COMENTARIO PARASHA SEMANAL
Parashá 37 Shelaj Leja
Números 13:1 – 15:41
Shalom Javerim:
בס״ד - Bs”D –
con la ayuda del cielo - estamos estudiando esta semana la parashá “Shelaj Lejá”
(Envía por ti). Esta oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar
el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:
“Toda la asamblea
y profirió su voz y el pueblo lloro esa noche” (Bamidbar/Números 14:1)
El versículo que
traemos a comentar esta semana nos traslada al día del lloro sin motivo que
hizo la “asamblea” de Israel, el día que los 10 espías dieron su mal informe. Según
Rashí, cuando la torá se refiere a la “asamblea” en este versículo está
haciendo referencia al sanedrín que era la mayor autoridad del pueblo de Israel,
el órgano judío legislativo y judicial de la congregación.
Por lo que cuando
la Torá nos dice: “Toda la asamblea”, en primera instancia se está
refiriendo al liderazgo de Israel. Seguidamente el versículo nos dice: “y el
pueblo lloro esa noche”. Es decir, el pueblo siguió el ejemplo de sus
autoridades que se quejaron sin motivo alguno, imitando su mismo proceder.
De esto aprendemos
que los lideres de las comunidades tienen una gran influencia en la congregación
que presiden, ya sea una influencia positiva, si la forma de transmitir la torá
contiene una forma alentadora, o una influencia negativa, si la forma de
transmitir la torá contiene una forma desalentadora.
Y también aprendemos
que la NEGATIVIDAD se contagia. Cuando estamos cerca de una persona negativa, quejumbrosa,
nos queda solo la opción de apartarnos de esa persona, y no tomar en cuenta sus
palabras. Y mucho mejor si le corregimos, cambiando su forma negativa de entender
la vida. Ya que la base para vivir la vida debe ser, que SIN FE Y SIN
ESPERANZA, NO VALE LA PENA VIVIR.
Pero al mismo tiempo,
aprendemos que LA GRATITUD también se contagia. Quien tiene una actitud
positiva y agradecida en la vida, también podrá contagiar a los demás con su
forma positiva de entender la vida. Este tipo de personas son los lideres que
prosperan, y que tienen la capacidad de hacer crecer a sus discípulos en su
desarrollo personal y espiritual.
La queja
registrada en el episodio de los 10 espías fue la gota que rebalsó el vaso de
las ingratitudes que tuvo el pueblo de Israel. Y con esta ultima ingratitud sentenciaron
su estadía en el desierto por 40 años. HaShem les pago 1 año por los cuarenta
días que estuvieron espiando la tierra de Israel. Y es que la ingratitud de
esta generación contagio negativamente a toda una congregación matando las
esperanzas de entrar a una tierra buena, de la cual fluía leche y miel. Y es
por eso, que el castigo fue tan severo.
No debemos olvidar
que la gratitud es amiga de la fe y la esperanza. Y solo con la gratitud
podemos abrir las puertas de la bendición. HaShem había sacado al pueblo de
Egipto con mano poderosa, había dado su palabra sobre la tierra de Israel
diciendo; “es una tierra buena, de la cual fluye leche y miel”. Pero la
ingratitud, las quejas, la depresión anulan las promesas de Dios, niegan la
palabra de HaShem, por lo que como consecuencia se cierran las puertas de la
bendición.
La gratitud es la
raíz de todos los males. Porque una persona no agradecida, es una persona que piensa
que no tiene porque agradecer. Es decir, su orgullo, le cierra toda capacidad
de entender que su vida es una gota de polvo, y que nada de lo que es y tiene podría
ser sin la provisión de HaShem para su vida.
La torá dice: “y
el hombre Moshé era muy humilde, más que todo hombre que hay sobre la faz de la
tierra” (Números 12:3). ¿Por qué la Torá, nos da esta cualidad de Moshé el
siervo de HaShem y no otra? Porque la gratitud nace de un corazón humilde, y en
sentido contrario, la ingratitud y el lloriqueo gratuito nacen de un corazón
soberbio.
Cuando una persona
ve las bondades de HaShem para su vida, entonces se vuelve más humilde, porque
recapacita en el sentido de que piensa que: “No siendo merecedor de todo esto
que tengo; cosas materiales y espirituales, soy un beneficiario de HaShem, por
lo cual le debo gratitud, y mi servicio”. Por lo que vemos que la actitud es consecuencia
de la HUMILDAD y la SOBERBIA es la consecuencia de la ingratitud.
La primera acción
para corregir nuestra mala racha, nuestras vidas negativas, es justamente la
corrección de como vemos la vida, como creemos que HaShem gobierna este mundo.
Pues somos el resultado de lo creemos. Siempre que estamos en una posición de “lloriqueo”,
donde siempre somos las víctimas de las situaciones de la vida, lo que nos hacemos,
es en impedirnos el crecimiento personal y espiritual. Pero cuando la persona
comienza a aceptar la vida, sus situaciones con amor al creador, con
agradecimiento, y comprende que todo lo que está pasando es parte de la supervisión
individual que Dios tiene sobre él, es ahí en ese punto, cuando la persona
comienza a mejorar y a crecer, y estará garantizado que HaShem estará cerca de
él.
Y es por esta razón
que la gratitud es tan importante, porque a los soberbios HaShem los mira de
lejos, pero a los humildes HaShem los acerca y los exalta. En cambio, cuando
una persona es ingrata piensa que en realidad ella es merecedora de todo lo que
tiene, y que por lo tanto le deben dar aún más de lo que posee porque está influenciada
por el espíritu de la negatividad.
En cierta oportunidad,
Yeshua sano a 10 leprosos (Lucas 17:11), entre los cuales había un Samaritano,
que se devolvió a dar las gracias. Eran 10 enfermos, ¡quizás esto sea una corrección
de los “10 espías” que no dieron gracias!, pero basto con la gratitud de solo
1 de ellos, acción que “sorprendió” al maestro. Porque este que agradeció dejo
de hacer lo que todos hacen: quejarse y llorar sin motivo alguno.
El mundo es una
constante de negatividad, todos ven la vida de forma oscura, pero tu y yo, podemos
ser uno de esos que “sorprende” a Dios, dándole gracias por la vida, tal y como
está hoy. Que no nos contagien los que ven la vida negativamente, como hoy, en tiempos
de pandemia mundial. Porque en realidad, la pandemia más grande en la historia
de la humanidad es la falta de gratitud, y es ese el virus el que debemos erradicar
del mundo, porque, así como aprendimos en este parashá, la actitud negativa
y la gratitud es el virus contagioso y nocivo, más destructivo, al punto de
dejarnos fuera de las promesas eternas.
HaShem nos ayude a
entender y a mudar nuestros corazones con mucha fe, confianza, esperanza y
amor, que son los anticuerpos del virus de la ingratitud.
אברהם בן יעקב
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