sábado, 22 de enero de 2022

Parasha n°17 Yitro 5780 - Una conversión sincera


COMENTARIO DE LA PORCION SEMANAL DE LA TORÁ
Parashá 17 Yitro / Año Hebreo 5780
Shemot / Éxodo 18:1 – 26:26

UNA CONVERSIÓN SINCERA

Shalom Javerim: 

בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos estudiando esta semana la parashá Yitro (Jetro).  En esta oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:

“Y Yitró, sacerdote de Midián, suegro de Moisés, oyó todo lo que había hecho Dios por Moisés y por Israel su pueblo”. (Ex. 18:1)

Cuando hablamos de Yitro, pensamos en la primera persona según el judaísmo que hizo conversión a la Torá. Según nuestros jajamim, Yitro tuvo una actitud muy positiva respecto de entregar su vida al Eterno, y por eso es que fue recibido por Moshé, quien le comento las grandes obras que HaShem, hizo con Egipto y con su pueblo Israel. Toda la historia de lo sucedido en la nación egipcia, en los labios de Moshé, permitió que Yitro finalmente diera alabanza al Eterno, diciendo:

“Ahora acabo de conocer que el Eterno es más grande que todos los dioses, pues aquello con que se ensoberbecieron recayó sobre ellos mismos. Y tomó Yitró, suegro de Moisés, holocausto y sacrificios para Dios”.

Lo que no sabemos, es si realmente Yitro se convirtió a la Torá, pues cabe la duda, ya que el texto de la Torá nos dice:

“Y despidió Moisés a su suegro, el cual se fue a su tierra”..

¿Por qué razón se regreso Yitro a su tierra, y no siguió con el pueblo en su camino a la tierra prometida? Sin duda que junto a su yerno podría haber aprendido muchísimo. Sobre todo para Yitro hubiese sido un gran aporte vivir al lado de Moshé, luego de tener una vida de idolatría, y de creencias erradas. Pero la Torá nos dice que se despidieron y Yitro se fue a su tierra.
Es muy posible que Yitro siguió el camino del Eterno, bajo los parámetros de una persona justa de las naciones, que no se obliga a todos los mandamientos del eterno dado al pueblo de Israel. Más bien, siguió el camino de la creencia en un solo Dios, y cumpliendo los preceptos universales que HaShem le entregara a Noaj. Lo que es cierto, es que no tenemos una certeza de lo que sucedió con Yitro. ¿Se convirtió a toda la Torá, y siguió guardando los preceptos en su tierra, y si fue así, como aprendía las leyes y las formas en las que debía aplicar los mandamientos? O se fue creyendo en la existencia del Dios único, el Dios de Abraham, Itzjak y Yaacov, guardando esta nueva fe, ¿bajo parámetros más universales? No lo tenemos del todo claro. Lo que, si sabemos, es que la Torá nos deja la duda, sobre este tema, y esa duda podría ser la enseñanza que la Torá quiere que aprendamos.

Aprendemos que la conversión de una persona ocurre en un instante, cuando su corazón es comprometido con HaShem, y la verdad de su Torá, pero ese mismo suceso, no es definitivo. Pues podría ser, que esa conversión termine siendo, Dios no lo permita, la perdición.

Por esta razón es que el Rabino Shaul en su carta a los corintios, dice respecto del pueblo: “Todos fueron sumergidos en el mar y en la nube, todos bebían de la misma roca que les seguía (parafraseando)…” Y es que en realidad todos vivieron esas hermosas experiencias, vieron todos los milagros que HaShem hizo, pero el lamentable resultado de todo esto, es que solo 2 personas de esa generación entraron. Lo cual nos muestra que el resultado fue totalmente desastroso en términos de número. Por eso el Rab Shaúl también escribe: “el que este firme, mire que no caiga”.

Ahora podríamos analizar cuales son nuestras intenciones a la hora de acercarnos a la Torá, y al judaísmo, pero mas que nada, a la hora de confesarnos como discípulos del Mesías Yeshua. ¿Son honestas nuestras conversiones delante del creador? Algunas cosas que debemos considerar para responder esta pregunta:

1-      Dios no busca ángeles. Es imposible que una conversión a la Torá, sea de la noche a la mañana, totalmente efectiva en la práctica. Se necesitan años, para guardar la Torá en su práctica, cuidar los muchos mandamientos que se nos piden guardar, y mejorar las muchas actitudes que se nos demanda cambiar. No es posible cambiar 180°, nuestras vidas, en un solo día. Sin embargo, está claro y es enseñado por nuestros sabios, que a la persona la conducen por el camino que desea andar. Es decir, si la persona desea y anhela sinceramente en su corazón guardar la Torá, HaShem mismo le ayudara.

2-     En el libro de los Hechos, está escrito sobre quienes se acercaban a la Torá: “Porque Moisés, desde generaciones antiguas, tiene en cada ciudad quienes lo prediquen, puesto que es leído en las sinagogas cada sábado”. Lo cual nos muestra lo flexible del camino de la Torá. Es decir, Se asume que la persona debe ir cada sábado a la Sinagoga, para ser enseñado, y así en la medida de sus esfuerzos asumir una vida mucha mas observancia, y por lo tanto, midiendo la sinceridad de su conversión. Cuando la persona se topa con la Torá y sus exigencias y prohibiciones, se desalienta comúnmente, pero si su conversión al Eterno y a la Torá, fue sincera la persona continuara esforzándose, hasta lograr el nivel que del cielo le concedan lograr. Nuevamente este principio: “si la persona quiere hacer el bien y guardar la Torá, de arriba le ayudan”, “si la persona no quiere hacer el bien, ni guardar la Torá, de arriba le ayudan” (que Dios no lo permita).

3-     HaShem se a provisto de una nación de sacerdotes y reyes. Esto es lo que debemos saber, a ciencia cierta, cada vez que nos acercamos a una exigencia o prohibición de la Torá. Tu eres un príncipe y sacerdote de HaShem. Y en esa condición no tienes permiso de hacer lo que quieras, ni de comportare como uno que no es rey ni como uno que no es sacerdote. Nuestra conversión sincera a HaShem, y a su Torá, se pone a prueba, en la medida que nos comportamos como reyes y sacerdotes. Aceptando con amor todas las exigencias y prohibiciones que la Torá nos ha impuesto. No se puede concebir una vida de pueblo de Dios, sin reglas y normas.

4-     Todos los comienzos son difíciles. Es importante que sepamos en que estamos invirtiendo nuestras vidas, pues la Torá y el temor a HaShem, es el mejor negocio de inversiones espirituales que podemos hacer. Pero todos los comienzos son difíciles. Si guardar Shabat te es difícil, no debes dejar de hacerlo, debes esforzarte, comenzar, y de seguro, te ayudaran de arriba. Si guardar mitzvot de carácter moral, ético, es muy difícil, debes esforzarte, y de seguro de arriba te ayudara, y etc.

Cada vez que comenzamos en el camino de la Torá, se nos presentará un inconveniente, que nos hará duda de si seguir o no en el camino de los mandamientos. Pero, debes tener esta seguridad, no hay nada como la inversión espiritual en los caminos de la Torá. No seamos quienes dejemos dudas respecto de nuestras conversiones como la duda que arroja la Torá respecto de Yitro, o como lo que sucedió en el desierto con nuestros padres, que no pudieron entrar, aun cuando habían recibido, el maná, el agua, la nube, y visto los milagros. Podemos, si es que queremos, y debemos rogarle al cielo, que se nos permita “querer”, para luego lograr el merito de superarnos, y lograr una conversión, que aunque demore muchos años, sea una conversión sincera.

Shabat Shalom.

אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780

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