sábado, 21 de mayo de 2022

Parasha 33 Bejukotai 5774 / El camino de la Torá y el Mashiaj




Shalom amigos, esta semana estudiamos la porción de la Torá "Bejukotai" expresión que literalmente significa "en mis estatutos". Es nuestra última porción del libro de Vaikra (Levítico), así que con un gran entusiasmo de terminar un libro más de nuestra Torá, nos adentramos en el comentario de esta semana.

Nuestra maravillosa Torá comienza con las siguientes palabras en hebreo: "Im Bejukotai Telju VeET Mitzvotai" que al traducirlo dinámicamente leemos: "Si caminan en mis estatutos y en mis mandamientos".... Esta primera frase de la Torá nos revela algo muy importante: Los estatutos, mandamientos, y preceptos de la Torá, son UN CAMINO. Pero no es que solo representen una "vía" o una "alternativa" por la cual podemos elegir andar, sino que es la única senda por la que el hombre debe caminar. Es decir, "La Torá" es Él camino para caminar.

El comentarista Rashi para explicarnos que es “Im Bejukotai Telju”, nos dice que es la obligación de estudiar los preceptos del Eterno. Pues de aquí se desprende la idea de que quien conoce los preceptos por su estudio podrá caminar en ellos.

"Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto." (Levítico 26:3-4)

Rashi nos comenta que en el verso citado se encuentran tres frases: "anduvieres en mis decretos" alude a estudiar los mandamientos intensamente, "guardareis mis mandamientos" es aprenderlos a realizar, es la halaja, y finalmente, "pusiereis por obra" implica el cumplimiento mismo del mandamiento.

Maravillosamente, luego del comienzo de esta sección con el requisito de andar en los preceptos, se nos entrega una larga lista de bendiciones, pues el estudio trae como resultado, el dominio de los mandamientos, la destreza y la habilidad de andar en ellos, por lo que solo queda como resultado recibir las bendiciones que se nos prometen en ella.

Como si fuera poco, en la primera sección de bendiciones, nuestra Torá comienza con la letra alef (א ), de la palabra “im” y termina con letra tav (ת), de la palabra “komemiiut” mostrándonos que toda bendición radica en el conocimiento de la Torá, pues la alef y la tav primera y última letra del alefato hebreo, aluden a todas las letras con las cuales fue escrita la Torá y a través de las cuales logramos el estudio de la misma y todas sus bendiciones.

Ahora bien, no es sencillo saber cómo uno debe caminar, como uno debe hacer, como uno de ejecutar todas las cosas, pues para saber cómo uno debe hacer bien el precepto, debe conocer el camino de las mitzvot, es decir; “La halaja”. Por lo tanto, una persona que tiene dominio de la Halaja, podrá cumplir con la expresión de esta parasha que estudiamos: “Andar o caminar en los estatutos y mandamientos…” de otro modo, una persona que no sabe cómo aplicar la Torá a su vida diaria no podrá “caminar en los preceptos y mandamientos” y por lo tanto no podrá recibir la bendición de ellos.

En las sagradas escrituras hallamos en múltiples veces la palabra “camino”, como el rumbo a la vida, o el rumbo a la muerte, por ejemplo, en cierta ocasión nuestro amado Mashiaj Yeshuá dijo:

“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13-14)

Aquí Mashiaj Yeshuá está comparando a la Torá con una “puerta estrecha” y “un camino angosto”. Lo cual nos lleva a pensar, que no todos hallan el camino de la Torá, pues según el mismo Mashiaj Yeshuá: “Son pocos los que lo hayan”, y esto es incluso cuando pareciera que se esfuerzan por entrar en él.

Esto me trae a la memoria lo que muchas personas sostienen respecto de la “halaja” Judía, que es el “camino de la ley Judía” para el cumplimiento de los mandamientos del Eterno, pues al encontrarnos un sin número de leyes y exigencias de la halaja de los rabinos, de pronto la persona encuentra que el camino de la Torá, es un camino difícil de hallar, y un camino angosto por el cual solo algunos pueden transitar. ¿Pero es cierto esto? ¿Se refería a esto el Mashiaj Yeshuá?

Nuestra bendita Torá nos dice:

“Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Hashem” (Levítico 18:5)

La clave para “caminar en los mandamientos” es encontrar la vida en el cumplimiento de ellos. Es decir en el momento en que los mandamientos se transforman en una carga pesada, es porque el camino o “halaja” por la cual nos estamos conduciendo no es la adecuada o el espíritu que tenemos para el cumplimiento de la mitzva no es el correcto, pues no alcanzamos el objetivo de la Torá que es dar vida.

El camino de los preceptos NO debe ser una carga pesada, sino una senda cómoda, alegre, que se ejecute por amor a Hashem. De lo contrario el mandamiento terminara siendo una carga pesada y el camino un camino difícil de caminar.

Respecto de esta misma situación o experiencia, de la relación entre el hombre y la Torá, nuestro amado Mesías Yeshuá dijo:

“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:29-30)

¿De qué está hablando aquí el Mesías? Notemos lo que nos dice el texto: “APRENDED DE MI” Esto está fijando para nosotros una senda o un camino por el cual podemos transitar. Yo lo llamaría “el camino de la vida”. Ahora bien en términos hebreos “yugo” y “carga” representan a la obligación y el trabajo de guardar la Torá respectivamente, no es que en Mashiaj Yeshuá exista menos responsabilidad y menos trabajo para guardar los preceptos del Altísimo, todo lo contrario, su “halaja” es más exigente aún cuando de asuntos morales y éticos se trata, (que son los asuntos que realmente importan y que son la base toda la Torá), sino que “su senda” o “su camino” es en realidad la invitación que nos hace en el versículo: “aprended de mí” es decir: aprendan la manera en la que Yeshuá vivió, toda su personalidad y conducta determinara cual es el camino del cumplimiento de los preceptos de la Torá. Ese es el camino de la vida, y eso es ANDAR EN LOS PRECEPTOS DE HASHEM. Como está escrito:

“El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (Juan - Iojanan 2:6)

El Mashiaj Yeshuá por lo tanto es la inspiración correcta de cómo uno debe caminar en los precepto de la Torá. Cuando los preceptos o las “halajot” se vuelven una carga para nosotros, es porque hemos perdido, o no hemos encontrado el espíritu del mesías en esas halajot. La Tora debe representar para la persona siempre una DELICIA, como está escrito en el Tanaj:

“Sino que en la Torá de Hashem está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche” (Tehilim 1:2)

“Vengan a mí tus misericordias, para que viva, Porque tu Torá es mi delicia” (Tehilim 119:77)

“Si tu Torá no hubiese sido mi delicia, Ya en mi aflicción hubiera perecido” (Salmos 119:92)

“Aflicción y angustia se han apoderado de mí, Mas tus mandamientos fueron mi delicia” (Tehilim 119:143)

“He deseado tu salvación, oh Hashem, Y tu Tora es mi delicia” (Tehilim 119:174)

“Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo” (Proverbios 8:30)

En el tiempo en que fueron escritos estas maravillosas oraciones de los Salmos y consejos del libro de Proverbios, en Israel ya existía la jurisprudencia de la Torá. Es decir la explicación de cada una de las normas con su aplicación legal respectiva, para ello era necesario un cuerpo humano de autoridad que le indicara al pueblo que hacer y cómo hacerlo. Sin embargo, a diferencia de lo que se podría pensar en esta parte del mundo, para el autor de estas oraciones la Tora era su DELICIA, y esto no solo implicaba a la Tora Shevitaj (La Torá escrita), sino que también a la Tora Shevealpe (La Tora Oral). ¿Cómo habían llegado a ese nivel de aceptación de la Torá estas personas? ¿Cómo era posible que las normas halajicas e interpretativas del poder jurisprudencial judío, no los desalentaran en su proceso de aprendizaje y práctica de los mandamientos? La razón se debe a que estas personas lograron descubrir en cada mandamiento, el espíritu del Mesías, la esencia de la Torá, como está escrito: “Escudriñad las escrituras, porque en ellas os parece que hallareis la vida eterna”, el camino de la vida que se halla en la Torá, es el espíritu del Mesías, que nos conduce a vivir como él vivió, a andar como él anduvo, así cumplir con la exigencia de esta parasha: “Andar” en los preceptos…

Para muchas personas las leyes del Shabat pueden ser “una carga”, no hacer negocios, no comprar, no viajar, no cocinar, no encender fuego, no esto y no esto otro. Pero la orden de Hashem es que nosotros hagamos de la Torá y del Mandamiento una delicia. Por esta razón es que Hashem nos dijo a través del profeta:

“Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Hashem; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras” (Isaías 58:13)

Por lo que la responsabilidad de hacer que el Shabat sea una DELICIA es nuestra, y no del Eterno. Esto lo digo con mucho temor y responsabilidad, si hoy no puedes acceder a la delicia del shabat por saber cómo cumplir con las normas halajicas que han determinado nuestros sabios, es importante que te instruyas, que busques ayuda, pero mientras lo haces tienes que hacer que tu shabat sea una delicia, usando todas las mitzvot del shabat que conoces, haciéndolo lo mejor posible y con una gran alegría. Por el contrario, si dejas que el no cumplimiento de tu parte de aquellas halajot que no manejas y no conoces hagan de tu shabat un día de amarguras y llantos, de gritos e iras en tu hogar, entonces has perdido el camino, y no andas en la senda de los mandamientos, menos en el espíritu del Mesías.

Cuando aprendemos de este modo, no es más sencillo aprender las enseñanzas del Rab Shaul de Tarso, por ejemplo cuando él nos explico aquello de “vivir en el espíritu”:

“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Mashiaj Yeshuá, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al espíritu. Porque la Torá del espíritu de vida en Mashiaj Yeshuá me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:1-2)

Tenemos que quien vive en el espíritu, está viviendo en la Torá del espíritu de vida en Mashiaj Yeshuá. Es decir se conduce en una vida dirigida por las normas de la halaja del Mashiaj. Por lo que vivir en el espíritu, que para muchos podría ser lo contrario, es realmente tener una conducta regularizadas por las normas de la Torá en su más pura esencia.

Todos los shelijim (apóstoles) de Yeshuá el Mashiaj, terminaron siendo conocidos como “los del camino” y asimismo ellos en muchas ocasiones identificaron su fe en el Mashiaj como “el camino”, como está escrito:

“Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado” (“Pedro 2:2)

“Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad” (2Pedro 2:15)

“Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado” (2 Pedro 2:21)

“Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. (Hechos 18:26)

“Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas” (Hechos 24:14)

De todos los versos que hemos expuesto, sin duda alguna que el que más nos llama la atención es el último. El Rab Shaul está relacionando “al camino” (que ellos llaman herejía), con su permanente fe en la Torá y en los profetas. Y es que en realidad el camino de la Torá es el camino del Mashiaj, el cual debemos aprender a caminar de apoco, según la capacidad de cada uno, sin apurar a nadie y esperándolo a todos. Como dice la Torá cuando Moshé recibió la Torá por mano de melajim (mensajeros), Hashem le dijo a él: “enséñales a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer” (Shemot 18:20)

Que Hashem nos ayude dejarnos ser instruidos en el camino de la halaja del Mashiaj Yeshuá, para andar en el camino de la Torá.

Shavua Tov – Buena Semana

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