lunes, 2 de agosto de 2021

Parasha Ree 5775 - La voluntad de Dios y el libre albedrío


Parashá 47 Reé 5775
Deuteronomio 11:26 – 16:17
 La Voluntad de Dios y el libre albedrío

Shalom Javerim: 

בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos estudiando esta semana la parashá “Ree" (Fíjate).  En esta oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:

“Miren que pongo hoy delante de ustedes la bendición y la maldición” (Deuteronomio – Debarim 11:26)

Durante toda la historia de la humanidad, nos hemos debatido entre la elección del bien y elegir el mal, y de hecho todo el destino de la raza humana en su momento dependió de una elección, y si no fuera por esa elección otra sería nuestra historia. ¿Pero no quería entonces Hashem, que de todos modos esto fuera así? Porque sabemos que no hay nada que se escape de su voluntad. 

En el comienzo de nuestra parasha semanal, leemos que Di.s puso delante de Israel una elección entre la bendición y el mal. Es decir, si bien la elección es de Israel, quien pone esa elección es Dios, pues el texto de la Torá dice: “ree anoji noten” “Miren yo pongo” Esto nos muestra que la voluntad de Hashem para este mundo es que exista elección y que es él quien creó un mundo basado en la dualidad.


Como bien sabemos, y hemos comentado en otras ocasiones, la primera le letra de la Torá es la (bet) (ב), cuyo valor numérico es 2. Esto nos muestra que la voluntad del Creador es que en este mundo exista la dualidad, EL BIEN Y EL MAL, hombre y mujer, Israel y las naciones, cielo y tierra, etc. Lo cual sin embargo también revela que el objetivo de esta creación es llegar a la unidad con su creador en el mundo celestial donde todo es una unidad perfecta.


Ahora bien, debido a este principio de la dualidad que gobierna a toda la creación, es que la Torá nos dice que Hashem mismo planto un jardín en eden (Encanto” en hebreo) y puso en medio del huerto del Edén un árbol llamado: “el árbol del conocimiento del bien y del mal”. Vemos entonces que todo lo que es un principio se vuelve a repetir en la Torá con su pueblo Israel. Hashem le dio una Torá al primer hombre, diciéndole: “del árbol del conocimiento del bien y del mal no podrás comer”, lo cual equivale a la Torá que Hashem le dio a Israel, y la bendición y la maldición equivale al conocimiento de la Torá que se obedece o desobedece. 

Una de las cosas interesantes dentro del tema de la elección, es que es necesario (para nosotros), desde el punto de vista, de cómo Hashem creó este mundo, que exista la elección para el ser humano, lo cual implica de que el ser humano debe tener dentro de sí la capacidad de desear o de inclinarse por el mal, y por el bien para poder elegir. Si pensamos bien, Adam y Hava no podrían haber desobedecido al Creador, sino hubieran tenido inclinación al acto prohibido. Es decir, Adam y Hava, fueron creados con una inclinación mala y buena, que les permitiría elegir obedecer la instrucción divina, respecto de no comer del fruto del árbol del bien y del mal. Esta idea es totalmente contraria a la teología del pecado original, pues aprendemos que no se trata de un pecado original, que influencia a la persona hacia el mal, sino que simplemente Hashem nos creo con dos características marcadas en la naturaleza del alma: El deseo por el bien y el deseo por el mal, la libre elección. Una persona por más elevada que sea en su vida espiritual tendrá siempre la oportunidad de elegir si seguirá el bien o el mal. Y de este mismo modo, Adam y Hava, siendo la imagen más cercana al creador en este mundo, y viviendo cosas que no sabemos ni podemos entender, tuvieron la posibilidad de elegir entre obedecer y no obedecer, entre el bien y el mal, entre la bendición y la maldición.

Esto nos muestra que la inclinación al mal es en realidad “buena y necesaria” ¿Pero cómo, y en qué sentido? Vemos que en el primer capítulo del libro de Génesis- Bereshit, Hashem dijo respecto de lo que había creado: “Elohim Ki Tov” “Vio Di.s que era bueno”. Vio Hashem que lo había creado era BUENO, sin embargo en el sexto de día de la creación, cuando Hashem había terminado toda la obra de su creación, y creado como corona de su creación, al hombre y la mujer, nos dice la Torá que “VIO DIOS TOLO QUE HABIA HECHO Y RESULTA QUE ERA MUY BUENO” (Genesis Bereshit 1:31). Como vemos, respecto de todas sus creaciones Hashem había dicho que todo era BUENO, pero cuando había creado al hombre y a la mujer al final de toda la creación, dijo: “TOV MEOD” “MUY BUENO”. Y como sabemos, toda la creación fue creada para el hombre, quien siendo el jefe de la creación contiene dentro de sí una inclinación al bien y al mal, por lo que cuando Hashem dijo que “Tov Meod” está también hablando de la capacidad de “elección”, ambas inclinaciones que dentro del hombre. 

Creemos que no hay cosa más mala en el ser humano que su mala inclinación, pero debemos saber que en realidad está mala inclinación es parte del TOV MEOD de Hashem. Y por lo tanto, la persona debe llegar al punto espiritual donde usa su mala inclinación para ponerla al servicio del bien y no del mal.

Aunque parezca descabellado esto que estamos diciendo, está registrado en el Talmud específicamente en el tratado de Yoma, en forma de hagada, que una vez los sabios lograron encarcelar al Ietzer Hará, tres días más tarde buscaron un huevo recién puesto, y no pudieron hallar uno en toda la tierra. Los sabios se dieron cuenta que si no liberaban al ietzer hara el mundo seria destruido, pues nadie más nacería. Si el deseo o Ietzer, ya sea para el bien o el mal, entonces, nadie podría casarse, engendrar hijos, hacer una casa, participar de un negocio. El deseo, en sí mismo es TOV MEOD. "Vease Midrash"(Bereshit Rabá 9: 7)


Otro ejemplo de esto lo hallamos en la guemará (Tratado Berajot 54a), donde se enseña que el mandamiento "Amarás al Señor tu Dios con todo su corazón" (Devarim 6: 5) se refiere a "los dos impulsos: “El buen impulso y el impulso del mal". Aprendemos entonces que cuando la persona usa sus malos deseos en pos del bien y no se deja dominar por ellos, lograra servir a Hashem con su corazón, y todo será Tov Meod (muy bueno).


Ahora bien, si profundizamos un poco más en este tema, podríamos preguntarnos: ¿Si en realidad la forma en la que Hashem nos creo es muy buena, porque entonces a nosotros nos parece que no todo es bueno? Naturalmente esto escapa a nuestro entendimiento. El ser humano tiene una libre elección, pero Hashem que dice que todo BUENO en sobre manera, no quiere que elijamos el mal sino que el bien. Es muy claro en la Torá que él demanda que nuestra elección sea la obediencia a sus mandamientos, luego como entonces, si tenemos la posibilidad de elegir desobedecerle, él llega a decir que todo es muy bueno. 

Pero podemos explicarlo de la siguiente forma:

Antes de profundizar un poquito en este tema, quiero aclarar que la Torá y Hashem quiere que nuestra elección sea por el bien:

“Y ahora, Israel, ¿qué es lo que pide de ti HaShem tu Dios? Solamente esto: que reverencies a HaShem tu Dios, que camines solamente en sus sendas, que lo ames, y que le sirvas a HaShem tu Dios con todo tu corazón y tu ser” (Debarim – Deuteronomio 10:12)

“Llamo al cielo y a la tierra por testigos contra ti hoy: He puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge la vida –si quieres vivir tú y tu linaje” (Debarim - Deuteronomio 30:19)

A pesar de que el PONE la ELECCIÓN a nuestra merced, él quiere que nosotros elijamos la vida. Esto nos muestra que en este mundo, a pesar de que para él todo es TOV MEOD, para nosotros no todo es TOV MEOD, y por lo tanto debemos hacer una diferencia entre el bien y el mal, y elegir la vida y no la muerte.

Según el concepto de Di.s en la cabala, el Eterno es llamado “EIN SOF” (sin fin o infinito) 

Ese lugar infinito es donde según las escrituras HaShem no tiene sobra de variación, y todas las cosas, absolutamente todas son buenas, porque ÉL es la fuente de todas las cosas. Como está escrito:

“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:36)

“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago – Iaacov 1:17)

En el Ein Sof, TODO es una simple unidad. No hay ninguna sobra de variación. Ahí no hay variaciones entre el bien y el mal y tampoco hay elecciones. Pues Hashem no necesita decidir, ni hacer elecciones entre lo uno y lo otro. Ya que todo lo que hay ahí, es una unidad simple, no compuesta de nada. Tenemos entonces que es una luz o realidad espiritual inaccesible, donde no podemos entrar con nuestros pensamientos, más allá de lo permitido, lo conocemos como SIN FIN. En ese nivel de concepción de Di.s, bendito sea, todo es TOV MEOD y todo lo que sucede abajo, absolutamente todo, se origino ahí, porque todo es de él, para él, y por él. Esto es conocido en la cábala como Ratzón Hapashut – La voluntad simple. Como está escrito:

“Que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Hashem soy el que hago todo esto” (Isaías 45:7)

Como vemos, todo emana de él, la luz y la oscuridad, todo es decidido antes por nosotros allá en la voluntad simple del ein sof, ahí todo es bueno, y forma parte del infinito. PERO AÚN ASÍ, para nosotros hay una ELECCIÓN.

Es decir, no obstante TODO ES PARTE DE LA VOLUNTAD SIMPLE DE HASHEM, manifestada en el ein sof, ÉL se revela al mundo a través de distintos atributos (limitados), por el solo hecho de TENER VOLUNTAD, pero esta voluntad no se trata de la misma voluntad simple del ein sof, donde todo es de ÉL y donde todo es BUENO, sino que se trata de una que emana del ein sof, y que en la cabala se conoce como la voluntad limitada de Hashem o el Ratzón HaPashut.

Esta voluntad limitada, no es como la nuestra, que está sujeta a necesidades y que luego cambia, ya que Hashem no tiene necesidad de nada, por lo tanto el origen de su voluntad no es una necesidad, sino que simplemente existe porque él quiso que existiera. 

Y como está escrito: 

“Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad” (Santiago – Iaacov 1:8)

La voluntad limitada de Hashem, tiene como función revelarse a una creación llena de límites. Por ejemplo: Hashem es Padre, Hashem es Bueno, Hashem es Juez, Hashem es Grande, todos estos atributos revelan lo que en esencia Hashem es, pero ninguno de ellos pueden enmarcar al Dios infinito que está lejos de toda concepción humana. Es decir, estos atributos limitados son para efectos de que nosotros podamos entender a este Dios ilimitado que se revela a nosotros, en nuestro lenguaje para que podamos comprenderle.

Ahora bien, está voluntad que él tuvo de crearnos (sin necesitarnos), sabiendo que a pesar de todo elegiríamos el mal y no el bien, emana de la voluntad simple de Hashem, del ratzón Hapashut, pero se manifiesta como él Ratzón Hamugbal o VOLUNDAD LIMITADA, motivándonos a que no elijamos el mal sino que el bien, la vida en vez de la muerte. 

Una persona puede pensar dentro de sí, que hará lo que él quiera, porque al final todo lo que hace, es la voluntad de Hashem. Pero este mundo no ha sido diseñado para vivir en consecuencia de ese entendimiento de la voluntad simple, sino que este mundo ha sido creado para vivir dependiendo de la voluntad limitada del Creador, en donde gobierne el poder de la elección. Por esta razón, tenemos el árbol de la ciencia del bien y del mal, y esta semana, en nuestra parasha se nos pone delante de nosotros la bendición y la maldición, la vida y la muerte. Nos dice Hashem: “escoge pues la vida” Y este mandamiento, sin lugar a dudas, ha sido dado para seamos felices en un mundo muy complejo, donde a lo malo llaman bueno y a lo bueno llaman malo. Que él santo bendito es, nos ayude elegir siempre el bien y la vida, y así logremos tener acceso al árbol de la vida que nos fue quitado cuando en este mundo hicimos una mala elección.

אברהם בן יעקב

3 comentarios:

  1. He encontrado todomuy interesante, Me gustaría poderleer la Torá , pero9 no sé Hebreo. La puedo encontrar en Español? Jose Naim Wolf

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  2. Mi verdadero nombre es otro utilizo este porque aquí en España no puedo usar el mio; he recibido insultos, vejaciones disgustos y muchísimos problemas cuando usé al principio mi verdadero nombre. Toda mi familia es Catolica y mis conocidos también. yo me siento hebreo desde niño y he sido Kibbutzim . Shalom

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  3. muy interesante,muy buen estudio,gracias por compartir,shalom!

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