domingo, 4 de septiembre de 2022

Parashat 49 Ki Tetsé 5774 - La hermosa mujer gentil

COMENTARIO DE LA PARASHA SEMANAL

Parashá 49 Ki Tetsé

Deuteronomio 21:10 – 25:19


La sección de la Torá de esta semana nos habla de un soldado Israelita que sale a la batalla y halla a una mujer gentil, de la cual se siente atraído por su hermosura. Según un Midrash, era costumbre en la antigüedad enviar mujeres hermosas al campo de batalla del enemigo, con tal de seducir a los soldados y hacerlos caer en la distracción para luego enviar un poderoso contra-ataque. 

Justamente la Torá legisla esta situación; Un soldado Judío atraído por la belleza de una mujer No-Judía que está dentro del botín de guerra: 

La seccion de la Torá de esta semana nos habla de un soldado Israelita que sale a la batalla y halla a una mujer gentil, de la cual se siente atraído por su hermosura. Según un Midrash, era costumbre en la antigüedad enviar mujeres hermosas al campo de batalla del enemigo, con tal de seducir a los soldados y hacerlos caer en la distracción para luego enviar un poderoso contra-ataque. 

Justamente la Torá lesgisla esta situación; En el Judaísmo estas leyes se conocen como: “Iefat Toar” (Mujer Hermosa)/Leyes relativas a la captura de una mujer gentil con quien un soldado judío desea casarse: 

La bendita Torá comienza diciendo: 

“Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Hashem tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos, y vieres entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer, la meterás en tu casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas, y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su padre y a su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y ella será tu mujer. Y si no te agradare, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto la humillaste” (Devarim – Deuteronomio 21:10-13) 

La bendita Torá comienza diciendo: “Ki tetze lamiljama” (Cuando salieres a la guerra) Según Rashi, el texto habla de la guerra opcional (rashut) y no de la guerra por la conquista de la Tierra de Israel, que es obligatoria (joba) 

¿Por qué Rashi trajo esta explicación?: 

a) Porque la palabra “Ki” significa que depende de nuestra elección. 

b) Porque está escrito. “Veshavita shivió” (Y tomaréis cautivos) y sobre la guerra de los siete pueblos dice: “No dejarás a nadie vivo” – es decir; no se pueden tomar prisioneros. 

d) Los Sabios recibieron como tradición. Porque esta escrito. “Ki Tetze” (cuando salieres) – sal de Eretz Israel. Y no en Eretz Israel, que es la guerra obligatoria de los siete reyes. 

Entrando en nuestro tema; ¿Cómo se sentía un soldado Judío después de la guerra? 

Tenia pocas fuerzas físicas. 

Mucha hambre, con ganas de llegar al hogar. Deseo de satisfacer la necesidad sexual. 

Estas necesidades normales de un ser humano, en un soldado que volvia de la guerra se multiplicaban en gran cantidad. Por lo cual, la Torá viene a prevenir y a ordenar el deseo desmedido de este soldado Judío, previene un mal peor, a fin de que no se pervierta el alma del Israelita y sea cortado espiritualmente de su pueblo. La Torá no anima, tampoco prohibe, sino que PERMITE al soldado Judío tomar para si a una mujer no-judía de la cual se sintió fuertemente atraído por su belleza física en el contexto de una guerra. Sin embargo, aquella libertad permisiva tendrá normas que permitirán causar desanimo en el soldado, a fin de que no tome una decisión precipitada, como veremos a continuación: 

El primer sujeto de esta narración de la Torá es el soldado Judío. La Tora comienza diciendo al respecto de él: 

“Cuando salgas a la guerra”, lo cual alude a que en realidad la guerra por lo cual Hashem espera que nos esmeremos por vencer, es aquella que tiene relación con nosotros mismos. Nosotros somos nuestros mayores enemigos, nuestra inclinación al mal, es la batalla interna más tenaz que puede experimentar todo militante del ejercito del Mesías Yeshua. 

Recordemos las palabras del Rab. Shaul de Tarso: “Miserable de mí, ¿Quien me librara de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24) 

Y también el consejo que el mismo diera a su amigo Timoteo:  “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina” (1 Timoteo 4:16) 

Es nuestro EGO, nuestro YO, ese culto que a diario nos brindamos a nosotros mismos, sin importar lo que los demás sientan, o como los demás puedan verse afectados por nuestras decisiones, el ENEMIGO al cual la Torá nos invita a derribar - batallar. 

El ser humano que está vencido por su egocentrismo, por su amor desmedido de si mismo, no tiene espacio para los demás. Menos quedara espacio en su interior para servir a Dios. De este asunto nos viene hablar la Torá cuando nos dice que “Cuando salieres”, es decir: “TÚ soldado Judio” “que estás atraído y dominado por tu “Inclinacion al mal” que buscas tomar por esposa a una mujer que no es de su pueblo ten en consideración las siguientes normas” (Parafraseando). 

El soldado representa al hombre de Hashem dominado por la inclinación al mal, que ha permitido entrar en su casa (corazón) aquello que Dios no acepta ni desea para él. Sin embargo, como cada creyente es un soldado que debe batallar a diario, no puede esquivar está gran batalla, pues esta escrito: 

“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2Timoteo 2:4) 

Y como el soldado no se enreda en los asuntos de esta vida, por más interés que tenga en ellos, así nosotros debemos saber que hemos venido a este mundo a servir a Dios. Todos tenemos nuestros asuntos; Trabajo, familia, estudios, pero nada de estas cosas que son importantes, SON UN FIN EN SI MISMAS, son solo los medios del gran fin, ¿Y cuál es el gran fin? Ser SOLDADOS, cumplidores del servicio que a Hashem prestamos. 

La mujer es la segunda persona de esta narración de la Torá, ella representa lo que deseamos en nuestro deseo interno de satisfacernos. La mujer es nuestra inclinación al mal. Ella representa ese deseo de egoísmo, que nos domina ante la ejecución de los mandamientos. 

¿Qué escoger? ¿La mujer no–Judia para un Judío, o la mujer Israelita para un Judío? La voluntad perfecta de Hashem es que un soldado Judío se una a una mujer Judía. Se nos viene a la memoria las palabras de Shaul de Tarso: “No os unáis en yugo desigual”. Esta escrito en la bendita Torá: 

“No ararás con buey y con asno juntamente” (Devarim - Deuteronomio 22:10)

Ese es el dilema, que un Judío NO debería tener, pero la Torá que es sumamente maravillosa le aparece al Judío en el momento preciso, como un permiso de Hashem, que sin embargo el al mismo tiempo Hashem está desalentando. Y es que en realidad, Hashem no desea que el soldado Judío tome a esa mujer, y pase por experiencias en su vida que lo harán sufrir, ese NO es el camino que Hashem le ha preparado al Judío. Por lo tanto ¿para que sufrir gratis? Sin embargo como la Torá de Hashem es tan grande, toma una actitud sagaz, astuta frente a la inclinación al mal, pues para que la fuerza del Ietzer Hará (Inclinación al mal) se debilite en el interior del Judío, Hashem le dice; “Mira esto te lo permito”…. “pero primero deberas”….. y así, la inclinación al mal, se torna mucho más débil. 

Las leyes Iefat Toar: La Torá nos dice que el soldado Judío, deberá cumplir normas que probaran si su interés en la mujer está basado en algo mucho más importante que la apariencia física. Si él después de estas pruebas siguen interesado en ella, podrá tomarla por su esposa, pues su interés es real. Pero, si despues de este periodo de prueba, él no la acepta por mujer, por haber hallado, que no es lo que su alma realmente desea, entonces la despedirá de su hogar. Estas son las normas que Hashem le demandaba: 

Entrar en la casa del soldado Judío: 

Al respecto del que toma una “Iefat Toar”, se cuestiona Rashi: ¿Dónde la pondrá? El texto hebreo dice “Veiashva” (residirá): 

a) La pondrá fuera de su casa para honrar a “una hija de Israel”. 

b) En la casa donde habita. 

c) Hasta el mediodía fuera de su casa, y después dentro de ella. 

d) Lo contrario a la C. 

La alternativa b), parece ser lo que la Torá solicita: Esto representa el compromiso que la Torá espera de un hombre hacia una mujer. La mujer no-Judía no es una mujer que llega y se va, ella no está ejerciendo la prostitución, ella está sujetándose al futuro dueño de su alma (el soldado) con gran respeto y expectación. Por lo cual, la Torá demandara del soldado Judío también un gran respeto y un gran cuidado de la mujer no-Judía, la tendrá en SU casa, y vivirá junto a ella durante un mes dándole lo necesario como a un prójimo con tal de que su hospedaje sea digno. 

Tambien representa el momento en que permitimos que el Ietzer Hara se siente en nuestra casa, duerma en nuestra cama, como esperando de él algo bueno. Aunque estamos consiente que la imagen de la mujer después de un mes no será la misma, aún así le permitimos entrar y vivir como una más del hogar. ¿No es lo mismo con todo el pecado que alojamos en el corazón, aun cuando sabemos que nada bueno podremos obtener de el, después de un tiempo? 

Rapar su cabeza y cortar sus uñas: 

La Torá nos muestra que la belleza de una mujer y su sensualidad está contenida en su cabello. De aquí se desprende la exigencia Judía Tradicional de que las mujeres casadas estén con su cabello cubierto delante de otros varones todo el tiempo. Para los menos estrictos es bueno, aconsejo yo, que por lo menos mientras están en servicios espirituales (Shabbat, fiestas, etc), por causa de los melajim (mensajeros divinos) (1Corintios cap. 11), cubran su cabello con un velo, como señal de sumisión a sus maridos, y como señal del respeto que les tienen, pues ningún otro varón deberá observara la belleza de sus cabellos, solo sus esposo. Respecto de esto mismo está escrito que la belleza está relacionada con el cabello de una mujer: 

“Aparta tus ojos de delante de mí, Porque ellos me vencieron. Tu cabello es como manada de cabras Que se recuestan en las laderas de Galaad” (Cantar de los Cantares 6:5) 

“Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura (Isaias 3:24) 

Del mismo modo que el cabello representa belleza, las uñas bien cuidadas transmiten sensualidad. Sin embargo Hashem busca que el soldado no vea sensualidad, así que la mujer deberá dejarlas largas y sin cuidado, eso provocara que esas manos delicadas de la mujer hermosa no luzcan como hace un mes y alejaran de la vista del soldado todo aquello que es pasajero. 

El pecado se presenta como algo muy bueno, hermoso, hasta necesario para nuestra inclinación al mal, pero en realidad después de un tiempo se muestra con su real apariencia, sin pinturas, sin maquillaje, y es ahí, donde el cielo espera que nos preguntemos ¿Es esto lo que queremos? 

Cambiar sus vestidos: 

La mujer viste como una no-Judía, sin pudor, ni respeto a sus semejantes. Recordemos que viene de un país idolatra, donde la sensualidad es promovida. Es muy posible que eso es justamente lo que le atrajo al soldado Judío. El poder de lo exterior domina el ojo y la Torá respecto de este poder nos dice: 

“Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. (Devarim 11:18) 

Lo cual nos muestra que en realidad lo que miramos es lo que nos domina. Si ponemos en nuestra vista los mandamientos, ellos serán nuestros dueños. 

El ultimo mandamiento de las 10 palabras: “No codiciaras” es en realidad el broche de oro de todos los mandamientos mencionados anteriormente: alguien que NO codicia, jamás: tendrá dioses ajenos, robara, levantara falso testimonio, asesinara, etc, hará algo contra su prójimo, porque ha dominado el deseo de satisfacerse a si mismo. 

El ojo es la lámpara del estado del alma, como lo dijera nuestro amado Mesías Yeshua: 

“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas (Lucas 11:34) 

Llorar a su Padre y a su Madre: 

Sin embargo la mujer puede representar también el lado débil del soldado Judio. Es como si el soldado Judio estuviera por 30 días llorando por su vida pasada para considerar convertirse al Dios de Israel. Para reiniciar su vida. Eso era lo que la mujer debía tomarse, treinta días, para llorar por su pasado. Debía examinar su pasado, su idolatría (representada aquí por su padre y por su madre, quienes la educaron por ese camino) y recién allí ingresar en el pueblo judío. 

En la tradición mística judía se vincula estos treinta días de llanto e introspección de la mujer cautiva con el mes de Elul, el mes previo a Yom Terua (Rosh HaShaná) que dedicamos justamente a ello, a revisar nuestro interior y echar una mirad a a nuestro pasado para darle una vuelta de tuerca y enderezar lo que está torcido en nuestras vidas. 

¿Cuáles son los riesgos?

Versos más adelante la bentida Torá nos relata el caso de un hijo Rebelde ¿Por qué? La Torá está intentando enlazar la relación matrimonial de un Judío con una mujer no-Judia. En palabras simples, nos está contando lo que puede resultar de esa unión matrimonial, donde no estuvo como algo primordial, el amor a Hashem. La mujer pudo haber permanecido en casa,

¿Pero y quien acredita que su conversión a Hashem fue real? ¿Quién acredita que ella teme a

Hashem? ¿Cómo sabemos que el soldado realmente la amo, y no se caso con ella solo por ser una mujer hermosa? Bueno la Torá al parecer nos responde, donde leemos:

“Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde que no obedece a su padre ni a su madre, y cuando lo castigan, ni aun así les hace caso” (Debarim 21:18)

La Tora nos habla de un “sarar”, terco, rebelde, descarriado, un desobediente, uno que se niega a obedecer. Y todo parece indicar que este es hijo de la relación de un Judío con una mujer hermosa no-Judía. Y el problema aquí no es que la mujer sea gentil, de ninguna manera, el gran problema aquí es: “LA CAUSA” por la cual se unieron. ¿Dónde estaba el temor a Hashem aquí? El Judío no la tomo porque la amaba, y quería emprender con ella un camino agradable para Hashem primero. El Judío la tomo porque era hermosa.

Nos cuenta la tradición Judía en un Misdrash, que el Rey David cuando peco con Bat -Sheva, el profeta le dijo: "¡Cuídate! Haré crecer el mal contra tí en tu propia casa". Dichas palabras no tardaron en cumplirse: Fue cuando David sufrió terribles desgracias en manos de su propio hijo, Abshalom. La madre de Abshalom era Maaja, una princesa gentil capturada por David en la guerra y con quien se casó conforme a las leyes de iefat toar (la mujer cautiva).

Que el cielo nos permita vencer la tentaciones y tomar decisiones basadas en el temor a Hashem, antes que tomar decisiones basadas en nuestros deseos y necesidades superficiales, para tener hijos benditos, llenos de gracia, que lleven la Torá a donde quiera que vayan y cumplan el propósito divino por el cual han venido a este mundo.

אברהם בן יעקב

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