COMENTARIO
DE LA PORCION SEMANAL DE LA TORÁ
Parashá 17 Yitro / Año Hebreo 5774
Parashá 17 Yitro / Año Hebreo 5774
Shemot /
Éxodo 18:1 – 26:26
NOS DIO
UNA TORA DE VERDAD
La porción de esta
semana nos relata uno de los sucesos más importantes de toda la historia de la
humanidad, solo comparables con la muerte y resurrección de Yeshuá el Mesías, y
su segunda venida, estoy hablando de “Matan Torá”, la entrega de la Torá. El pueblo
de Israel recibirá “La Torá” y esta entrega y recepción representara un “pacto”
entre Hashem como esposo e Israel como “Novia”. De eso trata la porción que
leemos esta semana.
La Torá no es “él
pacto”, sino que el “pacto” contiene a la Torá como las obligaciones de la
novia respecto de las demandas del esposo, y los derechos de la novia respecto
de lo que el esposo se ha obligado a cumplir bajo la condición de que la novia
sea fiel a las palabras de la Torá contenidas en el pacto. Así que cuando las escrituras,
nos hablan de “Un Nuevo Pacto” (Jeremías 33:3) (Hebreos 8), no se están
refiriendo a una nueva Torá, sino que a una renovación del pacto-alianza que
Hashem hizo con Israel en el Sinai.
¿Qué es “Tora”?
Muchos amigos lo
saben, pero otros lectores quizás aun no, permítanme una pequeña reseña sobre
“que es Torá”: Es la palabra Hebrea que se traduce habitualmente en las
traducciones bíblicas como “ley”. Sin embargo, la raíz de la palabra “Torá”,
“instrucción”, es “yará”, que significa “lanzar”, “disparar”, “apuntar”,
“marcar”, “señalar”.
Lo cual nos enseña
que una de las funciones de la Torá es instruirnos, señalarnos, apuntarnos la
dirección por donde el ser humano debe andar. La Torá es un manual. Tal cual,
cada artículo nuevo, que necesita ser manejado, usted compra y trae consigo un
número determinado de indicaciones para manejar bien el producto. Así también
el ser humano, que es una nueva creación de Hashem al momento de nacer,
necesita del manual de vida de la Torá, para saber conducirse, para ser feliz y
evitarse un sin número de sufrimientos. La Torá por lo tanto, contiene todas
las directrices para la vida, es un árbol de vida, que cualquiera que se allega
a ella para cumplirla hallara sin duda algunas sus eternas bendiciones. Desde
el episodio donde Hashem “desciende” al Sinai para hablar con Moshé y entregar
su Torá a Moshé, comenzando por las “diez palabras” (10 mandamientos), la Torá
será un estatuto de normas para el pueblo de Israel, sin embargo, la sabiduría
de la Torá, su dirección e instrucción está presente desde el primer versículo
(primera letra) de Bereshit (Génesis), hasta la última letra de quinto libro de
la Torá, llamado Devarim (Deuteronomio). Respecto de esto, podemos extraer una
bonita enseñanza:
La primer letra de
la Tora es la letra ב “Bet” y la ultima letra de la Torá es la letra ל“Lamed”, si unimos ambas letras, formamos la palabra בל “LeB”, que es “corazón”. Lo cual nos muestra que la Torá se
adquiere con el corazón, pero no solo eso, nos enseña que la Torá rectifica y
cambia el corazón del hombre. Del cual el profeta Jeremías inspirado por el
Eterno había dicho:
“Engañoso es el
corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
Como solo Hashem
conoce el corazón de cada Hombre, él nos ha dado un manual de vida, para que él
corazón se mantenga limpio de engaños, y de perversidades, pues apenas el
corazón se aleja de la Torá, se ensucia de toda obra mala, y el hombre se
engaña asimismo tomando un camino de perversidad que terminara destruyéndolo.
También nos dice
un Misdrah, que la primera frase de las diez palabras, comienza con la voz
“anojoni” (Yo) para enseñarnos que para Hashem, es más importante la entrega de
la Torá a Israel que haber creado el mundo, porque mientras el relato de la
creación comienza con la segunda letra del alefato hebreo la ב Bet, los diez mandamientos comienzan con la letra א alef, la primera letra del alefato, de la palabra anoji.
Nos dice el Rab
Elazar en otro Midrash, que durante 26 generaciones, la letra alef se quejo de
no haber sido la primera letra de la Torá, siendo esta la primera letra del
alefato, sin embargo, Hashem le dijo: “Te lo juro, todo el universo fue creado,
solo por el merito de la Torá, y en el futuro cuando le entregue la Torá a
Israel, comenzare los diez mandamientos contigo”.
Funciones de la
Torá
La Tora no es solo
un libro estático de normas, la Torá contiene vida y tiene múltiples funciones,
que nos permiten entender para que Hashem nos dejó la Torá ¿Por qué nos dio
este inmenso manual de normas, historias, e información, que aun estudiamos y
del cual no nos cansamos de beber.
Veamos algunos
versículos que nos servirán para aprender sobre cuales son algunas de las
funciones de la Torá:
La Torá es un
documento legal, que se utilizara en el futuro como instrumento de juicio, pues
sus exigencias, o acusan a alguien o lo defienden:
“Porque todos los
que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley
han pecado, por la ley serán juzgados, porque no son los oidores de la ley los
justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados” (Romanos
2:12)
A través de la
Torá sabemos que es pecado, y que no es pecado, lo cual nos muestra el camina
de la vida y de la muerte, cualquier infracción de la Torá es pecado y muerte,
más la observancia de la Torá es un mandamiento (bendición) y vida en sí misma:
“Ya que por las
obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por
medio de la ley es el conocimiento del pecado” (Romanos 3:20)
"Todo aquel que comete pecado, infringe también la Tora; pues el pecado es infracción de la Tora." (1 Yohanan [Juan] 3:4).
La Torá y sus
exigencias no cumplidas, generan y provocan la ira del Eterno. Y esto se debe a
que toda la Torá está contenida de FE en el Creador, la esencia de la Torá, el
espíritu de la Torá es la FE. Esta escrito: “El Justo por su FE vivirá”, y un
Tzdaik es un guardador de los preceptos de la Torá. Esto nos muestra que una
persona que no tiene fe, está faltando a la Torá y por lo tanto pecando. Shaul
de tarso también escribió: “Todo lo que no es de Fe es pecado”, pues el
espíritu de la Torá solo se puede cumplir a través de la FE, por esta razón es
que la salvación es por FE, ya que solo la fe genuina en el Creador nos puede
llevar a poner por obra de forma verdadera la Torá de Di.s:
“Pues la ley
produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión (Romanos 4:15)
La Torá nos apunta
que es pecado y hace que este mismo sobreabunde, lo cual causa dos efectos: La
bondad de Hashem se multiplica al máximo, perdonando las infraccion es contra
la Torá, y la Torá de Hashem se hace necesaria para que el perdonado siga la
senda del bien y no siga en su pecado, colocando su FE y esfuerzo en la
obediencia al Creador, confiando en la misericordia recibida de Hashem:
“Pero la ley se
introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó
la gracia” (Romanos 5:20)
“¿Qué diremos,
pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino
por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley n o dijera: No
codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí
toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en
un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí” (Romanos
7:8-9)
Pareciese que para
algunos hermanos cristianos la Torá es un estamento de maldición, imposible de
cumplir. Esta apreciación dista de la realidad bíblica: La Torá es ESPIRITUAL,
la Tora es FE, la Torá es de Di.s, y solo los que viven en esas características
pueden tener la fuerza espieitual para cumplirla, de aquí las siguientes
afirmaciones POSITIVAS acerca de la Torá del Rab. Shaul de Tarso:
“De manera que la
ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Romanos 7:12)
“Porque sabemos
que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado” (Romanos 7:14)
“Y si lo que no
quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena” (Romanos 7:16)
“Porque según el
hombre interior, me deleito en la ley de Dios” (Romanos 7:22)
También está
escrito que la Torá es un “ayo”, una especie de “guiá” para llevarnos a una
meta principal, la cual es el Mesías, el varón perfecto, que es la estatura de
un varón ideal que venció el mal, cumpliendo con toda la Torá:
“porque el fin
(propósito) de la ley es el Mesías, para justicia a todo aquel que cree”
(Romanos 10:4)
Si Yeshuá es la
meta de la Torá, no es para que dejemos de cumplirla, sino que es porque
justamente él, Yeshuá, la cumplió. Yeshua es el “objetivo” de la Torá. El
propósito de los mandamientos es que seamos como él lo fue, y que creyendo en
él tengamos vida eterna. Así todo hijo de Hashem que es creyente en Yeshuá,
está capacitado para llegar a la estatura de un varón perfecto, la estatura del
Mesías:
“Entonces, ¿para
qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese
la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles
en mano de un mediador. ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En
ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera
verdaderamente por la ley. Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados
bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que
la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos al Mesías, a fin de que fuésemos
justificados por la fe. (Gálatas 3:19-24 versos intercalados)
La Torá ha sido
por lo tanto un “ayo”, (y esta es solo una de sus tantas funciones), ha sido un
conductor para que el pueblo de Israel y las personas redimidas de entre las
naciones, habiendo sido libre del Egipto Terrenal, ahora sean libre del Egipto
espiritual, pudiendo recibir la Torá en el corazón, mediante la fe en el nuevo
pacto, vertido en la sangre del Mesías, que permite tener acceso a la Torá de
vida eterna, la Torá espiritual, la verdadera Torá revelada en el Sinaí.
La belleza de la
Torá
Todo creyente
honesto y sincero debe aprender de las sagradas escrituras que ellas mismas dan
testimonio de la Torá que Hashem le dio a Moshé, como él instructivo más importante
que tenemos. La sabiduría que fue creada antes de todas las cosas, está
contenida en la Torá. El Tehilim (Salmo 119) el capítulo más largo de la
biblia, (no es casualidad) es el testimonio más grande, de que a Hashem le
importo dejar claro que su Torá es una delicia, es camino por donde se debe
caminar, es lumbrera al caminar, es miel al paladar, es más preciosa y valiosa
que todos los tesoros del mundo. Para muestra un botón, veamos solo algunos
versos: “Dichosos los perfectos de camino, Los que andan en la Tora de
Hashem” (Salmos119:1)
“Abre mis ojos, y
miraré Las maravillas de tu ley” (Salmos 119:18)
“Enséñame, oh
YHVH, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin. Dame
entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón, todo el día es
ella mi meditación." (Tehilim 119:33-34)
“La mentira
aborrezco y abomino; Tu ley amo." (Salmos 119_163)
“Mucha paz tienen
los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo” (Salmos 119:165)
Las escrituras
están llenas de testimonios respecto de que la Torá de Hashem es una verdadera
delicia al hombre que quiere conducirse por las sendas del Altísimo. La Torá
pasa a ser una necesidad para el hijo y la hija del Eterno, cualquiera que se
acerca a sus sendas hallará la vida. Por otra parte, debemos aprender a
diferenciar las apreciaciones teológicas del Rab. Shaul de Tarso, que proponen
una exposición más específica del porqué él hombre no puede cumplir la Torá de
Hashem, cuando no tiene verdadera fe en el Creador. Son cientos de versos, sino
miles los versos de las sagradas escrituras hebreas, que afirman que la Torá
debe ser amada y llevada a cabo, y que sin ella el hombre perdería el rumbo.
Necesitamos la
Torá que Hashem nos dio, no como el medio de la salvación (por decirlo de un
modo más cristiano), pues solos, no nos podemos salvar, solo Hashem salva, como
lo dicen las escrituras. Sin embargo, necesitamos la Torá de Hashem, porque
habiendo ya sido “libres” y “salvos” a través de la fe en el Mesías Yeshuá de
Israel, podemos acceder a todas esas bendiciones del mundo venidero en esta era
presente. La Torá es la conexión entre el cielo y la tierra, la Torá es la
senda del mundo celestial en el mundo terrenal. En la Torá están las cientos de
llaves que necesitamos para una mejor vida. En la sabiduría de la Torá está la
clave para vencer el pecado. En la Torá está la sabiduría para tener un buen
matrimonio. En la sabiduría de la Torá están todas las respuestas, y todas las
preguntas. ¿Acaso no es nuestra Torá, el libro que Hashem mismo dicto a Moshé,
letra por letra?
La Torá que nos
dio Moshé, como versa el sidur birkat shlomo, “esta es una palabra firme y
buena dada con veracidad, un estatuto que no pasara”
“Porque ni una yod
pasara hasta que todo se haya cumplido” Yeshuá el Mesías.
“Sus caminos son
caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz. Ella es árbol de vida a los que de
ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen” (Proverbios
3:17-18)
Nos dice un
Midrash (una Hagada), que antes de entregar la Torá Hashem a Israel, se rebeló
a todos los pueblos. Al principio se rebeló a los descendientes de Esav, y les
pregunto: ¿Quieren recibir la Tora? Y ellos respondieron: ¿Qué dice la Tora?
Hashem les dijo: “No mataras” “No podemos pues la naturaleza de nuestro
ancestro Esav era la violencia, la matanza, por lo cual no podemos recibir la
Torá.
Luego el Eterno le
pregunto a los descendientes de Ismael “¿Quieren recibir la Tora?”, ellos le
respondieron: “¿Qué dice la Tora?” Hashem les dijo: “No Robaras”, entonces
ellos dijeron: “No podemos recibir la Torá, porque la naturaleza de nuestro
ancestro era el robo, por lo cual no pudieron recibir la Torá.
En cambio cuando
HaShem le pregunto a Israel mediante Moshé, si ellos querían recibir la Torá,
ellos respondieron:
“Sí, la cumpliremos y estudiaremos” (Exodo 24:7)
אברהם בן יעקב
Año
Hebreo 5780
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