lunes, 6 de abril de 2020

PESAJ: Un seder de Pesaj con Yeshúa


UN SEDER DE PESAJ CON YESHUA

¿Cuál es el mejor séder de pésaj? No existe el mejor séder. Esa debería ser la respuesta precisa y políticamente correcta a esta pregunta. Pero es responsabilidad nuestra que nuestro séder, sea el mejor séder de que hayamos vivido. ¿Cómo marcamos la diferencia? Está escrito en nuestra Tora:

En aquel día harás saber a tu hijo: "Esto es con motivo de lo que hizo conmigo Adonai cuando salí de Egipto."  (Exodo-Shemot 13:8)

El Padre debe encargarse de hacer saber a su hijo, lo que los hijos de Israel vivieron en Egipto en sentido literal, relatar todos los sucesos del éxodo y la estadía de los hijos de Israel en Egipto y de cómo HaShem los liberto, trae enseñanzas de gran bendición a la familia por el solo hecho de relatarlas.

Pero realmente el Padre debe transmitir en la mesa en la noche del séder, esta experiencia personal que él tuvo con la esclavitud espiritual, y cómo fue que pudo obtener esta libertad espiritual que hoy le permite estar sentado en esa mesa participando de una ceremonia llena de sentido espiritual. La clave para que el Padre de familia llegue a entender y comunicar esto se llama: “Yeshúa el Mesías”. El ingrediente de nuestro séder más importante es que relatemos las obras del Mesías Yeshúa en nuestras vidas. Como la fe en él nos trajo de las tinieblas a la luz más admirable. No sé por qué de pronto tengo la impresión que lo más falta en nuestro séder anual de Pesaj, es la presencia de nuestro salvador y libertador Yeshúa. Como si lo hermoso del séder, y la exuberante sabiduría del judaísmo, de pronto opacara al Mesías Yeshúa. Quizás no entendemos aún que él es mayor que Moshé y por lo tanto la pieza más importante en todo lo que hacemos en nuestro servicio HaShem.

Como está escrito:

“Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo” (Hebreos 3:3)

Debemos tener claro lo siguiente: Yeshúa es el centro de la Torá, sus enseñanzas son el cuesco de la Torá, y él objetivo de la misma, y sin él, todo ceremonial que hagamos carece de sentido, para los que han creído en él como el Mesías. Lógicamente el séder de pésaj tiene mucho sentido para quienes no han creído y confesado la mesianidad de Yeshúa, ellos nos pueden ser medidos con esta medida, pero nosotros sí. Para nosotros el séder de pésaj carece de sentido sin el Mesias Yeshua no está dentro del seder. Es más, toda nuestra observancia religiosa carece de real valor si él, sus enseñanzas, y las enseñanzas de sus emisarios, no forman parte de nuestra observancia diaria. Pues luego ¿Qué hay de diferente en nosotros respecto del judaísmo tradicional? ¿Qué había de diferente en esos primeros alumnos del mesías, que vivieron hasta entregar sus vidas por su profunda convicción de que él era el Mesías prometido a Israel, respecto del judaísmo de su época? La diferencia clave, que es la diferencia que, entre el cielo y la tierra, es nuestra emuná en Yeshúa como el Mesías prometido a Israel. Ellos no creen en él, y está bien, es plan divino. Pero nosotros que creemos en él, no podemos ni debemos ignorarlo. Esta debe ser la manera en la que nosotros debiésemos vivir respecto del judaísmo tradicional. “Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado este”. Este es Yeshúa, el cual es superior a todos.

Podría ser que vivamos la paradoja de decir creer a quien no le obedecemos. Respecto del séder de pésaj, sabemos que por boca de los alumnos de Yeshúa, que él les ordeno lo que está escrito:

De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; HACED ESTO CUANTAS VECES LA BEBÁIS EN MEMORIA DE MÍ” (1 Corintios 11:25)

Lo cual demuestra que el séder de pésaj tiene una profunda conexión con Yeshúa, su muerte y resurrección. Cada vez que participamos del pan y el vino, y cuanto más en el séder de pésaj, tenemos la obligación de hacer que nuestro séder sea el mejor séder de todos por cuanto tenemos por Mesías y Salvador al más alto de todos, como hemos leído en la carta a los hebreos, el dueño de la casa dentro de la cual servimos. Esta casa es la Torá.

“Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es el Mesías, ya fue sacrificada por nosotros” (1 Corintios 5:7)

אברהם בן יעקב
Año Hebreo 5779

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