jueves, 10 de septiembre de 2015

EL DIOS INFINITO Y NO CONOCIDO


En la sección Nitzavim (“Estais en pie”) Moshé reúne al pueblo de Israel para comprometerlos a obedecer al Eterno su Di.s. El Líder está a punto de morir, de hecho ese mismo día moriría, y como Padre de Israel, él desea lo mejor para sus hijos, que guarden los mandamientos del pacto de la Torá de Hashem con Israel. Moshé compromete a todos a guardar la Torá y a servir al Dios de Israel. No solo los que estaban ahí de forma presencial, sino que todos nosotros que estábamos en la realidad futura y espiritual del pueblo de Israel. Varones, mujeres, niños, ancianos, todos estaban de pie ante el Rey del Universo, y contra ellos como testigos el cielo y la tierra de las cosas que ellos estaban oyendo, y que dijeron que iban a obedecer. 

En estas últimas palabras de Moshé, leemos que nuevamente él les llama la atención a no dejar de observar la Torá de Hashem. Como siempre, Moshé sabía que el pueblo en el futuro se alejaría del Eterno, y que las maldiciones contenidas en la Torá se harían realidad, pero también sabía que el pueblo volvería, y que a pesar de que Hashem lo esparciría hasta el último extremo de la tierra, de ahí los recogería y los haría volver a la santa tierra de Israel, y la heredad eterna de la Torá. 

Nos dice la Bendita Torá: 

“Las cosas secretas pertenecen a Hashem nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley” (Devarim 29:9) 

Poco antes Moshe estaba hablando acerca de la dispersión de Israel entre las naciones, a causa de su rebelión contra las palabras de la Torá, los versos 7 y 8 nos dicen: 

“Por tanto, se encendió la ira de Hashem contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro; y Hashem los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con grande indignación, y los arrojó a otra tierra, como hoy se ve” (Devarim 29:7-8) 

Al parecer para Moshe, el suceso de la dispersión de Israel entre las naciones viene a formar parte de un evento oculto que a él le había sido rebelado, o un evento revelado solo para los últimos días como lo dijera en alguna ocasión el Rab Shaul de Tarso, acerca del misterio de la llegada de los gentiles a la redención de Israel. 

El punto aquí es que Moshe no logro conocer todas las cosas que contiene la bendita Torá. Moshe sabia de la existencia de misterios ocultos en la Torá que a él no le habían sido rebelados, o que quizás le fueron rebelados pero sin la autorización transmitirlos al Pueblo de Israel. Y es que Moshé se relaciono directamente con el Di.s no conocido. 

¿Pudo Moshe conocer al Di.s de los misterios? Claro que sí, pero solo en parte. Ningun hombre ha visto a Hashem jamás, solo nuestro amado Mesías lo conoce en plenitud. Y es por eso, que la bendita Torá, esta semana nos dice: 

“Las cosas ocultas pertencen a Hashem nuestro Elohim”. De aquí comprendemos que NO podemos saberlo todo, no está todo revelado, y nadie puede aventurarse a decir que tiene la respuesta a todas las preguntas que nos pudiera presentar el esutudio de las sagradas escrituras. Hay cosas ocultas que solo son de Hashem, que le pertenecen, y que solo él, en su bendita voluntad sabrá a quien, y cuando revelar. 

Los sabios de Israel han establecido que la Torá del Eterno tiene 4 niveles de interpretación, el famoso sistema PARDES, e incluso un quinto que es el más elevado de todos. La palabra PaRDeS es en realidad un acróstico de las siguientes palabras: 

Pshat: Entendimiento básico, o bien literal. 

Remez: Alude a una ley de la Torá puede servir de clave y conducir a otra. Este sistema de interpretación se encuentra generalmente en el Talmud. 

Derash: Homiletica y exegesis. Interpretación critica de los versículos de la Torá, se encuentra habitualmente en los Midrashim. 

Sod: Son los secretos, misterios hallados en numerosos textos de la Torá. El Zohar libro de los misticimos Judios contiene muchas interpretaciones que caen dentro de este nivel. 

Jasidut: Es la esencia. La quinta y más elevada interpretación de la Torá también llamada por los sabios de Israel como: “Las enseñanzas del Mashiaj”. El jasidut esclarece la cabala, y confiere el sentido espiritual subyacente a los cuatro niveles arriba mencionados. 

Nuestro Di.s es un Dios que nos conoce a nosotros, y no un Di.s conocido por nosotros. Quiero decir que no hay nadie que pueda decir que conoce a Di.s a cabalidad, absolutamente nadie, solo como ya vimos el Mashiaj, como esta escrito: 

“Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar (Matitiia - Mateo 11:27) 

“A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer (Yojanan - Juan 1:18) 

“Así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas (Yojanan – Juan 10:15) 

Solo el Mesías contiene las enseñanzas totalmente reveladas de Hashem. Podriamos decir que Yeshua es el fundador de las enseñanzas y de los misterios de la Torá ¿No es acaso el libro de Yojanan – Juan, un libro escrito en el nivel sod (secreto)? Yeshua fue un maestro de los misterios más profundos de la Torá. 

Hashem solo puede ser conocido de alguien que tenga acceso pleno a él. Según el Rabino Shaul 

Di.s habita en una luz inaccesible: 

“El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén” (1 Timoteo 6:16) 
Esta “LUZ” inaccesible en el Judaismo es conocida como Ein Sof  es el Todo Supremo de la que menciona la cabala que aquello que podemos llamar de Di.s en su aspecto más elevado, no siendo, en el sentido estricto de la palabra un «ser», ya que, siendo auto-contenido y auto-suficiente, no puede ser limitado por la propia existencia, que limita a todos los seres, es donde está todo lo que no se puede explicar.

De este Dios No conocido, por los gentiles (y conocido mucho más por los Judios) es de quien predicaba Shaúl de Tarso, y de quien daba testimonio nuestro amado Mesías Yeshua y de quien Rambam Maimonides escribiera:

Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos” (Yojanán 4:22) 

Pues lo que vosotros adoráis sin conocer, eso os anuncio yo” (Hechos 17:23)

Los trece principios de fe – por Rambam. Creo con plena confianza:

1. Que el Creador alabado su nombre, creó y dirige el mundo, El únicamente hizo, hace y hará todos los hechos.

2. Que el Creador, bendito su nombre, no es corporal, no lo alcanzan las influencias corporales, y nada puede compararse a El.

3. Que el Creador no posee cuerpo ni forma alguna.

4. Que el Creador , bendito su nombre, Él es el principio y la eternidad.

5. Que a El Creador , bendito su nombre, es digno de adorar y no hay a quien pedir fuera de El.

6. Que todas las palabras de nuestros profetas son verdades.

7. Que la profecía de Moshé Rabenu es verídica y él fue el padre de los profetas de todos los tiempos.

8. Que la Torá que tenemos es la misma que fue entregada a Moshé Rabenu.

9. Que esta Torá no será cambiada y no habrá otra del Todopoderoso.

10. Que el Creador, bendito su nombre, sabe todo lo que la persona hace y conoce todos sus pensamientos.

11. Que el Creador , bendito su nombre, recompensa bien a los que cumplen sus mandamientos y castiga a los que transgreden sus preceptos.

12. Que el Mesías vendrá. Y aunque se demore esperamos cada día su llegada.

13. Que los muertos van a resucitar cuando sea la voluntad del Todopoderoso, bendito su nombre.

Es absolutamente uno y no compuesto de ninguna manera

Escucha, oh Israel, el SEÑOR es nuestro Dios, el SEÑOR uno es. דחא יי וניהלא יי לארתי עמש

Moshé rabenu, Deuteronómio 6:4 (LBLA)

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Yeshúa el Mesías, a quien has enviado.

Yeshúa el Señor, Juan 17:3 (LBLA revisada)

Y el SEÑOR será rey sobre toda la tierra; aquel día el SEÑOR será uno, y uno su nombre.

El profeta Zejaryá, Zacarías 14:9 (LBLA)

- Existe por si mismo y da existencia lo que existe y dirige a todo según los propósitos de su propia voluntad
Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY – היהא רשׁא היהא. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: "YO SOY – היהא – me ha enviado a vosotros." Dijo además Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: "El SEÑOR – יי, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros." Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.

Moshé rabenu, Éxodo 3:14-15 (LBLA)

Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Los cuatro Seres vivientes, Apocalípsis 4:11 (LBLA)

Aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad

Rav Shaúl, Efesios 1:11b (LBLA)

- No se encuentra dentro del tiempo ni del espacio sino gobierna sobre y está fuera de todo lo creado:

Y sucederá que antes que ellos clamen, yo responderé; aún estarán hablando, y yo habré oído. 

El profeta Yeshayahu, Isaías 65:24 (LBLA)

Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad! Él hará oír su voz, su poderosa voz.

El rey David, Salmo 68:33 (RV1995)

Y los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir: SANTO, SANTO, SANTO, es EL SEÑOR DIOS, EL TODOPODEROSO, el que era, el que es y el que ha de venir.

Shalíaj Yojanán ben Leví, Revelación 4:8 (LBLA)

- No es corpóreo ni se asemeja a nada :

Entonces el SEÑOR os habló de en medio del fuego; oísteis su voz, sólo la voz, pero no visteis figura alguna… Así que guardaos bien, ya que no visteis ninguna figura el día en que el SEÑOR os habló en Horeb de en medio del fuego; no sea que os corrompáis y hagáis para vosotros una imagen tallada semejante a cualquier figura: semejanza de varón o hembra, semejanza de cualquier animal que está en la tierra, semejanza de cualquier ave que vuela en el cielo, semejanza de cualquier animal que se arrastra sobre la tierra, semejanza de cualquier pez que hay en las aguas debajo de la tierra.

Moshé rabenu, Deuteronomio 4:12, 15-18 (LBLA)

¿A quién, pues, asemejaréis a Dios, o con qué semejanza le compararéis?

El profeta Yeshayahu, Isaías 40:18 (LBLA)

“No hay semejante a ti, oh SEÑOR”

El profeta Yirmeyahu, Jeremías 10:6 (SSE)

Grande es el atrevimiento de los profetas que asemejan la criatura con el Creador, como está dicho: “Y sobre la semejanza del trono una semejanza que se parecía a un hombre”. (Ez 1:26)

Bereshit Rabá 27A (Siglo III)

- No está sujeto a cambios ni tiene sentimientos

Porque yo, el SEÑOR, no cambio – שׁיתינ אלֹ.

El profeta Malají, Malaquías 3:6a (LBLA)

Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación.

El shalíaj Yaakov ben Yosef, Santiago 1:17 (LBLA)

- No tiene imperfección ni necesidad alguna :
El bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A El sea la honra y el dominio eterno. Amén.

Rav Shaúl ben Gamliel, 1 Timoteo 6:15b-16 (LBLA)

Y este es el mensaje que hemos oído de El y que os anunciamos: Dios es luz, y en El no hay tiniebla alguna.

El shalíaj Yojanán ben Leví, 1 Juan 1:5 (LBLA)

El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay , puesto que es Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos por manos de hombres , ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da a todos vida y aliento y todas las cosas; y de uno hizo todas las naciones del mundo para que habitaran sobre toda la faz de la tierra, habiendo determinado sus tiempos señalados y los límites de su habitación, para que buscaran a Dios, si de alguna manera, palpando, le hallen, aunque no está lejos de ninguno de nosotros; porque en El vivimos, nos movemos y existimos.

Rav Shaúl ben Gamliel, Hechos 17:24-28a (LBLA)

Nuestro Di.s es no conocido en el sentido que solo sabemos de sus Nombres y Accciones, pero no conocemos nada de su esencia. Es decir; Tenemos por ejemplo, que sabemos que él es “Grande”, pero en realidad ese titulo no le es apropiado, ¿Quién podría medir a Hashem? El no tiene tamaño, él no es grande, ni es pequeño. Estos títulos o nombres de Hashem, nos ayudan a conocer sus acciones, sabemos que el actual en determindas ocasiones como Hashem Grande, como Hashem Yire (proveedor), como Hashem Nisi (Hashem Estandarte), etc. Pero no sabemos quien es nuestro Hashem en Esencia, en esa luz inaccesibl, donde solo el Mesías a podido entrar.

En la kabal Judia se nos enseña que del capitulo 14 del Libro de Shemtot se pueden deducir 72 nombres de Hashem, que corresponden a los 72 atributos del Eterno. Esto no s enseña que tenemos un Di.s Ilimitado, que solo puede ser entendido en cierto aspecto en la medida de que estemos dispuetos a que caigan todas esas barreras y fortalezas espirituales que hemos creado en nuestra mente y corazón que solos nos impiden acceder al conocimiento del Di.s no conocido. La naturalidad, y la falta de compresión del mundo espiritual reflejado por las cosas terrenales, son los impedimentos que nos alejan de jna comprensión más profunda de Hashem. Como lo dijera, en una ocasión, nuestro santo rabino Yeshua a un maestro de la Torá:

“Respondió Yeshua: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? Respondió Yeshua y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. (Juan - Yojanan 3:5-13)

Shavua Tov (Buena Semana)

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