COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL DE LA TORÁ
Parashá n°22 VaYakhel 5780
Éxodo 35:1 – 38:20
EL CORONA-VIRUS Y EL SHABAT
Shabat Shalom Javerim:
בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos
estudiando esta semana la parashá Vayakel (Y congrego). En esta
oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de
nuestra bendita Torá:
“Seis días se trabajará, pero
el día séptimo será para vosotros santo, shabat solemne para HaShem; todo
el que haga en él alguna obra, ha de morir” (Ex/Shemot 35:2)
La parashá de esta semana nos
trae maravilloso regalo del mandamiento del shabat, y nos trae la obligación
que recae sobre todo el pueblo de Israel, en guardar el shabat, pues dice: “será
para vosotros santo, solemne para HaShem”. Esta expresión pudiese ser
excluyente y lo es respecto de las demás naciones, la Torá establece que el
shabat es una señal entre Israel y el Eterno, y no una señal para las naciones.
Somos nosotros el remanente en el mundo, responsables de cuidar el shabat, recordarlo
y observarlo.
Sin embargo, una de las cosas
que más nos llama la atención hoy en el contexto mundial en el cual nos estamos
desarrollando, es que el mundo entero, este sábado, estará en sus casas, de una
u otra forma, obligados por esta pandemia que azota el mundo, “cuidando
shabat”. Está bien, muchos en el mundo, no estarán conectados con HaShem, ni
con su torá. Lo más probable es que muchos estén en sus casas viendo televisión
o haciendo otras cosas y que sean los menos, quienes aprovechen este día para
conectarse con HaShem. No obstante, esto, este shabat va a ser uno muy
especial, pues será el primer shabat en 70 años, desde la declaración del estado
de Israel, en que no habrá abiertos cines, malls, restaurantes, estadios
deportivos, etc. El mundo casi entero, estará obligado a guardar el shabat, por
lo cual debemos hacer hincapié en todos los beneficios que hay en el shabat, en
relación a lo que vemos que está sucediendo hoy en todas las naciones de la
tierra.
¿Qué enseñanzas podemos sacar
del Shabat, en relación con lo que el mundo enfrenta hoy, con esta pandemia
llamada coronavirus?
1.- El shabat nos muestra
que HaShem es el dueño y creador del planeta.
Nuestro amado Mesías Yeshua
enseño diciendo: “el shabat se hizo para el hombre, y no el hombre para el
shabat”.
Esto significa que el shabat
es un regalo del creador para la humanidad. Cuando dice “para el hombre”
se refiere al género humano, y no solo a Israel. Esto a pesar de que la Torá
establece que el shabat es una señal entre Israel y HaShem, y que Israel es el
pueblo obligado a guardarlo. Las naciones también en un futuro guardaran el
shabat: Y vaya forma de comenzar!
Así está escrito: “Y
sucederá que de luna nueva en luna nueva y de día de reposo en día de reposo,
todo mortal vendrá a postrarse delante de mí--dice HaShem” (Yeshayahu/Isaías
66:23)
HaShem quiere que a través del
regalo del shabat, las personas puedan entender y reflexionar, sobre sus vidas
y hacia donde las dirigen. Es el shabat, desde el principio de la humanidad, ha
sido un día “santo”, separado por HaShem, y un catalizador espiritual para la
humanidad. Y es por esta razón, que hoy, teniendo una pandemia sobre todo el mundo,
nos vemos obligados a decir, que este es un shabat muy especial. Por fin, después
de muchos años, desde la creación del estado de Israel, el planeta descansara
de tanta intervención espiritual y material en este día sagrado. Esto traerá consigo
una aproximación de mucha provisión espiritual para toda la humanidad.
No en vano escribieron los jajamim: “Si el pueblo de Israel guarda dos shabat seguidos, vendrá el Mesías”. Y aunque esto es una “lashon habait”, una forma exagerada de los rabinos, para mostrarnos el poder de observar el shabat. Debemos considerar no en menos el poder que tiene el cuidado del shabat y el beneficio que puede traerle a la humanidad.
La mayoría de las personas del
mundo tiene un sentimiento temor, que se llama “no perder el control”. Pero el
shabat nos trae a memoria que, en realidad, la tierra y el ser humano, tienen
un origen en el Creador de todo, HaShem bendito es ÉL, y que en realidad, todo
lo que pasa hoy en el mundo está controlado por ÉL. Por lo cual, nosotros su
pueblo no debemos temer. El shabat nos invita a perder el control de forma
positiva, es decir, entregándole el mando al dueño del mundo, confiando en
HaShem. Eso hacemos en Shabat. Dejamos de trabajar, para que él trabaje en
nosotros y por nosotros. Confiamos en que tal como él cuida el mundo y lo crea,
traerá para nosotros la semana entrante, sustento, cuidado, y salud espiritual
y material. ¡Qué bueno es HaShem!
Estamos muy acostumbrados a esta ilusión de “tener el control” de todo. Pero NO existe tal cosa. Nunca lo hemos controlado todo y nunca lo haremos. Salimos de nuestras casas, “seguros” de que volveremos a ellas, e ignoramos que es un ángel de HaShem que va con nosotros cuidándonos todo el tiempo, y que, asimismo, es un ángel de HaShem quien se queda en el hogar cuidando a los niños, o va con ellos a la escuela. Pensamos que todo está controlado por nuestras manos y sistemas, hasta que nos damos cuenta, que, por un accidente de la noche a la mañana, o por una enfermedad, Dios no lo permita, no volvamos nunca más a “tener el control”. ¡Por eso es tan bueno confiar todo el tiempo solo en HaShem!
El Shabat nos muestra a Di-s
como el dueño del mundo, y como el único que interviene en él y en su destino.
Así nos dice el Tehilim/ Salmos 24:1: “De HaShem es la tierra y su plenitud;
El mundo, y los que en él habitan”
Por lo que nuestra forma de
ver la vida, de entender cada asunto debe cambiar. Debemos comenzar a tener
verdadera emuna en HaShem, y saber que todo lo que pasa en el mundo es para
nuestro bien. ¡Incluso una pandemia tan devastadora, como el coronavirus!
HaShem está al tanto de todo, y él controla e interviene su mundo con total
justicia, acercándonos a todo el genero humano al destino final de nuestra completa
redención.
2.- El Shabat potencia la familia.
El shabat nos permite
reunirnos en torno a una mesa. Cada viernes por la tarde cantamos salmos, damos
gracias, recitamos el “kidush” (santificación) del shabat, y compartimos la porción
semanal de la Torá con la familia, y obtenemos un verdadero descanso familiar. HaShem
nos da este regalo semana tras semana. Tenemos 6 días donde corremos, y vamos
de un lado a otro, de domingo a viernes nos agitamos en distintos asuntos, pero
en shabat, estamos invitados y obligados a dejar todo ese ir y venir, para
sentarnos en una mesa y compartir la Torá de HaShem en familia.
Cada vez el padre de familia
pone sus manos sobre la cabeza de sus hijos diciendo: “Que el Eterno te haga
tal cual le hizo a Efraim y Menashe” en el caso de los varoncitos, o “Que el Eterno
te haga tal cual le hizo a Sara, Rivka, Rajel y Lea”. Estanos sellando sus destinos
para que las familias que vengan a través de ellos obtengan las bendiciones
dadas a nuestros patriarcas, como está escrito: “en ti serán benditas todas
las familias de la tierra”.
Hoy muchas familias tendrán que
sentarse alrededor de una mesa, para compartir los alimentos. Es muy posible que,
en el mundo, las personas vivan esta realidad de forma incomoda, ya que, lo que
para nosotros es normal, sentarnos y participar de una buena cena en torno al
shabat, para otras personas es algo “anormal”, ya que cada uno corre a su lado
a diario, sin tener una mayor relación familiar. Por lo cual sentarse en una mesa, para muchos será
algo muy difícil. El mundo está al revés, ¿Qué es normal para el mundo? Lo que para
la torá es anormal. Que no podamos compartir en familia, es algo totalmente
anormal para la Torá. Pero para el mundo, vivir en sus empresas, trabajos y
estudios, es “normal”, aun cuando se sacrifique el tiempo de la familia, y se
caiga en desastres aún peores como las rupturas de los matrimonios y el desvió
sin retorno de los hijos, que HaShem no lo permita nunca.
La torá nos dice que Bilaam vio las tiendas de Israel y dijo: “Ma Tovú Ohaléja Iaakov mishkenotéija Israel” – “CUAN HERMOSAS SON TIENDAS, YAACOV, TUS MORADAS ISRAEL”. Se refiere al hecho de que las familias de Israel son hermosas, y sus moradas son una verdadera bendición, y ser parte de ellas es un regalo divino. ¿No te sientes así, cada vez que tienes que partir la jala con tus hijos cada shabat? Pues así es, ¡que privilegiado somos!
Estanos a unas semanas de participar
del seder de Pesaj. El cual también será un shabat, el que debamos descansar.
Ese día, los hijos de Israel se cuidaron de la “plaga” de la mortandad
encerrados en sus casas. Nosotros siempre nos hemos cuidado así, guardados por HaShem
en nuestros hogares, en torno a una mesa, partiendo el pan de Shabat, o
recitando el seder de pesaj, recordando como fue que HaShem nos sacó de Egipto a
la libertad de la Torá. Somos un pueblo experto, en cuidarnos desde adentro
hacia fuera. Desde el hogar, desde la familia, así sentamos la base para
nuestro éxito, no puede ser al revés.
Que HaShem bendito es él, nos
permita tener momentos de autoanálisis, y de reflexión, para que el coronavirus
no nos mate, con miedos y desesperanzas, más bien, el hecho de estar en casa
nos traiga vida, fe, esperanza, y mucha reflexión espiritual para el
crecimiento espiritual de todo su pueblo, disperso en todas las naciones de la
tierra.
Shabat Shalom, Yeshua viene
pronto.
אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5780
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