Pues
bien, el problema está y ha estado siempre en la forma, manera y métodos de
estudiar los dichos, enseñanzas y acciones del personaje histórico real llamado
Yehoshúa. Este personaje nació aproximadamente en Israel en el siglo I e.C,
vivió en Israel, habló Hebreo y Arameo el idioma de Israel, su ministerio fue
en Israel, sus enseñanzas fueron dirigidas a israelitas, su fe era israelita.
¿Qué era lo natural para estudiar sus palabras, dichos y enseñanzas? Pues
estudiar el contexto religioso, cultural e histórico en el que Yehoshúa el personaje
real interactuó. Y no hay que dar muchas vueltas, su contexto religioso era el
judaísmo del periodo del segundo Templo, su cultura era la cultura judía, su
contexto histórico el de un pueblo de Israel bajo el dominio romano. La
diferencia entre Yeshúa y Jesús, es que Jesús el Cristo cristiano nació desde
conceptos greco-romanos, de filosofía greco-romana, el Yeshúa real e histórico
fue revestido de la cultura greco-romana, los conceptos de divinidad, fe,
deidad, fueron aplicados desde la perspectiva greco-romana y aplicadas a la
realidad hebraica de Yeshúa el personaje real, el resultado de asimilar todos
estos conceptos y todas estas perspectiva GRECO-ROMANAS tuvo como resultado a
un “Cristo Cristiano” Mírelo de esta manera:
¿Qué
sucedería si su maestro de historia le pide un ensayo bibliográfico sobre un
personaje real de los Estados Unidos de América? Analice lo siguiente, si usted
tuviera que hacer este ensayo sobre Abraham Lincoln ¿acaso abordaría la
historia desde la perspectiva, británica? ¿Acaso su sapiencia le indicaría
abordar y entender las palabras de Abraham Lincoln desde la perspectiva
mexicana de la época? ¡Verdad que no! Pues amigos míos, la religión posterior a
los primeros seguidores de Yeshua, hizo exactamente eso, asimiló, entendió y
usó métodos diferentes a los hebraicos para comprender las palabras, enseñanzas
y acciones del personaje judío llamado Yeshúa, que vivió en Israel en el siglo
I e.C. el resultado es una distorsión teológica (por usar este término
familiar) entre el personaje real hebraico y una invención greco-romana.
La
diferencia pues entre Yeshúa y Jesús es una diferencia teológica, una
diferencia de 2000 años, una diferencia entre el día y la noche, una diferencia
entre lo que es real y lo que es inventado, una diferencia entre el pensamiento
hebraico y el pensamiento helénico.
shalom
ResponderEliminarmuy bien..breve pero contundente...