Parashá 38 Kóraj
Números 16:1 – 18:32
La Humildad la cualidad más elevada
Shalom Javerim:
בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos
estudiando esta semana la parashá “Koraj” (depilado). En esta
oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de
nuestra bendita Torá:
וַיִּקַּ֣ח קֹ֔רַח בֶּן־יִצְהָ֥ר
בֶּן־קְהָ֖ת בֶּן־לֵוִ֑י וְדָתָ֨ן וַאֲבִירָ֜ם בְּנֵ֧י אֱלִיאָ֛ב וְאֹ֥ון
בֶּן־פֶּ֖לֶת בְּנֵ֥י רְאוּבֵֽן׃
“Koraj, hijo de
Itzhar, hijo de Kehat, hijo de Leví, tomó, así como Datán y Abiram, hijos de
Eliab y On hijo de Pélet, descendientes de Reubén”. (Números 16:1)
Nuestra parashá comienza
diciendo: וַיִּקַּ֣ח קֹ֔רַח “tomó Koraj”, ¿Qué
es lo que tomo? – Hay varias explicaciones del porque la Torá comienza diciendo
“tomó”. En esta oportunidad usaré la explicación de Rashí, que nos servirá para
nuestro comentario: “Se tomo a sí mismo”. Es decir, él con su orgullo y anhelo
de poder, se perjudico a sí mismo, cambiándose de posición con respecto a las demás
personas del pueblo de Israel que mantenían su humildad.
Rashí comenta: Se “tomó” a si
mismo a un lado distinto del ordenado por Dios, con el propósito de separarse
de la asamblea para protestar sobre la kehuná. Y a esto se refiere el tárgum de
onkelós al traducir la expresión: וַיִּקַּ֣ח por “se separó”, queriendo decir
que se separó del resto de la asamblea.
Y de todo esto aprendemos que
la rebelión causada por perseguir el honor, que no es más que la “ilusión” que
engaña a la persona haciéndola pensar que ella es merecedora de tal posición de
honor, separa a la persona de la congregación. Por lo cual, cada vez que nos
hallamos separados de la comunidad, por alguna disputa, es urgente que nos
revisemos para no ser como el corazón de Koraj, que se separa de la comunidad.
Siempre que la persona
mantiene una “majloket” (discusión), termina por separarse de la comunidad. Las
escrituras nos invitan a “seguir la shalom” con todos”, y no la “majloket”.
Quien “toma”, como Koraj, su persona y la coloca en la posición de “contrario”
a la autoridad de la comunidad, o contrario a la misma comunidad, termina solo
y humillado como sucedió en la historia de nuestro parashá a Koraj y todo su sequito.
La persona que se rebela ante
la autoridad o que todo el tiempo está en “discusiones” en contra de las
personas o de la autoridad, está sometida a un engaño, cuyo poder se basa en un
espíritu de superioridad que lo domina. Haciéndole creer que él tiene “derecho”
por lo que su reclamo es justo, o que tiene “razón” y “verdad” por lo que su posición
es la correcta. Pero no admite que en realidad hay realidad en su interior que lo
lleva a tener un alto concepto de sí mismo, respecto de los demás.
Koraj es el tipo de la “búsqueda
de honor”, la vana gloria humana. Por otro lado, en la Torá, Moshe rabenu es el
tipo de la “humildad”, y la gloria de HaShem. Por eso está escrito de Moshé: “y
él era el hombre más humilde de la tierra”.
Cuando servimos al Eterno solo
por el honor de la gloria de HaShem, aun cuando le mismo, no recibe gloria de
hombre (pues no la necesita), entonces nos transformamos en SERVIDORES, a los
cuales no les interesa la búsqueda de posiciones ni de honor, porque el solo
servicio a HaShem ya constituye un premio para la persona humilde.
¿Podríamos pensar que servir es
el mayor rango de todos? Por supuesto que sí. ¿Pero acaso Koraj no quería servir
a HaShem? Por supuesto que sí, pero solo en segunda instancia, porque su real
motivación era el “supuesto derecho” que el sentía que tenia en la kehuna. Por
lo que el verdadero servicio al Eterno es en primera instancia la
concienciación de que no buscamos honor de hombres, ni posiciones dentro de las
comunidades, sino que simplemente servimos a los demás y a HaShem, porque para
eso fuimos creados, y eso ya constituye en si mismo un inmenso pago de parte
del Eterno.
La humildad es la cualidad más
elevada e importante de todas, y es por eso por lo que la Torá se detiene en
decirnos que Moshé rabenu era el hombre más humilde de toda la tierra. Y cuando
al Mesías Yeshúa le dicen: “maestro bueno”, él responde: Solo “Dios es bueno”. Pero
cuando habla acerca de la humildad y la mansedumbre, Yeshua dice: “imítenme a
mí que soy manso y humilde”. Mostrándonos que la humildad es la cualidad
más elevada e importante de todas.
Si el Mesías Yeshúa dice: “Imítenme”
en cuanto a la cualidad de la humildad, es porque se puede aprender de ella
copiando a las personas humildes. Asimismo, Koraj contagio su “soberbia” a la comunidad
que los siguió en su rebelión. Debemos por tanto ascender en la escalera de las
cualidades IMITANDO a las personas que nos llevan más camino y recorrido en el
desarrollo humano y espiritual.
La Torá nos muestra entonces
esta cualidad de la humildad en Moshé y en Yeshúa, en contraposición de Koraj y
su sequito que transmiten la más alta altanería, enseñándonos que para alcanzarla
se debe TRABAJAR en ello.
La Tora nos dice: “sed santos
porque yo soy santo”. De aquí aprendemos que HaShem quiere que nos superemos a través
de imitarlo a él. Y es que HaShem es el REY humilde de la creación, pues dice
el salmo 113:5-6:
¿Quién es semejante a HaShem, nuestro Elokim, quien mora en lo alto?
(no obstante esto – a su grandeza) observa tan abajo (es decir se humilla a si
mismo), hacia el cielo y la tierra” (tan elevado es HaShem, que no solo mirar a
la tierra lo rebaja, sino que incluso mirar los cielos). De quien aprendemos
que el mero hecho de crearnos, alimentarnos, e intervenir a diario para
nosotros, teniendo pensamientos de bien respecto de nosotros, muestra que la
HUMILDAD es la más grande todas las cualidades y que ella es intrínseca del
mismo Dios Infinito.
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אברהם בן יעקב
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