COMENTARIO
DE LA PARASHA SEMANAL
Parashá n°44 Devarim 5780
Deuteronomio 1:1 – 3:22
Shalom Javerim:
בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos
estudiando esta semana la parashá “Devarim” (palabras). En esta
oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de
nuestra bendita Torá:
“Estas son las palabras
que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el
Arabá frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab” (Devarim/Deuteronomio
1:1)
אֵ֣לֶּה הַדְּבָרִ֗ים אֲשֶׁ֨ר דִּבֶּ֤ר מֹשֶׁה֙
אֶל־כָּל־יִשְׂרָאֵ֔ל
El ultimo libro de nuestra sagrada Torá, comienza
con las palabras (ֵ֣לֶּה
הַדְּבָרִ֗ים) “ele HaDebarim”
– “estas son las palabras”. Y respecto de esta expresión nuestros sabios de
bendita memoria explican que toda vez que un texto de las sagradas escrituras
comience con la expresión ַדְּבָרִ֗ים - “devarim” –
“palabras” – nos está indicando que las palabras contienen un mensaje de
amonestación y reprensión para quienes las reciben.
Así vemos que sucede por ejemplo con el famoso
libro de Kohelet (Eclesiastés) que comienza con: דִּבְרֵי֙ קֹהֶ֣לֶת – “debarei kohelet” – “Palabras del Predicador”, pues el
contenido del libro en general es una amonestación sobre el sentido de la vida
del hombre en este mundo.
La misma expresión la encontramos en el libro del
Profeta Jeremías: דִּבְרֵ֥י
יִרְמְיָ֖הוּ – “debarei Yirmeyahu” – “Palabras de Jeremías”, ya que el
contenido de la profecía que contiene este libro, es un constante llamado al
arrepentimiento del pueblo de Israel.
Así que las palabras: “ele hadebarim” “estas son
las palabras” – nos vienen a enseñar que el discurso de Moshé contiene un
sentido amonestación y una carga de reflexión muy importante que alude al
corazón de los Israelitas. Según el comentario de Rashi: “Moshé enumero aquí
todos los lugares donde los Israelitas habían pecado” – Es decir cada lugar
mencionado estos capítulos de la Torá, son alusiones a aquellas ocasiones en las
que el pueblo se revelo contra HaShem, de distintas formas. Por lo que sus
palabras tendrían un sentido de amonestación, respecto de aquellas situaciones
pasadas, a fin de despertar sus corazones hacia la conversión verdadera.
Aunque el mensaje de reprensión estaba en los
labios de Moshé, fue HaShem quien le quería que les reprendiera
anticipadamente. ¡Aquí entonces vemos el amor del Padre celestial y del Padre
terrenal!
“Y aconteció que, a los cuarenta años, en el mes
undécimo, el primero del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a
todas las cosas que HaShem le había mandado acerca de ellos” (Devarim/Deuteronomio
1:3)
Y está es la reflexión que traemos esta semana: ¡Que
importante son las palabras de amonestación! – No se puede vivir una vida
sin reflexión alguna, quien vive así, se transforma en un ser humano
involucionado espiritualmente.
Un padre verdadero, no puede dejar a su hijo sin
palabras de disciplina y amonestación. ¡Si HaShem no nos amara, nos dejaría sin
disciplina y seriamos considerados, como sin padre! – Pero aunque muchas
veces parezcan duras las palabras de nuestro Padre celestial (que recibimos a través
de nuestros maestros) y nos llenemos de vergüenza – y nuestros rostros se
pongan un instante rojos como el fuego – es mejor un momento de esos en esta
vida – que un castigo severo el fuego eterno, y quedarnos sin olam haba.
Las palabras de disciplina – constituyen la fuente
de nuestra formación personal y del crecimiento espiritual. Y Sin embargo es la
rama de las sagradas escrituras menos estudiada por las personas, pues no es
para nada popular. Estamos acostumbrados a llenarnos de información. En la red
de internet leemos y vemos cientos de millones de videos y artículos sobre
distintos temas bíblicos. Muchos de ellos interesantes – gematrías – misterios –
asuntos proféticos y temas similares que capturan la atención de millones de
personas. Pero, aunque pueden ser muy atractivos e interesantes, no pueden
traer una reflexión al corazón de la persona y por lo tanto no cambian su corazón.
¡Un mensaje sobre el infierno tiene mucho menos poder que las palabras de amonestación de un Padre!
¡Un mensaje sobre el infierno tiene mucho menos poder que las palabras de amonestación de un Padre!
Esta escrito en las escrituras, que solo la
amonestación de un Padre obtiene el buen fruto de santidad y justicia que
HaShem desea de nosotros. En cambio; ni el sermón más aterrorizante sobre el
fuego del lago de fuego, ni los miles de estudios sobre las letras hebreas, las
gematrías, y muchas cosas bonitas y hermosas de las escrituras, no pueden causar
este cambio tan importante en el corazón, que HaShem pide de nosotros. Solo las
palabras de amonestación de un Padre y su disciplina lo pueden conseguir
Así está escrito en la carta a los hebreos:
“Por otra parte, tuvimos a nuestros padres
terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no
obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y
aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les
parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de
su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa
de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los
que en ella han sido ejercitados” (Hebreos
12:8-11)
De este pasaje aprendemos:
1.- La disciplina de un Padre Terrenal es digna de
respeto - ¡Cuánto más la del padre celestial!
2.- El objetivo de las palabras de amonestación es
el más elevado de todos - ¡La vida misma! – Cuya amonestación como Padre de los
espíritus, trae vida espiritual a quien la recibe con humildad.
3.- Debemos buscar, indagar más, sobre temas de
moral, ética, comportamiento, cualidades, pues estas cosas en si mismas sin parte
de las palabras de HaShem que contienen las amonestaciones necesarias para
obtener la vida.
4.- Las palabras de amonestación, nos hacen
participes de la santidad del HaShem.
5.- Las palabras de amonestación traen consigo un fruto,
que contiene paz, no hay bendición sin la paz. Ya dijeron nuestros sabios: ¡El
recipiente de la bendición es la paz!
6.- Las palabras de amonestación son un ejercicio.
Esto quiere decir que nos debemos sujetar a ellas, probarnos en ellas constantemente,
no desecharlas, y ver tras ellas siempre el INMENSO AMOR DEL PADRE CELESTIAL.
Pues sin esa comprensión, ¡podríamos pensar que son ataques humanos! – pero no,
en realidad es siempre el amor del Padre que busca hacernos mejores seres
humanos y mejores personas.
El maravilloso libro de Mishle/Proverbios nos dice:
שְׁמַ֣ע בְּ֭נִי מוּסַ֣ר אָבִ֑יךָ וְאַל־תִּ֝טֹּ֗שׁ
תֹּורַ֥ת אִמֶּֽךָ׃
“Oye, hijo mío, la disciplina de tu padre, y no
desprecies la Torá de tu madre” (Mishle/Proverbios
1:8)
De este hermoso versículo aprendemos varias enseñanzas,
relativas a nuestro comentario:
1.- El verso dice: “shema beni musar” – “Escuchar hijo
mío disciplina-instrucción de tu padre”. La palabra hebrea “musar” que ha sido
traducida por “disciplina” o “instrucción” viene de la palabra hebrea “Isur” –
que significa “sufrimiento” – Y esto está en armonía con lo que leíamos en la
carta a los hebreos: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece
ser causa de gozo, sino de tristeza” – Pues que la Torá es sí misma una
disciplina que nos trae un sufrimiento, a esa parte o naturaleza humana que no
quiere dejarnos crecer.: “A la carne y a sus deseos”, le resultan un “isur” –
un “sufrimiento”, el cumplimento de la voluntad de HaShem. Pero como dijo
Yeshua: “el espíritu está siempre dispuesto”.
Y aunque vemos que estas palabras causan
sufrimiento, pues son en sí mismas un ejercicio moral y espiritual, obtienen
como resultado el desarrollo y le elevación de la persona, la vida misma, como
lo dice la carta a los hebreos.
2.- El versículo nos dice: “musar abija” – “La disciplina de tu Padre” – y respecto de esto nuestros sabios nos indican, que aquí: “La Torá del Padre” es “la Torá de HaShem”, que nos diera en el Sinaí. Pues está escrito de ella: “la Torá de HaShem es perfecta, que convierte el alma” (Tehilim-Salmos 19:7). Como vemos la Tora del Padre tiene ese poder transformador que convierte el alma. ¡Esas son las palabras de amonestación que necesitamos! ¡Palabras de vida!
3.- El versículo dice: “veal titosh torat imeja” – “y
no desprecies la Torá de tu madre” – Al respecto explicaron nuestros sabios
que: “la Tora de tu madre”, equivale a las palabras de amonestación de los neviim
(profetas) y de nuestros jajamim (sabios). Esto nos enseña la importancia de
dejarnos ser enseñados, exhortados, y formados por personas más elevadas que
nosotros, de mas experiencia, y que nos den una perspectiva moral y ética de la
vida, que nos haga mejores personas, mejores esposos, mejores Padres, mejores
hijos de nuestros Padres y Madres, etc.
Tenemos, por lo tanto, que las palabras de musar/disciplina
y amonestación, son sumamente necesarias para OBTENER LA VIDA, pues corresponden
al nivel de la Torá interna, a los deberes de la conciencia y del corazón que
tanto debemos cuidar. Pues sin santidad en él, esta escrito en la carta a los
hebreos: “no veréis a Di-s”.
אברהם בן יעקב
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