domingo, 13 de septiembre de 2020

Parashat 53 Haazinu 5774 / La redención final, Moshe, el Cordero, el cielo y la tierra

COMENTARIO DE LA PARASHÁ SEMANAL

Parashá 53 Haazinu

Deuteronomio 32:1-52


Esta semana estudiamos la porción “Haazinu” (prestad oído). Moshé comienza de forma distinta su predicación, está vez será una canción, un poema inspirado por el espíritu de Hashem, que nos trae enseñanzas muy profundas acerca de la redención de Israel y d e las naciones. 

Moshé y su cántico buscaran desarrollar proféticamente lo que el pueblo de Israel fue, es y será. En esta canción vemos finalmente que el nombre de Hashem de las cuatro letras ( הוהי) “Yod Hei Vav Hei” que presenta la conjugación de todos los estados (pasado, presente, futuro) será hará una verdadera Ejad (unidad) en el momento que Israel sea totalmente redimido, como lo dice el profeta Zazarias cap 14, verso 9; “Y Hashem será rey sobre toda la tierra. En aquel día Hashem, será uno, y uno su nombre”. 

El plan de la redención es que Israel y las naciones sean una “unidad completa con Hashem”, esto se logrará en la era Mesiánica, cuando el Mesías gobierne, a través de Israel, desde Tsión al mundo entero. Ahí será cuando Hashem será Rey sobre la tierra, Hashem será uno, y el nombre de Hashem será uno, no habrá más religiones, ni más nombres inadecuados para el Eterno nuestro Dios, todo será unidad. 

No es casualidad que la letra hebrea alef (א), que es la primera letra del alefato hebreo, que equivale al número 1, este dibujada o compuesta de 3 letras hebreas, como a continuación describo: 

La alef א está formada por dos letras Yod (י) y una Vav (ו), el valor numérico de la letra Yod es 10. El valor numérico de la letra Vav es 6. Por lo que si sumamos nos da: Yod (10) +Vav (6) +Yod (10) = 26. 

א Alef
 י
Yod arriba
י
Yod abajo
ו vav Línea lateral

El valor numérico de la composición de la letra Alef א es el mismo valor numérico del nombre de sagrado del Eterno de las cuatro letras, veamos el siguiente ejemplo:

El nombre del Eterno se escribe así: (הוהי) “Yod Hei Vav Hei”. A continuación sus valores numéricos.

י (Yod) = 10. 

ה (Hei) = 5 

ו (vav) = 6 

ה (Hei) = 5 

Total = 26 

Este ejemplo nos muestra que el propósito de la redención final es llevarnos a la unidad completa con el Creador, representada por su nombre sagrado de 4 letras. Respecto de lo mismo, el nombre del Eterno, transmite la unidad del pasado, presente, y futuro, revelando así su plan de redención a través de Israel para la humanidad. Y como ya sabemos dicho nombre, está compuesto de 4 letras. Lo cual no es una mera casualidad, pues el numero 4 también representa la redención: 

El Mesías Yeshua apareció aproximadamente en el año cuatro mil del calendario Hebreo y nos vino la redención del alma. 

El sol, la luna, las estrellas, que trabajan en pos de la redención (como veremos más adelante) fueron creadas en el día cuarto de la creación. Su objetivo es mostrarnos los tiempos señalados, del plan redentor de Hashem para la humanidad. 

Israel estuvo en la esclavitud de Mitzraim (Egipto) durante Cuatrocientos años y vino la redención. 

Israel estuvo cuarenta años en el desierto y vino la redención que los llevo a la tierra prometida. 

Este cántico de Moshé, que nos habla de la historia de la redención final de Israel y del mundo, es el cuarto cántico de una lista de 9 cánticos que se entonaron después de una liber ación o redención. Hay un Midrash que nos cuenta esto: 

Hay 10 canciones proféticas, de las cuales Haazinu es la cuarta: 

1.- Adam recito la primera shira en el Gan Eden, compuso: “Mizmor shir leiom HaShabat” (Una canción para el shabat), en la cual se habla la grandeza del shabat. 

2.- En las orillas del mar de Cañas Moshe y los Hijos de Israel cantaron una shira por su maravillosa liberación del Ejército del faraón. 

3.- Los hijos de Israel cantaron una canción en alabanza a Di.s por el Manantia l de Myriam (Parashat Jukat). 

4.- Moshe enseño al pueblo la canción de Haazinu el día de su muerte (a punto de pasar a Heredar la tierra prometida). 

5.- Cuando Iehoshua peleo con los emoritas en Guivon y el sol se detuvo milagrosamente por el bien del ejercito conquistador del Pueblo de Israel; Iehoshua canto shirá. 

6.- Deborá y Barak compusieron una shirá cuando Dios hizo caer a sus enemigos en sus manos incluyendo al General caninita Siserá (Softim 5) 

7.- Cuando Jana dio a luz a Shmuel, después de muchos años de ser estéril, alabo a Hashem con una canción profetica (Shmuel 2). 

8.- El rey David al final de sus días compuso una canción por salvarlo de todos sus enemigos. (Shmuel 22). 

9.- El rey Shlomo escribió Shir Hashirim (cantar de los cantares). 
10.- La décima y más importante de las canciones (según nos dice este Midrash) será cantada por el pueblo de Israel cuando Hashem los redima del exilio presente. 

¿Quién sabe si está décima canción ya se canto por la bendita Myriam (la madre de Yeshua), cuando nació el redentor de Israel y del Mundo? ¿O si bien, está décima canción es la descrita en el libro de revelaciones? donde leemos: 

“Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra” (Apocalipsis 14.3) 

Sin embargo, el cántico de Haazinu será entonado según yo entiendo junto al cántico número 10, que falta por ser cantado, según el Midrah que leímos, como un sello final de la redención que se realizará. Pues tras la redención siempre habrá un hermoso cántico que entonar, y respecto de esto mismo está escrito en el libro de las revelaciones: 

“Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos” (Apocalipsis 15:3) 

Hay dos cánticos: el cántico de Moshe, y el cántico del Cordero, ambos están en total armonía, ninguno de los dos se contraponen. No se trata de “Gracia” versus “Ley” como lo entendimos en el cristianismo durante tanto tiempo. Sino que se trata de la ejad, de la unidad, de los dos ministerios más importantes de todas las escrituras, el ministerio de Moshé y el ministerio de Yeshua el Mesías. 

Volviendo al análisis del cántico de Haazinu, podemos afirmar que “Si todo es para bien”, cuanto más para los que aman a Hashem, quienes guardan sus mandamientos. Si bien, en la historia de nuestro pueblo Israel, se cometieron grandes pecados; “Idolatrías, asesinatos, el rechazo a Yeshua como Mashiaj, y muchas otras infracciones de la Torá”. Hashem mismo nos dice en la bendita Torá: “Quien como tu Israel” “Que otra nación tiene estas leyes” “Que nación tiene un Di.s como tu Israel”. Así mismo recordamos las palabras de Shaul de Tarso respecto de la futura redención de Israel: “Si su incredulidad ha venido a ser la salvación para los gentiles, cuanto más significara su plena restauración” 

Y es que en sí misma, toda la historia del pueblo de Israel se puede resumir en una sola palabra: REDENCIÓN y es por esta razón que el cantico de Moshe y el cantico del Cordero serán entonados juntamente cuando la gueula final se haya completado. 

Mientras que este plan redentor se ejecuta, hay dos testigos que nos dejo Moshé en el cantico de Haazinu, que observaran nuestro cumplimiento de los mandamientos de la Torá, o bien nuestro incumplimiento de los mismos. Estos testigos: “LOS CIELOS” y “LA TIER RA”, solo anhelan y esperan que cumplamos con la Torá, para que finalmente del cielo nos envíen al Mesías, y se complete de esa forma la redención y la restauración de todas las cosas: 

Nos dice la bendita Torá: 

“Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca” (Devarim 32:1) 
Moshé comienza pidiendo la atención de los cielos y la tierra respecto del pacto de Hashem con Israel, y de la debida obediencia de Israel a Hashem. Si Israel cae en transgresión serán los cielos los primeros testigos de su desobediencia. Los cielos cumplen su misión, las estrellas y la luna nos dan las señales correspondientes, y marcan las etapas ¿Cuánto más tu Israel, que tienes está bendita Torá? 

En el plano espiritual “los cielos” representan en primera instancia toda esa lluvia que permite que los Israelitas tengan alimentos, que las cosechas den su fruto a su tiempo, que el cielo envíe su lluvia a tiempo, como lo dice la Torá “Lluvia temprana y Tardía”, pero en segunda instancia los cielos representan a la corte suprema, los malajim (mensajeros celestiales), los 24 ancianos, los testigos de Hashem, acusadores y defensores, al abogado y sumo sacerdote celestial (Yeshua). Es decir que respecto de la obediencia de Israel, son los cielos y todo lo que ellos contienen, los que dan testimonio de si Israel ha guardado o no la bendita Torá, de si son merecedores o no, de que se falle a favor de ellos, y de que los designios que son en su contra, queden invalidados gracias a la observancia de los preceptos de la sagrada Torá. 

Moshe alude a la palabra “cielos” “Shamayim” en forma plural para indicarnos que; No solo hay 2 testigos (Tierra y Cielo), sino que 3, o más “Cielos y Tierra”. Tal cual lo exige la Torá, respecto de los testigos necesarios para las acusaciones ante un tribunal de jueces establecidos en la tierra de Israel. Asimismo Hashem a dispuesto a sus “cielos” contra Israel, cuando faltan a la Torá, pero también “a favor de Israel” cuanto obedecen a la Torá y contribuyen a la gueula final. 

¡Cuánta maldición puede caer sobre Israel si este deja el pacto de la Tora! Todos los poderes del cielo caen sobre Israel acusándolo de sus infracciones, pero al mismo tiempo ¡Cuanta bendición puede caer sobre Israel, si este guarda el pacto de la Torá! pues todos los poderes del cielo, están obligados a trabajar en pos de la prosperidad espiritual, material de todos Israel, y del mundo, dando como resultado el fin mayor; la redención y restauración, el regreso al Gan Eden. 

En primera instancia, la tierra como testigo de Moshé en contra, o a favor de Israel, puede bendecir a Israel dando sus cosechas, sus frutos, dándole prosperidad, volviéndose apta para la plantación de árboles. Pero si Israel falta al pacto de la Torá, puede no cumplir su misión, para la cual fue creada, no dando las cosechas, no entregando los frutos correspondientes, y transformándose en inapropiada para la plantación de árboles. 

La tierra es el primer testigo, él más cercano. Ella no nos observa desde arriba (como si fuera lejana a nuestro hechos), sino que desde abajo, desde cerca, como oliendo nuestros pecados. Ella misma da testimonio de las buenas obras que Israel a realizado, o de las atrocidades que Israel y el mundo hace contra la voluntad de Hashem. Respecto de esto mismo nos dice el emisario el Shaul de Tarso: “La creación toda gime a una con dolores de parto, esperando la manifestación de los hijos de Hashem”. Lo cual nos muestra que la tierra es el primer testigo de nuestros delitos contra el cielo y el primer testigo de nuestras buenas obras en obediencia, al Santo Bendito que mora en los cielos. 

Los cielos y la tierra conocen el plan de la redención de Hashem. Pero su misión no se limita solo a conocer ese plan, sino que a ejecutarlo. Sí, son instrumentos de Di.s para que la redención llegue a su manifestación total: 

Los cielos contienen señales: las estrellas, la luna, el sol. Sus distintas posiciones nos traen la luz o la oscuridad, nos muestran que día es respecto del Shabat, así cada vez que llega el Shabat (séptimo día de la creación) que representa el espacio eterno y cumplimiento de la redención final, el día del Mesías, el séptimo milenio: Los cielos y sus integrantes (Sol, Luna, estrellas) trabajan en conjunto para que la redención se manifieste, pues cada vez que es Shabat, para la redención significa ¡un Shabat menos!. 

Lo mismo sucede con las fiestas del Eterno: La luna nos muestra cuando es un “cabeza de mes”, cuando se debe contar para celebrar fiestas de Hashem, como “Pesaj”, “Shavuot” “Yom Terua”. Los cielos nos marcan los inicios de las festividades contribuyendo así al plan de la redención. Ya que las fiestas de Hashem, y el Shabat nos revelan ese plan, y los cielos desean que ese plan se manifieste pronto. 

Los ciclos celestiales, comenzando por los “días” en relación al Shabat, y los meses en relación a Rosh Jodesh, y las festividades, son verdaderos aliados de la redención, y trabajan en función de las leyes que hashem les ha establecido.

Cada vez que terminamos un ciclo, es un tiempo menos para la llegada de la Gueula (Redención) final a través del Mashiaj.

“Así ha dicho Hashem, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Hashem de los ejércitos es su nombre (Yermiya – Jeremias 31:35)

“Hizo la luna para los tiempos; El sol conoce su ocaso” (Tehilim 104:19)

“Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne” (Tehilim – Salmos 81.3)

¿Hasta cuándo habrá Solo y Luna? Hasta cuando sean necesaria su existencia; Pues son testigos e instrumentos de Di.s, hasta que sea necesaria su vigilancia y función. Hasta la redención completa y final, como nos dicen las escrituras:

“Te temerán mientras duren el sol, Y la luna, de generación en generación (Tehilim –Salmos 72:5)

“Florecerá en sus días justicia, Y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna” (Tehilim– Salmos 72:7)

“El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Hashem te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria (Yeshaya – Isaias 60:19)

“La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera” (Apocalipsis 21:23 )

El cantico de Haazinu, nos termina hablando de la redención final de Israel que se ejecutara solo después de una gran guerra, como está escrito en el libro del profeta Zacarías (Zac. 14:1 -15) Luego de esta terrible masacre, las naciones alabaran a Israel y terminaran reconociendo a Israel como él Pueblo de Hashem. La influencia mundial del Pueblo de Israel llegara a su máximo esplendor al final de los tiempos antes de la llegada del Mesías y ahí sucederá la redención, y las naciones dirán:

“Alabad, naciones, a su pueblo, Porque él vengará la sangre de sus siervos, Y tomará venganza de sus enemigos, Y hará expiación por la tierra de su pueblo. Vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Josué hijo de Nun. Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel” (Devarim – Deuteronomio 32:43-45)

Que seamos hallados dignos de ver en nuestros días la redención final y la gloria de la segunda venida de nuestro amado Mesías Yeshua.

Shavua Tov (Buena Semana)

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