viernes, 26 de septiembre de 2014

Una gran nube de testigos


Esta semana estudiamos la Parasha Haazinu, que literalmente significa "prestad oído", es la penúltima porción de la Torá y está basada en el cantico de Moshé. En ella, leemos las siguientes palabras, en las cuales basaremos nuestro comentario. Leemos en el bendita Torá:

"Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca" (Debarim 32:1)
He puesto en rojo las expresiones "escuchad, cielo" y "oiga la tierra", ya que en estas palabras se esconde un misterio muy importante, ¿Porqué Moshé llama a los cielos y a la tierra como testigos contra Israel? Antes de comenzar Moshé su hermoso cantico, dijo a Israel las siguientes palabras:

"Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia" (Debarim - Deuteronomio 30:19) ¿Son los cielos y la tierra un ente vivo, es decir, PERSONAS, que pueden servir como testigos contra el pueblo de Israel? Según la Torá y las leyes del testimonio, se necesitan a los menos 2 personas para que el testimonio sea legalmente válido, como está escrito:

"No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación" (Debarim - Deuteronomio 19:15
La Torá establece que se necesitan a lo menos 2 testigos, dos personas, que acusen a otra persona respecto de alguna ofensa, pecado, delito cometido. De esta manera es que el cielo y la tierra, son DOS testigos contra Israel, cumpliendo la exigencia mínima de la Torá para que una acusación sea tomada en cuenta, y así sea analizada por el tribunal celestial competente.

La palabra "testigo en hebreo" se escribe ( "עד" ) (ed), y tiene las mismas letras que (עַד) (ad) que significa "ETERNO" , esto nos enseña que en realidad tras estos dos testigos, que son el cielo y la tierra está el ETERNO. Y que estos dos testigos representan al Eterno, y tienen una misión muy especial: Anotar las acciones de todo Israel, el pueblo del Eterno, para efectos de acusar o defenderlos, de que efectivamente Hashem puso delante de su pueblo la maldición, la muerte, la bendición y la vida.

Sin embargo, aún no entendemos como Moshé, presenta contra Israel, (y porque no también, "a favor de Israel", en el caso de su obediencia a la Torá), al cielo y a la tierra, cuando en realidad el cielo tal cual lo vemos, y la tierra tal cual la pisamos, NO SON PERSONAS. Por lo que entonces, la ley del testimonio, que se exige en la Torá no se puede cumplir, y Moshé no podría presentar testigos validos delante del Eterno, en contra o a favor de Israel. Sin embargo, esto es mucho más profundo de lo que a simple vista leemos.

Como ya hemos enseñado en otras ocasiones, la Torá tiene muchos niveles de interpretación, y ahora en el nivel derash, comprenderemos que en realidad los cielos y la tierra son efectivamente personas, pero no como nosotros, sino que personas celestiales. Potentes ángeles que tienen una misión muy importante.
Por esta razón es que en varias ocasiones leemos en el libro de revelaciones pasajes como estos:

"Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios" (Apocalipsis 19:17)


Tenemos por tanto, que hay un ángel en pie en el sol, que es el encargado de cuidar al sol y ejecutar las leyes que lo gobiernan. Y que por su orden, al sol, le será permitido quemas a los hombres, como está escrito: "El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego" (Apocalipsis 16:18)

Y también leemos: "Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano" (Apocalipsis 20:1)

En el siguiente versículo leímos que hay otro ángel, que tiene las llaves del abismo, y el poder de echar en él, a los que han sido predestinados a morar eternamente en ese lugar.

Estos nos muestra cómo es que HaShem gobierna y administra la realidad espiritual, que equivale a un 99% de lo que nosotros NO conocemos, y que está regida y gobernada por ángeles del Eterno, que ejecutan sus juicios y sus órdenes.

Para una mejor compresión, veamos un par de ejemplos más:

"Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego" (Apocalipsis 14:18)

"Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión" (Apocalipsis 14:18)

Son muchos los pasajes como estos en el libro de revelaciones, donde vemos que los malajim (mensajeros) del Eterno, gobiernan sobre distintas esferas espirituales con dominio sobre las cosas físicas. Por lo que entonces, cuando leemos el cantico de Moshé Rabenu, diciendo a los cielos y a la tierra que oigan los dichos de su boca, llamándolos como TESTIGOS, en realidad, lo que estamos leyendo es que Moshé se está dirigiendo a las potencias angelicales que dominan en esas realidades espirituales. Moshé está llamando al Malaj que domina sobre el cielo y al Malaj que domina sobre la Tierra a ser testigos contra Israel.
Viéndolo desde este punto de vista, podemos comprender mucho mejor el famoso pasaje de la carta de a los hebreos, que nos habla acerca de la muchedumbre de testigos que nos rodean:

"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" (Hebreo 12:1)
En consecuencia, son en realidad millones de millones de ángeles, aquí en esta mundo y allá en los mundos celestiales, los testigos que componen toda esta inmensa nube, que nos acusa o nos defiende, delante del Creador, bendito sea.

Como está escrito:

"El convoca a los cielos desde lo alto, y a la tierra, para juzgar a su pueblo" (Tehilim - Salmos 50:4)

"Oíd, cielos, y escucha, tierra, porque Hashem habla: Hijos crié y los hice crecer, mas ellos se han rebelado contra mí" (Ieshayahu - Isaías 1:2)


Con todo esto que hemos visto, y a pesar de que somos menores que los ángeles, si el ser humano cumple la voluntad del Creador, Hashem le dará la autoridad, como a Moshé, para que la creación entera se sujete a él. Recordemos entonces lo que dijo Moshé: "Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca". Es decir, sujétense a mí, oigan ahora a este hombre, en otras palabras.

Como vemos, un simple hombre, pero un GRAN JUSTO, puede sujetar a él toda la creación y a sus jefes principales (los ángeles) a su palabra y orden, porque toda la creación fue diseñada para que el hombre sea el REY de ella, ¿Cuando? Cuando el Adam se sujeta a su Creador obedeciéndole. Como lo hiciera Moshé dividiendo las aguas del Mar, como lo hiciera nuestro amado Mesías Yeshuá, caminando sobre las aguas, y en otra oportunidad, con su sola palabra, calmando la tempestad. Como lo hicieran muchos grandes tzadikim en las escrituras: Iehoshúa deteniendo el sol, Elihayu orando para que no lloviera, El profeta Elishá convirtió tierra seca en torrentes de agua, etc.

Estamos en medio de los Iamim Noraim (días temibles), a tan pocos días del gran día de Iom HaKipurim, el día de las expiaciones, justo en estos momentos, una gran nube de testigos celestiales trabajan delante del Creador. Los libros de las vidas, corren de aquí para allá, mientras nosotros estamos expectantes, y compungidos internamente, anhelando que seamos considerados con misericordia por el tribunal celestial, y así ser sellados para vida.

Shabat Shalom.

No hay comentarios:

Publicar un comentario