viernes, 1 de mayo de 2020

Parasha 30 Kedoshim 5780 / La santidad y el honor del otro


Parashá 30 Kedoshim 5780
COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL DE LATORÁ
Levítico 16:1 – 18:30

LA SANTIDAD Y EL HONOR DEL OTRO 

Shalom Javerim:

בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo, estamos estudiando la Parashá semanal, que nos corresponde esta semana; Kedoshim – “separados” - En esta oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:

“Delante de las canas te levantaras, y honraras el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo HaShem”. (Lev 19:32)

La parashá de esta semana nos trae esta hermosa mitzva: “ante las canas te levantaras”. No se puede permanecer sentado, ante la llegada de una persona anciana, que dada su experiencia de vida es una persona que ha adquirido sabiduría y temor a HaShem, mucho menos si es un talmid jajam (Un sabio de Torá). Además, no te puedes sentar en su asiento, no se puede hablar en su lugar, no se puede contradecir sus palabras.

El Rebe Najman comenta: “70 años de edad, simbolizan el haber alcanzado los 70 rostros de la Tora, cuando uno ve el rostro de un hombre de 70 años de edad, recibe un despertar proveniente de esos 70 rostros de santidad, lo que a su vez despierta el temor a Dios en su corazón” (Likutey Moharan I 20:4). Y en el talmud está escrito: “ZaKen (anciano) puede leerse como una contracción de la frase: “Ze kana jojmá” – “Este a adquirido sabiduría” (Kidushín 32b).

La Tora busca crear en nosotros una actitud de honor hacia las personas con sabiduría y experiencia, pero no solo a hacia esas personas, sino hacia todo el mundo. HaShem quiere que seamos personas respetuosas, y eso hace que participemos de su santidad. Como está escrito en esta misma parashá: “sed santos como yo soy santo” (Lev 19.2). Esta es en la practica la santidad que HaShem busca.

El rab Shaul, en sus cartas escribió en su carta a los Romanos, unas palabras que están totalmente vinculadas con la parashá de esta semana: 

“Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. (Romanos 13:7-9)

No deber nada a nadie, partiendo por los temas que nos competen como miembro de un país:

Pagar los impuestos y no evadirlos – es ser santos.

Pagar el IVA – y no maquillarlo – es ser santos.

Respetar a la autoridad política, policial, legal del país en el cual estamos- es ser santos.

Respetar al padre y a la madre – es ser santos.

Respetar al Pastor, al Cura, al Rabino, al More, o al guía espiritual de cualquier religión o credo, a pesar de no compartir sus ideas – es ser santos. 

Aún más, si HaShem nos a puesto en una situación en donde tenemos a alguien sobre nosotros, como una autoridad. Si es un Rabino, teme y respeta a tu rabino, pues eso - es ser santos.

Cada vez que cuidamos el honor del otro, estamos participando de la santidad de HaShem, que cuida el honor de todo ser humano, y aún más el honor de quienes le sirven. HaShem, no discrimina, sino que respeta a todo ser humano, incluso a quienes viven erradamente, deseando que retornen a él. Pues forma parte intrínseca de su santidad, el darle el espacio al hombre y a su libre albedrio, y que él mismo elija la forma en la que ha de vivir. De esa forma él no debe nada a nadie.

Sin embargo, somos deudores nosotros a quienes les faltamos el respeto. Y al no cuidar su honor, o tener en poco su experiencia y años en el Eterno, menospreciamos sus enseñanzas en relación con otras que pudiesen gozar de más profundidad. Debemos entender que, nadie en este mundo tiene algo, sino le es dado del cielo, y que por lo tanto, cuando menospreciamos a alguien, también menospreciamos los dones que le han sido dados desde lo alto.

. ¿Pero que sucede si la persona es anciana, pero no tiene sabiduría, sino que es considerado un malvado e ignorante de la Tora? Rashi comenta que la palabra “zaken”, en hebreo solo se refiere a una persona que ha adquirido sabiduría – y la sabiduría esta ligada al temor a Dios. Como está escrito: “El principio de la sabiduría es el temor HaShem” (Mishle/Proverbios 1:8)

Esto quiere decir, que podemos encontrar ancianos, que aún con su edad, carecen de experiencias de valor moral y espiritual que les pueda asignar el nombre de “ancianos”, al modo que la torá lo menciona, como el de una persona que logro, temor al cielo, experiencia y por lo cual es una persona sabia.

En el talmud se comenta que rabí Iojanan se ponía de pie delante de un anciano, aunque no fuera judío, cuando se le preguntó si esta era la ley de la torá respondió: 

“cuánto sufrimiento ha debido ver esta persona en su vida” (kidushin 33ª) 

Por lo general, una persona anciana, a pasado muchas cosas en su vida, y esas mismas experiencias lo han alejado del pecado, y por lo tanto se vuelto una persona más consciente. Pero es triste cuando vemos que las personas aún en su vejez no han logrado la estatura ni la madurez espiritual que debiesen tener a su edad. Si bien no estamos obligados a cumplir la mitzva “de levantarse frente al anciano”, frente a un anciano malvado e ignorante de la Torá, habría que cuestionarnos el hecho de que también se espera que vayamos más allá de lo que la Torá nos exige, pues está escrito;: “sed perfectos, como vuestro padre que está en los cielos es perfecto” y por lo menos comportarnos educadamente frente a una persona así. Lo cual seria una gran muestra de Torá y de santidad de nuestra parte. 

Ahora bien, este mandamiento tiene una razón de ser, que diría yo es el cuesco de este mandamiento, y el tema radica en que, cumplir o no cumplir este mandamiento, dando honor, o no dando honor a los demás, muestra que es lo que realmente somos en el interior de nuestro corazón.

El comentario a Rashi dice: “Puesto que literalmente habla de honrar, el rostro o la presencia de un anciano, se podría haber pensado que uno puede cerrar los ojos para hacer como si no lo viera y de ese modo no rendirle honor. Para indicar que no es así, este versículo también declara: “y temerás a tu Dios” pues este asunto de honrar a un anciano se trata de algo que pertenece al corazón de quien lo hace. Es decir, sólo uno mismo puede saber si realmente no vio al anciano, o si fingió no verlo ya que nadie más lo puede saber si no sólo él y con respecto a todo lo que pertenece el corazón la tora afirma: “TEMERÁS A TU DIOS”

Por lo que cada vez, que consideramos no temer en estima a un hermano, a un anciano, cuanto más si este es temeroso de HaShem y un Jajam de la Torá, revelamos lo que tenemos en el corazón, y este menosprecio hacia el otro solo indica que aun no estamos en la categoría de temor de HaShem que debemos estar. 

אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780

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