La porción Balak que estudiamos esta semana nos trae el siguiente versículo:
“Moab
dijo a los ancianos de Midian” (Bamidbar/Números 22:4)
Los
comentaristas de la Torá se detienen en este versículo para explicar, cuál era
la razón de la alianza entre el pueblo de Moab y los Midianitas.
El
midrash nos dice que Balak en realidad era un Midianita, y que por su
popularidad fue elegido rey sobre Moab, para lograr vencer a Israel. Rashí
comenta que a pesar de que ambos pueblos se odiaban mutuamente, debido al miedo
que ambos pueblos sentían por Israel, hicieron la paz y tomaron el acuerdo de
una alianza para vencer a Israel. La estrategia no seria una guerra como todas
las guerras, esta vez, seria sin armas físicas, más bien seria con armas
espirituales.
Según
Rashí, Balak rey de Moab tomó consejo de los ancianos de Midian debido a que
sabían que Moshé el líder de Israel había venido de Midian, como está escrito:
“Se asentó en la tierra de Midian” (Éxodo-Shemot 2:15). Por lo que presumía que
los midianitas sabrían cuál era el poder que residía en Israel y en su líder.
El
midrah nos dice que los Moabitas consultaron: ¿Cuál es característica principal
del pueblo hebreo? a lo que los ancianos Midianitas respondieron: “Su poder
solo reside en su boca”. Siendo así buscaron un hombre cuyo poder también
residiera en su boca, y por lo tanto fueron a contratar al vidente Bilam, para
que los maldijera. Es decir, ahora la estrategia contra Israel seria
espiritual, porque la fortaleza de Israel viene de lo mundo de espiritual, pues
el mundo de las palabras, es el mundo espiritual.
Si
vamos un poco más atrás en la historia bíblica, nos encontraremos con el
episodio de la bendición que dio Itzjak a sus hijos. La Torá nos dice en el
contexto de cuando Yaacov se disfrazó de su hermano Esav, para conseguir la
bendición de su Padre, lo siguiente:
“E
Isaac dijo a Yaácov: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi
hijo Esav o no. Y se acercó Yaácov a
su padre Itzjak, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Yaácov, pero las
manos, las manos de Esav. (Bereshit 27:21-22)
Como
podemos ver, la cualidad distintiva de Israel es: “La voz, es la voz de
Yaacov”. Lo que nos dice que la herramienta más elemental de toda la
descendencia de Yaacov es el poder que radica en su boca y por lo tanto en las palabras
que profieren con sus labios.
Como
el poder de Israel está en sus palabras, la única forma de contrarrestarlo era
contratando a uno que tuviese habilidad para conectar con las palabras del
mundo espiritual, y así pudiese proferir palabras de maldición contra ellos. Y
esa fue la razón por la que Bilam el profeta gentil, fue contratado por Balak,
a fin de que, al abrir sus labios, HaSHem le diera permiso para maldecir a
Israel, que como vemos en esta sección de la Torá no sucedió.
Bilam
no logro conectar con las palabras de maldición, sino que la maldición de Bilam
fue transformada en bendición. Y esto se debe a que no hubo una relación entre
el corazón de Bilam y estas palabras. El deseo de Bilam fue malicioso, y la
esencia de estas palabras era solo bondad. El corazón de Bilam tenia codicia y ego,
y las palabras de Di-s venían de un corazón divino lleno de bondad y
generosidad. Por lo que era imposible hacer que estas palabras fueran una
maldición para Israel.
De
esto debemos aprender lo siguiente: Somos un pueblo cuya mayor capacidad
radica en aquello que podemos alcanzar por medio de nuestras palabras, y
esto se debe en primer lugar dado a que somos hijos del Creador del Universo,
que todo lo hizo con el poder de sus palabras, como está escrito en el primer
capítulo de Bereshit: “y dijo Di-s” y así fue hecho. Así como HaShem
creo mundos con su sola palabra, así sus hijos podemos crear realidades con el
poder de nuestras palabras. Bajo esta perspectiva es que debemos poner mucho
énfasis y cuidado en lo que decimos y en lo que hacemos con nuestras palabras.
El
tiempo de oración, por ejemplo, es un momento preciso donde nos preparamos el
uso correcto de las palabras. Nuestros sabios nos han instituido 3 tiempos
diarios para la oración, que son los rezos de shajarit, minja y arbit, que
corresponden a las ofrendas y korbanot que se presentaban en los tiempos de la
mañana, tarde y noche respectivamente en el Mikdash.
Los
sabios instituyeron estas 3 oraciones debido a la falta del Beit hamikdash
(sagrado templo) y de los korbanot que se ofrecían en él. Por lo que cada vez
que nos preparamos para hacer oración en cualquiera de estos horarios debemos
pensar que llevamos una ofrenda al santo bendito, y que las palabras que ahora
diremos pertenecen al mundo espiritual, y por lo tanto tendrán un impacto en
nuestras vidas a nivel material.
En
las santas escrituras se nos dice que las palabras que la persona ofrece al
santo bendito, tienen en el mismo nivel que el de un korban que se presentaba
en el mikdash:
“Te
ruego, oh HaShem, que te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi
boca, Y me enseñes tus juicios” (Tehilim-Salmos 119:108)
“Llevad
con vosotros palabras de súplica, y volved a HaShem y decidle: Quita toda
iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios” (Oshea/Oseas
14:2)
“Así
que, ofrezcamos siempre a Di-s, por medio de él, sacrificio de alabanza, es
decir, fruto de labios que confiesan su nombre” (Hebreos 13:15)
Por lo que cada vez que usamos nuestras
palabras para acercarnos al santo bendito, es como presentaramos una ofrenda
que eleva desde nuestros labios, cuyo proposito es hacer conexión con el
Eterno.
Debemos tener en mente que estas
palabras deben estar ligadas a la verdad que hay en ese momento en nuestros
corazones, para que no se diga de nosotros, aquello que dijo el profeta: “este
pueblo de labios me honrra, pero su corazón esta lejos de mi”, lo que
muchas veces pudo haber sucedido cuando un israelita llevaba su korban al
Eterno, como un acto independiente de la verdad que habia en su corazón. Dicho korban,
que tenia el objetivo de acercar a la persona a Di-s, no podia ser aceptado por
el Eterno, porque HaShem no solo vé la ofrenda del oferente, sino que tambien al
oferente. Como está escrito: “Y HaShem vio a Caín y a su ofrenda”.
Pero cuando la persona se acerca con
palabras verdaderas, que emanan directamente de su corazón, y que estan
conectadas con la verdad que hay en lo más profundo de su ser, entonces sucede
un milagro grandioso, el santo bendito recibe esa ofrenda, y aquello crea un
punto de conección con el Creador, que antes no existia, y por lo tanto una
realidad espiritual que ayudará a la persona a vivir en este mundo.
No debemos subestimar el poder de
nuestras palabras, cuando ellas vienen de lo más profundo de nuestro corazón,
pueden causar un milagro en nuestras vidas, como por ejemplo por medio de la
teshuva sincera lograr el perdón divino, o tambien con las palabras que salen
de un corazón que lleva alabanza y agradecimiento, anular todos los malos
decretos que hay sobre nosotros.
Las palabras de Di-s cuelgan desde los
cielos, y Bilam lo sabia, y por ello, quizo acceder a ellas para que con su
boca pudiese proferir maldición sobre el pueblo de Israel. Pero algo le faltaba
a Biliam, y esto era que su corazón y sus palabras conectaran con el corazón y
las palabras del santo bendito. HaShem habia dicho: “ÉL ha bendecido y yo no
lo revocaré”. En el corazón de HaSHem está el deseo de bendecirnos y
hacernos el bien, y cuando un hombre conecta con esa verdad, puede alcanzar las
palabras de Di-s que cuelgan de los mundos espirituales y bendecir a otros.
Bilam no pudo conseguir la maldición
para Israel, porque su corazón estaba separado de las verdades mas elementales
que estan guardadas en el corazón de Dios. Y de esto aprendemos que Israel
tiene poder de las palabras, toda vez que logra que su corazón, logre conectar
con las palabras de Dios que cuelgan en los mundos espirituales. Cuando hacemos
una oración tan profunda que logramos discernir las palabras de Dios, pues
hacemos esa oración de todo corazón, entonces podemos decir, que el poder de
Israel está en su boca. Cuando con una enseñanza de Torá nuestros rabinos nos
tocan el corazón y logran hacer que la fibra más intima de nuestro ser se
conmueva para disponernos a un verdadero cambio, entonces ahí podemos decir que
el poder de Israel radica en sus palabras. Cuando a traves de un canto alegre
podemos hacer descender la presencia divina, y ella nos fortalece, dandonos
palabras de aliento para seguir viviendo, entonces ahí podemos decir que el
poder de Israel radica en sus palabras. Cuando a traves de una confesion intima
al Eterno, le declaramos todo nuestro mal proceder, y rogamos con todo el
corazon que nos perdone y nos ayude a cambiar, entonces ahí podemos decir que
el poder de Israel radica en sus palabras.
Por lo tanto no nos menospreciemos, ni
tengamos en poco lo que HaShem nos ha dado como una herramienta que cambia
vidas, transforma mundos, todo aquello que Israel puede lograr con el poder de
sus palabras.
Abraham ben Yaácov.
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