COMENTARIO DE LA PARASHA SEMANAL DE LA TORÁ
Parasha 07 VaYetze 5774
Génesis 28:10 – 32:2(3)
Elevándonos y descendiendo, la escalera de la vida.
El
comentario de la porción de la Tora que nos corresponde estudiar esta semana, nos habla
acerca del comienzo y el fin del exilio de Yaacov.
Un
exilio que duro 20 años, y que comienza con la
declaración de la Torá “Y Salio” (Vaietze). Habiendo obedecido a la orden de sus Padres, Yaacov
deja la tierra de Beersheva donde. Según nos relata la Torá, al comienzo de su viaje, llego a cierto
lugar y se durmió colocando unas piedras que hallo en el lugar como sus almohadas,
un
Midrash señala que eran 12 piedras,
las
cuales formaron una sola, aludiendo a Israel. Durante esa noche, Yacov tendría un encuentro sobrenatural con Dios, una gran visión que revelaría aspectos propios de su vida y de sus descendientes, acontecimientos futuros de cómo viviría su linaje y tremendas
enseñanzas, todas derivadas del sueño de la escalera de Yacov.
Nos dice la
bendita Tora:
"Y soñó y he aquí una escalera que estaba parada sobre la tierra, cuya parte superior se elevaba hacia el cielo, y además unos ángeles subían y descendían por ella , Y he aquí, Hashem estaba en lo alto de ella,
el cual dijo: Yo soy Hashem,
el Dios
de Abraham tu padre, y el Dios
de
Itzjak; la
tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu
descendencia” (Bereshit 28:12-13).
La
vida de nuestro Padre Yacov, simboliza al Israel exiliado
y disperso
entre las naciones, y a sus hijos que en el futuro que no nacieron en la bendita tierra de Israel. Representa a todos esos hijos de Israel que en el futuro
en medio de los exilios nacerían asimilados y lejos de su
santa tierra y su heredad, que recibieron nombres de ídolos, que adoraron a estatuas y practicaron abominaciones.
Los sabios en el Midrash nos han comentado que en este sueño Yakov vio al ángel de Babilonia,
es decir a la fuerza
espiritual de esta nación
representada en un ser metafísico, que ascendía y descendía, y así
también vio al ángel de Persia ascender y descender, al ángel de Grecia ascender y descender y finalmente al ángel de Roma lo vio ascender pero no lo vio descender (según otras versiones si lo vio descender). Es decir que a través de esta explicación del sueño de Yaakov, los sabios nos quieren transmitir un mensaje histórico y
generacional que envolvería el futuro de la descendencia de Yaakov, sus hijos habrían de sufrir cuatro diferentes exilios.
Estos datos presentados por los sabios nos sirven para elaborar teorías
de
cuál es el tiempo en el
que
estamos viviendo. Según este Midrash el último
exilio de Israel es el de Roma. Dicho exilio
comenzó cuando finalmente el templo fue destruido en el año 70 de nuestra era común. El exilio
de
Yaacov duro 20 años. Elaborando esta teoría podríamos decir que transcurrirán 2.000 años
para que el último exilio de Israel, que es el del ángel
de
Roma, termine. ¡Bendito sea Hashem que estamos en esos días! Según esta interpretación en el año 2070, o los años cercanos a él, quizás, no lo sabemos, será clave para el plan de la redención. ¿Implicaría esto que el tercer templo será
reconstruido en el año 2070? ¿O
hay
que contar los 2000 años desde la profecía del Mesías en
Lucas 19:41-44? dice:
“Cuando se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella,
diciendo: ¡Si tú también
hubieras sabido en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Porque sobre ti vendrán días,
cuando tus enemigos echarán terraplén delante de ti, te sitiarán y te acosarán por todas partes.
Y te
derribarán a tierra, y a tus hijos
dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no conociste el tiempo de tu visitación.”
Lo
cierto es que los exilios están relacionados con la Casa de Hashem. De Hecho el lugar donde tuvo origen el sueño de Yacov se caracteriza porque recibir el título de “Casa de Dios, y puerta del
cielo”. Está escrito en la bendita Torá:
“Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Hashem está en este lugar,
y yo no lo sabía.
Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo” (Génesis 28:16-17)
Es decir, probablemente, ese lugar donde Yacov estaba durmió, será en el futuro el lugar donde se construirá
el
tercer
templo, o donde
descenderá la nueva Jerusalén desde
el cielo, o simplemente la forma en que Dios quiere transmitirnos que mientras no hay templo habrá exilio.
Y no hablo del
templo hecho con manos de
hombre, sino del
templo que
es
nuestro cuerpo.
Mientras no hay una relación total con Hashem, estaremos en nuestro exilio espiritual. Al mismo
tiempo, también es cierto que mientras no hay templo físico, se nos considera en exilió, pues cuando hay templo la puerta de conexión con
las esferas celestiales está abierta, como lo
viera
Yacov, descender y subir de esa escalera ángeles de Dios. Lo que finalmente hará volver a todos los Judíos de todas partes del mundo a Israel, será la reconstrucción del templo, y lo que definitivamente hará que las naciones se sujeten a la fe Judía, será la presencia del templo y el
santo Mashiaj en él.
Yacov dijo estar en la casa de Hashem, pero esa casa tenía una escalera que lo conectaba con la
parte superior de
la misma, donde
estaba el santo bendito sea. Esto nos enseña que necesitamos una escalera para llegar al lugar donde esta Dios. La escalera de Yacov, representa el constante
ascenso y descenso que tenemos en nuestras vidas espirituales.
Cuando ascendemos,
las fuerzas celestiales, los ángeles de Hashem son nuestra ayuda, como está
escrito:
“¿No son todos
espíritus ministradores, enviados
para servicio
a
favor
de los que
serán
herederos de la salvación?” (Hebreos 1:14)
¿Pero
qué sucede cuando
descendemos en nuestras vidas
espirituales? También habrán
espíritus,
que
siendo siervos de Hashem, actuaran como ejecutores de los designios celestiales que nos son contrarios, y que han sido dictaminados a causa de nuestras conductas.
También las pruebas que podamos experimentar tendrán como propósito hacer que descendamos
en nuestro ego, y así, poder ascender en las
cualidades eternas que debemos
procurar, como la humildad, la fe, la perseverancia, la intimidad y
relación con Hashem.
Por
otra parte, existe “la ley de la soberbia”, como yo la llamo. El que se enaltece y cree estar
firme, finalmente del cielo lo hacen descender de la escalera, pero al que se humilla, al que esta
constantemente buscando la cualidad de la humildad, el que vive con emuna (fidelidad), del mismo cielo lo hacen ascender, y ahí creo yo, es asistido por los mismos ángeles de Dios en muchas ocasiones de su vida,
como veremos que al
final
de
esta parasha sucederá.
La vida de Yacov es en realidad nuestras vidas. Nos dice la Tora: “Yacov era un hombre integro
que
habitaba en Tiendas”,
sabemos además que él supo valorar la bendición de la primogenitura que le pertenecía a su hermano, por lo cual uso de la astucia que le fue conferida desde el cielo, y pudo
arrebatarle la primogenitura a Esav, quien era un
perverso
que
no tomo
el valor de las cosas que le había
sido conferidas por naturaleza. Así Yacov, aunque muchas veces, tildado como un
“pillo”, debe ser considerado como uno que vio a Hashem, uno que peleo con Dios y por sobre todo uno que lo venció. Y
es que finalmente Yacov, pudo elevarse y salir de su exilo y volver a la bendita heredad
que le había sido prometida a sus Padres.
¿Pero
cuantas cosas no tuvo que vivir Yacov, para poder elevarse? Su amado hijo Yosef, fue odiado de sus hermanos, enviado a otro país, pensó que estaba muerto, su única hija, su princesa, quizás
la más protegida de la familia, fue ultrajada por hombres impíos, su hijo benjamín casi fue arrebatado de sus manos,
el recuentro con su hermano Esav, la valentía de buscar su perdón, y el temor de pensar que moriría en sus
manos, y todas las presiones que leemos en esta parasha que tuvo junto a su suegro Laban.
El hombre es como una escalera, aunque sus pies están necesariamente "fijos en el suelo", en el
mundo físico, y él está obligado a involucrarse en la existencia material; de todas maneras si todo lo que hace es en nombre de los Cielos, "su cabeza llega hasta los cielos".
Las
acciones de la persona en este mundo tienen influencia directa en la manera que el reino
espiritual influencia en
la Creación, y esto inclina la balanza para el lado positivo o negativo. "Los enviados ascienden y descienden por ella".
Aún los ángeles (enviados) dependen de la escalera que el hombre crea con sus acciones en este mundo.
El hombre es la fuerza dominante y el centro de toda la Creación, tiene inclusive el poder de bajar o elevar a los ángeles” y finalmente le es
conferida la posibilidad de ser Templo de Hashem, como si el mismo construyese el templo que
fue
destruido por el exilio, o como si el mismo provocara que la casa de Dios sea traída de los cielos a su misma casa que está en su interior.
De esto podemos deducir, que todo crecimiento y elevación por sobre lo mundano y terrenal va
depender de los siguientes aspectos:
1.- Un exilio espiritual: Es donde nos hallamos lejos de Dios,
lejos de las respuestas que necesitamos, lejos de la sanidad,
lejos del poder económico, lejos de todo aquello que un día
tuvimos a la mano. Los que se alegraban ahora lloran, lo que tenían riquezas
ahora tienen necesidad, los que se jactaban de sabiduría
y conocimientos, ahora son confundidos. Los que
se alzaron fueron humillados, los que creían ser alguien, ahora sufren crisis de identidad.
Yacov tuvo su propio exilio, y su misión fue salir de él, con tal de ser meritorio para lograr elevarse, por sobre los apelativos que
habían contra él y por sobre su propia historia de vida.
2.- La soledad, es la mejor aliada durante el exilio, solo ahí, es donde el hombre puede meditar
en sus caminos y encontrarle un sentido
y un propósito a su vida. En
la soledad
fue
donde Hashem trato con él. Nos dice la bendita Torá que el exilio
de
Yacov, fue de arduo trabajo, por ambas
esposas 14 años de labor, 6
años por la estabilidad económica, 10 veces le fue cambiado el sueldo
por
su suegro Laban, luego todos los engaños y desengaños que sufrió con su Patrón, las Injusticias
de
las cuales fue sujeto, al frio de la noche, al calor del día, el sueño huía de sus ojos,
todo esto fue
necesario para finalmente ascender, y recibir el merito de ser el último gran Padre de las 12
tribus de Israel. Todo esto
Hashem lo
hizo vivir a Yacov, estando
solo, cuando el pudo meditar en sus
caminos.
A pesar de todo esto, nos cuenta un Misdrash, que la
futura nación de Israel fue castigada porque
Yacov fue invitado por Hashem a subir por esa escalera,
y él
no subió, pues tuvo temor. A raíz de
este “pecado” (nos cuenta esta hagada) es que Israel sufriría 4 exilios en el futuro. Como versa:
“Sin embargo, pecaron nuevamente y no creyeron en las maravillas de Dios" (Tehilim 78:32) Se
refiere a nuestro antepasado Yaakov,
que
no subió a la escalera. Por este motivo, el Creador le amonestó y le dijo: "Puesto que no has tenido fe en Mí, tus hijos tendrán que experimentar
cuatro exilios en
este
mundo,
durante
los
cuales
estarán sometidos al capricho de las naciones..."
(Midrash Raba Vayikra 29:2; Tanchuma Vayetze 2).
Cada vez que reusamos
subir, y elevarnos, no solo nos dañamos a nosotros mismos y nos privamos de los beneficios celestiales que están a nuestra alcance, por el solo hecho de vivir en obediencia a
Hashem, sino que también privamos a toda nuestra futura descendencia, ellos sufren el riesgo de vivir exiliados en sus vidas, en las distintas aéreas de sus vidas. Pues quizás le dijimos a Dios en aéreas
de nuestras vidas,
sí,
donde seremos recompensados para bien, y en otras aéreas
le dijimos
a Dios, no, en esas areas nuestras familias se verán afectadas.
Todas
esas puertas que no golpeamos para abrir, y esas escaleras que no subimos, nuestros
descendientes tendrán el reto de subirlas, abrirlas y rectificar aquello en lo que se verán afectados.
Evitemos por lo tanto que esto suceda y logremos subir nosotros, llegar
donde está Hashem a
la cima de la escalera, para perpetuar el nombre del santo bendito en nuestros hijos e hijas.
Una escalera tiene varios peldaños. Esto nos enseña que el camino
entre la tierra y el cielo tiene varios niveles. En las
Escrituras podemos encontrar
muchos ejemplos de estos diferentes niveles:
Isaías 62:10a dice: “Pasad,
pasad por las puertas;”; Salmo 84:7a dice: “Van de poder en poder”; Ezequiel 47:1-5 habla de cuatro niveles de profundidad en las aguas que salen del templo;
Juan 1:16 dice: “gracia sobre gracia”; Romanos 1:17 dice: “por fe para fe”; 2
Corintios 3:18 dice: “de gloria en gloria” etc.
La vida es una escalera de constantes ascensos y descensos. Estamos siendo formados cuan vaso en
las manos
del alfarero, como lo dijera el Rab Shaul
de tarso: “Aquel que la buena obra comenzó, será fiel en terminarla”. Podemos decidir subir peldaños, y evitar descender peldaños, si
nos lo proponemos. No bajemos para no subir y morir, bajemos para ser humildes y ser alzados por Dios. Cada vez que alguien logra un ascenso en el plano espiritual, podrá ser asistido
de
esos ángeles de Dios, cada vez que uno decide elevarse, le ha dado
la oportunidad al cielo para que derrame sobre nosotros las
bendiciones del mundo venidero, cada vez que ascendemos, es un
peldaño menos para ser
finalmente redimidos por Hashem.
Finalmente Yacov termina su exilio, después de 20 años, Hashem le informa que ha llegado el fin de su prueba,
ahora vivirá encuentros portentosos con Hashem, ángeles al final de esta parasha le
servirán, porque fue meritorio de sus
servicios, posteriormente un ángel le dará su bendición, su nombre será cambiado a Israel, y será conocido como el que peleo con Hashem
y lo venció. Ya que
en definitiva, el que puede vencerse a asimismo es quien logra vencer a Hashem, en el sentido de a sido merecedor de la bendición celestial.
Esa
es la vida de Yacov, humana y divina, la
misma vida nuestra, muchas veces más
humana que divina.
(Shavua Tov - Buena Semana)
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