sábado, 9 de mayo de 2020

Comentario a las mitzvot a la luz de los escritos mesiánicos / N°2


תרי ג מצוות לאור הברית החדשה


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Numero de la mitzva                          :2
Nombre de la mitzva                          :Ijud HaShem / Creer en la unicidad de Dios.
Referencia                                          :Sefer Hajinuj mitzva 25
Parasha                                               :Vaetjanan.
Pasaje de la Tora                                :Deuteronomio/Devarim 6:4

"Escucha Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es" (Devarim-Deuteronomio 6:4)

La mitzvá a la luz de los escritos mesiánicos:

Una de las pruebas más contundentes que tenemos respecto de la estrecha relación que tuvo el Mesías Yeshúa con la Torá, es su respuesta a los escribas cuando le preguntaron; “Maestro (Rabí) ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”. Todo judío profesante de la Torá sabrá cual es la respuesta a esa pregunta. Sobre todo, uno que guarde la Torá y que quiere poner por obra los mandamientos del Eterno. Yeshúa como un judío que era, sabía muy bien la respuesta, a la interrogante que le habían planteado los estudiosos de la época, y les contesto muy acertadamente, como está documentado en los escritos mesiánicos, veamos:

“Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Yeshuá le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; HaShem nuestro Di-s, HaShem uno es. Y amarás al Eterno tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Mordejai/Mr. 12:28-31)

La pregunta que le hicieron a nuestro maestro santo fue: “¿Cuál es el primer mandamiento de todos?” Una persona que no estuviere de acuerdo con la vigencia de la Torá, ni siquiera se hubiera molestado en responder una pregunta relacionada con los mandamientos de la Torá. Pues el “shema” (Escucha),  que es el primer mandamiento de la fe Hebrea, justamente es el mandamiento más importante de la Torá, la carta de presentación de fe bíblica judía que señala que; Que HaShem es UN Único Dios, al cual se le debe amar guardando sus mandamientos.

Aquí lo importante de esta situación, y que no podemos dejar de destacar, es que toda vez que Yeshúa se refirió a los “mandamientos” se está relacionando íntimamente con la Torá. Sí, con esa instrucción divina que el Eterno le dio a Moshé por medio de malajim (mensajeros) en el monte Sinaí. Yeshúa como judío y como un Rabino del siglo uno, no está trayendo nada nuevo, él está sentando las bases de la religión hebrea, y de la única fe verdadera, la de creer en el Dios de Israel como uno y la de unificarlo, la de amarle con todo el corazón, el alma, y las fuerzas. Si es que Yeshúa realmente quería fundar una nueva religión, lejana de la Torá, ¿Por qué tomo prestado el mandamiento más importante de la Torá? Si es cierto que el Mesías vino a enseñar “otros” mandamientos, que son “como algunos dicen”; “la ley de Cristo”, ¿Cómo es que el mismo Yeshúa dice, que el primer mandamiento, es la declaración de fe más importante entregada por HaShem a Israel, el SHEMA? Evidentemente Yeshúa no está fundando “otra ley” (la ley de Cristo), sino que está hablando de la misma Torá divina recibida por Moshé. Yeshúa está diciéndonos claramente que la Torá para él está en vigencia y que el primer mandamiento de la Torá es el Shemá. Y además enseñándonos que en realidad "la ley de Cristo", no es una ley distinta, sino que es la ley de la Torá.

Cuando en los escritos de los apóstoles (emisarios) leemos; “Ley de Cristo”, es un hebraísmo (un recurso literario hebreo) para referirse la misma Torá. Un ejemplo sencillo de esto es cuando los judíos llaman a la Torá: “La ley de Moisés”, aun sabiendo que esa “ley” no es de Moisés, sino que es de HaShem. Asimismo, los alumnos del Mesías llaman a la Torá; “La ley del Mesías (Cristo)” a fin de expresar que ahora guardan Torá de HaShem, según el camino (Halája = interpretación) del Mesías.

Si comenzamos a analizar la pregunta del Escriba, notaremos que no solo se refiere al SHEMA (el primer mandamiento) sino que la pregunta es; “¿cuál es el primero de TODOS?”. Es decir, el escriba sabe que hay un mandamiento mayor que todos, pero al mismo tiempo sabe que hay más mandamientos que están en dependencia respecto de aquel mandamiento que es el primero, la palabra “todos” en la pregunta del escriba está representando a toda la Torá.

Esos mandamientos a los que se refiere el Escriba tienen un orden jerárquico dependiendo de su relevancia espiritual y su conexión con el “AMOR”, la JUSTICIA, y la FE, son mandamientos de la TORA, y no mandamientos de otro convenio diferente. Por lo que la respuesta que tenemos del Mesías Yeshúa a la pregunta del escriba, es una repuesta totalmente en armonía con la Torá, no contradice la Torá, no la anula, no la cambia, sino que todo lo contrario la levanta al nivel que siempre ha tenido. Yeshúa está colocando las cosas en su lugar, él entiende que hay UN mandamiento que está sobre los OTROS MANDAMIENTOS de la Torá, no en el sentido incorrecto que algunos creen, como si este primer mandamiento le quitara la eficacia a los otros mandamientos, sino que todo lo contrario, en el correcto sentido, pues la función del primer mandamiento es sostener el espíritu de toda la ley, ¿Cómo? Guardando los otros mandamientos, que el escriba llama: “todos”, haciéndolos en pos del primero, donde se nos manda a creer y a unificar a HaShem, que él bendito es, es uno y uno su nombre, a amarlo con todas las fuerzas, corazón y alma, y el amor al prójimo ¿Lo va comprendiendo? Es decir, la forma de cumplir con el primero es guardando “todos” los otros mandamientos, pero con la base de que los hacemos y los guardamos porque amamos a HaShem.

Por lo tanto, nos debemos preguntar lo siguiente; ¿Está de acuerdo yeshivá con que guardemos el primer mandamiento? ¡Lógicamente sí!, ¿Y que implicaría que guardemos el primer mandamiento? implica lógicamente que el hombre debe cumplir y guardar TODOS los otros mandamientos que dependen del primero. O sea, Yeshúa está enseñando que la forma de cumplir con el primero de todos los mandamientos es guardando todos los otros mandamientos en base al amor a HaShem y en base al amor al prójimo. Así está documentado y esto es lo que significa lo dicho por el Mesías en el escrito de Matityahu (Mateo):

“De estos dos mandamientos depende toda la ley (Torá) y los profetas” (Matiyahu/Mateo 22:40) (RV1960)

La palabra griega que se traduce en la versión RV1960 como “depende” es “kremánnumi” y también puede traducirse como: “colgar”. De hecho, otras versiones traducen el verso así; “de estos dos mandamientos “cuelga” la Tora”, dándonos a entender que el espíritu de la Torá que es el amor a HaShem y el amor al prójimo, ES EL QUE SOSTIENE la práctica de todos los otros mandamientos. No en vano el sabio Shaúl (Pablo) escribió en su primera carta a Corinto;

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. (1Corintios 13:1-3)

El emisario Shaúl (Pablo) como sabio judío que era, hace su comentario apoyado lógicamente el principio básico del primer mandamiento, el amor a HaShem, y por ende el amor al prójimo. Sin ese móvil, nada de lo que hagamos valdría realmente la pena. Por lo que entonces si amamos a HaShem guardamos el primer mandamiento, supeditados, a que guardamos todos los demás. Quiero decir que si guardamos todos los mandamientos es porque estamos guardando el primer mandamiento. Si guardamos el primero, es porque guardamos todos los demás.

Por lo que no cae la interpretación errónea que hacen algunos, señalando que el primer y segundo mandamiento viene a dejar sin vigencia a todos los demás mandamientos. No olvidemos lo que escribió el sabio Iaácov (Santiago) en su carta:

“Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley” (Yaacov/Santiago 2:11)

Por lo que podemos también nosotros decir; “Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: Guardaras el Shabbát, No comerás cosa inmunda, etc”. El mismo que ha dicho y ordeno el primer y segundo mandamiento también mando a guardar los otros mandamientos. Por lo que nos exige que en pos de guardar esos dos mandamientos de los cuales cuelga la Torá, cumplamos con todos los demás mandamientos. ¿Lo comprende? No podemos cumplir con el primer mandamiento, si no cumplimos con toda la Torá que está relacionada con ese primer mandamiento. ¿Cómo podríamos amar a HaShem, y creer que él es UNO y UNICO? No podemos cumplir el primer mandamiento de unificar el nombre de HaShem y de amar a HaShem, si los mandamientos que él pide respecto de él, no los guardamos; No tomar su nombre en vano; guardar el Shabbát, celebrar sus fiestas, etc.

Lo mismo ocurre con el segundo mandamiento, como podríamos guardar y cumplir con ese mandamiento, si odiamos al hermano extranjero, si no honramos al Padre y a la Madre, si no amamos a nuestra mujer, si codiciamos lo de nuestro prójimo, etc.

Por lo que entonces lo que Yeshuá nos quiere decir es que la Torá se puede cumplir en resumidas cuentas en estas dos acciones, amar a HaShem y amar al prójimo, y que no podríamos amar a HaShem ni al prójimo, sino cumplimos toda la otra instrucción de la Torá.

Es muy interesante echarle un vistazo al pasaje de la Torá que Yeshuá está citando al escriba, escrito en el libro de Devarim, capitulo 6:1-9 en adelante. Veamos que nos dice el contexto del primer mandamiento:

“Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que el Eterno vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; para que temas al Eterno tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho el Eterno Dios de tus padres” (Devarim/Deut 6:1-3)

Cuando Yeshuá responde al escriba que el primer mandamiento es el Shema Israel (Deut. 6:4), también implícitamente está citando todo el pasaje que está registrado en el mismo capítulo. Lo interesante de aquello es que, en ese capítulo, HaShem pide a Israel guardar no solo el primer mandamiento, sino que todos los mandamientos. O sea, HaShem nos enseña que no existe la forma de guardar el primer mandamiento sino se observan los otros mandamientos que el dio a su pueblo.
Así que afirmamos el argumento que hemos venido diciendo el cumplimiento del primer mandamiento depende de toda la Torá y toda la Torá depende del primer mandamiento, así mismo sucede con el segundo mandamiento, lógicamente en relación con los mandamientos que nos obligan hacia el prójimo.

La respuesta que Yeshúa da al escriba, trae implícita otras varias respuestas importantes para nosotros, que estoy obligado a señalar, aunque sea un poco más rápido, pero que sin duda nos dejaran ver aún más a Yeshúa como el Mesías Hebreo, como el más excelente maestro de la Torá, por ejemplo, tenemos:

1.- Yeshúa comienza diciendo: “Escucha Israel”. Para algunos esto podría no significar nada, pero para quienes entendemos la importancia de Israel, significa mucho. Pues el Mashiaj está comenzando por el principio, no por la segunda parte. He oído algunos amigos responder a la pregunta; “¿Sabes cuál es el primer mandamiento?” ellos al responder han dicho: “Sí, claro, es: “Amaras al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas”, ¿Pero es ese todo el primer mandamiento? Quizás la respuesta es sincera, y está bien, pero solo en parte, debido a que el primer mandamiento comienza tal cual Yeshúa lo dijo; “Escucha Israel”. Note la importancia de esto, pues el Eterno le pide a Israel Escuchar, no le pide a la Iglesia Católica Romana, no le pide a los Egipcios de la Época de Moshé, ni a ningún otro credo, NO, el mandamiento comienza exigiendo la “atención obediente” (Eso es “Shema”) de Israel. ¿Y qué con que se llame la atención obediente de Israel, y no de otra nación o institución? Pues algo muy importante; aquello implica que para poder comenzar a guardar este primer y gran mandamiento como se debe, debemos ser parte de Israel. ¡Bendito de HaShem! Que somos Israel, los que injertados por los méritos del Justo han venido a formar parte del buen olivo. (Romanos cap. 11) (Efesios cap. 2).

2.- Yeshúa continúa diciendo cual es el primer mandamiento: “HaShem nuestro Dios HaShem uno es” (Cabe señalar que Yeshúa lo dijo tal cual aparece en el texto hebreo de Deuteronomio, las versiones actuales evaden el nombre de HaShem en sus traducciones).

El momento que se estaba dando con la pregunta del escriba a Yeshúa, era el momento justo para que Yeshúa mostrara su tendencia trinitaria, (si es que él lo era). ¿Por qué Yeshúa no dijo abiertamente que el Shema era una declaración de fe trinitaria? Era justo el momento para explicarnos porque el Shema nos pide que sepamos que HaShem es UNO y no tres. Ese era la ocasión precisa para que el Maestro nos guiara en cuanto a una cuestión de tanta importancia para la fe del creyente, la naturaleza de Dios ¿Sabe usted porque no lo hizo? ¿Sabe usted porque Yeshúa no menciono por ningún lado la trinidad, ni mostro una tendencia trinitaria en su respuesta? ¡Porque Yeshúa era el Mesías Hebreo, un judío, que solo creía en la existencia intrínseca de un Dios, el cual era HaShem su Padre!, pudiéndonos explicar un asunto de tamaña relevancia no dijo nada porque Yeshúa jamás fue trinitario ni enseño tal dogma católico romano. Yeshúa como el Mashiaj enseño lo que enseña el Shemá, ni más ni menos: “HaShem nuestro Dios, HaShem, es UNO”. Pero aún hay más, en la respuesta que el escriba le da a Yeshúa, encontramos un monoteísmo (Un solo Di-s) claro en el credo del escriba y en el del Mesías:

“Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios y no hay otro fuera de él”.. (Verso 32).

El escriba como hebreo al igual que Yeshúa, sabia de que trataba el primer mandamiento, y conocía sus enseñanzas básicas, por eso dijo: “que HaShem es UNO y no hay otro fuera de él”. ¿Porque Yeshúa no corrigió al escriba? Era la ocasión precisa para decir; “No hay otro fuera de nosotros tres”, “o del Padre, del Hijo, del espíritu santo que somos uno”, “o fuera de Dios que somos tres”, etc. Podríamos aplicar una gran variedad de argumentos trinitarios a la respuesta que “no dio” el Mesías al escriba, pero es obvio, no está la respuesta que quisieran leer ahí los amigos trinitarios. Es más, Yeshúa apoyo, y estuvo de acuerdo con la respuesta que le dio el escriba, pues le dijo: “No estás lejos del reino de Dios”. De este modo solo comprobamos que Yeshúa fue un maestro acorde al mensaje de la Torá, pues en la Torá, no cae, la enseñanza de que Dios sea trino.

Por último, continuando con la respuesta sabía que da el escriba a Yeshúa, notamos como es que él entiende el espíritu de la Torá: La Justicia, el Amor, y la FE. ¿De qué valdría un sacrificio, si no hay arrepentimiento interno? ¿De qué sirve un korban (ofrenda) al Eterno, si me olvido de sustentar a mi familia o de honrar a mis padres? De nada serviría cumplir con estas miztvot (mandamientos) si no hay una base espiritual real, ¿Cuál? La de amar a HaShem y al prójimo como a nosotros mismos. Así que el escriba dice acertadamente a Yeshua:

“Y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios". Yeshúa entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle. (Mordejai/Marcos 12:32-34)

Pero lo que más me impresiona de la respuesta del escriba, es que pasa de ser un necio: “que pregunta por tentar a Yeshua” (Mt. 22:35) a convertirse según el Mesías Yeshúa, en alguien que no está lejos del reino de Dios, ¿Por qué razón? Pues porque la respuesta del escriba está en total armonía con lo que significa el primer mandamiento: El escriba sabe que el primer mandamiento consta en saber y creer y vivir conforme a que no hay otro Dios más que el Eterno, que no hay otro fuera de él. El sabio escriba sabía que a ese Dios se le debe amar, con todas las fuerzas, el corazón y el alma. El sabio sabía que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos, pues de estas cosas depende el real cumplimiento de toda la Torá. En definitiva, el escriba, según Yeshúa no está lejos del reino, “porque sabe” cual es y en qué consiste el primer y el segundo mandamiento de la Tora. El escriba no está lejos del reino de Dios porqué acepta la Torá comenzando por sus dos más grandes exigencias. Quizás el escriba aún no estaba en el reino de Dios, porque su intención principal, había sido; “preguntar para tentar a Yeshúa”, por lo que carecía de cumplir entonces con el primer y el segundo mandamiento, pero sin duda alguna, que la maravillosa respuesta que obtuvo del Mesías Yeshúa, a ese anciano de Israel, le fue una gran recompensa inmerecida, tan solo porque él puso en el nivel que corresponde poner, a los mandamientos más importantes de la Torá.

No es urgente recapacitar, para estar cerca cada día más del reino de Dios, tomando en cuenta que nuestro Mesías santo jamás vino a dejar sin vigencia la Torá, sino que, a mostrarnos a través de estos dos mandamientos, su real cumplimiento. Cuando sepamos y entendamos que es el primer mandamiento, que HaShem es UNO y que no hay otro fuera de él, que le debemos amar con todas las fuerzas, el corazón y el alma, que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y que, si hacemos todos los mandamientos bajo el conocimiento y la base de los dos primeros, entonces habremos comenzado a vivir en el reino de Dios, cuya legislación eterna fue, es y será siempre la Torá.
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אברהם בן יעקב

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