COMENTARIO DE LA PARASHA SEMANAL DE LA TORA
Parasha 05 Jaie Sara 5774
Génesis 23:1 – 25:18
EL ARBOL DE LAS VIDAS
Esta
semana estudiamos la porción “Jaie Sara”, la cual comienza hablando sobre la
muerte de la matriarca Sará. Como podemos ver, nuestra parasha se llama “Las
vidas de Sara” y sin embargo comienza hablando de su muerte. Esto es muy
profundo, pues da pie para saber un poco más de aquello que existe después de
la muerte, está escrito en nuestra porción:
“Fue
la vida de Sara ciento veintisiete años; tantos fueron los años de la vida de Sara. Y
murió Sara en Quiriat-arba, que es
Hebrón, en la tierra de Canaán; y vino Abraham a hacer duelo por Sara, y a llorarla” (Bereshit – Genesis 23:1-2)
En
las traducciones al español no logramos captar toda la riqueza de la santa lengua hebrea, por lo cual, para poder profundizar tenemos que necesariamente ir al hebreo. Lo
primero que leemos en nuestra porcion es:
“vaieiu
jaie Sará”, lo que literalmente significa: “Y fueron las vidas de Sara”, ya que en hebreo no existe la palabra “vida” en
singular, sino que solamente la palabra “vidas” en plural, “Jaie” o “Jaim”, lo
cual nos muestra que una persona tiene “vidas” y no solamente “vida”. Lo cual es
muy profundo y muy difícil de explicar. Son varias las teorias a las que podríamos
recurrir, para explicar porque la Torá
nos muestra que el ser humano tiene “vidas” y no solo “vida”. Veamos algunos
ejemplos:
Los hombres llevamos “vidas” dentro de nuestro aparato reproductor. Nuestra “semilla”
contiene millones de mundos y de realidades que no han venido a existir. Lo mismo sucede en la mujer, la cual es la fuente que contiene esas vidas. De ahí
nace la importancia de no “desperdiciar la semilla”, "y de no unirse intimamente a una mujer menstruante" pues aquello significaría,
desperdiciar las vidas que está dentro de la persona.
Si recordamos la ocasión en que Caín mato a su hermano Habel, veremos que nos dice el texto de la Torá en hebreo: “Kol demei” lo cual se traduce “las voz de las sangres”, a pesar que en el texto traducido leemos: “la voz de la sangre de tu hermano”, en hebreo leemos “sangres”, porque en realidad, cuando Caín le quito la vida a su hermano Habel, no solo interrumpio la vida de su hermano, sino que “las vidas” que estaban en la semilla de Habel. Todas esas realidades potenciales que residían en el justo Habel, todos esos mundos, todas esas bendiciones que pudieron haber traido a este mundo los decendientes de Habel, fueron interrumpidas cuando su hermano Caín lo mato.
Si recordamos la ocasión en que Caín mato a su hermano Habel, veremos que nos dice el texto de la Torá en hebreo: “Kol demei” lo cual se traduce “las voz de las sangres”, a pesar que en el texto traducido leemos: “la voz de la sangre de tu hermano”, en hebreo leemos “sangres”, porque en realidad, cuando Caín le quito la vida a su hermano Habel, no solo interrumpio la vida de su hermano, sino que “las vidas” que estaban en la semilla de Habel. Todas esas realidades potenciales que residían en el justo Habel, todos esos mundos, todas esas bendiciones que pudieron haber traido a este mundo los decendientes de Habel, fueron interrumpidas cuando su hermano Caín lo mato.
Otra cosa interesante que hallamos en el texto hebreo de la Torá, es la manera en que la
Torá relata la edad de Sara. Literalmente leemos: “meot shana” “cien año”, “vesriim shana” “y veinte año” “vSheva
shanim” “y Siete años”. Si nos fijamos bien, el texto hebreo no es como la
traducción al español, donde leemos simplemente: “Ciento veinte siete años”, sino que el texto hebreo dice, que la
edad de Sara fue: “cien años” y “veinte
años” y “siete años”. La manera en la que la Torá separa la edad de Sará,
nos muestra que la vida de Sara, y la vida de una persona contiene “vidas”,
pues las etapas de la vida de Sara, en sí misma, corresponden a “vidas” dentro
de su vida. Así también nosotros, no somos los mismos de hace 20 años atrás, ni
seremos los mismos en 20 años más, pues la vida misma hará que nuestra vida
este marcadas por etapas que constituirán “vidas” dentro de nuestras existencias,
que nos marcarán y determinaran que clase de persona seremos en el futuro. Así,
la vida de Sara, estuvo marcada por distintas etapas y de seguro, a nosotros
nos sucede lo mismo, estamos marcados por distintas experiencias que fijan un
antes y un después.
Tenemos
por lo tanto, la posibilidad de mejorar en cada etapa de nuestras vidas, porque
como cada cosa tiene su tiempo debajo del sol. Así también cada vida tiene una
etapa distinta que experimentar, la cual hará de su vida, una vida distinta a
la que un día tuvo.
Esto
trae nuestra memoria las palabras de nuestro amado Mesías Yeshuá cuando dijo:
“El que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Di-s”
y el Rabino que discutía con él le preguntaba: “¿Cómo puede una persona entrar en el vientre y volver a nacer?”.
Pues en realidad, de lo que hablaba nuestro amado Mesías Yeshuá, era de la
posibilidad innata que tiene el ser humano dentro de su naturaleza, de “volver
a comenzar”, “volver a nacer”, morir para volver a vivir.
Ahora
bien, notemos que esto no es una mera suposición, pues desde el punto de vista
del proceso de creación de las criaturas en los vientres de sus madres, el bebe
debe estar en “agua” durante toda la época de gestación, 40 semanas, 9 meses,
antes de nacer, o bien, antes de salir a una “nueva vida” para él, (pues ya
vivía), lo cual hace que su nacimiento sea una vida más, de las muchas que la
criatura tendrá dentro de su corta existencia. ¿Tenemos “vida” o “vidas”?
Por
esta razón es que nos sumergimos en las aguas, al confesar a Yeshuá resucitamos
a una nueva vida. Pues el poder del “mikve” y la “tevila” en las aguas, por
medio de la fe y el arrepentimiento, crean en el alma del ser humano, a una
nueva criatura en el Mesías Yeshuá, como está escrito:
“Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como el Mesías resucitó de los
muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6:4)
“Sepultados con él en la inmersión de las
aguas, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Di-s que le
levantó de los muertos” (Colosenses 2:12)
Como
vemos, si somos muertos en el “mikve” por la autoridad de Yeshuá, somos resucitados
por el poder de Di.s, que obra en nosotros por la muerte y resurrección de Yeshuá
el Mesías, quien nos dio una nueva vida cuando creímos en él. Es decir, se nos
da “vida” dentro de la “vida”, lo cual afirma lo que venimos diciendo, el ser
humano, no tiene simplemente “una vida”, sino que “vidas”. Para Di.s estábamos muertos
en nuestros delitos y pecados, a pesar de que estábamos vivos, ¿Cuánto más será
la vida, cuando realmente muramos a este cuerpo?
Por
eso, una interesante pregunta que podemos hacernos, pero que no sabemos si
podemos contestar es: ¿Si en esta vida,
tenemos la posibilidad de tener “vidas”, que habrá después de la muerte, sino también
la posibilidad de tener “vidas”? No lo sabemos, lo cierto es que el ser humano
tiene dentro de sí, en los niveles de su alma, una esencia Eterna, que nunca
puede morir. Por esta razón es que nuestro amado Mesías Yeshuá dijo, citando a
la Torá: “Di-s, no es Di-s de muertos,
sino de vivos” ¿Y si Di-s no es Di-s de muertos, luego Abraham, Yitzjak,
Yaacov, están vivos o muertos?
La
Torá también nos habla acerca del árbol de la vida, en hebreo: “Etz Jaim” “Arbol
de las vidas”, lo que nos muestra que en realidad en ese árbol están contenidas
las almas de todas las existencias humanas, y por esta razón, es que cada vida
humana que vino a existir, tiene en realidad una misma fuente, “el árbol de las
vidas”. Ahora bien, fíjense bien lo que nos dice el siguiente pasaje:
“En él estaba la vida, y la vida era la luz
de los hombres” (Iojanan – Juan 1:4)
En
el texto hebreo del “brit hadasha” leemos: “jaim” “vidas” y no “vida”. Es
decir, en él, en Mashiaj, estaban las vidas, en él estaban sujetas las existencias
de todos los seres humanos que vendrían a nacer a este mundo, y por eso, es que
la obra de obediencia, y de sacrificio de Mashiaj Yeshuá, hace que sus meritos
sean tan elevados, para que con su muerte y resurrección nosotros podamos también
tener acceso al árbol de la vida. Como está escrito:
“Yo soy, la verdad, el
camino, y LAS VIDAS” (Iojanan - Juan 14:6) y también: “y matasteis al autor de las vidas, a quien Dios ha resucitado de los
muertos, de lo cual nosotros somos
testigos” (Hechos 3:15)
No
he forzado los textos, simplemente los he llevado al hebreo, del cual sabemos,
que no existe la palabra “vida” sino que “vidas”, por lo cual, si lo vemos
desde este punto de vista semántico hebreo, cuando Mashiaj Yeshuá, habla de ser
“las vidas” está aludiendo al “árbol de
las vidas” o “Etz Jaim”, o cuando el Shaliaj Kefa dice: “Matasteis al autor de la vida”, en
realidad se está refiriendo “al árbol de la vidas” que contiene a todas las
almas que han existido, existen y existirán, el cual es el Mashiaj Yeshuá.
Por
esta razón, es que Mashiaj Yeshuá a través de su muerte y sacrificio, permite
que todos nosotros en él, tengamos la VIDA, pues en él estaban las vidas, y
todos los muertos pueden volver a vivir, como él mismo dijera: “el que cree en mi, aunque este muerto
vivirá” y también: “De modo que si
alguno está en el Mesías, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”
(2Corintios 5:17)
Un
día el santo bendito determino, quitarnos el árbol de las vidas: “ahora,
pues, que no alargue su mano, y
tome también del árbol de la vida, y
coma, y viva para siempre” (Génesis
3:22), pero a su debido tiempo, nos lo volvió a compartir en las fe, vida,
obra, y enseñanzas de nuestro Mashiaj, para que todo aquél que en él cree tenga
VIDAS de la Eternidad.
“En
medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de
las naciones” (Apocalipsis 22:2)
¿Cuáles
son los doce frutos, sino Israel? ¿Y que son las hojas, sino, las enseñanzas
del Mesías?
“Dichosos los que
lavan sus ropas, para tener derecho al
árbol de la vida, y para entrar por las
puertas en la ciudad” (Apocalipsis 22:14)
Shavua
Tov – Buena Semana
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