Parashá 20 / Teruma
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Éxodo 27:20-30:10
La investidura
de Aharon y la llenura del espíritu de santidad
Esta semana
estudiamos la porción “Tetzave” (Mandaras). La cual nos habla entre otras
cosas, acerca de la investidura Aharon, el Cohen Hagadol (Sumo sacerdote). En
ella leemos como la Torá de forma muy detallada define cómo debía ser el
atuendo del Cohen Hagadol, detalles como el color del manto, el material con el
que será hecho, los accesorios que lo acompañaran. Nos dice la bendita Torá:
En Éxodo
28:31-32 está escrito:
“Harás
asimismo el manto del efod todo de lana azul. La abertura para la cabeza estará
doblada hacia dentro; alrededor de la abertura habrá un borde de labor de
tejedor, como la abertura de un coselete será, no se romperá.”
Cada vez que
la Torá detalla algo de forma especial, o lo repite en varias ocasiones, es
porque en realidad es de mucha importancia que lo aprendamos y lo estudiemos ya
que el Mesías se encuentra de forma profunda en esos pasajes. La Tora no es un
libro de mera información, es la palabra de Hashem, y cada detalle, hasta el
más mínimo detalle es todo un universo de sabiduría. De ahí que la investidura
del Cohen Hagadol sea un anuncio profético de aquello que habría de suceder en
el futuro, y de aquello que existe en el cielo.
Lo primero que
se debe señalar, es que en realidad cada cosa ordenada por el Eterno a Moshé
respecto del Mishkan, es una especie de imitación terrenal y limitada de un
modelo celestial y eterno. Es por eso que la Torá nos dice:
“Y mira que
hagas según el diseño que te ha sido mostrado en el monte.”(Shemot25:40)
Es decir que
las vestiduras del Cohen Hagadol son copia de un diseño celestial Eterno. Esto
es muy interesante, por varias razones, una de ellas es la siguiente:
La primera es
que en el mundo celestial no hay espacio de tiempo, como lo hay en el mundo
terrenal. Es decir, para nuestro amado Di-s no hay “tiempo” “pasado” “presente”
“futuro”, para él todo simplemente “fue” “es” y “será” todo al mismo tiempo,
sin la necesidad de espacio. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Si Moshé hizo todo
conforme a un diseño, a quien vio Moshe vestido de Cohen Hagadol celestial?
Tenemos entonces que hay un sacerdocio celestial, que es el origen del
terrenal. Ambos son “verdaderos” en el sentido de que ambos cumplen su función,
pero solo el celestial es Eterno. Tenemos además que el sacerdocio celestial siendo
el origen del sacerdocio terrenal, vendrá a manifestarse en nuestro tiempo
terrenal, por sencilla deducción, a sustituir el sacerdocio terrenal, como está
escrito en las cartas de los emisarios de Yeshua, de forma muy interesante:
“Así que si él
estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo sacerdotes que
presentan las ofrendas según la ley; los cuales sirven a lo que es copia y
sombra de las cosas celestiales, tal como Moshé fue advertido por Elohim cuando
estaba a punto de erigir el tabernáculo; pues, dice él: Mira, haz todas las
cosas CONFORME AL MODELO QUE TE FUE MOSTRADO EN EL MONTE.” (Hebreos 8:1-5)
Todo lo que
hoy vemos y tocamos en este mundo tiene un límite y un tiempo determinado. Pero
lo que no se ve, lo que es de origen celestial, a sido creado para tener exi
stencia eterna, como está escrito:
“Al no poner
nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque
las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”
(2 Corintios 4:18)
Todas las
cosas creadas en el mundo terrenal son una copia verdadera, legal, valida del
modelo celestial que le fuera mostrado a Moshé. Es decir, las cosas creadas en
el mundo celestial no van en desmedro de las cosas creadas en el mundo
terrenal. Asi sucedió con las vestiduras del primer Cohen Hagadol terrenal, que
uso vestiduras sagradas conforme al modelo que Moshe vio del Cohen Hagadol
celestial.
Tenemos por
tanto que hay dos santuarios, ambos son creaciones verdaderas de Hashem, cada
uno en el estado en el que fue creado, celestial o terrenal, pero el celestial
es el origen todas las cosas. Como está escrito:
“Porque no
entró Mashíaj en el santuario hecho de mano, figura del verdadero.”
(Hebreos 9:24ª)
“el
más amplio y más perfecto tabernáculo” (Hebreos 9:11b)
Ahora bien, si
las vestiduras del Cohen Hagadol terrenal, son una copia de las vestiduras del
Cohen Hagadol Celestial, también lo es la investidura del terrenal, respecto de
la investidura del celestial. Es decir; Cuando Aharon, como Cohen Hagadol
terrenal, tomo las vestiduras de su ministerio y se coloco el efod azul, y fue
revestido del poder de lo alto, así también el Cohen Hagadol celestial tomaría
sus vestiduras celestiales y sería lleno del poder de lo alto.
En otras
palabras, cuando Aharon se puso sus vestidos de sumo sacerdote, y fue ungido
Cohen Hagadol, estaba anunciando proféticamente la investidura de un sumo
sacerdote eterno y celestial, suyo servicio no tiene fin que sería investido no
solo con vestiduras celestiales, sino que con toda la plenitud de la deidad.
Nos dicen las
escrituras:
“Miren cuán
bueno y cuán agradable es que los hermanos vivan en armonía. Es como aceite
fino sobre la cabeza que descendía hasta la barba, la barba de Aharón, que
descendía hasta el ruedo de su vestidura; como el rocío del Jermón que
desciende sobre las montañas de Tsiyón. Allí ordenó YHVH la bendición, la vida
eterna. (Tehilim – Salmos 133:2-3)
Este pasaje de
los Salmos es de gran contenido profético y mesiánico: Se nos cuenta cómo es que
en “la unidad y en la armonía de los hermanos” está relacionada con la unción
del Cohen Hagadol. El aceite que descendía por las barbas de Aharón, hasta sus
vestiduras, es una sombra profética del ungimiento del Cohen Hagadol Celestial
(El Mesías Yeshua) y la llenura del espíritu santo de la congregación que es su
cuerpo. La figura profética es clara y es la siguiente:
Aharón sumo
sacerdote terrenal, es figura del sumo sacerdote celestial, por lo cual: Su
ungimiento terrenal es figura del ungimiento celestial. El aceite usado en la
cabeza de Aharón representa a la unción o llenura del espíritu santo que caería
sobre el sumo sacerdote celestial.
Las vestiduras
del sumo sacerdote terrenal ungidas por el aceite de la unción, representan
también al cuerpo del Mesías “investido” de la misma unción que él recibiese en
el momento de su ungimiento celestial. Yeshua es la cabeza (las barbas de
Aharón) y la congregación es su cuerpo, como está escrito:
“y él es la
cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de
entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia” (Colosenses 1:18)
El óleo
mesiánico iba a caer en Tsión, en Yerushalayim, sobre los hermanos que vivirían
juntos en armonía, y así sucedió, fue en Yerushalayim donde se derramo.
Tal cual el
ungimiento del Cohen Hagadol se relaciona con la unidad y la armonía de los
hermanos, así también, el ungimiento del Cohen Hagadol Celestial, de nuestro
amado Mesías Yeshua, ocurrió cuando los hermanos estaban todos juntos y
unánimes. Como está escrito:
“Al llegar el
día de [la Fiesta de] las Semanas, estaban todos reunidos en un mismo
lugar” (Hechos 2:1)
Un dato
importante acerca de las vestiduras del Cohen Hagadol, es que sobre sus hombros
debía llevan una piedra de onice en cada uno de ellos, con los nombres de los
hijos de Israel. Como está escrito en la bendita Torá:
“Y tomarás dos
piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel” seis
de los nombres en una piedra, y los seis nombres restantes en la otra piedra,
según el orden de su nacimiento.” (Shemot 28:9)
En una piedra
estaban los nombres Reuvén, Shimón, Leví, Yehudá, Dan y Naftalí. En la otra
piedra Gad, Asher, Yisajar, Zvulún, Yosef y Binyamín. Esto significa que había
25 letras en cada piedra, 50 letras en las dos, el numero 50 representa mucho
para nosotros según lo que estamos analizando. Nuestro amado Mesías Yeshuá,
según está documentado en los escritos de sus shelijim (emisarios) estuvo
después de su resurrección 40 días compartiendo con sus talmidim (discípulos),
el día 41 ascendió al cielo para cumplir su función sacerdotal, pero solo después
de 10 días pudo ser iniciado en el servicio sacerdotal, es decir en total
Yeshuá después de su resurrección demoro 50 días en ser ungido como Cohen
Hagadol Celestial. El mismo número de letras que hay en las piedras de onice
que debe llevar el atuendo del Cohen Hagadol – Tambien es el mismo número de la
cuenta del “omer”, que son los 50 días que la Torá ordena contar desde el
primer día de la semana después de Pesaj, para celebrar la fiesta de las
semanas. Pero lo más interesante, sin duda es que luego de haber ascendido,
durante 10 días Yeshuá espero el cumplimiento de todas las cosas, y la llegada
de la fiesta de “Shavuot” (Semanas) para ser investido del poder de lo alto. Si
cada letra corresponde a un día, vemos como la letra número 41 corresponde al
primer día en el cielo. Esa letra es la primera del nombre Yosef, la yud, que
tiene el valor 10. En ese día cuando Mashiaj ben Yosef entró en el cielo empezó
el proceso de su glorificación y luego consagración como sumo sacerdote. Cuando
aquello sucedió, entonces, su cuerpo que es la congregación, también fue
partícipe de ese derramamiento de unción de ruaj HaQodesh (espíritu del Santo)
y finalmente fueron preparados para toda obra y servicio dentro del sacerdocio
celestial, cuyo trabajo trasciende los mundos. Por lo cual, cuando un creyente
es lleno del espíritu de santidad, está siendo incluido en el servicio
sacerdotal celestial de Yeshuá que es según el orden eterno de Melquisedec,
como está escrito:
“De la misma
manera, el Mesías no se glorificó a sí mismo para hacerse sumo sacerdote, sino
que lo glorificó el que le dijo: HIJO MÍO ERES TU, YO TE HE ENGENDRADO HOY
(habla de la resurrección); como también dice en otro pasaje: TÚ ERES SACERDOTE
PARA SIEMPRE SEGÚN EL ORDEN DE MALKI-TSEDEK. El Mesías, en los días de su
carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que
podía librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente; y aunque
era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto,
vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen, siendo
constituido por Elohim sumo sacerdote según el orden de Malki-Tsedek.” (Hebreos
4:14)
“Teniendo,
pues, un gran sumo sacerdote que trascendió los cielos, Yeshúa, el Hijo de Elohim, retengamos
nuestra fe.” (Hebreos 4:14)
Una vez que
Yeshuá nuestro amado Mesías “fue engendrado” por el Padre, a través del poder
de la resurrección, luego de estar durante muchos días con sus discípulos
mientras esperaba los días de la fiesta señalada del Eterno, donde finalmente
él seria investido del poder de lo alto, habiendo trascendido los cielos, se
coloco las vestiduras del cohen hagadol celestial, y hasta el día de hoy, esa
es su función en los cielos.
Es por esa
razón, que la Torá nos da tantos detalles de la vestidura del Cohen, cada
detalle, está relacionada con el Mesías Yeshuá. Hoy solo comentamos uno de esos
tantos detalles, como cuando Yeshuá fue ungido con la unción celestial, su
cuerpo que es la congregación, también fue lleno del Ruaj HaQodesh. Está
escrito que habiendo subido a las alturas dio dones a los hombres, y todo por
el mismo espíritu, entiéndase también unción sacerdotal:
“Por esto
dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad* y dio dones a los
hombres. Pero esto de que subió, ¿qué quiere decir, a menos que hubiera
descendido también a las partes más bajas de la tierra? El que descendió es el
mismo que también ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.
Y él mismo constituyó a unos Enviados, a otros profetas, a otros proclamadores
de la Buena Noticia, y a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a
los consagrados para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del
Mashíaj”(Efesios 4:8-12)
También está
escrito:
“Ahora bien,
hay diversos dones; pero el espíritu es el mismo” (1Corintios 12:4)
De aquí
entonces la importancia de que el servicio terrenal a Hashem que préstamos, se
realice en conciencia de que somos parte de un sacerdocio celestial y eterno.
Todos los dones espirituales tienen un lugar dentro del Mishkan celestial, pues
todos los ministerios y dones han sido creados en ese mundo, con tal de
preparar a los santos y edificar el cuerpo del Mesías Yeshuá y la congregación
del Cohen Hagadol celestial.
Es evidente,
por lo tanto, y con Torá en mano podemos asegurar que SÍ existe la llenura o
“bautismo” (mejor inmersión) del Ruaj HaQodesh. Esta inmersión en el espíritu
santo, le da todas las herramientas al hijo del Eterno para ser un verdadero
“adorador” en “espíritu y en verdad”, como está escrito en Juan 4:21-24:
“Yeshúa le
dice: Mujer, créeme; la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén
adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo
que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora viene, y
ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en
verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren. Elohim es
espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad.” (Iojanan
– Juan 4:21-24)
El contexto de
esta respuesta, nos muestra que en realidad Yeshua se está refiriendo a la
adoración sacerdotal. Es decir: “Ustedes dicen que se debe ofrecer sacrificios
(adorar) allá y nosotros acá” parafraseando para poder explicarnos mejor. Los
verdaderos adoradores que le buscan en espíritu y en verdad, no adoraran “ni
aquí, ni alla”, sino que siendo participes de un sacerdocio celestial, podrán
adorar al Padre a través de la vía del Cohen Hagadol Celestial.
Tenemos de
nuestro amado Mesías Yeshuá, la transmisión de una hermosa promesa del Padre,
“Ruaj HaQodesh” - dicha promesa se va cumpliendo cada vez que un alma cree
sinceramente y se arrepiente de sus malas sendas para dedicarse toda su vida al
servicios de Hashem, como está escrito:
“Yo a la
verdad os sumerjo con agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mí
es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitarle las sandalias; El os
sumergirá en el Espíritu de santidad y con fuego.” (Matitiya -Mateo 3:11)
Iojanan el
inmersor (Juan el Bautista) había profetizado la existencia de una inmersión
celestial de carácter espiritual. Pero está llenura del Ruaj HaQodesh, no fue
entregada en Israel por ningún creyente hasta después de 50 días de la resurrección
de Yeshua el Mesías, cuando él recibiese su unción e iniciación sacerdotal,
como está escrito:
“Y en el
último día, el gran día de la fiesta, Yeshúa puesto en pie, exclam ó en alta
voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí
según dice la Escritura, de lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua
viva. Pero él decía esto del Espíritu, que los que habían creído en él habían
de recibir; porque el Espíritu no había sido dado todavía, pues Yeshúa aún no
había sido glorificado.” (Iojanan 7:37.39)
Una de las
cosas que más hemos dejado por el “intelectualismo religioso” son las
experiencias espirituales, entre ellas, la más importante de todas, la llenura
o inmersión del Ruaj HaQodesh. Una congregación que busca el mejor camino, debe
procurar primeros dos cosas: La inmersión en las aguas en el nombre de Yeshuá y
la llenura del espíritu santo de sus miembros. Así de esa manera estarán
capacitados con dones y ministerios, que del mismo cielo les han sido conferidos
para participar del sacerdocio celestial y eterno del Cohen HaGadol Yeshua
HaMashiaj.
Si el Cohen
Hagadol lleva a toda la Kahal de Israel en sus hombros y en su pectoral,
también los creyentes en Yeshuá que han sido revestidos de lo alto, llevaran en
sus ropas los nombres de los miembros de la congregación de Yeshuá, para orar e
interceder por ellos, como hasta el día de hoy Yeshuá lo hace por nosotros. Si
tenemos tal conciencia de servicio a Hashem, obtendremos el fin de todo, que
los dones que hemos recibido no sean mal usados, sino que usados con mucho
temor y responsabilidad, pues en el Mesías hemos sido confirmados, de modo que
ningún don nos falte para el crecimiento de toda la congregación de los santos.
אברהם בן יעקב
Año Hebreo
5780
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