Capitulo 1
Mishna 2
Mishna 2
"Shimón el Tzadik era uno de los últimos sobrevivientes de la gran
Asamblea. El solía decir: El mundo está basado sobre tres cosas: La Torá, el
servicio Hashem, y los actos de caridad".
El mundo está basado en la Torá…
Es tan importante el estudio de la Torá,
que la mishna nos viene a recordar que el mundo está en pie solo por el merito
de quienes la estudian. Está escrito en el profeta Iermiyahu (Jeremías): “Si no fuese por mi pacto (la Torá que
se estudia) día y noche, no habría de mantener el cielo y la tierra”
(Iermiyahu 33-25).
El midrash a modo de hagada, viene a
enseñarnos que Hashem “se sienta y
estudia su Torá”, y otro midrash dice
“Hashem vio la Torá y creo el mundo”, es decir TODO está contenido en la
Torá, y por eso la persona que estudia Torá, logra cumplir con el propósito
para el cual fue creado el mundo, otro Misdrah dice: “si Israel no hubiera aceptado la Torá, todo hubiera sido regresado al
principio”. Todos estos Midrashim, vienen a mostrarnos una verdad, más allá
del relato de cada hagada, el fin es mostrarnos cuán importante es el estudio
de la Torá. Comprendemos entonces que según está Mishna, el mundo fue creado
con el propósito de que am Israel estudie la Torá ¿Hasta qué punto esto es así?
¿Cómo podemos relacionar esta enseñanza con las enseñanzas de Yeshuá y sus apóstoles?
En las enseñanzas de Yeshuá, aprendemos que
el estudio de la Torá no es un fin en sí mismo, sino que un medio, más bien, él
único medio diseñado por el Creador, a través del cual llegamos a la vida del
mundo venidero “olam haba” o “vida eterna” mediante cada mitzva (mandamiento)
que estudiamos y cumplimos. Por lo cual, quien estudia bien las palabras de la
Torá, hallara la vida eterna. Como está escrito:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan – Iojanan 5:39)
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan – Iojanan 5:39)
Y también está escrito:
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Iojanan – Juan 7:38)
Este último versículo, no nos está diciendo que las escrituras digan literalmente que quienes creen en Yeshuá dentro de sí correrán por su interior ríos de agua viva, aunque aparentemente es lo que se lee a simple vista, ya que en ninguna parte de la Tanaj hebrea, está escrito de forma literal, lo que leemos en este verso. Entonces; ¿Cómo él pudo decir, que las escrituras decían esto? Lo que realmente significa esta enseñanza, es que el estudio correcto de la Tanaj, da testimonio de Yeshuá, y provoca que en el interior de la persona, corran ríos de agua viva, en otras palabras: “quien cree en mí, como da testimonio de mí la escritura, (con una buena comprensión) entonces lograra que en su interior corran ríos de agua viva”. Por lo que entonces la expresión: “como dicen las escrituras” es una “condición” no una afirmación, para que dentro de la persona ocurra un milagro espiritual superior, este es el fin del estudio de la Torá descubrir al Mesías y llegar por medio de la Torá a ser como él.
El Rabino Shaúl de Tarso también nos enseño
que la Torá no es un fin en sí mismo, sino que él medio dado por el Eterno,
para revelarnos el propósito por el cual se nos ordena estudiar la Torá. Como
está escrito:
“Porque
el fin de la ley es el Mesías, para justicia a todo aquel que cree” (Romanos
10:4)
¿Lo que dice el Rabino Shaul contradice la
enseñanza de esta Mishna? Claro que no,
lo que aquí sucede es que el mandamiento de la Torá es primero explicito y
literal, debemos sí o sí estudiar de día y de noche, esa es la exigencia del
nivel peshat de la Torá, ya que cada persona que estudia de día y de noche, con
buena compresión y asistido por el Ruaj HaQodesh, logrará finalmente llegar al
propósito de la Torá: Ver al Mashiaj
dentro de la Torá, y por lo tanto encontrar la vida eterna en esta vida
presente. Y es por eso, que el mundo se sostiene a través del estudio de la
Torá, como lo dice esta Mishna, porque la Torá contiene aquel por el cual
fueron hechas todas las cosas, como está escrito:
"Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha
sido hecho, fue hecho" (Iojanan - Juan 1:3)
"El es la imagen del Di.s invisible, el
primogénito de toda creación. Porque en
él fueron creadas todas las cosas,
las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos,
sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las
cosas, y todas las cosas en él subsisten"
(Colosenses 1:15-17)
Por lo que cuando hablamos del estudio de
la Torá, desde el nivel más simple (peshat-literal), el objetivo de dicho
estudio será llevar a la persona, hasta su nivel más elevado, pasando por todos
los 4 niveles básicos de interpretación, el nivel "secreto" o
"sod", el cuarto nivel, llevara a la persona a las materias más
ocultas de la Torá cuyo contenido nos revela la manera en que Hashem gobierna
los mundos celestiales y espirituales, los cuales a su vez subsisten, en aquel que es la imagen de HaQodesh Baruju, él Mashiaj.
Por lo tanto, estudiar Torá, es uno de los
pilares del mundo, como lo dice está Mishna, porque en realidad todo lo creado
subsiste en aquel de quien la Torá da testimonio en su nivel de estudio más
elevado. Solo en el Mashiaj está contenida toda esa realidad superior y
espiritual a través de la cual, todos los seres humanos nos nutrimos, y es por
eso que está escrito que él es la imagen del Di.s invisible, ya que todo lo creado
subsiste en él.
Este es el objetivo más importante del
estudio y cumplimiento de toda las palabras de la Torá: revelarnos al Mesías y que su fuego more en nosotros. Esto
es muy interesante, ya que cada vez que la persona logra ver al Mesías dentro
de las escrituras, podrá conectarse con los mundos espirituales, sobre todo,
con el mundo del Mashiaj, quien habita sentado a la diestra de Padre. Esto le
permite a la persona ser asistido por el Ruaj HaQodesh que desciende del mismo
lugar de gloria, dándole a la persona "vida" del mundo venidero. Como
está escrito:
"Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras
nos hablaba en el camino, y cuando nos
abría las Escrituras? (Lucas 24:32)
Los varones que iban por el Camino Emaus, a
los cuales Yeshuá les habría las escrituras comenzando por la Torá y luego los
profetas, fueron investidos con ese poder
en forma de fuego que hizo arder sus corazones. Esto nos muestra que una
verdadera interpretación de la Torá, conecta a la persona con las realidades
espirituales del Mashiaj Yeshuá, lo que finalmente hace que esa persona se
beneficie del Mashiaj y lo que por él es sustentado.
La presente Mishna revela que el mundo
tiene como uno de sus pilares, el estudio de la Torá, sin embargo nosotros
hemos visto que él mundo fue creado con este objetivo para que través del
estudio de la Torá, el ser humano pueda conectarse con las realidades
celestiales y espirituales, de las que un día fue separado, y que dependen del
Mashiaj Yeshuá. Toda vez que la persona llega a este conocimiento elevado de la
Torá, en realidad está conectando con él Mashiaj y las cosas que a imagen de él
fueron creadas.
El servicio Hashem....
Nos cuentan los sabios que mientras existía
el Beit HaMikdash en pie, el mundo se bendecía por el merito de los korbanot.
Cuando el Templo fue destruido el servicio Hashem que se ejecutaba a través de
las ofrendas fue sustituido por la tefila. Por esta razón está escrito:
“Y ahora, Israel, ¿qué requiere de ti el
SEÑOR tu Dios, sino que temas al SEÑOR tu Dios, que andes en todos sus caminos,
que le ames y que sirvas al SEÑOR tu
Dios con todo tu corazón y con toda tu alma” (Debarim-Deuteronomio10:12)
Servir a Hashem con el corazón equivale a
la acción de la Tefila, y la Tefila equivale a las ofrendas del Beit HaMikdash.
Esto también lo podemos desprender de las
palabras de nuestro amado Mesías Yeshuá, que enseño que el Templo es una casa
de oración:
“Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para
todas las naciones? Mas vosotros la
habéis hecho cueva de ladrones” (Marcos 11:17)
Este pasaje nos muestras dos cosas muy
importantes: En la casa de Hashem se puede servir al Eterno con oraciones a
falta de los Korbanot. Y también que no solo Israel o los judíos pueden servir
a Hashem a través de las oraciones, sino que como dijo nuestro amado Mesías:
“Casa de oración para todas las naciones”. Todos por lo tanto, pueden ser
siervos de Hashem, en cualquier parte del mundo, solo basta hacerlo con todo el
corazón.
Tenemos por lo tanto que la tefila es un
servicio a Di,s, bendito es él. Si somos siervos de Hashem, la oración es una
obligación diaria, como lo eran las ofrendas en el Mishkan en el Beit
HaMikdash. Tres eran los sacrificios obligatorios que debían ofrendar los
Cohanim en el templo, y debido a esto, es que los Rabinos instituyeron las tres
oraciones diarias: Shajarit en la mañana, Minja por el medio día tarde, y Arbit
en el anochecer. Estas tres oraciones constituyen un pilar para el mundo, y los
siervos de Hashem le sirven elevando diariamente estas oraciones.
¿Pero como confirmar con las enseñanzas de
Yeshuá, que la tefila es el servicio a Hashem? Dentro del pasaje de la
tentación del Satán a nuestro amado Mashiaj, vemos que él respondió claramente
que postrarse para orar o adorar es un servicio que solo se le debe dar al
Santo Bendito. Como está escrito:
“Y le dijo: Todo esto te daré, si
postrado me adorares. Entonces Yeshuá le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a
él sólo servirás” (Mateo 4:9-10)
Debemos por lo tanto seguir un patrón claro
de servicio a Hashem por intermedio de la Tefila diaria, la cual debe hacerse
con verdad, porque está escrito: “Cercano
está Hashem a los que le imploran, a los que le ruegan de verdad” (Salmos-Tehilim
145:18) Esto es importante destacarlo, ya que es cierto que nuestros sabios han
instituido las tres oraciones como reemplazo de los tres Korbanot que se hacían
en el templo, ¿Pero qué sucede cuando las tres oraciones no se hacen con verdad
y desde el corazón? Es ahí cuando las palabras del profeta se hacen una espada
contra los que sin honestidad le buscan:
“Pues se ha acercado a mí este pueblo con
su boca y sus labios me han honrado, y
su corazón se encuentra lejos de mi” (Isaías 29:13)
Es una necesidad nuestra servir a Hashem
con la oración constante, como está escrito en las cartas de los emisarios de Yeshuá:
“Orando en todo tiempo con toda oración y
súplica en el Espíritu, y velando en
ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:18)
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego,
con acción de gracias” (Filipenses 4:6)
“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias”
(Colosenses 4:2)
Cada vez que nos acercamos para elevar
nuestros agradecimientos y suplicas al todo poderoso, estamos sosteniendo al
Mundo, como lo dijera también el sabio Iaacov (Santiago): “La oración eficaz del Justo puede mucho”. La enseñanza de la
oración constante y obligatoria, que tiene carácter de Mishna, y que según
Simón el Tzadik es uno de los pilares del mundo, está totalmente relacionada
con las enseñanzas de Yeshua y sus shelijim.
Los actos de caridad
Los actos de caridad son una base del mundo
porque sin ellos el mundo no podría existir. Un mundo colmado de egoísmo y
violencia como lo fue el mundo de los días Noé sucumbió al juicio de Hashem,
pues la tierra se había llenado de todo tipo de violencia, pero las obras de
caridad permiten que el mundo tenga sentido de existencia. Tan importante son
las buenas obras, que los rabinos nos han enseñado que tres cosas permiten que
los edictos severos celestiales se anulen: “Teshuva, Tefila y Tzadaka”, el
último de estos tres corresponde a las buenas acciones hacia el projimo.
Las enseñanzas del Judaísmo están llenas de
exigencia respecto de las obras de caridad, y nuestros escritos mesiánicos que
también son Torá contienen muchas enseñanzas al respecto.
Nuestro amado Mesías Yeshuá enseño:
"Cuando el Hijo del hombre venga en su
gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de
gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los
unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las
ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los
de su derecha: "Venid, benditos de
mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la
creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y
me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me
vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme."
Entonces los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y
te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero,
y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la
cárcel, y fuimos a verte?" Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que
cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo
hicisteis." (Mateo 25:31-40)
Las ovejas que ayudaron a “los pequeños” en
la enseñanza de Yeshuá tuvieron el merito suficiente de ser declarados
“benditos de Padre”, y no solo, fueron meritorios de heredar el mundo venidero,
cuanto más entonces fueron pilares de este mundo.
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