domingo, 6 de diciembre de 2020

Parasha 09 VaYeshev 5774 / No hay tribulación sin transgresión



COMENTARIO DE LA PARASHA SEMANAL DE LA TORA
Parashá 09 VaYéshev
Génesis 37:1 – 40:23

La parasha de esta semana nos habla acerca de la vida de Yosef el hijo más amado de Yacov. Podríamos resumir esta porción en dos palabras: PRUEBA y FE. Pues si leemos bien, veremos que la vida de Yosef, con sus sueños, y revelaciones, con la envidia de sus hermanos, y el favoritismo de su Padre hacia él, el intento de asesinato de mano de sus propios hermanos, que termino resultando en una venta de su propia alma, como esclavo a un país lejano, más con las pruebas que le toco vivir en la casa de Potifar, las falsas acusaciones que lo pusieron en la cárcel durante 10 años, vivir lejos de su amado Padre, y no poder ver a su querido hermano Benjamín, entre otros muchos sufrimientos que la Torá no nos relata, pero que sin duda Yosef los vivió, nos muestra el proceso del ser humano, el hijo del Eterno, respecto de su crecimiento como persona, que tiene como único fin, tener una vida con perfecta fe en el Creador supremo.

Un pasaje muy conocido por todos que habla acerca de la importancia de tener fe, es el que leemos en la carta a los hebreos:

“Y sin fe es imposible agradarlo, porque es necesario que el que se acerca a Elohim crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan”(Hebreos 11:6)

Para agradar a Hashem hay que tener EMUNAH, esto es FE y Obediencia, es decir: Fidelidad. Una persona con fe perfecta, actúa en base a esa perfecta fe y no de otra manera. Por ejemplo:

¿Puede una persona orar sin FE? Claro que puede, pero el que se acerca a Hashem, debe creer que él existe, y que él es quien oye su oración. Debe creer que él (la persona), por más que este lejos de Hashem, su oración será oída por Dios mismo cuando él se dirija con Fe sincera os puede responderle su oración a él, ese uno entre miles de millones que ruegan a Dios. Debe creer que todo es para bien, que nada de lo que suceda en su vida no tiene un propósito más elevarlo al mundo venidero y sus bendiciones y que todas las situaciones de la vida son creadas por Hashem con el fin de fortalecerlo delante del Creador que todo lo sabe. Para adentrarnos en nuestro comentario, quisiera que usted meditara en las siguientes preguntas:

¿Era Yosef un hombre de FE? ¿Por qué fue probado Yosef?

Son unas interesantes preguntas que podríamos responder en el comentario de esta semana. Casi siempre hablamos del gran Justo que fue Yosef. Como sabemos que los sufrimientos que experimento Yosef, son una sombra de los sufrimientos del Mesías Ben Yosef (Mesías hijo de Yosef) creemos que la vida de Yosef es sumamente intachable, tanto así que creemos (sin decirlo) que él tampoco peco delante de Hashem. Sin embargo, no podemos olvidar una cosa, Yosef, era Yosef, no Yeshuá el Mesías, y el Mesías a pesar de ser hijo de Yosef en el sentido profético, no es Yosef, sino que es Yeshuá el Mesías, el único hombre que pudo vencer al pecado a través de la obediencia.

Si tenemos en mente que todo hombre que pasa pruebas, problemas, tribulaciones, es por causa de las transgresiones y de los defectos, podremos entender porque Yosef tuvo que sufrir tanto. Para Dios era muy fácil bendecir a Yosef, llevarlo a Egipto por otros medios, sin pruebas ni sufrimientos, pero Hashem, no nos pone a prueba por mero capricho, sino que nos prueba para sacar lo mejor de nosotros. Yosef era un Tzadik (Justo) inmaduro a los 17 años de edad, no vivía aún perfecta fe en Hashem, a pesar de que Hashem si sabía quién sería Yosef en el futuro.

Pero, ¿Cómo sabemos que Yosef no era un Justo completo? Para mí hay dos razones claves que en esta porción se dejan ver, que muestran la razón de las futuras pruebas de Yosef. Estas situaciones, estos “errores” en la vida de Yosef tenían un propósito. Fíjese como es Dios, que usa nuestras debilidades para nuestro propio bien, con tal de hacernos cumplir su propósito en este mundo. Quizás usted pueda estar pensando en el MAGO propósito que Dios tenía con Yosef, alimentar a toda una humanidad, “ese sí que es un propósito”, diría el que tiene poco autoestima. Pero más allá del plan superior de redención mundial, incluso profético, si lo relacionamos con el Mesías Yeshuá, que había con Yosef, hay un plan más importante aún con él: El plan PERSONAL. Más que la vida de todas esas personas que fueron salvas del hambre que los azotaba, el propio Yosef tenía cosas que solucionar en su vida. Por lo cual, todos los sufrimientos que él experimento, resultaron en su propio perfeccionamiento espiritual cuando él aprendió la lección que del cielo le enviaban. De otro modo, nunca hubiera sido el hombre que fue. Pero como lo logro, como nos muestra la Tora, que su FE se fue perfeccionando a medida que pasaba por las pruebas que experimento, obtuvo como resultado que esas tribulaciones, lo mejoraron, lo perfeccionaron, hasta tal punto, que Dios lo sentó en lugares tan altos. Pero Yosef a los 17 años de edad, no tenía dichas características aún:

Dos problemas habían en Yosef que en el futuro, las pruebas solucionarían. El primero de ellos es que la Torá nos muestra que Yosef cometía un pecado no menor delante de Hashem. El pecado de “Lashon Hara”, nos dice la bendita Tora: “Yosef, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilhá y con los hijos de Zilpá, mujeres de su padre. Y Yosef trajo a su padre malos informes sobre ellos.” – (Bereshit 37:2b)

Los cuatro hijos de las concubinas no se portaban bien y Yosef habló mal de ellos ante su Padre. En lugar de reprenderles a ellos y aclarar posibles malos entendidos habló con su Padre, lo cual constituye el pecado de “lashón hará”, lengua de maldad. Los rabinos enseñan que por esta mala lengua luego tenía que estar en la cárcel durante 10 años. Quizás la culpa directamente no la tenía Yosef, había sido criado por un Padre que hizo diferencias entre un hijo y otro, y eso influencio en él para actuar como un acusador de sus hermanos, y caer en el juego de las habladurías. Si es que esto es así, entonces esta fue una gran razón por las cuales Yosef tuvo que sufrir tanto. Ser separado de sus hermanos, de su Padre, y ser acusado en falso (como él también acuso a sus hermanos a su Padre), y estar en la cárcel durante 10 años.

El segundo error, que no es directamente un problema de Yosef, pero que pudo haberlo influenciado mucho, es lo que decíamos en el párrafo anterior, que Yosef era un hijo predilecto, ¿Podía esto afectarlo o beneficiarlo en su manera de ser? Leamos:

“Sucede que Israel amaba a Yosef más que a todos sus hijos, porque este era el hijo de su vejez; y le había hecho una túnica ornamental” (Bereshit 37:3)

Yacov amaba más a Yosef que a sus demás hijos. Esto mal crio a Yosef, y lo transformo hasta esa edad en un joven mimado. Como decimos acá en Chile, en un niño “fundido”. Generalmente esos niños nos avergüenzan, a pesar de ser amados y queridos. Quizás Yosef sentía seguridad con su Padre Yacov, que pensó, que nunca le faltaría nada. Sin embargo como ya sabemos, le falto su Padre durante muchos años, aprecio, cuidado y cariño, el amor de los hermanos, y muchas comodidades más le faltaron, estaba seguro, pero Hashem tenía otros planes.

Por lo cual, otra pregunta que nos tenemos que hacer es:

¿Por qué la Tora nos da estos dos datos? Dos datos relevantes:

1.- Yosef hacia Lashon Hara contra sus hermanos
2.- y Yacov amaba más a Yosef que sus demás hijos.

Y es que al parecer, la Torá intenta transmitirnos eso, y no otra cosa, pues el texto podría haber omitido esta información si no era de importancia, pero como en la Torá, nada es por mera casualidad, es que vemos en la historia de la vida de Yosef, que su gran prueba fue haber crecido separado de su Padre Yacov. Es muy probable que las bendiciones para Yosef junto a su Padre no hubiesen sido reales. Y también es muy probable que la conducta de la Lashon Hara (Lengua de maldad) no hubiese cambiado hacia sus hermanos, estando bajo el amparo de su Padre.

Todo esto nos muestra una gran enseñanza: “NO HAY TRIBULACIÓN, SIN TRANGRESIÓN” Cada problema, o situación viene por algo que estamos haciendo mal. Y es que el cielo, algo nos quiere enseñar. Para poder aprender debemos saber algunas “INSUNACIONES” (por decirlo de algún modo) del creador, por ejemplo:

Medida por Medida: Si estamos faltando al Creador en un precepto que se refiere a la mano izquierda, es muy posible que tengamos una enfermedad de la mano izquierda o que suframos de ella. Si fallamos en relación a la administración de los recursos, lo más seguro es que nos sea enviado un problema para mejorar esa situación.

Yosef fue probado medida por medida: Su Padre lo amaba más que a todos, y él lo sabía, la medida para eso fue haber quedado si Padre. Hizo Lashon Hara de sus hermanos, y la medida justa fue que sus hermanos se deshicieron de él.

El Eterno siempre esta mostrándonos y creándonos situaciones para que advirtamos en que estamos fallando:

Si hay problemas en el matrimonio, solo hay fuego y discusiones, es porque en realidad ambos no están contribuyendo para Dios primero que da la paz. Como ambos no contribuyen a Dios, Dios no les da paz, sino que discordia. Medida por Medida.

Sansón ¿Lo recuerdan? El gran juez de Israel, fue tras el deseo de sus ojos, y eligió a Dalila una filistea, una adoradora de ídolos, hija de una nación enemiga, y con un carácter traidor, y por eso sus ojos fueron arrancados por los filisteos. Medida por Medida. 
Absalon el hijo del Rey David, se enorgulleció de su frondosa cabellera. Un día montando en su caballo, su pelo se enredo en las ramas de un roble, del cual quedo colgado hasta la muerte. Medida por Medida.

Pero también hay mejores ejemplos. Myriam, la hermana mayor de Moshé, cuando llevo a su hermano en una canasta al rio Nilo, se quedo allí esperando casi una hora, supervisando a su pequeño hermano que estaba en esa canasta de mimbre, hasta que la hija de Faraón lo descubrió y lo tomo para ella. Años más tarde en el desierto, cuando Myriam estuvo enferma todo el pueblo de Israel la espero durante 7 días hasta que se curó.

¿Por qué llegan las tribulasiones?

Hay varias razones, o transgresiones que se comenten, pero mencionare, las que creo son las más importantes:

Los sufrimientos en el Matrimoni: Está escrito en la bendita Tora: “Le hare una ayuda frente a él”. (Bereshit 2:18). La explicación a este pasaje es que cuando el hombre no es digno, su mujer estará frenta a él. Si el hombre piensa que ella es irritable y soberbia, es porque en realidad él lo es. La mujer es un espejo de cómo somos en nuestra relación con el Creador. En cambio, cuando nosotros estamos buscando a Hashem, sirviéndole, entonces la mujer se convierte en una ayuda idónea. Por lo cual: “Le hare una ayuda frente a él” si se lo merece, le será una ayuda idónea, pero “Le hare una ayuda frente a él” si no se lo merece, y ella estará todo el tiempo contra él. Se enseña en la tradición Judía que si un hombre sufre por sus hijos, es porque tiene problemas en relación a sus pensamientos, porque los descendientes del hombre, se forman de la esperma que se origina en el cerebro.

Si sufre por su esposa, esto indica un defecto en la parte del alma ligada al habla, debe corregir esa área de su vida y es castigado medida por medida, por medio de su esposa que también corresponde a la categoría del habla. Quizás pudiéramos ligar esta enseñanza, a lo que nos escribiera Shimon Kefa (Pedro) “Traten a sus mujeres como vasos frágiles”. El hombre violento, no tendrá más que discordia y violencia.

Si el hombre tiene problemas económicos, tiene que corregir la parte del alma ligada a la “acción”, en algo está fallando, sus actos no son dignos. Por lo cual, Hashem también le castiga y toca sus bienes y negocios que corresponden a la “acción”, todo esto para insinuarle que corrija sus acciones.

Las menos de las ocasiones, no hay transgresiones que corregir, y esas veces, son las tribulaciones que denominamos. “Los sufrimientos de amor” “o los sufrimientos del Mesías”. Cuando Hashem quiere recompensar a un Justo, primero lo hace pasar por difíciles situaciones, como está escrito por el emisario Shimon Kefa:

“Amados, no se sorprendan por el fuego que arde entre ustedes para ponerlos a prueba, como si les sucediera cosa extraña. Antes bien, gócense a medida que participan de las aflicciones del Mashíaj, para que también cuando se revele su gloria se gocen grandemente. Cuando los insultan por el nombre del Mashíaj, son felices; porque el glorioso espíritu de Elohim reposa sobre ustedes. Así que, ninguno de ustedes padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometerse en asuntos ajenos. Pero si alguno padece como “mesiánico”, no se avergüence; más bien, glorifique al Elohim en ese nombre (1 Pedro 4:12-16).

Está escrito en el profeta Isaías respecto de los sufrimientos del Mesías: “Y el Eterno quiso oprimirlo con padecimientos” (Isaias 53:10) Y es que a pesar de ser el Justo más elevado, sin hallar transgresión en él, fue llevado al sufrimiento porque el Eterno se compadece de él.

Si nos llegan sufrimientos debemos examinarnos: “Examinemos nuestros caminos y los investigaremos y volveremos al Eterno” (Lamentaciones 3:40) Si no hallamos ninguna razón, entonces es para buscar a Hashem, para emplearnos más en el estudio, en la oración y en la intimidad con Hashem, como está escrito: “Dichoso el hombre a quien tu castigas, oh Eterno, y le enseñas tu Tora” (Salmos 94:12) y si tampoco nos hallamos culpables de no buscar más contundentemente a Dios, es porque son tribulaciones de amor, como está escrito: “El Eterno reprende a quien ama” (Proverbios 3:12)

Shavua Tov (Buena Semana)

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