sábado, 24 de julio de 2021

Parashat 46 Ekev 5780 - ¡Quiero que HaShem me ame!

 


COMENTARIO DE LA PORCION SEMANAL DE LA TORÁ
PARASHAT 46 EKEV 5774
Deuteronomio 7:12 – 11:25

 Quiero que HaShem me ame.

 

Shalom Javerim: 

 בס״ד - Bs”D – con la ayuda del cielo - estamos estudiando esta semana la parashá “Ekev” (concecuencias).  En esta oportunidad me gustaría que pudiésemos comentar el siguiente versículo de nuestra bendita Torá:

 

וְהָיָ֣ה ׀ עֵ֣קֶב תִּשְׁמְע֗וּן אֵ֤ת הַמִּשְׁפָּטִים֙ הָאֵ֔לֶּה וּשְׁמַרְתֶּ֥ם וַעֲשִׂיתֶ֖ם אֹתָ֑ם וְשָׁמַר֩ יְהוָ֨ה אֱלֹהֶ֜יךָ לְךָ֗ אֶֽת־הַבְּרִית֙ וְאֶת־הַחֶ֔סֶד אֲשֶׁ֥ר נִשְׁבַּ֖ע לַאֲבֹתֶֽיךָ׃

וַאֲהֵ֣בְךָ֔ וּבֵרַכְךָ֖ וְהִרְבֶּ֑ךָ וּבֵרַ֣ךְ

 Y si ustedes obedecen estas reglas y las observan cuidadosamente, YHWH su Elohim mantendrá fielmente para ustedes la Alianza que hizo bajo juramento con sus padres. Él te amará y te bendecirá y te multiplicará; (Deuteronomio 7:12-13)

 ¿Quién no desea sacarle una sonrisa a HaShem? Todos en cierto momento de nuestras vidas hemos pensado en como satisfacer al Eterno, y que Él se sienta feliz con nuestra forma de ser, feliz con lo que hemos logrado, feliz porque hemos mejorado. Muchas son las situaciones de la vida en las que nosotros hemos pensado: “quizás, si hago esto, logre que HaShem se ponga contento conmigo”.

 Lógicamente hablamos en términos humanos para intentar expresar ese anhelo de nuestra alma de satisfacer al Eterno o más bien dicho, el anhelo de nosotros sentir satisfacción, cuando logramos hacer algo que sabemos con toda seguridad que HaShem está mirando con mucho agrado.

 Esta semana nuestra bendita tora nos dice: “Y Él te amará” – Lo cual puede entenderse como; “y él se agraciara contigo” o en palabras más nuestras: “estará contento con lo que eres y haces”.

 Pero al leer la Torá, tal cual está: “y él te amará”, pareciera que en ese momento no los amara. Podríamos pensar que en cierto modo HaShem estaba “sentido” con el pueblo de Israel, estoy nuevamente hablando en términos humanos, como para que podamos captar la idea que la Torá nos quiere transmitir. Y es que la verdad, la Torá nos dice que HaShem estaba muy molesto con su pueblo, pues así leemos:

“Y oyó HaShem la voz de vuestras palabras, y enojóse, y juró diciendo: No verá hombre alguno de estos de esta mala generación, la buena tierra que juré había de dar á vuestros padres” (Devarim 1:34-35)

La misión de los espías y la queja gratuita de una gran cantidad de personas, fue la gota que rebalsó el vaso de HaShem. Por lo que la sentencia fue, que no entrarían a la tierra prometida. Esto provocó una distancia entre HaShem y su pueblo. Un disgusto que no pasaría rápido de parte del Eterno. Y es que HaShem no es humano como nosotros, para hablar de “rencor”, es él un Dios perdonador. Pero la Torá quiere enseñarnos que HaShem toma distancia de los seres humanos, cuando persistimos en ciertas actitudes que él no acepta, dada la naturaleza de él, que es TODO lo que necesitamos.

La carta a los hebreos nos trae más luz aún, respecto de esta distancia que HaShem había tomado de con su pueblo. Leemos lo siguiente:

“Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me enemisté con esta generación, Y dije: Siempre divagan ellos de corazón, Y no han conocido mis caminos” (Hebreos 3:9-10)

De esto aprendemos que HaShem puede tomar distancia de nosotros, que nunca ocurra. Puede ser que a Él no le guste la forma en la que nos desenvolvemos en la vida, ¿le has preguntado a ÉL, si tú le eres agradable? ¿Has hecho el ejercicio de humildad, tan necesario, que es preguntarle al eterno: “HaShem yo te agrado”?

Vivimos todo el tiempo siendo tan autocomplacientes, que pensamos que HaShem es como uno de nosotros. Y por lo tanto se comporta como los seres humanos, y que Él no lo quiera, quizás seamos solo un “dolor de cabeza” para el Eterno. Quizas HaShem nos da todo lo que nos da por “lastima” – o en función de la misericordia divina que opera bajo el concepto de: “hace salir su sol sobre buenos y malos” - ¿Pero HaShem sabe quién soy yo? Y este es entonces el reto más importante en la vida, que seamos conocidos de ÉL y finalmente: “amados por ÉL”

Ahí tenemos a toda una generación que le hizo disgustar, de la cual HaShem se distanció, a la cual HaShem tolero, y espero por 40 años. Y aunque ya sentenciados, que no entrarían a la tierra prometida, igualmente cuido, y porque no decirlo: “como un Padre que disciplina a un hijo los trato”.

Y ahora Moshé, en medio de su discurso llama la atención de toda esa nueva generación, los que si entrarían  a la tierra prometida, reciben estas palabras del líder de Israel: “Y ÉL TE AMARA”. Dejándoles ver que a causa de sus Padres había una distancia entre el pueblo y HaShem, pero que aun así, ellos podrían acortar. Pues dicha expresión: “y él te amará” vendría a ser una consecuencia de haber obedecido al Eterno, poniendo por obra sus mandamientos, incluso aquellas cosas y detalles que parecen menos importantes.

Por esta razón es que nuestra parasha comienza diciendo: “como consecuencia de que ustedes escuchen” – haciendo el primer énfasis en “escuchar” -  esto quiere decir, en “tomar atención a los detalles” de cada mandamiento. Ya que quien cuida los detalles está demostrando amor, esfuerzo, apego, solicitud por HaShem.

¿Quién pensó que por haberse quejado el día de la misión de los espías quedaría fuera de la promesa toda una generación? ¡Nadie puso en la balanza el “detalle” de confiar y creer todo el tiempo en HaShem!.

Y es que para algunos “quejarse”, puede ser un “detalle” menos importante, si observa los mandamientos de la Torá. Pero la verdad, es que es al revés. La persona que estudia la Torá, para cumplir los mandamientos, y que luego los cumple, NO PUEDE TENER COMO CONCECUENCIA una actitud quejumbrosa respecto de HaShem. Sino que la conciencia de estudiar tora,  y el cumplimiento de la misma, trae una vida llena de apego Eterno, que se refleja en la emuna y en el bitajon en HaShem.

Y es por esa razón que la carta a los hebreos dice: “Sin emuna es IMPOSIBLE agradar HaShem” – en otras palabras sin una verdadera emuna, que te lleve a la confianza en HaShem, no puedes transformarte en un “amado de ÉL”, o como dice nuestra parasha: “y él te amara” – Sucederá solo cuando la persona logre combinar, el estudio, el cumplimiento de la Torá, más un corazón lleno de confianza en el Eterno y deseo de apego por él.

El comentarista Rashi, aludiendo a la palabra “ekev” – la cual también significa “talón” – dice que las personas con el talón pisotean los detalles que le parecen ligeros de los mandamientos. Y puede ser que para muchos, el tema de la emuna, el bitajon (confianza) en HaShem, sea solo un detalle en las mitzvot. Pero como ya hemos aprendido, son condiciones elementales, son el cuesco de toda la Torá.

Es más, según hemos visto, son el “talón” (ekev) de la estructura espiritual de la persona. Una persona sin emuna y bitajon, en que todo lo que HaShem hace es para bien y para su propio beneficio, carece del soporte espiritual que le sostiene en esta realidad a la que llamamos, “la vida”. ¿Cómo se puede vivir en este mundo sin emuna y sin bitajon en HaShem?

Y es por eso que HaShem se disgustó con toda esa generación, y no se cumplió en ellos la expresión: “y ÉL TE AMARÁ”. Ya que HaShem se complace en aquellos que le creen todo el tiempo, descansan en él, y tienen la SEGURIDAD, de que no están solos en este mundo, sino que cada detalle de sus vidas, son cuidado por el Eterno. Por eso es que la persona debe cuidar cada “detalle”, porque son el talón que sostiene la vida espiritual de la persona.

¿Quieres que HaShem te amé? Entonces amalo tú, confiando y creyendo en él a ojos cerrados. Si hay alguien a quien le puedes confiar tu vida entera, y entregarle tu alma sin restricción alguna, es al que le da vida a tu alma. Bendito sea HaShem nuestro Di-s.

(Descargar PDF)

 אברהם בן יעקב

Año Hebreo 5780

http://toraetzjaim.blogspot.com/

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