viernes, 28 de enero de 2022

PARASHA N° 18 MISHPATIM 5780 - PORQUE SOY MISERICORDIOSO


COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL DE LA TORÁ
Parashá 18 Mishpatim / Año Hebreo 5778
Éxodo 21:1-24:18

PORQUE SOY MISERICORDIOSO

Shalom Javerim: 

בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos estudiando esta semana la parashá Mispatim (“sentencias”).  En esta oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:

“Si tomas en garantía el manto de tu prójimo, se lo devolverás a la puesta del sol, pues el manto para su piel es su único cobertor, ¿en qué se ha de acostar? Y si clama a mí, sucederá que Yo escucharé, porque soy misericordioso” (Ex 22:26-27)

Si una persona daba en préstamo algo a su prójimo, se establecía entre el prestatario y el deudor ciertas condiciones normales de dicho préstamo, como la de establecer un plazo para el pago, y una forma en la que se deberá realizar el pago de la deuda. Lógicamente, para la persona que presta nace un derecho de reclamar lo que él ha prestado, y para la persona que recibió el préstamo nace el deber de pagar lo que recibió en préstamo, en el plazo y en la forma que se hubiese acordado. Hasta aquí ni hay mayor problema, ¿pero ¿qué pasaba si el deudor no pagaba en plazo y en la forma establecida? La torá nos dice que podía entregar una “garantía” de que pagaría, y es por eso que nace el versículo de nuestra parashá. Es decir, no es una garantía dada en el momento del préstamo, sino que una garantía entregada cuando habiendo llegado el plazo del pago de la deuda, el deudor no cumplió con lo acordado.

La Torá nos dice que, el manto que se dio como garantía, no puede quedar en manos del acreedor por la noche, ya que esa es la única prenda que tiene el deudor para cubrirse, lo cual nos indica que el deudor es una persona pobre. Luego nuestro versículo nos dice, que en el caso que el acreedor, no le devuelva al deudor su manto, este último podría clamar a HaShem, y él lo oiría pues él es misericordioso.

¿Qué podemos aprender de esto?

1.- Todas las mañanas apenas despertamos, decimos: “mode ani lefaneja..” = “Yo te agradezco, grande es tu fe”. Lo que le estamos diciendo al Eterno, es que le agradecemos por habernos devuelto el alma al cuerpo, y que es grande su fe en nosotros, pues confía que haremos ese día nuestra misión. Pues cada noche, mientras dormimos, enseñan nuestros sabios, que el alma se presenta delante del eterno, y es juzgada por él por todas las acciones que haya hecho durante el día, ya sean buenas o malas, Y a pesar de que seguimos siendo deudores, HaShem nos devuelve el alma, una vez más, para que podamos tener como poder pagarle, todo aquello que le adeudamos. El Eterno renueva sus bondades cada amanecer. Todos los días, son en si mismos, un nuevo comienzo y un mundo en si mismo. Por lo cual, no se debe menospreciar la oportunidad de un nuevo día, pues siempre es una nueva oportunidad.

Así también cada vez que se venia la noche el prestador, le debía devolver al deudor su manto para poder cubrirse. Mostrando piedad de su hermano. Este es un principio claro de misericordia, cada vez que le tenemos misericordia a nuestro prójimo HaShem nos paga con misericordia, pero cada vez que una persona retiene la misericordia para su prójimo, desde el cielo actuaran de la misma manera con quien haya retenido la misericordia.

2.- Otra enseñanza que aprendemos de estos versículos es sobre la frase:

“Y ocurrirá que cuando clamare a mí yo lo oiré, porque misericordioso soy yo”.

El eterno garantiza que oirá a cualquier persona que se este en una situación de desigualdad respecto de otro. ÉL siempre estará del lado del más débil. Este es un principio muy importante. La lógica de una persona podría ser: “si este me debe, me tiene que pagar” – pero HaShem, no soporta esa lógica, porque él, está apoyado en su misericordia.

Cada vez que nos encontramos en un conflicto de interés, cualquiera que sea, debemos pensar de que lado estará Dios. Pues evidente, que el estará siempre del lado mas débil, y su misericordia respaldará la oración de esa persona, aún cuando esa persona este lejos de él. La misericordia de Dios tiene un alto grado de justicia, y para él, la justicia y las exigencias, deben ser tan equitativas, que no se tornen en una opresión para el más desvalido.

La creación misma nos enseña como debemos comportarnos. Durante el invierno, las noches son más largas, por lo que el día toma prestado de la noche, pero el verano, el día es más largo, por lo que la Noche toma prestado del día. Sin embargo, cuando los dos se encuentran, no se dice anda el uno al otro. Como está escrito: “No hay discursos, no hay palabras, ni se oye su voz” (Salmos 19:4)

HaShem espera que seamos personas generosas, cuando se presentan disputas por ejemplo en medio del núcleo familiar, las muchas veces que se ocasionan estas guerras, es porque cualquiera de los que discuten, quieren ganar la discusión, teniendo la razón. Y así, las batallas se vuelven interminables, porque no hay generosidad al discutir.

O cuando tenemos la oportunidad de que otro tenga un honor, en lugar nuestro. Casi siempre, tenemos una actitud más bien despectiva hacia el otro, solo porque pensamos que ese otro no lo merece. Y así, nos volvemos en personas, poco generosas. Pero la Torá nos dice: “No te comportes con él, como un acreedor” – Es decir no lo oprimas, se generoso.

3.- Lo que más me llama la atención de este versículo, es la expresión: “Porque yo soy misericordioso”. Y se desprende de esto algunas cosas que quiero puntualizar sobre la misericordia del Eterno.

.- El pobre deudor, recibirá misericordia de HaShem, si este clama a él. Es decir, no importa su condición, si es un justo o no lo es, solo si este hace tefila, HaShem por ello, le asegura que le tiene guardada una porción especial de su misericordia, y le ayudara.

Esto es sumamente importante, al pobre es Dios mismo quien sale en su defensa como juez. Y es que, en realidad, esa condición económica le pone en categoría de desvalido. Lo mismo sucede sobre el pobre espiritual, quien no tiene acciones justas, y que no puede ser una persona meritoria ¿Cómo podría esa persona acercarse a HaShem? Te haz hecho esta pregunta: ¿Cuándo fue el día que decidiste comenzar con tu trabajo espiritual de bien? Es decir, ¿tu despertaste un día y dijiste: “seré una persona buena”? Pues no, nadie pensó en ello, pero estamos en ese camino, porque del cielo, nos lo concedieron.

Si alguien así, sin méritos, tan solo clamare al cielo, pidiendo ayuda por su posición HaShem, pone su nombre diciendo; “Yo HaShem soy misericordioso”, y es de seguro, que le ayudaría a salir de su condición. Y no solo eso, sino que como dice el versículo, que habla del pobre, le sentaría con los príncipes de la tierra.

Levanta del polvo al pobre, del muladar levanta al necesitado para hacer los sentar con los príncipes, y heredar un sitio de honor; pues las columnas de la tierra son del SEÑOR, y sobre ellas ha colocado el mundo” ( 1Shmuel 2:8) HaShem oye la tefila del más débil siempre. Ahí tenemos la famoso oración de Ana, la más débil en relación a su contrincante; Penina. La cual todos los días la afligía, pero HaShem la escucho y le respondió, y la hizo sentar en un lugar de gran honor, siendo la madre de unos de los profetas mas grandes en la historia de Israel. Nuestro amado Mesías Yeshua, enseño este mismo principio diciendo: “Felices los que padecen persecución, por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:10)

Shabat shalom
אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780

Parashá 18 Mishpatim 5774 - “¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE LOS MISHPATIM Y LAS ENFERMEDADES?

COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL DE LA TORÁ
Parashá 17 Mishpatim / Año Hebreo 5774
Éxodo 21:1-24:18
La relación entre la enfermedad y los Mishpatim

La porción “Mishpatim” (ordenanzas) de esta semana, nos trae la hermosa oportunidad de profundizar en el tema de las enfermedades. Los mishpatim, son ordenanzas de carácter social, es decir están estrechamente relacionadas con el segundo más importante mandamiento de la Torá: “Amaras a tu prójimo como a ti mismo” (Lev. 19). Luego de señalar una larga lista de preceptos respecto del daño, del robo, de la violación, y abuso, etc, que un ser humano puede hacer a otro, se exige la restitución del daño causado y se legisla respecto de cada situación específica, pareciera que al fin de estas normas de conducta social, el Eterno prometiera a Israel “que él quitara las enfermedades en medio de ti”, todo parece ser que la salud del Pueblo de Israel dependerá del cumplimiento de los “Mishpatim”. Y es lo que en esta oportunidad analizaremos:

Nos dice la bendita Torá:

“No adorarás sus dioses, ni los servirás, ni harás lo que ellos hacen; sino que los derribarás totalmente y harás pedazos sus pilares sagrados. Mas serviréis al YHVH vuestro Dios, y El bendecirá tu pan y tu agua; y yo quitaré las enfermedades de en medio de ti”. (Éx. 23:24-25 LBLA)

En hebreo “enfermedad” es
הלחמ makjalá, dicha palabra tiene su raíz en la palabra hebrea הלח kjalá, la cual entre sus muchos significados están los siguientes: “caer, débil, debilitar, desalentar, doloroso, enfermar, enfermedad, enfermo, enflaquecer,, etc.”

El estado de una persona enferma, puede ser muy triste. La enfermedad es un aliciente para dejar de tener fe. La persona sin fe y con una enfermedad, no solo se debilita físicamente, sino que internamente, por lo que a simple vista y deducción nuestra, podríamos pensar que la enfermedad es un problema del cuerpo que trasciende el alma, pero como veremos en realidad toda enfermedad difícil de curar tiene su génesis en el alma y en el ser interior. Según leemos en el pasaje de Shemot 23:24-25, Hashem ordena a Israel no servir ni adorar, ni hacer, otros dioses. La prohibición con el acto de la idolatría y los Mishpatim tienen que tener una relación para citar ambos temas en este hilo de lectura, sobre todo, cuando la promesa por haber cumplido los Mishpatim y no haber practicado la idolatría es LA SANIDAD, que Hashem quitara toda enfermedad de en medio de ti.

¿Qué relación hay entre la idolatría, los mishpatim, y la sanidad-enfermedad?

Hashem nos enseña que las enfermedades están ligadas a la desobediencia de la Torá, y la sanidad está ligada a la obediencia de la Torá. Así está escrito:

“Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Hashem tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Hashem tu sanador (Shemot-Ex 15:26)

“Mas a Hashem vuestro Elogió serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti. (Shemot 23:25)

“Y quitará Hashem de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren ” (Devarim 7:15)

Como podemos ver, la Torá asegura que Israel tendrá buenos días, llenos de salud, siempre y cuando el pueblo cumpla con los mandamientos que Hashem les pide hacer. La salud de cada miembro de Israel está sujeta entonces a la conducta social que este mismo tenga dentro y fuera de la Kahal del santo bendito es. La salud es parte de los beneficios del pacto entre el Eterno e Israel. En el pacto hay una provisión divina para la sanidad de toda enfermedad, quien permanece en el pacto finalmente obtendrá la salud, quien lo abandona, no podrá sanar de sus enfermedades.

Por otra parte, en la bendita Torá hay varios ejemplos en los que se refleja que la infracción a los Mishpatim (leyes de orden social) provoca enfermedades severas, e incluso la muerte. Tal es el caso de Myriam la hermana de Moshe, cuando hizo “Lashon Hara” (Lengua de maldad) contra su hermano., que le provoco una severa enfermedad a la piel. Y tal es el caso de Pinjas que siendo motivado por el celo del Eterno, quito la iniquidad de en medio de Israel, con una lanza quitando la vida de un israelita y de una mujer cananea, que habiendo cometido inmoralidad sexual, fueron castigados con la muerte. Todo por haber pasado a llevar los mandamientos del Eterno, relacionados al comportamiento social de cada miembro de Israel. Cuando una persona peca con algún pecado de carácter sexual, está pecando primero contra Hashem, luego contra la comunidad, y tercero contra él mismo. De ahí que estas infracciones rompen toda la conexión espiritual que un ser humano pueda tener con el Creador, y de ahí que los castigos sean tan severos.

Se nos cuenta en la tradición de nuestro pueblo Israel, que este mismo suceso de la Tzraat “conocida como lepra”, le sucedió a muchas personas después de Myriam, cuando comenzaban a pecar contra su hermano a través del pecado de la Lashon Hara. Por esta razón es que nos dice la escritura: “El que quiere ver días buenos, REFRENE SU LENGUA DEL MAL”. El pecado de la lengua de maldad quebranta todo orden de los mishpatim, pues no procura la paz ni la armonía en medio del pueblo de Israel, sino que todo lo contrario, alienta a que existan pleitos, discusiones, divisiones, y que muchos vean por lo suyo propio, sin percatarse de la existencia de las normas de conducta social, que han sido creadas para darle a la congregación de am Israel, una vida sana interna y físicamente.

Lo mismo que sucede en el caso de las inmoralidades sexuales, se aplica al pecado de la Lashon Hara (lengua de maldad), nos dice Rabí Israel Shem Tov, “que la gravedad de la maledicencia es tal, que tiene el poder de matar a tres personas al mismo tiempo: al que la difunde, al que la escucha, y al sujeto de la misma”. Pero como no se trata de una muerte física, sino que espiritual, su gravedad es comparable a la de los pecados de muerte.

Respecto de la pregunta que nos hicimos ¿Cómo relacionamos la idolatría con los mishpatim, y las enfermedades?

La idolatría propiamente tal es todo servicio (al pecado) a otro dueño, o “dios”, que desplaza al único dueño y Elohim de nuestras vidas, a Hashem. Por lo cual, cuando hablamos de idolatría, y actualizando la interpretación de la Torá, no nos estamos refiriendo solamente a la adoración y al servicio de estatuas o imágenes creadas por el hombre para que reciban veneración, sino que como ya dijimos a todo servicio que pone a Hashem en un lug ar inferior en nuestras vidas. Por ejemplo, el PECADO, quien practica el pecado, en cualquiera de sus formas, está sirviéndole y cualquiera que sea éste reemplazara a Hashem, y por lo tanto estará cometiendo idolatría. Por lo que entones entendemos que la idolatría es un servicio y una práctica continua de aquello que Di.s desaprueba.

Sabiendo esto, podemos tocar dos expresiones del Rab. Shaúl de Tarso, que nos explican por qué la idolatría está ligada a los Mishpatim, y a las enfermedades:

“Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca” (1Corintios 6:18)

“Por tanto, amados míos, huid de la idolatría” (1Corintios 10:14)

Según el Rab Shaul, en todas sus cartas, solo hay dos veces cuando él escribe que se debe HUIR: “de la idolatría, y de los pecados de inmoralidad sexual”. La fornicación es una práctica un servicio a las concupiscencias del alma, por lo tanto, es una de las formas de la idolatría, y por ello es que recibe el mismo llamado de alerta que la idolatría: “HUID”. Una persona que está constantemente cometiendo pecados de inmoralidad sexual se pavimentara un camino a las enfermedades de trasmisión sexual ¿Por qué razón le sucederá esto? Porque no está respetando los Mishpatim, no está respetando al cielo, no está respetando su propio cuerpo, no está respetando a sus hijos (si tiene) y si no los tiene aún, no está respetando su descendencia que nacerá el futuro, no está respetando a su esposa en el caso de que sea casado, y en el caso de que sea soltero, no está respetando a sus Padres, no está respetando a la comunidad a la cual pertenece, no está respetando a la mujer con la cual está intimando, pues solo la usa para satisfacer por un momento sus deseos y luego la abandonara, es decir, los pecados de inmoralidad sexual, son una forma de la idolatría, y por ello caen en los pecados que quebrantan las normas de conducta social.

Una sociedad sana debe promover el matrimonio y debe prohibir los actos de sexo libre, ¿Se ha preguntado usted, porque razón cada vez hay más y más enfermedades en el mundo? Se debe a que cada vez que pasan los años, nuestro mundo se vuelve más liberal, y menos respetuoso de la sociedad. Todos los pecados contra el prójimo, son la causa de nuestras enfermedades.

Otro pasaje interesante de las escrituras, que hace una relación con las enfermedades y las conductas que atentan contra la comunión social de la kahal de Yeshua, es el registrado en la carta de los Corintios, veamos:

“De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados” (1Corintios 11:27-31)

El contexto de este pasaje nos habla de un servicio de la cena de pesaj (pascua): El verso 18 nos muestra que en medio de la reunión de pesaj, había divisiones tales, que les llevaba a cometer “Lashon Hara” los unos contra los otros. Leemos: “Pues en primer lugar, cuando os reunís como congregación, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo” (1Corintios 11:18) Luego seguimos leyendo: “Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la congregación de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo ” (1Corintios 1:21-22)

El resumen de los Mishpatim, es “amaras a tu prójimo como a ti mismo”, siempre que no estamos viendo primero por los demás, estamos quebrantando un mishpatim y trayendo sobre nosotros un severo juicio, como una enfermedad. Cuando en la congregación de Corinto comenzó hacerse la mala práctica de la “Lashon Hara”, comenzaron las divisiones, y se activaron los designios celestiales que les enfermaron, debilitaron e incluso les provocaron la muerte. ¿Se ha preguntado usted, porque hay tanta enfermedad en nuestras congregaciones? La clave está en que estamos faltando a las normas de carácter social, estamos hablando mal, estamos siendo egoístas, estamos siendo injustos, estamos siendo inmorales, estamos cometiendo algo contra nuestro prójimo, que el cielo ha reprobado y por lo tanto a enviado un designio severo contra nosotros, como una enfermedad. Así les había sucedido a muchos hermanos de la congregación de Corinto, “uno se adelantaba a comer” “uno tiene hambre” “otro se embriaga”, es decir cada cual estaba fallando en un precepto relacionado con cuidar al otro, respetar la congregación de Hashem es algo sumamente importante para obtener los beneficios del pacto de la Torá, como los beneficios de la salud.

Pero todo mensaje de Hashem, contiene una buena noticia, y es que “la enfermedad” que proviene de Hashem es parte de una “disciplina, si bien es un castigo y una consecuencia severa por el pecado cometido, es también la disciplina de los cielos, y no la disciplina de los hombres, lo cual es mucho mejor. El Salmista David dijo: “Prefiero ser castigado por Di.s que por los hombres” y así también había sucedido a los hermanos de Corinto, pues Shaul dice: “Mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo” Mostrándonos que Hashem como un Padre amoroso es Justo, nos da el justo pago, pero al mismo tiempo es misericordioso. Sin embargo, nos fue dada una Tora de vida, para que por ella tengamos vida, viviendo con una completa fidelidad en él. Por lo cual, sabiendo los beneficios de Hashem, garantizados por él, debemos esforzarnos aún más por obedecer y ser un pueblo lleno de Salud, con largura de días, y mucha shalom.

אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780

sábado, 22 de enero de 2022

Parasha n°17 Yitro 5780 - Una conversión sincera


COMENTARIO DE LA PORCION SEMANAL DE LA TORÁ
Parashá 17 Yitro / Año Hebreo 5780
Shemot / Éxodo 18:1 – 26:26

UNA CONVERSIÓN SINCERA

Shalom Javerim: 

בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos estudiando esta semana la parashá Yitro (Jetro).  En esta oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:

“Y Yitró, sacerdote de Midián, suegro de Moisés, oyó todo lo que había hecho Dios por Moisés y por Israel su pueblo”. (Ex. 18:1)

Cuando hablamos de Yitro, pensamos en la primera persona según el judaísmo que hizo conversión a la Torá. Según nuestros jajamim, Yitro tuvo una actitud muy positiva respecto de entregar su vida al Eterno, y por eso es que fue recibido por Moshé, quien le comento las grandes obras que HaShem, hizo con Egipto y con su pueblo Israel. Toda la historia de lo sucedido en la nación egipcia, en los labios de Moshé, permitió que Yitro finalmente diera alabanza al Eterno, diciendo:

“Ahora acabo de conocer que el Eterno es más grande que todos los dioses, pues aquello con que se ensoberbecieron recayó sobre ellos mismos. Y tomó Yitró, suegro de Moisés, holocausto y sacrificios para Dios”.

Lo que no sabemos, es si realmente Yitro se convirtió a la Torá, pues cabe la duda, ya que el texto de la Torá nos dice:

“Y despidió Moisés a su suegro, el cual se fue a su tierra”..

¿Por qué razón se regreso Yitro a su tierra, y no siguió con el pueblo en su camino a la tierra prometida? Sin duda que junto a su yerno podría haber aprendido muchísimo. Sobre todo para Yitro hubiese sido un gran aporte vivir al lado de Moshé, luego de tener una vida de idolatría, y de creencias erradas. Pero la Torá nos dice que se despidieron y Yitro se fue a su tierra.
Es muy posible que Yitro siguió el camino del Eterno, bajo los parámetros de una persona justa de las naciones, que no se obliga a todos los mandamientos del eterno dado al pueblo de Israel. Más bien, siguió el camino de la creencia en un solo Dios, y cumpliendo los preceptos universales que HaShem le entregara a Noaj. Lo que es cierto, es que no tenemos una certeza de lo que sucedió con Yitro. ¿Se convirtió a toda la Torá, y siguió guardando los preceptos en su tierra, y si fue así, como aprendía las leyes y las formas en las que debía aplicar los mandamientos? O se fue creyendo en la existencia del Dios único, el Dios de Abraham, Itzjak y Yaacov, guardando esta nueva fe, ¿bajo parámetros más universales? No lo tenemos del todo claro. Lo que, si sabemos, es que la Torá nos deja la duda, sobre este tema, y esa duda podría ser la enseñanza que la Torá quiere que aprendamos.

Aprendemos que la conversión de una persona ocurre en un instante, cuando su corazón es comprometido con HaShem, y la verdad de su Torá, pero ese mismo suceso, no es definitivo. Pues podría ser, que esa conversión termine siendo, Dios no lo permita, la perdición.

Por esta razón es que el Rabino Shaul en su carta a los corintios, dice respecto del pueblo: “Todos fueron sumergidos en el mar y en la nube, todos bebían de la misma roca que les seguía (parafraseando)…” Y es que en realidad todos vivieron esas hermosas experiencias, vieron todos los milagros que HaShem hizo, pero el lamentable resultado de todo esto, es que solo 2 personas de esa generación entraron. Lo cual nos muestra que el resultado fue totalmente desastroso en términos de número. Por eso el Rab Shaúl también escribe: “el que este firme, mire que no caiga”.

Ahora podríamos analizar cuales son nuestras intenciones a la hora de acercarnos a la Torá, y al judaísmo, pero mas que nada, a la hora de confesarnos como discípulos del Mesías Yeshua. ¿Son honestas nuestras conversiones delante del creador? Algunas cosas que debemos considerar para responder esta pregunta:

1-      Dios no busca ángeles. Es imposible que una conversión a la Torá, sea de la noche a la mañana, totalmente efectiva en la práctica. Se necesitan años, para guardar la Torá en su práctica, cuidar los muchos mandamientos que se nos piden guardar, y mejorar las muchas actitudes que se nos demanda cambiar. No es posible cambiar 180°, nuestras vidas, en un solo día. Sin embargo, está claro y es enseñado por nuestros sabios, que a la persona la conducen por el camino que desea andar. Es decir, si la persona desea y anhela sinceramente en su corazón guardar la Torá, HaShem mismo le ayudara.

2-     En el libro de los Hechos, está escrito sobre quienes se acercaban a la Torá: “Porque Moisés, desde generaciones antiguas, tiene en cada ciudad quienes lo prediquen, puesto que es leído en las sinagogas cada sábado”. Lo cual nos muestra lo flexible del camino de la Torá. Es decir, Se asume que la persona debe ir cada sábado a la Sinagoga, para ser enseñado, y así en la medida de sus esfuerzos asumir una vida mucha mas observancia, y por lo tanto, midiendo la sinceridad de su conversión. Cuando la persona se topa con la Torá y sus exigencias y prohibiciones, se desalienta comúnmente, pero si su conversión al Eterno y a la Torá, fue sincera la persona continuara esforzándose, hasta lograr el nivel que del cielo le concedan lograr. Nuevamente este principio: “si la persona quiere hacer el bien y guardar la Torá, de arriba le ayudan”, “si la persona no quiere hacer el bien, ni guardar la Torá, de arriba le ayudan” (que Dios no lo permita).

3-     HaShem se a provisto de una nación de sacerdotes y reyes. Esto es lo que debemos saber, a ciencia cierta, cada vez que nos acercamos a una exigencia o prohibición de la Torá. Tu eres un príncipe y sacerdote de HaShem. Y en esa condición no tienes permiso de hacer lo que quieras, ni de comportare como uno que no es rey ni como uno que no es sacerdote. Nuestra conversión sincera a HaShem, y a su Torá, se pone a prueba, en la medida que nos comportamos como reyes y sacerdotes. Aceptando con amor todas las exigencias y prohibiciones que la Torá nos ha impuesto. No se puede concebir una vida de pueblo de Dios, sin reglas y normas.

4-     Todos los comienzos son difíciles. Es importante que sepamos en que estamos invirtiendo nuestras vidas, pues la Torá y el temor a HaShem, es el mejor negocio de inversiones espirituales que podemos hacer. Pero todos los comienzos son difíciles. Si guardar Shabat te es difícil, no debes dejar de hacerlo, debes esforzarte, comenzar, y de seguro, te ayudaran de arriba. Si guardar mitzvot de carácter moral, ético, es muy difícil, debes esforzarte, y de seguro de arriba te ayudara, y etc.

Cada vez que comenzamos en el camino de la Torá, se nos presentará un inconveniente, que nos hará duda de si seguir o no en el camino de los mandamientos. Pero, debes tener esta seguridad, no hay nada como la inversión espiritual en los caminos de la Torá. No seamos quienes dejemos dudas respecto de nuestras conversiones como la duda que arroja la Torá respecto de Yitro, o como lo que sucedió en el desierto con nuestros padres, que no pudieron entrar, aun cuando habían recibido, el maná, el agua, la nube, y visto los milagros. Podemos, si es que queremos, y debemos rogarle al cielo, que se nos permita “querer”, para luego lograr el merito de superarnos, y lograr una conversión, que aunque demore muchos años, sea una conversión sincera.

Shabat Shalom.

אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780

Parashat Yitro 5781 - Creer en HaShem

 


Parashat Yitro 5781 - La importancia de la Torá

 


viernes, 21 de enero de 2022

Parasha nº17 Yitro 5774- Nos dio una Torá de verdad

COMENTARIO DE LA PORCION SEMANAL DE LA TORÁ
Parashá 17 Yitro / Año Hebreo 5774
Shemot / Éxodo 18:1 – 26:26

NOS DIO UNA TORA DE VERDAD

La porción de esta semana nos relata uno de los sucesos más importantes de toda la historia de la humanidad, solo comparables con la muerte y resurrección de Yeshuá el Mesías, y su segunda venida, estoy hablando de “Matan Torá”, la entrega de la Torá. El pueblo de Israel recibirá “La Torá” y esta entrega y recepción representara un “pacto” entre Hashem como esposo e Israel como “Novia”. De eso trata la porción que leemos esta semana.

La Torá no es “él pacto”, sino que el “pacto” contiene a la Torá como las obligaciones de la novia respecto de las demandas del esposo, y los derechos de la novia respecto de lo que el esposo se ha obligado a cumplir bajo la condición de que la novia sea fiel a las palabras de la Torá contenidas en el pacto. Así que cuando las escrituras, nos hablan de “Un Nuevo Pacto” (Jeremías 33:3) (Hebreos 8), no se están refiriendo a una nueva Torá, sino que a una renovación del pacto-alianza que Hashem hizo con Israel en el Sinai.

¿Qué es “Tora”?

Muchos amigos lo saben, pero otros lectores quizás aun no, permítanme una pequeña reseña sobre “que es Torá”: Es la palabra Hebrea que se traduce habitualmente en las traducciones bíblicas como “ley”. Sin embargo, la raíz de la palabra “Torá”, “instrucción”, es “yará”, que significa “lanzar”, “disparar”, “apuntar”, “marcar”, “señalar”.

Lo cual nos enseña que una de las funciones de la Torá es instruirnos, señalarnos, apuntarnos la dirección por donde el ser humano debe andar. La Torá es un manual. Tal cual, cada artículo nuevo, que necesita ser manejado, usted compra y trae consigo un número determinado de indicaciones para manejar bien el producto. Así también el ser humano, que es una nueva creación de Hashem al momento de nacer, necesita del manual de vida de la Torá, para saber conducirse, para ser feliz y evitarse un sin número de sufrimientos. La Torá por lo tanto, contiene todas las directrices para la vida, es un árbol de vida, que cualquiera que se allega a ella para cumplirla hallara sin duda algunas sus eternas bendiciones. Desde el episodio donde Hashem “desciende” al Sinai para hablar con Moshé y entregar su Torá a Moshé, comenzando por las “diez palabras” (10 mandamientos), la Torá será un estatuto de normas para el pueblo de Israel, sin embargo, la sabiduría de la Torá, su dirección e instrucción está presente desde el primer versículo (primera letra) de Bereshit (Génesis), hasta la última letra de quinto libro de la Torá, llamado Devarim (Deuteronomio). Respecto de esto, podemos extraer una bonita enseñanza:

La primer letra de la Tora es la letra ב “Bet” y la ultima letra de la Torá es la letra ל“Lamed”, si unimos ambas letras, formamos la palabra בל “LeB”, que es “corazón”. Lo cual nos muestra que la Torá se adquiere con el corazón, pero no solo eso, nos enseña que la Torá rectifica y cambia el corazón del hombre. Del cual el profeta Jeremías inspirado por el Eterno había dicho:

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”

Como solo Hashem conoce el corazón de cada Hombre, él nos ha dado un manual de vida, para que él corazón se mantenga limpio de engaños, y de perversidades, pues apenas el corazón se aleja de la Torá, se ensucia de toda obra mala, y el hombre se engaña asimismo tomando un camino de perversidad que terminara destruyéndolo.

También nos dice un Misdrah, que la primera frase de las diez palabras, comienza con la voz “anojoni” (Yo) para enseñarnos que para Hashem, es más importante la entrega de la Torá a Israel que haber creado el mundo, porque mientras el relato de la creación comienza con la segunda letra del alefato hebreo la ב Bet, los diez mandamientos comienzan con la letra א alef, la primera letra del alefato, de la palabra anoji.

Nos dice el Rab Elazar en otro Midrash, que durante 26 generaciones, la letra alef se quejo de no haber sido la primera letra de la Torá, siendo esta la primera letra del alefato, sin embargo, Hashem le dijo: “Te lo juro, todo el universo fue creado, solo por el merito de la Torá, y en el futuro cuando le entregue la Torá a Israel, comenzare los diez mandamientos contigo”.

Funciones de la Torá

La Tora no es solo un libro estático de normas, la Torá contiene vida y tiene múltiples funciones, que nos permiten entender para que Hashem nos dejó la Torá ¿Por qué nos dio este inmenso manual de normas, historias, e información, que aun estudiamos y del cual no nos cansamos de beber.

Veamos algunos versículos que nos servirán para aprender sobre cuales son algunas de las funciones de la Torá:

La Torá es un documento legal, que se utilizara en el futuro como instrumento de juicio, pues sus exigencias, o acusan a alguien o lo defienden:

“Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados, porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados” (Romanos 2:12) 

A través de la Torá sabemos que es pecado, y que no es pecado, lo cual nos muestra el camina de la vida y de la muerte, cualquier infracción de la Torá es pecado y muerte, más la observancia de la Torá es un mandamiento (bendición) y vida en sí misma:

“Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado” (Romanos 3:20)

"Todo aquel que comete pecado, infringe también la Tora; pues el pecado es infracción de la Tora." (1 Yohanan [Juan] 3:4).

La Torá y sus exigencias no cumplidas, generan y provocan la ira del Eterno. Y esto se debe a que toda la Torá está contenida de FE en el Creador, la esencia de la Torá, el espíritu de la Torá es la FE. Esta escrito: “El Justo por su FE vivirá”, y un Tzdaik es un guardador de los preceptos de la Torá. Esto nos muestra que una persona que no tiene fe, está faltando a la Torá y por lo tanto pecando. Shaul de tarso también escribió: “Todo lo que no es de Fe es pecado”, pues el espíritu de la Torá solo se puede cumplir a través de la FE, por esta razón es que la salvación es por FE, ya que solo la fe genuina en el Creador nos puede llevar a poner por obra de forma verdadera la Torá de Di.s:

“Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión (Romanos 4:15)

La Torá nos apunta que es pecado y hace que este mismo sobreabunde, lo cual causa dos efectos: La bondad de Hashem se multiplica al máximo, perdonando las infraccion es contra la Torá, y la Torá de Hashem se hace necesaria para que el perdonado siga la senda del bien y no siga en su pecado, colocando su FE y esfuerzo en la obediencia al Creador, confiando en la misericordia recibida de Hashem:

“Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20)

“¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley n o dijera: No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí” (Romanos 7:8-9)

Pareciese que para algunos hermanos cristianos la Torá es un estamento de maldición, imposible de cumplir. Esta apreciación dista de la realidad bíblica: La Torá es ESPIRITUAL, la Tora es FE, la Torá es de Di.s, y solo los que viven en esas características pueden tener la fuerza espieitual para cumplirla, de aquí las siguientes afirmaciones POSITIVAS acerca de la Torá del Rab. Shaul de Tarso:

“De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Romanos 7:12)

“Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado” (Romanos 7:14)

“Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena” (Romanos 7:16)

“Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios” (Romanos 7:22)

También está escrito que la Torá es un “ayo”, una especie de “guiá” para llevarnos a una meta principal, la cual es el Mesías, el varón perfecto, que es la estatura de un varón ideal que venció el mal, cumpliendo con toda la Torá:

“porque el fin (propósito) de la ley es el Mesías, para justicia a todo aquel que cree” (Romanos 10:4)

Si Yeshuá es la meta de la Torá, no es para que dejemos de cumplirla, sino que es porque justamente él, Yeshuá, la cumplió. Yeshua es el “objetivo” de la Torá. El propósito de los mandamientos es que seamos como él lo fue, y que creyendo en él tengamos vida eterna. Así todo hijo de Hashem que es creyente en Yeshuá, está capacitado para llegar a la estatura de un varón perfecto, la estatura del Mesías:

“Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos al Mesías, a fin de que fuésemos justificados por la fe. (Gálatas 3:19-24 versos intercalados)

La Torá ha sido por lo tanto un “ayo”, (y esta es solo una de sus tantas funciones), ha sido un conductor para que el pueblo de Israel y las personas redimidas de entre las naciones, habiendo sido libre del Egipto Terrenal, ahora sean libre del Egipto espiritual, pudiendo recibir la Torá en el corazón, mediante la fe en el nuevo pacto, vertido en la sangre del Mesías, que permite tener acceso a la Torá de vida eterna, la Torá espiritual, la verdadera Torá revelada en el Sinaí.

La belleza de la Torá

Todo creyente honesto y sincero debe aprender de las sagradas escrituras que ellas mismas dan testimonio de la Torá que Hashem le dio a Moshé, como él instructivo más importante que tenemos. La sabiduría que fue creada antes de todas las cosas, está contenida en la Torá. El Tehilim (Salmo 119) el capítulo más largo de la biblia, (no es casualidad) es el testimonio más grande, de que a Hashem le importo dejar claro que su Torá es una delicia, es camino por donde se debe caminar, es lumbrera al caminar, es miel al paladar, es más preciosa y valiosa que todos los tesoros del mundo. Para muestra un botón, veamos solo algunos versos: “Dichosos los perfectos de camino, Los que andan en  la Tora de Hashem” (Salmos119:1)

“Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu ley” (Salmos 119:18)

“Enséñame, oh YHVH, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin. Dame entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón, todo el día es ella mi meditación." (Tehilim 119:33-34)

“La mentira aborrezco y abomino; Tu ley amo." (Salmos 119_163)

“Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo” (Salmos 119:165)

Las escrituras están llenas de testimonios respecto de que la Torá de Hashem es una verdadera delicia al hombre que quiere conducirse por las sendas del Altísimo. La Torá pasa a ser una necesidad para el hijo y la hija del Eterno, cualquiera que se acerca a sus sendas hallará la vida. Por otra parte, debemos aprender a diferenciar las apreciaciones teológicas del Rab. Shaul de Tarso, que proponen una exposición más específica del porqué él hombre no puede cumplir la Torá de Hashem, cuando no tiene verdadera fe en el Creador. Son cientos de versos, sino miles los versos de las sagradas escrituras hebreas, que afirman que la Torá debe ser amada y llevada a cabo, y que sin ella el hombre perdería el rumbo.

Necesitamos la Torá que Hashem nos dio, no como el medio de la salvación (por decirlo de un modo más cristiano), pues solos, no nos podemos salvar, solo Hashem salva, como lo dicen las escrituras. Sin embargo, necesitamos la Torá de Hashem, porque habiendo ya sido “libres” y “salvos” a través de la fe en el Mesías Yeshuá de Israel, podemos acceder a todas esas bendiciones del mundo venidero en esta era presente. La Torá es la conexión entre el cielo y la tierra, la Torá es la senda del mundo celestial en el mundo terrenal. En la Torá están las cientos de llaves que necesitamos para una mejor vida. En la sabiduría de la Torá está la clave para vencer el pecado. En la Torá está la sabiduría para tener un buen matrimonio. En la sabiduría de la Torá están todas las respuestas, y todas las preguntas. ¿Acaso no es nuestra Torá, el libro que Hashem mismo dicto a Moshé, letra por letra?

La Torá que nos dio Moshé, como versa el sidur birkat shlomo, “esta es una palabra firme y buena dada con veracidad, un estatuto que no pasara”

“Porque ni una yod pasara hasta que todo se haya cumplido” Yeshuá el Mesías.

“Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz. Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen” (Proverbios 3:17-18)

Nos dice un Midrash (una Hagada), que antes de entregar la Torá Hashem a Israel, se rebeló a todos los pueblos. Al principio se rebeló a los descendientes de Esav, y les pregunto: ¿Quieren recibir la Tora? Y ellos respondieron: ¿Qué dice la Tora? Hashem les dijo: “No mataras” “No podemos pues la naturaleza de nuestro ancestro Esav era la violencia, la matanza, por lo cual no podemos recibir la Torá.

Luego el Eterno le pregunto a los descendientes de Ismael “¿Quieren recibir la Tora?”, ellos le respondieron: “¿Qué dice la Tora?” Hashem les dijo: “No Robaras”, entonces ellos dijeron: “No podemos recibir la Torá, porque la naturaleza de nuestro ancestro era el robo, por lo cual no pudieron recibir la Torá.

En cambio cuando HaShem le pregunto a Israel mediante Moshé, si ellos querían recibir la Torá, ellos respondieron: 

“Sí, la cumpliremos y estudiaremos” (Exodo 24:7)

אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780