mujer viste como una no-Judía, sin pudor, ni respeto a sus semejantes. Recordemos que viene de un país idolatra, donde la sensualidad es promovida. Es muy posible que eso es justamente lo que le atrajo al soldado Judío. El poder de lo exterior domina el ojo y la Torá respecto de este poder nos dice: 

“Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. (Devarim 11:18) 

Lo cual nos muestra que en realidad lo que miramos es lo que nos domina. Si ponemos en nuestra vista los mandamientos, ellos serán nuestros dueños. 

El ultimo mandamiento de las 10 palabras: “No codiciaras” es en realidad el broche de oro de todos los mandamientos mencionados anteriormente: alguien que NO codicia, jamás: tendrá dioses ajenos, robara, levantara falso testimonio, asesinara, etc, hará algo contra su prójimo, porque ha dominado el deseo de satisfacerse a si mismo. 

El ojo es la lámpara del estado del alma, como lo dijera nuestro amado Mesías Yeshua: 

“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas (Lucas 11:34) 

Llorar a su Padre y a su Madre: 

Sin embargo la mujer puede representar también el lado débil del soldado Judio. Es como si el soldado Judio estuviera por 30 días llorando por su vida pasada para considerar convertirse al Dios de Israel. Para reiniciar su vida. Eso era lo que la mujer debía tomarse, treinta días, para llorar por su pasado. Debía examinar su pasado, su idolatría (representada aquí por su padre y por su madre, quienes la educaron por ese camino) y recién allí ingresar en el pueblo judío. 

En la tradición mística judía se vincula estos treinta días de llanto e introspección de la mujer cautiva con el mes de Elul, el mes previo a Yom Terua (Rosh HaShaná) que dedicamos justamente a ello, a revisar nuestro interior y echar una mirad a a nuestro pasado para darle una vuelta de tuerca y enderezar lo que está torcido en nuestras vidas. 

¿Cuáles son los riesgos?

Versos más adelante la bentida Torá nos relata el caso de un hijo Rebelde ¿Por qué? La Torá está intentando enlazar la relación matrimonial de un Judío con una mujer no-Judia. En palabras simples, nos está contando lo que puede resultar de esa unión matrimonial, donde no estuvo como algo primordial, el amor a Hashem. La mujer pudo haber permanecido en casa,

¿Pero y quien acredita que su conversión a Hashem fue real? ¿Quién acredita que ella teme a

Hashem? ¿Cómo sabemos que el soldado realmente la amo, y no se caso con ella solo por ser una mujer hermosa? Bueno la Torá al parecer nos responde, donde leemos:

“Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde que no obedece a su padre ni a su madre, y cuando lo castigan, ni aun así les hace caso” (Debarim 21:18)

La Tora nos habla de un “sarar”, terco, rebelde, descarriado, un desobediente, uno que se niega a obedecer. Y todo parece indicar que este es hijo de la relación de un Judío con una mujer hermosa no-Judía. Y el problema aquí no es que la mujer sea gentil, de ninguna manera, el gran problema aquí es: “LA CAUSA” por la cual se unieron. ¿Dónde estaba el temor a Hashem aquí? El Judío no la tomo porque la amaba, y quería emprender con ella un camino agradable para Hashem primero. El Judío la tomo porque era hermosa.

Nos cuenta la tradición Judía en un Misdrash, que el Rey David cuando peco con Bat -Sheva, el profeta le dijo: "¡Cuídate! Haré crecer el mal contra tí en tu propia casa". Dichas palabras no tardaron en cumplirse: Fue cuando David sufrió terribles desgracias en manos de su propio hijo, Abshalom. La madre de Abshalom era Maaja, una princesa gentil capturada por David en la guerra y con quien se casó conforme a las leyes de iefat toar (la mujer cautiva).

Que el cielo nos permita vencer la tentaciones y tomar decisiones basadas en el temor a Hashem, antes que tomar decisiones basadas en nuestros deseos y necesidades superficiales, para tener hijos benditos, llenos de gracia, que lleven la Torá a donde quiera que vayan y cumplan el propósito divino por el cual han venido a este mundo.

אברהם בן יעקב

Parashat Ki Tetsé - Rab Yosef Barel

 


sábado, 3 de septiembre de 2022

Parasha 49 Ki Tetze 5779 / No pondras bozal al buey que trilla


Parashá 49 KI TETZE    
Deuteronomio 21:10 – 25:19


Shabat Shalom Javerim: 

בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos estudiando esta semana la parashá Ki Tetze (cuando salgas).  En esta oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:

“Cuando haya contienda entre hombres, se presentarán a juicio para que se les juzgue. Justificarán al justo y condenarán al malvado. Si el malvado merece ser azotado, entonces el juez lo hará echar en tierra y lo hará azotar en su presencia, según el número de azotes que merezca su maldad. Cuarenta azotes podrán darle, no más. No sea que, si aumenta mucho los azotes por encima de esto, tu hermano se degrade ante tus ojos. No pondrás bozal al buey que trilla” (Debarim / Deuteronomio 25:1-2)

Como leemos en estos versículos, cuando dos personas tenían una controversia, debían presentarse ante el tribunal de justicia, a fin de ser juzgada su situación. Si el acusado o malvado, merecer ser azotado, según el numero de azotes que corresponda a su maldad, le darán el castigo correspondiente, pero no más de 40 azotes.

Seguido y pegado a estos versículos, se termina el tema con la frase: “NO PONDRAS BOZAL AL BUEY QUE TRILLA”, ¿Qué tiene que ver esto con los versículos de más arriba? ¿Cuál es la conexión entre la persona que es flagelada por una controversia y la persona que pone un bozal al buey que trilla?

La respuesta la encontramos en los escritos mesiánicos, y la verdad que la explicación que trae el rab Shaúl de tarso es buenísima, veamos:
“Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla, ¿Le preocupan a Dios los bueyes? (1Corintios 9:9)

¿Le preocupan a Dios bueyes? Que sean una preocupación en la mente de Dios no, pues les da su vida y sustento, basado en las leyes universales que rigen el mundo animal. Pero la verdad es que la vida o muerte de un buey no cambia en nada el mundo. Sin embargo, la vida de un ser humano, si puede afectar el mundo. Por lo que se debe entender que el versículo no lo dice por los bueyes, sino por nosotros, los hombres que SERVIMOS a HaShem, como los bueyes sirven a sus amos, los cuales no pueden poner en sus bocas un bozal, a fin de que coman. Asimismo, no pondrás obstáculos, ni impedirás que el hombre de Dios, coma del servicio que realiza al santo bendito.

“Pues fue escrito por causa de nosotros; porque con esperanza debe arar el que ara, y con esperanza de tener su parte el que trilla. Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿será mucho si cosechamos de vosotros lo material? (1Corintios 9:11)

Las personas quizás afectadas por el abuso de poder en cuanto a lo económico, que hay en las religiones de distintas creencias, han tomado el prejuicio de no sostener a los hombres de Dios, que le sirven íntegramente, enseñándoles incluso a ellos mismos la Torá. Pero como vemos, es una obligación de la Torá sostener a los que sirven HaShem.

Ahora bien, ¿Qué tiene que ver el hombre azotado con el buey que trilla? La explicación es: Que así, como se castiga a un hombre que fue hallado culpable en un juicio frente a su adversario por una controversia, con 40 azotes, así también será castigada la persona que ponga un bozal al buey que trilla. Esa es la razón por la cual están pegados estos versículos, para enseñarnos que el castigo y la gravedad de poner un bozal al buey que trabaja en tu campo equivale a 40 azotes.

Pero como hemos visto, la Torá no habla del buey sino de la persona que le pusiera un bozal, pues Dios no se ocupa de los bueyes, como se ocupa de las personas. Por un lado, habla del castigo que recibe aquel que le niega la comida al buey, y por otro lado debemos entender que el buey, es un símbolo de los siervos de HaShem, que deben ser sustentados.
Por lo tanto, el castigo de los 40 azotes recaerá sobre todos aquellos que cierran su mano, para sostener al siervo de Dios que les instruye y los hace participes.

¿Te has preguntado porque constantemente estas siendo castigado con distintos problemas y dificultades? Enfermedades, problemas de paz conyugal, falta de dinero y sustento, problemas con distintas personas y malas relaciones. Todas estas situaciones son en realidad “40 azotes”, se traducen en sufrimientos que recibe la persona cuando deja de sostener al siervo de HaShem que le instruye, pensando en que no es su obligación hacerlo.

Claramente HaShem les procura alimento a los bueyes, con mayor razón le procura el sostenimiento a un siervo suyo, y la forma de hacerlo, es dejando la responsabilidad en el área de todos aquellos que son enseñados por el hombre de Dios que les instruye, como está escrito:

¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del santuario, y los que sirven al altar, participan del altar? Así también ordenó el Señor a los que proclaman el evangelio, que vivan del evangelio” (1Corintios 9:13-14)

אברהם בן יעקב

viernes, 12 de agosto de 2022

Parasha 45 VaEtjanan 5779 - La gracia es engañosa en las oraciones.


Parashá 45 Vaetjanan   
Deuteronomio 3:23 – 7:11

Shalom Javerim: 

בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos estudiando esta semana la parashá “Vaetjanan” (y suplique).  En esta oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:

“3:23  “Yo también supliqué a HaShem en aquel tiempo, diciendo”” (Debarim / Deuteronomio 3:23)

La palabra “vaetjanan” tiene el valor numérico de 515 y de allí nos explica el midrash, que fueron 515 veces las que Moshé le pidió a HaShem le dejara entrar en la tierra de Israel, solo para ilustrar todo lo que se esforzó para rogar al eterno, por algo que no llego. 515 veces rogó y 515 veces le fue negada la solicitud. De esto aprendemos que existe una realidad dentro de la oración que la mayoría de las veces no queremos aceptar, y es que HaShem se niegue a nuestras solicitudes. Estamos muy acostumbrados a tener esta relación con Di-s, como si él tuviera que correr a nuestras peticiones, pero no hemos reparado en la soberanía de HaShem, donde él es dueño de responder o no responder, de negar o de aceptar hacer lo que le pedimos. Eso es ser soberano.

La escritura nos dice en los escritos mesiánicos que en cierta oportunidad el rabino Shaul de Tarso, pidió 3 veces para que HaShem quitara el aguijón de su carne, que podría haber sido alguna enfermedad que este padecía, respecto de lo cual se le dijo:

“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9)

En palabras más claras lo que se le dijo al shaliaj Shaul fue: “con lo que te doy gratis es suficiente, te fortalezco cuando estas débil”. ¿De donde aprendemos esta traducción? Muchos han interpretado que este “bástate de mi gracia”, alude a la salvación, que es un regalo de Di.s el cual es suficiente ante cualquier prueba. Pero siendo honesto al contexto del versículo, aquí está hablando de una “gracia” que tiene que ver con la contestación de las oraciones. Este pasaje del rab Shaul, pidiendo a HaShem, y recibiendo esta respuesta, solo se puede entender a la luz de la porción de esta semana:

La palabra “vaetjanan” que se traduce como “y suplique” tiene su raíz en la palabra "jen" que significa “gracia” o “gratis”. Es decir, la tefila de Moshé es un modo distinto de tefila, donde quien ruega a HaShem no le pide a causa de los méritos propios, ni de otros, sino que el ruego está basado en que la contestación a la petición sea un “regalo” de parte de Di.s.

Moshé rogo al eterno con esa actitud: “dame un regalo” – “el regalo de entrar a la tierra prometida”. Ya sabia que se le había decretado que él no pisaría la tierra de Israel, y es por eso, que sabiendo su culpabilidad por el pecado de “golpear” y no “hablar” a la piedra, tendría que cambiar su forma de oración y ahora rogar un regalo de parte de Di.s

La reflexión que nos traen estos dos pasajes es que muchas veces la persona vive de la contestación a sus oraciones por pura “gracia”, no porque se lo merezca. La persona piensa que en realidad de no debe estar tan mal en su relación con Di.s, ya que le son contestadas sus oraciones y no requiere de un mayor esfuerzo para conseguir lo que necesita en su vida, aun cuando incluso su vida espiritual es muy carente. Lo que no sabe esa persona es que en realidad todo lo que tiene es por un “regalo de Dios”. No merece nada de lo que tiene, y es posible que, si HaShem le viera un día en la calle, ni siquiera le saludaría. (por graficarlo de algún modo).

El Mesías Yeshúa enseño diciendo: “el hace salir su sol sobre malos”. Esto nos muestra que HaShem le da respuesta a las personas que incluso son halladas “malas”, transgresores de la Torá. Esta manera de respuesta divina se conoce como “GRACIA”. Y muchas veces esta gracia esta basada en la “lastima” o “misericordia” que HaShem tiene por el ser humano, pero no está basado en que HaShem encuentre satisfacción en la manera de ser de la persona.

Ahora bien, deberíamos preguntarnos: ¿HaShem me da porque encuentra en mi satisfacción o solo por gracia? ¿HaShem sabe quien soy o él ni siquiera conoce mi nombre?

El “bástate de mi gracia” que HaShem le dio a Shaul de Tarso, quiere decir: “Te he dado gracia en otras oraciones, ya es suficiente, en este tema no te responderé, pero, en tu debilidad te haré fuerte”. Incluso esa manera de responder de parte de Di.s a una persona, es mucho mas valiosa, que Di.s le de a la persona todo como un “regalo”, pues si HaShem no responde muchas veces lo que le pedimos, y se niega rotundamente a decir “sí”, es porque él sabe quienes somos, conoce nuestros nombres, tiene una relación con nosotros y quiere enseñarnos algo con esta prueba que estamos viviendo. ¿En qué nivel de respuesta nuestras oraciones nos encontramos? Cuando estas oraciones son respondidas, lo son porque somos meritorios o porque solo hay lástima para nosotros.

No nos podemos confiar siempre de la "gracia". Pues está escrito: "vana es la hermosura y engañosa la gracia".

Aquello que es gratis, muchas veces no lo valoramos. Por lo tanto, esforcémonos para que seamos hallados meritorios de ser oídos por el cielo y más que contestados en nuestras oraciones, conocidos por Di.s.

(Descargar PDF)

אברהם בן יעקב

Parashat 45 VaEtjanan / ¿En que radica la grandeza de Israel?

Parashá 45 VaEtjanán
Deuteronomio 3:23 – 7:11

Leemos en la Torá:

“Guardadlos y practicadlos, porque ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos estos preceptos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente" (Devarim – Deuteronomio 6:4)

Se nos dice que la puesta en obra de los mandamientos nos hace parte de un pueblo:

“GRANDE” “SABIO” “INTELIGENTE” 

Si nos centramos en la primera cualidad que nos dice la Torá que tendremos si guardamos y practicamos los mandamientos de la Torá, ante los ojos de las personas de las naciones que dirán que somos parte de una nación “grande”, podremos descubrir que es lo que realmente somos cuando no-hacemos o cuando hacemos los mandamientos de Hashem. 

Por lo menos 3 veces en este capítulo se usa la expresión: “¿Qué gran nación?”. Pues se compara a las “grandes” naciones de esa época con la “GRAN” nación de Israel que somos en comparación de aquellas que no tienen nada que los engrandezca más que sus numerosas gentes. 

¿Son EEUU, RUSIA, CHINA, COREA, INGLATERRA, grandes naciones a los ojos de Hashem? Para él, la grandeza se mide de otro modo. Por lo cual la grandeza de Israel, y la grandeza que proviene del cielo, no está fundamentada en las concepciones que el hombre tiene acerca de la “grandeza”. No importa cuánto poder militar tienen estas naciones, ni cuanta tecnología posean, no importa si son los más poderosos del mundo, todo aquello es pasajero, y no los hace grandes a los ojos del cielo. 

En hebreo leemos la palabra. “gadol” es la misma palabra que se usa para referirse al 

“Cohen HaGadol” “EL GRAN sumo sacerdote”. El objetivo de Hashem es engrandecer a SU pueblo y por esta razón es que el hombre que está más cerca de Hashem, él que tiene más mandamientos que guardar y practicar, recibe el título de “Gadol”. Para mostrarnos que es lo que realmente hace GRANDE a un hombre. 

Está escrito que la voluntad del Hashem es que su pueblo sea la grandeza de las naciones: 

“Y te pondrá Hashem por cabeza, y no por cola: y estarás encima solamente, y no estarás debajo” (Deuteronomio 28:13) 

Sin embargo está grandeza no radica en nuestras virtudes, ni en nosotros porque seamos mejores que las demás personas, o mejores que las demás naciones, sino porque fuimos a los ojos del cielo todo lo contrario: “lo más pequeño”, y es debido a esa realidad que Hashem decidió hacer de nosotros lo más grande de la tierra ¿Pero cómo? Solo únicamente a través de la observancia de los mandamientos de la Torá. Ya sabemos la enseñanza de enseñanza de nuestro amado hermano Shaúl de Tarso:

“Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios” (1 Corintios 1:26-29)

Si Dios quiere “levantar al hombre” de su condición caída ¿Cómo lo hará? Un hombre que roba está en una baja condición espiritual, un hombre que adultera está en una baja condición espiritual, una persona que vive en pleitos y rencillas está en una baja condición espiritual , toda persona que vive esclava del pecado está caída, ¿Cómo se eleva una persona que lo único que tiene a su alrededor es el peso del pecado? Con el perdón de Dios, que es un regalo inmerecido, el hombre que disfruta de este regalo es considerado como si nunca hubiera pecado.

Está escrito: 

“Porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Hashem; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.” (Jeremías 31:34) 

¿Cuándo sucederá esto? ¿Cuándo será levantado el hombre? Según ese mismo pasaje profético en el verso 33, cuando la Torá haya sido puesta en el interior del hombre, en su mente y corazón. Esto nos muestra que la manera que Dios tiene para engrandecernos es a través del cumplimiento de los mandamientos. 


Si observamos detalladamente hay dos condiciones espirituales bajas que puede tener el hombre, una buena y una mala:


1.- La mala: Los muertos espirituales, están en la bajeza más profunda, como si estuviesen hundidos en un hoyo, pero al mismo tiempo son grandes por fuera como si nada necesitaran del Creador. Viviendo de apariencias pretenden hacerle saber al mundo que no necesitan sujetarse a ninguna regla, menos vivir bajo las reglas del todopoderoso dadas en la Torá.

2.- La Buena: Las personas de condición dependiente del Creador, los humildes, su condición espiritual es baja solo en el sentido de que saben que necesitan del Eterno, y se esfuerzan en ser más humildes para ser corregidos por él. Se “someten” se ponen “bajo” la autoridad de la Torá. En realidad son grandes no por fuera, pues no lo desean demostrar, pero por dentro irradian la grandeza de sus obras.

Una persona no es grande, si primero no se ha humillado y una persona que se engrandece a sí misma es humillada por el cielo: 

“Porque Hashem es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos” (Tehilim –Salmos 138:6) 

“La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra”(Proverbios 29:23) 

“Humíllense delante de Hashem, y él los exaltará” (Yaacov 4:10) 

Nuestro Mesías Yeshuá nos enseño que los hombres “grandes” están en el cielo por su observancia de los mandamientos, más que por su enseñanza de los mismos: 

“Por lo tanto, a cualquiera que quebrante el más pequeño de estos mandamientos y así lo enseñe a la gente, se le considerará el más pequeño en el reino del cielo. Pero a cualquiera que los cumpla y los enseñe, a éste lo considerarán grande en el reino del cielo (Mateo 5:19) 

El Eterno está lleno de cualidades, atributos, que solo se pueden imitar a través del cumplimiento de los mandamientos. Uno de los nombres de Dios tiene que ver con GRANDEZA: Las escrituras hebreas lo llaman “HaElyon” (Él Altísimo) Esta escrito que él Habla de las alturas: 

“Entonces tronó YHVH desde el cielo, Elyón hizo resonar su voz: granizo y brasas encendidas. (Tehilim - Salmos 18:13) 

Si nuestro Dios es la grandeza y la altura más perfecta tanto que es considerado “como lo más alto”, la meta de nuestra vida es elevarnos, engrandecernos pero como él lo ha dispuesto. Nadie podría alcanzar su condición de grandeza, pero hay un mandamiento dado en la Torá que nos muestra que cada uno en su rol debe imitar al Creador para ser como él es, pues está escrito: 

“Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Hashem soy vuestro Dios” (Levíticos 20:7) 

“Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Shimon Kefa 1:16) 

De este mismo versículo de la Torá, Yeshuá extrajo que debíamos ser imitadores de Hashem: 

“Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo” (Mateo 5:48) 

Si miramos las enseñanzas de nuestro amado Yeshuá, él constantemente nos estará diciendo que debemos ser como Dios en la tierra: 

“Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Lucas 6:36) 

Si Hashem es santo, debemos ser santos, si él es cabal o perfecto, seamos cabales y p erfectos, si él misericordioso, seamos misericordiosos, si Hashem es Justo seamos Justos, si él es un buen Padre, seamos buenos Padres. El objetivo es ser como él es, para elevarse y cumplir la misión de ser parte de ese pueblo grande. Yeshuá nos enseño que la única manera de llegar a ser sus seguidores, era imitando a Dios. Luego negándonos ¿Recuerdan, tantas enseñanzas de Yeshuá, sobre negarnos a nosotros mismos? Parafraseando un poco: 

El que quiera ser mi discípulo, niéguese a sí mismo…… 

El que no toma su madero y me sigue no es digno de ser mi discípulo…. 

El que quiera salvar su vida la perderá…. Si el grano no muere no lleva fruto… Todo árbol que no da fruto es cortado… 

Cualquiera de vosotros que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser m i discípulo. Y tantas enseñanzas más de nuestro amado Rabí, solo nos hablan de la necesidad de vaciarse para llegar a ser dignos de elevarnos, y llegar a proyectar a HASHEM, al grado de decir lo que dijera Shaul de Tarso: 

“Sed imitadores de mi, como yo del Mesías”…. (1 Corintios 11:1) 

“Con el Mesías estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive el Mesías en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Galatas 2:20) 

O como respondiera, nuestro amado Mesías Yeshuá, a la exigencia de ver al Padre por uno de sus discípulos: “Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Yeshuá le dijo:

¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? (Yojanan – Juan 14:8-9)