sábado, 19 de marzo de 2022

Parashat 25 Tsav - Enseñanzas sobre el korban Olá - Rab Yosef Ben Abraham


 Esta Parashat la he preparado haciendo una recopilación de sabios de la tora que espero nos traiga luz a nuestra vida.

 Tzav generalmente significa “ordenar” o “prescribir”, pero también tiene la connotación de “urgir” o “instar vehementemente” a la realización de un determinado acto.

 Si prestamos atención a la palabra mitzvá, veremos que dentro de ella se encuentra la palabra tzav (ordenanza) y nos quedan las letras "mem" y"hei". Si sumamos el valor numérico de estas letras obtenemos el equivalente del valor de la palabra "Adam" (persona). De esto aprendemos que el propósito fundamental de la persona es cumplir con las ordenanzas Divinas, cumpliendo de esta manera con el objetivo para el cual fue creada.

La parashat Tzav comienza hablando de los sacrificios y la primera ordenanza se refiere al sacrificio de Olá, que debe su nombre al hecho de que sube (olé) completamente; es decir que es ofrendado totalmente a Dios y el cohén no recibe ninguna porción de esta ofrenda. Desde el momento en que el Templo fue destruido, ya no podemos llevar sacrificios y por ello es que rezamos tres veces al día (Berajot 26b), como está escrito (Hoshea 14:3): "Te ofreceremos por holocausto el sacrificio de nuestros labios". Es decir que nuestras palabras se consideran equivalentes a la ofrenda de un sacrificio.

El propósito fundamental de los sacrificios es la expiación de los pecados para que la persona sea perdonada.

¿Por qué la Torá les advierte a los Cohanim que se apresuren a ofrendar el sacrificio de Olá? ¿Acaso podían llegar a descuidarlo porque no obtenían de él ningún provecho material? El sacrificio de Olá expía los malos pensamientos y la persona no declaraba ante el cohén cuáles habían sido esos pensamientos. En consecuencia, el cohén podía llegar a pensar que esos sacrificios no eran tan urgentes y demorarlos.  Los malos pensamientos son más graves que los malos actos, porque al actuar mal la persona tiene cargo de conciencia y eso la lleva a arrepentirse. Pero en el caso de los malos pensamientos la persona no siente la gravedad de su pecado y no se arrepiente. Por ello la Torá urgió a los Cohanim a realizar este sacrificio sin demora, para demostrar la gravedad de los malos pensamientos, ayudando de esta manera a que la persona se arrepintiera y corrigiera su camino.  

  También podemos sacar de este estudio sobre el sacrificio Olá que tenemos que estar pendiente lo que pensamos e identificar si son buenos o malos y si son malos esos pensamientos eliminarlos para no cometer una trasgresión.

  A diferencia de los demás sacrificios, el sacrificio de Olá debía quemarse totalmente sin que el cohén o la persona que llevaba el sacrificio pudiera recibir alguna porción del mismo. El animal era ofrendado completamente a Dios. El hecho de que el sacrificio de Olá fuera solamente para Dios nos enseña que hay situaciones en la vida donde se le exige a la persona entregarse por completo a Dios sin pensar para nada en sus intereses personales.  El sacrificio de Olá le enseña a la persona a reconocer las bondades Divinas sin esperar recompensa por actuar de la manera debida.

   El hecho de que la persona anule sus deseos para cumplir con la Voluntad Divina se considera equivalente a un sacrificio de Olá. Y cuanto más difíciles de superar sean las dificultades para cumplir con Su Voluntad, más alabada es la persona. La persona que desea purificarse recibe ayuda Divina para poder hacerlo.

   El fuego continuo en el altar.

  Está escrito (Vaikrá 6:2): "Un fuego continuo arderá sobre el Altar; no deberá extinguirse". Esto alude al fuego con el cual se encendían las velas del Candelabro. De aquí aprendemos que la Voluntad Divina es que el alma de la persona –la cual es comparada con una vela, esté siempre encendida con el fuego de la Torá, no solamente para iluminarse a sí misma sino para iluminar y encender a los demás.

  También se puede interpretar de la siguiente manera: le ordenó a Moshé decirle a Aharón que el fuego tenía que arder siempre sobre el altar, de día y de noche. No era posible que en algún momento el fuego no ardiera sobre el Altar. El carbón es un material

inflamable que tiene origen en la tierra. A veces la persona puede asemejarse al carbón: un talmid jajam que utiliza a la Torá en su propio provecho, que por fuera demuestra humildad como un servidor de la Torá pero que en el interior de su corazón no tiene el fuego de la Torá, sino el fuego del orgullo y que toda la finalidad de su estudio es engrandecer su imagen ante los demás, que no estudia con pureza. Por eso la Torá dijo: (Vaikrá 6:2) "y el fuego del Altar arderá en él"; es decir que todos sus caminos sean rectos y solamente busque la gloria de la Torá sin colocarse una corona que no le pertenece.

                                                         
Rabino: Yosef Ben Abraham

Kehilah Beit Haderej

Maracaibo - Venezuela

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