COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL DE LA TORÁ
פרשה ויחי
Parashá n° 12 Vaiejí
Bereshit-Génesis 47:28 – 50:26
Parashá n° 12 Vaiejí
Bereshit-Génesis 47:28 – 50:26
Shalom
Javerim (amigos):
Esta
semana estudiamos la porción “vaieji” “y vivió. En esta oportunidad quisiera
comentar el siguiente pasuk (versículo). Cuando Yaacov estaba por morir, tomo
en sus brazos y piernas a los dos hijos de Yosef; Efraim y Menashe a los cuales
bendijo de la siguiente manera:
Leemos en
nuestra sagrada Torá:
“Que el ángel que me libra
de todo mal, bendiga a estos jóvenes” (Bereshit/Genesis 48:16)
¿Qué es
lo que dirías a tus nietos, e hijos antes de morir? ¿Con que palabras
terminarías tus días en este mundo para ellos?
Las palabras de Yaacov nos muestran la importancia de tener presente
siempre, a pesar del pasado, y del futuro lleno de dudas, que siempre está
ahora presente para nosotros la providencia y supervisión divina.
La
expresión: “Que el ángel que me libra” está dicho en tiempo presente, y
eso a pesar de que él está a punto de morir. Porque incluso en las últimas
horas de vida una persona que tiene presente a HaShem en todos sus caminos,
sabe que la supervisión divina está presente y es real, como si estuviera en la
plenitud de su juventud.
Notemos
que la porción semanal comienza diciendo: “y vivio Yaacov” para de
inmediato pasar a decirnos “Los años de su vida fueron 147” Mostrándonos
así que hasta en el último respiro de la vida de Yaacov, estaba presente para
Yaacov: “el ángel que me libra de todo mal”. Lo cual debe interpretarse
como la supervisión particular e individual que él gozo todos los días de su
vida. Es decir, Yaacov sabia y tenía conciencia que finalmente su vida fue en
realidad producto de la intervención divina activa.
¿Cuánto
es lo que nosotros sabemos respecto de la intervención individual de HaShem en
nuestras vidas, lo logramos notar a diario?
Si
volvemos más atrás en la vida de Yaacov recordaremos las siguientes palabras
que recibió HaShem bendito sea, en la parasha vaietze:
“He aquí yo
estoy contigo, te protegeré donde quiera que vayas, y te hare retornar a
esta tierra; pues yo no te abandonare, hasta que haya hecho lo he hablado
respecto de ti” (Bereshit/Genesis 28:15-16)
La
promesa de HaShem de estar con Yaacov todos los días de su vida, ¿Qué
garantizaba? Según el mismo pasaje, el compromiso de Yaacov hacia HaShem fue:
“Entonces
hizo Yaacov un voto diciendo: Si ha de estar HaShem conmigo, protegiéndome en
este camino por el que estoy yendo, dándome pan para comer y ropa para vestir,
si he de retornar en paz a la casa de mi padre, y ha de ser HaShem Dios para
mi” (Bereshit/Génesis 28:20-21)
Sin lugar
a dudas, HaShem cumplió cosas básicas de la existencia de Yaacov, cuido su vida
de sus enemigos, recordemos el episodio con su hermano Esav. Le dio comida y
sustento siempre, aun cuando falto, recordemos el episodio de la hambruna en
tiempos de Yosef como visir de Egipto. Y su vestido nunca falto ni para él,
para sus hijos. Esto era para Yaacov que HaShem cuidara de él, y que la
supervisión divina estuviera presente, en cosas tan básicas como estas. Ahora
bien, ¿era esto básico o al revés, la confianza de Yaacov era tan grande en
HaShem, que, si él veía que estas cosas eran cubiertas, entonces eso quería
decir que en los mas trascendente también HaShem le acompañaría? Para Yaacov si
no le falto, cuidado, pan ni vestido, era una señal clara de la supervisión
divina, aun cuando todo pareciera estar en su contra. ¿Acaso no es así? Que
HaShem cuida de todos los seres humanos, dándoles sol y lluvia, ¿Cómo no
cuidaría de él, luego de aparecérsele y prometerle estar con él siempre?
Sin embargo,
vemos que la vida de Yaacov tuvo episodios sumamente tristes y difíciles:
Huye de
la casa de sus Padres, por temor a su hermano Esav.
Llega a
casa de Laban, donde es engañado respecto de la esposa que había elegido,
sumándole a su paga 7 años sobre 7 años ya trabajados. Incluyendo todos los
abusos que tuvo que soportar de parte de su suegro.
La mujer
que amaba, Rajel, por la cual había esperado 7 años, que le parecieron pocos,
porque la amaba, muere en el camino a corta edad, luego de escapar de casa de
su suegro Laban, justo cuando daba a luz a su hijo Biniamin (Benjamin)
Su hija
Dina es violada y ultrajada, respecto de este suceso sus hijos toman venganza
causando una masacre.
El hijo
de su amada Rajel, e hijo de su vejez, Yosef, es dado por muerto y vive con
esta idea durante 13 años de su vida.
Al final
de su vida, finalmente le pregunta Paró a Yaacov: “¿Cuántos son los días de los
años de tu vida? En otras palabras “¿Cuántos son los días de alegría de tu
vida?” Y el responde: “Pocos y malos han
sido los días de los años de mi vida”. La respuesta de Yaacov es una respuesta
cruda y triste, pues respecto de sus antepasados el cumplió su misión en el
mundo con menos alegría que la de sus Padres.
Volvemos
a preguntarnos entonces ¿Qué garantizaba que HaShem le prometiera estar con él?
Justamente eso, que estaría con él, cuidándolo, sacándolo delante de todas las
difíciles experiencias que tendría que vivir, enseñándole a tomar cada
experiencia como un aprendizaje profundo para su desarrollo y elevación
espiritual, sacando de él lo mejor con tal de convertirse en el hombre luminoso
en el que se convirtió. Todo esto no fue gratis, pero nunca estuvo solo.
Esta es
la beraja (bendición) que Yaacov les dio a los hijos de Yosef: “que el ángel
que me libra de todo mal” El deseo de Yaacov para los hijos de Yosef, es
que logren ver la supervisión divina en
todos los momentos de sus vidas. A pesar de sus días tristes o alegres, sepan
que todo es temporal y finalmente todo es un espejismo de la realidad verdadera
que esta oculta a nuestros ojos, pues toda experiencia y suceso no tiene otro
fin sin no más que ver a HaShem detrás de todo. HaShem conduce al hombre al
camino que este desea ser conducido, teme HaShem y veras el bien al final del
camino. Mas el camino de los malos es la perdición. Por lo tanto, no temamos,
HaShem está con nosotros siempre, aunque no sepamos bien, que es lo que esto
garantiza.
Como dijo
Shlomo HaMelej (Salomon el rey):
“En el
día del bien goza del bien; y en el día del mal considera. Dios también hizo
esto como lo otro, porque el hombre no halle nada tras de ÉL” (Kohelet/Eclesiastes
7:14)
Shabat Shalom
אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5779
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